LOS 5 DESAFÍOS MÁS DIFÍCILES QUE ENFRENTAN LOS NUEVOS MUSULMANES
Por Trudi Best
Ser un nuevo musulmán no es fácil. Después de que el alboroto y la celebración de aceptar el Islam se calman, comienza el trabajo duro.
Sí, trabajo duro.
El Islam toca todos los aspectos de tu vida y ese pensamiento puede ser bastante abrumador.
Dios dice en el Corán:
¿Acaso piensa la gente que se los dejará decir: “¡Creemos!”, y no van a ser puestos a prueba? (29: 2)
Así que echemos un vistazo a las situaciones más difíciles que es más probable que encuentre un musulmán nuevo.
1- CONTARLE A LA FAMILIA
Estas son las personas más cercanas a ti; te han nutrido y guiado en casi todo lo que has hecho en tu vida.
Para algunos, es una decisión que tu familia está dispuesta a aceptar si es lo que te hace feliz. Y subhan Al-lah, ¡qué bendición es esa!
Para otros, es posible que la noticia no sea tan bien recibida. Podemos enfrentarnos a la ira, la humillación y el rechazo.
Considera la opción de esperar un tiempo; déjalos ver el cambio positivo en tu vida y reza para que Dios ablande tu corazón.
No siempre es necesario un gran anuncio. Este es un gran ajuste para muchas familias y tendrán muchos temores y preocupaciones.
Tampoco es aconsejable cambiar drásticamente de la noche a la mañana. Tú mismo estás todavía en el proceso de aprendizaje, así que tómate las cosas con calma al principio. Un ritmo moderado será fácil para ti y tus seres queridos.
2- APRENDER LA ORACIÓN
Una de las preocupaciones más comunes es la oración, pero no entres en pánico.
Hay algunos recursos excelentes para aprender la salah y es posible que descubras que los libros dirigidos a los niños son los más útiles porque son simples.
Aún mejor, busca a alguien con quien te sientas cómodo y pídele que te muestre los movimientos paso a paso y haz una lista de cuántos rakas (unidades) se hacen para cada oración.
No necesitas dominar el árabe, solo necesitas un corazón dispuesto a aprender. Pídale a Dios que te facilite las cosas y Él lo hará.
Personalmente, escribí la transliteración de la oración en postales y las coloqué en mi tapete de oración. Sin embargo, a veces se requiere una buena memorización a la antigua. Escucha las palabras repetidas cuando viajes hacia y desde el trabajo o la escuela o la universidad.
Pronto las memorizarás, in sha Al-lah y se convertirá en una segunda naturaleza.
3- CAMBIO DE ESTILO DE VIDA
Te darás cuenta de que es posible que debas realizar muchos cambios en tu estilo de vida; tu dieta, tu socialización, tu forma de vestir, incluso tus hábitos de baño (wudu).
Encontrar carne halal puede ser complicado y muchos conversos deciden volverse vegetarianos durante algún tiempo. Esta también es una buena manera de evitar la carne de cerdo y otras carnes haram si aún no se lo has dicho a tu familia.
Si has ido anteriormente a bares y discotecas con tus amigos, eso quedará fuera de los límites. Lamentablemente, una consecuencia común es que algunas de nuestras relaciones pueden no ser compatibles con estos nuevos cambios. Puede ser difícil ver cómo se desvanecen las amistades, pero ten en cuenta que aquellos que son verdaderos amigos encontrarán la manera de mantenerse en contacto.
Usar el hiyab y dejarse crecer la barba también son un hito difícil de alcanzar. No tienes que hacer esto el día después de tu shahada. Si puedes, ¡genial! Pero si absolutamente no puedes porque tienes miedo o simplemente no eres lo suficientemente fuerte todavía, está bien.
Lo más importante al principio es vestirse con modestia y, para las hermanas, tener algunos hiyabs que puedan usar para la oración.
Pídele a Dios que te dé la habilidad y un día podrás dar ese paso.
4- HACER NUEVOS AMIGOS
Ir a la mezquita al principio puede resultar bastante intimidante. Te preocupará que haya un conjunto completo de reglas sociales a seguir y, en parte, ¡estarás en lo cierto!
Acepté el Islam en una Sociedad Islámica de la universidad y realmente creo que este escenario es el mejor para presentar los conceptos básicos de la etiqueta en la mezquita. Estarán acostumbrados a los nuevos musulmanes y estarán más que felices de mostrarte cómo se hacen las cosas. Incluso puede que te presenten a un hermano o hermana que será tu mentor (todavía estoy en contacto con la maravillosa hermana que me enseñó lo básico, alhamdu lil-lah).
Las mezquitas locales pueden ser un poco más complicadas de navegar; la política de las mezquitas, las amistades profundamente arraigadas e incluso el nacionalismo pueden ser un problema. Integrarse en la comunidad puede ser difícil y dejarte aislado.
La súplica a Dios es tu mejor arma. Pídele que te conceda la compañía de tus seres queridos.
5- MATRIMONIO
Hay un dicho muy conocido: “Antes que te cases, mira lo que haces”
¡No cometas el error de apresurarte al casamiento! No te apresures a casarse con nadie que piense que los nuevos musulmanes necesitan un cónyuge que los guíe. Ser un musulmán nacido no convierte automáticamente a alguien en piadoso o entendido.
Aprende tu religión y aprende bien. Y aprende sobre los derechos y responsabilidades del matrimonio. Aprende sobre ti mismo como musulmán y cásate con alguien que tenga una perspectiva similar.
Ten cuidado con las propuestas del extranjero, no quieres unirte a los muchos nuevos hermanos y hermanas que están casados porque otros los ven como un medio para conseguir un pasaporte hacia otro país.
Terminemos con una cita: “Todo lo que vale la pena tener, vale la pena la lucha”.
Ser guiado hacia el Islam es uno de los regalos más preciosos que cualquiera pueda desear. De toda la población mundial, Dios te ha elegido a TI.
El Yanna no es barato ni fácil, pero merece la pena.
Tendrás días en los que tu imam está alto y días en los que te sentirás abrumado y perdido. Pero no te rindas.
Después de las dificultades viene la facilidad. Después de las dificultades viene la facilidad.