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Reglas y condiciones de tratados en el Islam





El Islam ha establecido reglas y condiciones para los tratados, para asegurarse de que ellos concuerden con la Shari’ah y sus objetivos.





El Imam Mahmud Shaltut [8], que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Cuando el Islam les dio a los musulmanes el derecho de firmar tratados para alcanzar los objetivos que ellos consideraban necesarios, estableció tres condiciones para garantizar la validez de estos, estas condiciones son:





• En primer lugar, los términos deben ser acordes a lo establecido por la Shari’ah y no deben ir en detrimento de sus leyes básicas y generales. Esto fue mencionado en el dicho del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Toda condición no incluida en el Libro de Al-lah es inválida” [Bujari].


• En segundo lugar, el tratado debe de ser basado en la buena voluntad de las dos partes. No es aceptado ningún pacto que haya sido firmado por la fuerza; por lo tanto, lo que se pacte debe ser satisfactorio para ambas partes, sin que se pierda u olvide el primer principio antes mencionado.


• En tercer lugar, el tratado debe englobar objetivos y rasgos claros, y definir obligaciones y derechos de una manera que no deje espacio para interpretaciones erróneas y para juegos de palabras. La razón por la que fracasan los tratados se debe a la ambigüedad con la cual una de las partes pretende sacar partido de la otra, dejando grietas por donde pueda entrar y lograr los objetivos que se ha propuesto desde el principio y sin que le importe en realidad la armonía y la paz. Al-lah, Glorificado sea, dijo (lo que se interpreta en español): {No hagáis juramentos fraudulentos, pues resbalaréis después de haber pisado firme. Si lo hacéis se os castigará por haberos extraviado y desviado a otros del sendero de Al-lah, y el castigo que sufriréis será terrible.} [Corán 16:94]





 





La obligatoriedad de honrar los pactos





Los versos coránicos y los hadices del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, confirman la obligatoriedad de cumplir los pactos. Encontramos ejemplos de esto en lo que Al-lah, Glorificado Sea, dice (lo que se interpreta en español): {… y cumplid el compromiso con Al-lah} [Corán 6:152]; y: {Y cumplid vuestros compromisos, porque ciertamente que se os pedirán cuentas por ellos} [Corán 17:34]. Y muchos otros versos que hacen énfasis a este gran significado.





En los hadices encontramos lo narrado por Abdul-lah ibn Amr, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Quien tiene una de las siguientes características será de los hipócritas puros: ‘Si habla, miente; si promete algo, incumple; si hace un pacto, traiciona; y si pelea, alega y es vulgar. Cualquiera que tenga una de estas características es un hipócrita hasta que la deje” [Bujari y Muslim]. Anas, que Al-lah esté complacido con él dijo que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Todo traidor llevará una bandera en el día de resurrección que lo distinguirá como tal” [Bujari y Muslim]. Fue narrado que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “A aquel que haya tenido un pacto con un grupo de personas, no le es permitido romperlo o ampliarlo hasta que el pacto haya terminado o se llegue a un acuerdo entre ambas partes para hacerle algún cambio” [Abu Dawud].





En el Islam los pactos no se cambian dependiendo de las circunstancias y unilateralmente. Los tratados tienen que ser cumplidos tal como se estipulan a la hora de su firma, y sólo se dan por terminados cuando caducan, habiendo la posibilidad de renovarlos, o cuando una de las partes incumple alguno de los puntos acordados, pero aun así todavía se puede llegar a un arreglo.





Por otra parte, si cuando los musulmanes pactan algo con los no musulmanes, y los musulmanes, por motivos de fuerza, mayor no pueden cumplir con este arreglo, están obligados a devolver todo lo que hayan tomado de los no musulmanes por cuestiones de dicho contrato. Uno de los ejemplos más grandes que tenemos en la historia es lo que sucedió cuando los musulmanes llegaron a Hums, en Siria. Allí el líder musulmán ‘Ubaidah ibn Al Yarrah, que Al-lah esté complacido con él, impuso la Yiziah (el impuesto que deben pagar los no musulmanes que viven en el Estado Islámico, el cual les asegura protección social y defensa, ya que ellos no están obligados a pagar el Zakat como los musulmanes). Pero al poco tiempo, un ejército que los superaba se dirigió a esta ciudad para sacar a los musulmanes, ‘Ubaida ordenó que antes de salir de la ciudad le devolvieran todo el dinero a los no musulmanes que habían pagado y les dijo: “Acá está su dinero, se los devuelvo porque no puedo cumplir con mi promesa de protegerlos y defenderlos. Pero si Al-lah nos da la victoria, entonces otra vez se lo recibiremos y continuará nuestro acuerdo”.





Dijo Al-lah (lo que se interpreta en español): {Cumplid vuestro compromiso con Al-lah. No quebrantéis los juramentos después de haberlos realizado, habiendo puesto a Al-lah como testigo. Al-lah bien sabe cuánto hacéis} [Corán 16:91]. Por lo tanto, no está permitido quedarse con algo que se ha pactado como compensación si uno no puede cumplir con su parte. Todo musulmán debe hacer lo que esté a su alcance, su máximo esfuerzo, para cumplir con lo acordado; de no poderse debido a algún contratiempo o inconveniente, pues entonces se debe regresar todo lo que se haya tomado, tal como lo enseñaron con sus acciones los musulmanes en el pasado, en cumplimiento de las órdenes de Al-lah y de Su Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam.





El Islam dictamina que los pactos se cumplan hasta que estos finalicen, siempre y cuanto no haya una acción de la otra parte que los haga nulos. Al-lah, Glorificado sea, dijo (lo que se interpreta en español): {Excepto para aquellos que no quebrantaron los pactos que habéis celebrado con ellos ni apoyaron a nadie contra vosotros. Respetad, pues, el pacto convenido con ellos hasta su plazo acordado. Ciertamente Al-lah ama a los piadosos} [Corán 9:4].





El Shaij Mahoud Shaltut dijo: “Honorar pactos es una obligación religiosa, por lo cual cada musulmán va a ser preguntado por Al-lah; y violarlos es una traición y deslealtad”.





La Shari’ah establece toda una serie de pactos y convenios con los no musulmanes que pretenden asegurar la paz y la armonía entre las naciones. Incluso en momentos en los que hay conflictos y se viven guerras, el Islam está abierto al diálogo y la conciliación. Esta buena voluntad se nota en los dictámenes de la ley islámica respecto a asegurar la vida de los emisarios y mensajeros del enemigo que vienen a donde los musulmanes. Está rotundamente prohibido tratarlos mal, ofenderlos, humillarlos y, por supuesto, matarlos.





El Islam es una religión de paz, y siempre que los demás quieran vivir en paz, el Islam promueve entre sus fieles una serie de principios para que esta prevalezca y sea una realidad.



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