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El Viaje Nocturno y la


Ascensión





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Prólogo


El viaje del Profeta y Mensajero, Muhammad, que la paz y las


bendiciones de Dios sean con él, de noche, desde la Sagrada


Mezquita en La Meca a la lejana mezquita en Jerusalén, fue un


milagro otorgado a él por Dios. Es la primera parte de una noche


de admiración y asombro, que culminó con la ascensión del


Profeta Muhammad a través de los cielos y su presencia ante Dios.


“Glorificado sea Quien transportó a Su Siervo durante la


noche, desde la Mezquita Sagrada [de La Meca] a la mezquita


lejana [de Jerusalén] cuyos alrededores bendijimos, para mostrarle


algunos de Nuestros signos. Él es Omnioyente, Omnividente”.


(Corán 17:1)


Fue un viaje físico, y todos los eventos que describiremos


tuvieron lugar en una sola noche.


Esta serie de artículos utilizará la palabra masyid en lugar de su


traducción al español, mezquita. La razón para esto es que la


palabra masyid implica mucho más que los edificios característicos


2


 


3


donde los musulmanes rezan. La palabra masyid proviene de la


raíz sa-ya-da que significa “postrarse”; por lo tanto, masyid es


cualquier lugar de postración. El Profeta Muhammad nos dijo: “La


tierra ha sido hecha una Masyid para mí” 1. Este regalo de Dios fue


dado sólo a la nación de Muhammad.


Un musulmán puede rezar en cualquier lugar que no sea


impuro (con pocas excepciones). Hay edificios específicamente


para rezar, pero cualquier lugar donde rece un musulmán es una


masyid, en el sentido literal: un lugar de postración. El acto de


postrarse es la parte más honorable de la oración. Cuando la frente


de un musulmán toca el suelo, él o ella está muy cerca de Dios. La


oración establece la conexión entre el creyente y su Señor, y fue en


esta noche milagrosa que las cinco oraciones diarias fueron


establecidas.


En la historia que sigue a continuación aprenderemos algo más


sobre este hombre llamado Muhammad, y podremos entender un


poco más sobre por qué los musulmanes lo aman. También,


descubriremos por qué Masyid Al-Aqsa en Jerusalén es una de las


tres Masyid Sagradas en el Islam. Dios se refiere a Jerusalén en el


Corán como “los alrededores que hemos bendecido”. El Domo


de la Roca, parte del área de la Masyid Al-Aqsa, es el símbolo más


reconocible de Jerusalén y tiene un lugar especial en el corazón de


todo musulmán. En este viaje en el que estamos a punto de


embarcarnos, usted entenderá por qué. Así que, viajemos atrás en


el tiempo, al siglo VII en Arabia, a la ciudad de La Meca, y


acompañemos al Profeta Muhammad en su viaje nocturno y su


ascensión.


El viaje comienza


Aproximadamente 10 años después de que el Profeta


Muhammad recibiera su primera revelación del Corán, sufrió dos


graves pérdidas. Una fue la muerte de su tío Abu Talib, el hombre


                                                        


1 Sahih Al-Bujari.


 


4


que lo apoyó y amó desde que era un niño huérfano, y apenas dos


meses después murió su amada esposa, Jadiyah. Ese año se conoce


como “el año de la tristeza”.


En los años que precedieron a estos eventos tristes, los nuevos


musulmanes, en especial el Profeta Muhammad, fueron


perseguidos, ridiculizados y abusados. La fuerza y la lealtad de su


tío, combinados con el amor y la compasión mostrados hacia él y


por Jadiyah, lo ayudaron a mantenerse fuerte y a continuar


difundiendo el mensaje enfrentándose a la grave adversidad. Sin


embargo, ahora se sentía solo y sumamente abrumado por la


tristeza.


Cuando uno realmente se ha rendido a Dios, los dolores y las


penas de esta vida forman parte de una prueba de fe, y estas


pruebas siempre son seguidas por el alivio. En el capítulo 94 del


Corán, Dios le asegura al Profeta Muhammad que con cada


adversidad viene el alivio, y esto se repite una segunda vez con


énfasis: con cada adversidad viene el alivio. Después de este año


en extremo difícil, el Profeta Muhammad sintió alivio en la forma


de una bendición mayor, el Viaje Nocturno y el Ascenso a los


Cielos.


“Luego de toda dificultad viene un alivio, y ciertamente que


luego de toda dificultad viene un alivio”. (Corán 94:5-6)


Aún cuando era peligroso y él se arriesgaba a ser atacado por


los paganos de La Meca, el Profeta Muhammad a menudo pasaba


sus noches orando en la Masyid Sagrada de La Meca. En esta


noche en particular, él estaba descansando cerca de la Ka’ba (el


cubo negro en el centro de la Masyid) en un estado de duermevela.


Vino un ángel y le abrió el pecho desde la garganta hasta el


estómago. El ángel sacó el corazón del Profeta Muhammad y lo


colocó en un tazón lleno con fe, el corazón fue purificado, llenado


y regresado a su lugar2.


                                                        


2 Sahih Al-Bujari.


 


5


Esta no fue la primera vez que un ángel bajó y extrajo el


corazón de Muhammad. Cuando era un niño pequeño, Muhammad


vivía en los desiertos de Arabia con una familia adoptiva según era


costumbre, pues era sabido que el ambiente del desierto era mucho


más saludable y apropiado para una educación correcta que el de


las ciudades. Cuando tenía cuatro o cinco años de edad y estaba


jugando en esta tierra salvaje con sus amiguitos, el Ángel Gabriel


apareció, sacó el corazón de Muhammad y extrajo de él una


porción, refiriéndose a ella como “la parte de Satanás”. El Ángel


Gabriel lavó el corazón con el agua de zamzam (el pozo de La


Meca que brotó para aplacar la sed de Ismael) y lo regresó a su


lugar. Los otros niños corrieron gritando, pensando que


Muhammad había sido asesinado, pero para cuando regresaron con


ayuda, él estaba solo, asustado y pálido. Sólo una pequeña señal


quedó de tan dura experiencia3.


La misión del Profeta Muhammad fue guiar a la humanidad


hacia la adoración del Único Dios Verdadero, así, cada aspecto de


su vida formaba parte del plan de Dios para prepararlo para su


gran responsabilidad. Cuando era niño, la parte de Satanás fue


removida de su corazón; y cuando fue adulto, estando a punto de


emprender la construcción de la nación musulmana, su corazón fue


purificado y llenado con fe pura. La siguiente parte de esta noche


milagrosa comenzó entonces.


Al Profeta Muhammad se le presentó un animal blanco que él


describió como más pequeño que un caballo pero más grande que


un burro, y que fue conocido como Al-Buraq. Este animal, dijo,


podía llegar de un solo paso hasta donde llegaba la vista. Con un


salto, Al-Buraq podía cubrir una distancia increíblemente grande4.


El Ángel Gabriel le dijo al Profeta Muhammad que montara el


animal, y juntos viajaron más de 1 200 km a la masyid más lejana,


Masyid Al-Aqsa.


                                                        


3 ahih Muslim.


4 Sahih Al-Bujari


El Profeta Muhammad estaba sobre el lomo de Al-Buraq


mientras la zancada del animal alcanzó el horizonte, y las estrellas


brillaron intensamente en el cielo nocturno sobre los desiertos de


Arabia y más allá. Él debió haber sentido el viento en su rostro y


haberse percatado de su corazón recién llenado latiendo con fuerza


en su pecho. ¡Cuántas señales y maravillas de Dios debió haber


visto el Profeta Muhammad en ese milagroso viaje nocturno!


Esta fue una época difícil en la vida del Profeta Muhammad, y


este viaje fue un gran honor para él. El anuncio del mensaje estaba


entrando en una fase nueva, y el establecimiento de la nación


musulmana estaba por comenzar. El Profeta Muhammad se había


sentido abrumado y solo. La gran mayoría de los mecanos se había


rehusado a escuchar su mensaje. Tanto su amado tío como su


querida esposa habían muerto, y este regalo de Dios le brindaba


apoyo y abría sus ojos a las señales y maravillas del universo.


Después de viajar la enorme distancia hasta Jerusalén en el lomo


de Al Buraq, el Profeta Muhammad llegó al área conocida como


Masyid Al-Aqsa. Desmontó y ató a Al Buraq a un anillo (aldaba)


en la puerta.


Ocurre otro milagro


El Profeta Muhammad caminó dentro de la Masyid –el lugar de


postración– para reunirse con un grupo de Profetas anteriores, y


entonces tuvo el gran honor de liderarlos en la oración. Dios


recompensó a Su Mensajero y le hizo entender que los Profetas


anteriores a él también pasaron tiempos difíciles al predicarles a


sus pueblos. Esta fue otra indicación de su importancia y


excelencia, así como de la naturaleza de su mensaje.


Antes del advenimiento del Profeta Muhammad, todos los


Profetas entregaron su mensaje de sumisión a Dios, el Único, a su


propio pueblo; Muhammad, sin embargo, fue enviado para toda la


6


 


7


humanidad. Dios se refiere a él como una misericordia. Dios dice


en el Corán:


“Él [el Profeta Muhammad] cree en Allah, confía en [la palabra


de] los creyentes y es una misericordia para quienes


verdaderamente creen de vosotros”. (Corán 9:61)


El mensaje fue internacional, y esta comunicación distribuida


por el mundo entero fue el Islam. Los Profetas de Dios estaban


detrás del nuevo y último Mensajero de Dios y lo apoyaron cuando


su necesidad fue mayor. El Profeta Muhammad menciona en sus


dichos que todos los Profetas son hermanos5. Esta congregación


ubicada detrás del Profeta Muhammad fue una señal de hermandad


real y eterna.


La importancia de Al-Aqsa


El hecho de que esta ocasión trascendental tuviera lugar en


Jerusalén es también de importancia. Esta es la tierra de los


Profetas de Dios, la tierra de Abraham, Isaac, Moisés y Jesús. Dios


estaba forjando un enlace entre su Casa Sagrada en Meca y la


Masyid Al-Aqsa en Jerusalén. Dios también estaba enlazando la


llamada “cuna de la religión”, la Tierra Sagrada alrededor de


Jerusalén, con la tierra de Arabia, el lugar de nacimiento de la


religión diseñada por el Creador para toda la humanidad: el Islam.


Dios estableció a Al-Aqsa como una de las tres Masyid


sagradas en el Islam. La Masyid Sagrada en La Meca, la Masyid


del Profeta Muhammad, aún por ser establecida en Medina en ese


entonces, y esta Masyid en este vecindario bendito de Jerusalén.


Es sólo a esas tres Masyid que los musulmanes pueden viajar con


intención devocional6. Una oración en la Masyid Al-Aqsa equivale


a 500 oraciones en cualquier otro lugar, con excepción de la


Masyid del Profeta, donde una oración equivale a 1 000 oraciones,


y la Masyid Sagrada en La Meca, donde una oración contiene la


                                                        


5 Sahih Al-Bujari.


6 Sahih Al-Bujari y Muslim.


 


8


recompensa de 100.000 oraciones7. Dios enfatizó la importancia y


santidad de la Masyid Al-Aqsa, y por esta razón ella juega un


papel importante en la vida del musulmán. Por eso es cuidada y


protegida celosamente.


Al-Aqsa fue la primera qiblah (la dirección hacia la cual un


musulmán se orienta para orar) en el Islam, pero esta dirección fue


luego cambiada a la Masyid Sagrada en La Meca. Establecer la


fecha exacta de este cambio es difícil, pero por la evidencia


podemos descubrir cuándo ocurrió aproximadamente, puesto que


la misión del Profeta Muhammad está dividida en dos períodos


distintos. El período Mecano, definido por llamar al pueblo a la


religión del Islam, y el período Medinense, definido por el


establecimiento del estado musulmán. El Profeta Muhammad y la


mayoría de sus seguidores emigraron a la ciudad de Medina en el


año 14 de la profecía.


El Viaje Nocturno y la Ascensión tuvieron lugar a finales del


período Mecano, mientras que la qiblah cambió hacia La Meca


unos 16 meses después de la emigración del Profeta hacia Medina.


A partir de esto, podemos deducir que los musulmanes se


orientaron hacia Al-Aqsa cuando rezaban por aproximadamente


tres años, antes que Dios cambiara la dirección hacia La Meca.


Esto en ninguna forma disminuye la importancia de Jerusalén o de


la Masyid Al-Aqsa, sólo representa otro paso en el establecimiento


del mensaje para toda la humanidad. La Masyid Sagrada en La


Meca fue fijada como el punto central en el Islam.


El viaje y el milagro continúan


Mientras se encontraba aún en el área sagrada de la Masyid Al


Aqsa, el Ángel Gabriel se presentó ante el Profeta Muhammad con


dos copas, una llena de leche y la otra llena de vino, y le ofreció


ambas. El Profeta eligió y bebió la leche. El Ángel Gabriel


entonces le dijo: “Gracias a Dios, Quien te ha guiado a la fitrah; si


                                                        


7 Sahih Al-Hakim.


 


9


hubieras tomado el vino, tus seguidores se habrían perdido” 8. Es


difícil traducir la palabra árabe fitrah al español; denota el estado


natural y puro en el que uno nace, un sentimiento innato que lo


guía a uno a hacer lo correcto. El Profeta Muhammad


instintivamente eligió lo correcto sobre lo errado, el bien sobre el


mal, y el camino recto en lugar de la ruta torcida hacia el Infierno.


Fue en la ciudad sagrada de Jerusalén, en el área sagrada de la


Masyid Al-Aqsa9 que el Profeta Muhammad comenzó la siguiente


etapa de su milagroso Viaje Nocturno. El Profeta Muhammad


ascendió al cielo más bajo desde una roca. Esta roca puede hallarse


dentro del Domo de la roca, el símbolo más famoso de Jerusalén.


No debe confundirse con el edificio actual de la Masyid, que se


encuentra del otro lado del complejo de Al-Aqsa. Toda el área es


la Masyid, pero allí existen muchos edificios separados. Es


importante recordar que aunque el Domo de la Roca se encentra


dentro del complejo de la Masyid, no es la Masyid Al-Aqsa y no


es el lugar de postración donde el Profeta Muhammad dirigió en


oración a los Profetas anteriores. Desde la roca, ahora cubierta por


el reconocido domo dorado, el Profeta Muhammad ascendió al


más bajo de los cielos en compañía del Ángel Gabriel.


 


 


                                                        


8 Sahih Al-Bujari.


9 El complejo también es conocido en Occidente como “Templo del Monte”, ya


que el templo de Salomón fue construido allí.


 


10


 


El Viaje Nocturno y la Ascensión fueron una gran bendición


otorgada a Muhammad, el Profeta de Dios. Fue un viaje que


comenzó en la Masyid Sagrada de La Meca, luego se trasladó por


los cielos hasta la Masyid Al-Aqsa en Jerusalén y continuó


finalmente hacia arriba, a través de los siete cielos hacia la


presencia de Dios Todopoderoso. Mientras viajamos a través de


los siete cielos con el Profeta Muhammad, es importante recordar


que los lugares que visitamos no son parte del Paraíso.


En el idioma español generalmente utilizamos la palabra cielo


en el sentido del plano espiritual o de la felicidad eterna, la


recompensa por una vida correcta y lo opuesto al Infierno, el lugar


del castigo eterno. Sin embargo, este no es siempre el caso; la


palabra cielo proviene del latín caelum10, y se utiliza para designar


la atmósfera o la parte más elevada de algunas cosas.


Eventualmente, cielo perdió su sentido original de lugar donde se


encuentran los cuerpos celestes, y comenzó a implicar


principalmente Paraíso. En árabe, sin embargo, siempre han


existido dos palabras que se utilizan separadamente, sama y


yannah. La palabra sama es utilizada para los cielos (el espacio


sobre nosotros), y éstos son parte del mundo temporal que será


                                                        


10 Diccionario de la Real Academia Española.


destruido el Día del Juicio. Pero la palabra yannah denota Paraíso,


la tierra de la dicha eterna, el hogar permanente de los creyentes


correctos, y lo opuesto del Infierno.


“Creó siete cielos en dos días, y decretó para cada cielo Sus


órdenes, y embelleció el cielo de este mundo con estrellas


luminosas que son una protección [para que los demonios no


asciendan y escuchen las órdenes divinas]. Éste es el decreto del


Poderoso, Omnisciente”. (Corán 41:12)


“Su Señor les albricia [que serán recompensados en la otra


vida] con Su misericordia, Su complacencia, y con jardines en los


que disfrutarán permanentemente. Vivirán por siempre en ellos;


ciertamente Dios les tiene reservada una recompensa grandiosa”.


(Corán 9:21-22)


Las maravillas de Dios


El Profeta Muhammad ascendió a los cielos desde la roca que


ahora está cubierta por el familiar domo dorado, que se ha


convertido en el símbolo de Jerusalén. Este es un viaje que ningún


otro ser humano había hecho antes ni ha hecho desde entonces.


Esto demuestra la habilidad de Dios para realizar lo que parece


imposible. Aquí, el concepto del tiempo y del espacio como lo


conocemos no aplica, y está más allá de las capacidades humanas


entender la verdadera omnipotencia de Dios. En sus dichos y


tradiciones, el Profeta Muhammad describió la inmensidad de los


cielos: el primer cielo, comparado con el segundo, es similar a un


simple anillo en las inmensas arenas del desierto, y continuó su


narración hasta que describió al sexto cielo como un anillo en el


desierto comparado con el séptimo cielo. La magnitud de esto es


inimaginable. Nuestra tierra, y lo que llamamos el universo, están


contenidos dentro del primer cielo. Aún con el conocimiento


científico del siglo XXI, no tenemos idea de lo grande que esto es,


qué tanto se extiende el universo, o cuántas maravillas contiene.


11


El Profeta Muhammad viajó con el Ángel Gabriel hacia las


alturas de los cielos. Juntos llegaron a la puerta del primer cielo,


donde el Ángel Gabriel pidió permiso para entrar. Los guardianes


de la puerta preguntaron: “¿Quién es?” A lo que Gabriel


respondió: “Soy yo, Gabriel”. Los guardianes preguntaron


entonces quién lo estaba acompañando, y cuando les dijo que era


Muhammad, preguntaron si a él se le había dado la misión de guiar


a toda la humanidad a la adoración al Dios Único. El Ángel


Gabriel respondió afirmativamente, así que los ángeles guardianes


le dieron la bienvenida al Profeta Muhammad, dijeron que era un


placer recibirlo, y abrieron la puerta.


Saludando a los Profetas


El Profeta Muhammad nos dice que vio a su padre Adán, el


padre de toda la humanidad. Lo saludó con el saludo de todos los


musulmanes: Assalamu alaikum (que la paz sea contigo). Adán le


devolvió el saludo y expresó su fe en la profecía de Muhammad.


Lo llamó su hijo puro, el Profeta puro. Imagine el placer que esta


reunión debió producir en ambos hombres. Después de miles de


años, Adán pudo ver a su hijo Muhammad, el mayor de sus


descendientes. Muhammad pudo ver a los ojos al padre de la


humanidad. Las maravillas, sin embargo, apenas comenzaban. El


Ángel Gabriel y el Profeta Muhammad ascendieron entonces al


segundo cielo.


En la puerta, el Ángel Gabriel también pidió permiso para


entrar. Cuando los guardianes supieron que el Profeta Muhammad


había recibido su misión y quería entrar, le dieron la bienvenida y


le abrieron la puerta. Allí, el Profeta Muhammad vio a los dos


primos, el Profeta Juan (conocido en la tradición cristiana como


“el Bautista”) y el Mensajero de Dios, el Profeta Jesús; el Profeta


Muhammad intercambió saludos con ellos.


El Profeta Muhammad y el Ángel Gabriel ascendieron de


nuevo a las puertas del tercer cielo. En cada puerta tuvo lugar la


misma escena. Cuando los ángeles guardianes establecían que se


12


trataba del Ángel Gabriel en compañía del Profeta Muhammad,


quien en verdad había recibido su misión, le daban permiso de


entrar. Aquí, en el tercer cielo, el Profeta Muhammad se encontró


con el Profeta Yusuf (José) y lo describió como la encarnación de


la mitad de toda la belleza que existe.


Siempre que el profeta Muhammad se encontraba con los


Profetas en cada cielo, intercambiaba saludos con ellos, y éstos


siempre fueron Assalamu alaikum, el saludo de paz utilizado por


todos aquellos sometidos al Único Dios Verdadero. En el cuarto


cielo, el Profeta Muhammad conoció al Profeta Idris, de quien


Dios dijo en el Corán (19:57) que fue elevado a un nivel muy alto.


En el quinto cielo, conoció al Profeta Aarón, el hermano de


Moisés. En cada reunión, los Profetas expresaron su fe en la


profecía de Muhammad. En el sexto cielo, el Profeta Muhammad


conoció a Moisés.


Cada vez que el Profeta Moisés es mencionado al Corán o en


las narraciones del Profeta Muhammad, sabemos que algo


importante está a punto de ser descrito. Después que los dos


Profetas habían intercambiado saludos y el Profeta Moisés había


expresado su fe en la profecía de Muhammad, Moisés comenzó a


llorar. Cuando se le preguntó el por qué, respondió: “Un joven ha


venido después de mí, y más de sus seguidores entrarán al Paraíso


que de los míos”.


Hasta el advenimiento del Islam, el Profeta Moisés había


tenido más seguidores que cualquier otro Profeta. Moisés lloró, y


por ello podemos entender que hay cierto tipo de rivalidad entre


los Profetas, pero no es una competencia llena de celos o envidia.


Por el contrario, está llena de compasión. A medida que


avancemos en el viaje, veremos el amor y la compasión que el


Profeta Moisés tuvo por Muhammad y sus seguidores. El Profeta


Muhammad y el Ángel Gabriel ascendieron entonces hacia el


séptimo cielo.


13


El Ángel Gabriel y el Profeta Muhammad continuaron su ascenso


milagroso a través de los cielos. Este viaje fue más allá de lo que la


mente humana puede imaginar. Comenzó en los desiertos de


Arabia y se extendió hasta donde alcanza el universo conocido y


más allá. En la puerta del séptimo cielo, intercambiaron las


mismas preguntas y respuestas que en los cielos previos, y los


ángeles declararon su placer de conocer al Profeta Muhammad.


Dieron permiso de entrar y el Profeta de Dios, acompañado por


Gabriel, el ángel al que se le han confiado las revelaciones de


Dios, y siguieron hacia el último cielo.


El séptimo cielo es una expresión utilizada por los cristianos


para denotar la máxima felicidad o dicha, como en “estoy en el


séptimo cielo”. En el Islam, el séptimo cielo es donde el Profeta


Muhammad conoció al Profeta Abraham; y, en efecto, él


(Muhammad) debió haber estado en la máxima felicidad y en un


estado de dicha, al haber sido honrado con este viaje maravilloso.


Ambos Profetas intercambiaron saludos diciendo Assalamu


alaikum (que la paz sea contigo) y, como lo habían hecho todos los


demás Profetas, el Profeta Abraham expresó su creencia y su fe en


la misión del Profeta Muhammad.


A través de su hijo, Ismael, Abraham es el padre de los árabes


y el ancestro del Profeta Muhammad; es también el ancestro del


pueblo que se convirtió en los Hijos de Israel (los seguidores del


Profeta Moisés) a través de su hijo Isaac. En las tradiciones judías,


Abraham es llamado el padre de los judíos. Sin embargo, el Islam


rechaza esta idea, pues el Corán expone claramente que él no era


judío ni cristiano, sino un creyente en el monoteísmo más puro (la


creencia en un solo Dios).


“¡Oh, Gente del Libro! ¿Por qué discutís sobre Abraham,


siendo que la Torá y el Evangelio fueron revelados después de él?


14


 


15


¿Es que no razonáis? […] Abraham no fue judío ni cristiano, sino


que fue un verdadero Muslim Hanifa” 11. (Corán 3:65 y 67)


Los musulmanes creen en todos los Profetas de Dios;


Abraham, sin embargo, mantiene un lugar especial como uno de


los mensajeros de Dios más importantes, y tiene el honor único de


ser llamado, tanto en la tradición islámica como en la cristiana12,


 el siervo amado de Dios. Juntos, Abraham y su hijo Ismael


construyeron la Kaaba (el edificio cúbico negro en el medio de la


Masyid Sagrada de La Meca).


“Y cuando Abraham e Ismael levantaron los cimientos de La


Casa, dijeron: ¡Oh, Señor! Acepta nuestra obra, Tú eres


Omnioyente, Omnisciente”. (Corán 2:127)


Los musulmanes vuelven su rostro hacia la Kaaba muchas


veces al día mientras realizan sus oraciones, y en cada oración le


piden a Dios que bendiga a Abraham y a su familia.


El mundo de los ángeles


Mientras se encontraba en el séptimo cielo, al Profeta


Muhammad le fue mostrado el edificio conocido como “la casa


muy frecuentada”, o Al-Bait Al-Mamur en árabe. Es lógico que el


Profeta Abraham estuviera allí con esta casa, puesto que es el


equivalente en el cielo de la Kaaba en La Meca. Cada año, en la


época de la peregrinación (Hayy), más de 2 millones de


musulmanes de todas partes del mundo concurren a La Meca para


seguir los pasos del Profeta Abraham y realizar ciertos rituales,


incluyendo la circunvalación de la Kaaba. Cada día, 70 000


ángeles visitan la casa muy frecuentada en el séptimo cielo para


adorar a Dios. El Profeta Muhammad nos informó que, una vez los


                                                        


11La palabra Muslim se refiere a un hombre que está sometido sólo a Dios,


mientras que Hanifa implica pureza, veracidad y sinceridad. El diccionario árabe


asigna la palabra ortodoxo como uno de los significados de Hanifa, pero es más que


ortodoxia. Es una ortodoxia innata, un sentido de la verdadera naturaleza de las


cosas que es instintivo y natural.   


12 Isaías 41:8 y 2.


 


16


ángeles han visitado Bait Al-Mamur, nunca regresan. Dios jura por


su casa en el Corán.


 “Y juro por Bait Al-Mamur”. (Corán 52:4)


¡Setenta mil ángeles cada día! ¿Qué implica esto? Pensemos al


respecto y maravillémonos de cuántos miles o millones de años


lleva sucediendo esto. ¿Cuántos de estos seres creados de luz por


Dios existen? Esta fue otra maravilla que el Profeta Muhammad


tuvo el privilegio de ver y le permitió describirla para nosotros. En


sus tradiciones también nos informa que los cielos sobre nosotros


gimen, cada espacio está ocupado por un ángel adorando a Dios.


El límite más alto


El Profeta Muhammad pasó entonces a través de los siete


cielos hasta el límite más alto, a Sidrat Al-Muntaha, un árbol de


loto (azufaifo).


“Junto al Sidrat Al-Muntaha (loto que demarca el límite de los


siete cielos). Cerca está el Paraíso de la residencia eterna”. (Corán


53:14-15)


Él describió sus frutos como jarras y sus hojas tan grandes


como orejas de elefante. Cuatro ríos se originan de las raíces del


árbol de loto. Cuando preguntó respecto a ellos, se le dijo al


Profeta Muhammad que dos de los ríos eran únicos del Paraíso.


Nada nos ha llegado acerca de los nombres o el significado de


estos dos ríos en la narración de la ascensión. Sin embargo, se le


dijo que los otros dos ríos eran réplicas del Nilo y del Éufrates, dos


ríos que son especialmente benditos en este mundo.


Sidrat Al-Muntaha es llamado el límite más alto, puesto que


todo lo que surge de la tierra o de los cielos para allí, y todo lo que


baja se detiene allí13, y porque el conocimiento de los ángeles se


detiene en este punto. Nadie ha ido más allá excepto el Profeta


                                                        


13 Sahih Muslim.


 


17


Muhammad14. Más allá de este punto, dejamos los cielos y


pasamos al área del más allá, la zona que contiene el Paraíso y el


Trono de Dios. Continuando con su viaje milagroso, el Profeta


Muhammad pasó hacia esta zona y estuvo en la presencia de Dios


Todopoderoso.


 


 


Más allá del árbol de loto, el límite más alto es un lugar donde,


aparte de una excepción, ningún humano ha estado jamás. El viaje


nocturno y la ascensión a través de los cielos culminaron con el


Profeta Muhammad pasando el límite más alto y entrando en la


presencia de Dios Todopoderoso. Más allá del árbol de loto


(azufaifo) se encuentra la zona del más allá, el Paraíso y el Trono


de Dios mismo.


La palabra milagroso no es suficiente para describir lo


maravilloso que esto debió ser para el Profeta Muhammad. Está


más allá de toda descripción y de toda imaginación. Sin embargo,


el Profeta Muhammad no vio a Dios con sus ojos, como dice Dios


en el Corán:


“Ninguna visión puede abarcarlo”. (Corán 6:103)


Uno de los compañeros le preguntó al Profeta Muhammad


directamente si había visto a Dios, a lo que contestó:


“Él está velado por luz, ¿cómo podría verlo?” (Sahih Muslim)


Sin embargo, se mantiene el hecho de que Muhammad, Profeta


de Dios, estuvo en la presencia de Dios.


La importancia de la oración


Dios le habló al Profeta Muhammad y no tenemos detalles de


la conversación, excepto que Dios ordenó las oraciones diarias al


Profeta Muhammad y a sus seguidores. Es la única orden que Dios


                                                        


14 Imam Al-Nawawi.


ha impartido directamente a un Profeta en los cielos, todos los


demás actos de adoración fueron transmitidos en la tierra. La


oración es un regalo de Dios para aquellos que realmente creen en


Su Unicidad. Dios le otorgó este regalo al Profeta Muhammad,


quien a su vez lo dio a los seguidores del Islam. Es un regalo lleno


de grandes bendiciones y generosidades. Establece y mantiene


nuestra conexión con Dios. Dios no necesita de nuestras oraciones,


pero nosotros, como seres humanos desvalidos, tenemos una gran


necesidad de sentirnos conectados a Él. De hecho, la palabra árabe


para las cinco oraciones diarias es salah, que proviene de una raíz


que significa, entre otras cosas, “conexión”.


“Observad la oración prescrita, y especialmente la oración


intermedia [Salat Al ‘Aser], y cumplidla con sometimiento a


Dios”. (Corán 2:238)


Dios ordenó 50 oraciones al Profeta Muhammad y sus


seguidores. Al descender, el Profeta Muhammad pasó por donde


estaba el Profeta Moisés, quien le preguntó sobre lo que le había


sido ordenado. Cuando el Profeta Muhammad le explicó que se le


habían ordenado 50 oraciones al día, Moisés se mostró


sorprendido y le dijo de inmediato: “Devuélvete y pide a tu Señor


una reducción”. Cuando Dios prescribió 50 oraciones, el Profeta


Muhammad lo aceptó; Moisés, habiendo sido él mismo un gran


Profeta, sabía por sus seguidores lo que la gente podía y no podía


manejar en relación a las obligaciones religiosas. Él estaba seguro


que los seguidores de Muhammad no estarían en capacidad de


realizar


 tantas


 oraciones.


 El


 Profeta Muhammad tenía


conocimiento, pero el Profeta Moisés en ese momento tenía más


experiencia.


El Profeta Muhammad aceptó el consejo de su


hermano/profeta, regresó a la presencia de Dios y le pidió una


reducción. Dios redujo 10, a 40 oraciones. El Profeta Muhammad


descendió de nuevo, el Profeta Moisés le preguntó qué había


ocurrido. Cuando escuchó que la reducción había sido de sólo


18


diez, el Profeta Moisés lo envió de regreso para que pidiera una


nueva reducción.


Esta conversación continuó hasta que el número de oraciones


obligatorias fue de cinco. El Profeta Moisés sugirió una nueva


reducción diciendo: “¡Oh Muhammad! Yo conozco a la gente,


tu nación no será capaz de manejarlo, regresa y pide que la


carga de tu pueblo sea aliviada”. El Profeta Muhammad le


respondió: “No”. Él se sintió avergonzado de pedir otra reducción


y dijo que estaba satisfecho con cinco oraciones diarias. Una voz


se escuchó diciendo: “Las oraciones han sido reducidas a cinco,


pero serán recompensadas como si fueran cincuenta”. Dios nos ha


hecho claro que rezar cinco veces al día puede ser difícil para


algunas personas, pero aquellos que establezcan la conexión y


confíen que un día se reunirán con su Señor, lo hallarán fácil.


“Socorreos con la paciencia y la oración. Por cierto que la


práctica de la oración es difícil, excepto para los piadosos, aquellos


que tienen certeza del encuentro con su Señor y de la


comparecencia ante Él”. (Corán 2:45–46)


Misericordia, amor y compasión


Esa noche milagrosa concluyó con esta señal de la misericordia


de Dios. Imaginemos cuán difícil sería rezar 50 veces diarias.


Aunque vimos durante este viaje que Moisés lloró cuando supo


que el Profeta Muhammad tendría más seguidores que él en el Día


del Juicio, también vimos cuán ansioso estaba por aconsejar al


Profeta Muhammad, y cuán perspicaz fue en hacer fácil la práctica


del Islam a los creyentes. La competencia entre los Profetas fue


una de amor y compasión, y de esto debemos aprender cómo


tratarnos unos a otros. Aunque Dios nos dice que compitamos


entre nosotros en hacer buenas obras, debemos alentarnos y


ayudarnos unos a otros a hacer esto fácilmente.


“Apresuraos a realizar buenas obras. Compareceréis ante Dios,


y Él os informará acerca de lo que discrepabais”. (Corán 5:48)


19


El Profeta Muhammad descendió entonces de nuevo a la


Masyid Sagrada en La Meca. Los compañeros del Profeta ahora


estaban a punto de enfrentar la que sería, hasta ese momento, la


mayor prueba de su fe. Muhammad, el Profeta de Dios, estaba por


revelar que él había regresado de un viaje nocturno a la lejana


Masyid en Jerusalén, un viaje que normalmente tomaba más de un


mes. También les diría que había viajado donde ningún humano


había ido antes, a través de los cielos y hasta la presencia de Dios.


Esto fue un viaje nocturno milagroso; pero, ¿le creerían sus


compañeros y cómo reaccionarían sus enemigos?


El Profeta Muhammad viajó sobre el lomo de Al-Buraq todo el


recorrido hasta la lejana Masyid en Jerusalén. Ascendió a través de


los siete cielos y admiró maravillas inimaginables. Habló cara a


cara e intercambió saludos con muchos de sus colegas Profetas; y


el último Siervo y Mensajero de Dios, Muhammad, estuvo en la


presencia de Dios mismo. En la misma noche, apenas unas cuantas


horas después de haber comenzado su viaje, el Profeta Muhammad


regresó a La Meca.


Este viaje milagroso estaba a punto de convertirse en un arma


para sus enemigos contra el Profeta Muhammad y sus seguidores,


e igualmente sería una prueba extrema de la fe de los creyentes. A


su regreso a casa, el Profeta Muhammad buscó a Umm Ayman y le


contó sobre su viaje milagroso. Ella respondió: “Oh, Mensajero de


Dios, no le cuentes esto a nadie”. Umm Ayman tenía una fe


completa en el Profeta Muhammad y creyó su relato sobre el viaje,


pero tenía miedo respecto a cómo lo tomarían los demás.


El Profeta Muhammad describió a Umm Ayman como “mi


madre después de mi propia madre”. Ella fue la sierva fervorosa de


su madre Aminah, y se mantuvo con el Profeta Muhammad


después de las muertes de su madre y su abuelo. El Profeta


Muhammad y Umm Ayman siempre habían sido muy cercanos, y


al terminar este viaje maravilloso, él fue a la casa de Umm Ayman,


quizás por comodidad y facilidad mientras reflexionaba sobre este


milagro y decidía su siguiente movimiento.


20


El Profeta Muhammad respondió diciendo que él le diría a la


gente sobre la noche maravillosa. Él consideró que era su


responsabilidad ante Dios difundir el mensaje, sin importar la


respuesta o las consecuencias; Dios fue responsable por el


resultado. Él dejó en silencio la casa, reflexivo y discreto, y se


dirigió a la Mezquita Sagrada. Encontró gente en el camino, y


lentamente se fueron esparciendo las noticias sobre el viaje


nocturno entre el pueblo.


La respuesta


Mientras el Profeta Muhammad estaba sentado en silencio en


la Mezquita, Abu Yahl se le acercó y le preguntó: “Oh


Muhammad, ¿hay algo nuevo?” Conocido como uno de los


mayores enemigos del Islam, Abu Yahl fue responsable por la


tortura, el castigo, asesinato y hostigamiento de los musulmanes


nuevos a lo largo de los primeros años del Islam. Si bien se dio


cuenta de la hostilidad y el odio de Abu Yahal sentía hacia él, el


Profeta Muhammad le respondió con la verdad y dijo: “Esta noche


pasada he viajado hasta Jerusalén y he vuelto”.


Abu Yahal, siendo incapaz de disimular lo divertido que esto le


parecía, respondió pidiéndole a Muhammad que repitiera estas


palabras frente a la gente de La Meca. El Profeta Muhammad


respondió afirmativamente, y Abu Yahal dejó corriendo la


Mezquita, llamando al pueblo mientras corría por las calles.


Cuando suficiente gente se había reunido en la Mezquita a pedido


de Abu Yahal, el Profeta Muhammad dijo, de forma que todos lo


escucharan: “He estado en Jerusalén y he regresado”.


La muchedumbre comenzó a reír, silbar y aplaudir. Tomaron


esto como una broma y se retorcieron de risa. Esta era la respuesta


que esperaba Abu Yahal y estaba emocionado. Los incrédulos en


la muchedumbre vieron una oportunidad de ponerle fin al Islam.


Ridiculizaron y restaron importancia a la declaración del Profeta


Muhammad. Entre la gente se encontraban personas que habían


21


 


22


viajado a Jerusalén, y le pidieron al Profeta Muhammad que


describiera lo que había visto.


El Profeta de Dios comenzó a describir su viaje, pero se irritó.


Había estado poco tiempo en Jerusalén, y la naturaleza milagrosa


de estos viajes había implicado que él no recordara detalles


pequeños y descripciones. Sin embargo, el Profeta Muhammad nos


dice que Dios le mostró los detalles “justo frente a sus ojos” y él


describió lo que había visto “piedra por piedra, ladrillo por


ladrillo”. Los viajeros confirmaron sus descripciones.  (Sahih Al


Bujari)


Hay otra narración15 que dice que mientras viajaba de regreso a


La Meca, el Profeta Muhammad pasó sobre una caravana. Él fue


capaz de describirla con claridad. La caravana había perdido un


camello, y el Profeta Muhammad les gritó desde el cielo


informándoles dónde se encontraba el camello. También bebió de


su suministro de agua.


La gente de La Meca despachó de inmediato a un grupo para


que alcanzara la caravana antes de que entrara a la ciudad y así


preguntarle a esa gente respecto a la noche anterior. Ellos


confirmaron que una voz extraña les había dado la ubicación del


camello perdido y que parte de su suministro de agua había


desaparecido. Sin embargo, estas confirmaciones no fueron


suficientes. La gente abucheó al Profeta de Dios, se rieron y no


creyeron en sus palabras. Este evento milagroso fue una prueba de


fe tal que incluso algunos de los musulmanes nuevos no lo


creyeron y abandonaron la fe del Islam.


La dulzura de la fe


Para aquellos cuya fe era fuerte y verdadera, el Poder de Dios


fue obvio. Algunos de aquellos que hallaron la historia completa


difícil de creer fueron a ver a Abu Baker, el mejor amigo y apoyo


leal del Profeta Muhammad. Le preguntaron si creía que el Profeta


                                                        


15 La Biografía del Profeta Muhammad por ibn Hisham.   


Muhammad había viajado de noche hasta Jerusalén y de regreso a


La Meca. Sin titubear, Abu Baker respondió: “Si el Mensajero de


Dios dice eso, entonces es cierto”. Fue por eso que en esta ocasión


Abu Baker se ganó el título de As-Siddiq (el veraz). Este fue un


momento decisivo para muchos musulmanes; después de afrontar


la tortura física y el abuso de los incrédulos, ahora debían lidiar


con un concepto que estaba más allá de lo que podían imaginar.


Algunos fallaron, pero muchos se elevaron a nuevas alturas y


pudieron saborear la dulzura de la verdadera sumisión al único


Dios.


El viaje nocturno de la Mezquita Sagrada en La Meca a la


lejana Mezquita en Jerusalén, y la ascensión a través de los cielos


y hasta la presencia de Dios Todopoderoso, fue un milagro dado


por Dios a su último Siervo y Profeta, Muhammad, que la paz y las


bendiciones de Dios sean con él, y uno de los mayores honores


otorgado a cualquier ser humano.


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