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Esta es una sura corta de ocho versículos, revelada en La Meca. Su título, "el sosiego" o "la expansión" (Ár. Ash-Sharh), es tomado de la primera aleya. Fue revelada poco después de la sura anterior, "el resplandor matinal", y es una continuación de la tranquilidad y el aliento dados allí al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Nos da una idea del amor de Dios por el Profeta Muhammad y explica las medidas que Él ha tomado debido a la preocupación por Su mensajero. También hay buenas nuevas de que pronto habrá alivio para el Profeta.





Transmitir el mensaje causó un gran cambio en la vida del Profeta Muhammad; la misma sociedad que anteriormente lo tenía en gran estima de repente se volvió hostil. Él estaba acostumbrado a que lo trataran con respeto y ahora recibía abusos, con cada paso enfrentaba nuevas dificultades. Aunque el Profeta Muhammad logró acostumbrarse a las nuevas condiciones, las etapas iniciales fueron muy desalentadoras. En consecuencia, este y el capítulo anterior fueron revelados para consolarlo e infundirle valor.





Aleya 1: Iluminando el camino del Profeta Muhammad





El Profeta Muhammad estaba preocupado pues había muchos obstáculos en su camino y las dificultades de su misión pesaban fuertemente en su corazón. Sintió que necesitaba ayuda y Dios le brindó este discurso reconfortante. Dios se dirige a Su amado Mensajero diciendo: "¿Acaso no he dado sosiego a tu corazón?". Dios calmó la mente del Profeta con respecto al mensaje y su misión. Dios iluminó su camino y facilitó su viaje. Él le asegura al Profeta que está con él en todas las dificultades. Dios, en pocas palabras, explica que el Profeta Muhammad ha sido bendecido con guía y luz, y la sumisión se le ha facilitado, por lo que no hay necesidad de angustia ni preocupación.





Aleyas 2 y 3: Aligerando la carga del Profeta Muhammad





Así como Dios dio sosiego al corazón del Profeta de forma que él sintió un alivio que jamás nadie había sentido, ahora Él alivia la carga que pesa tanto sobre el Profeta Muhammad que siente que su espalda fuera a quebrarse, y lo alivia de una manera especialmente diseñada para él.





El alivio aligera el corazón del Profeta y lo llena de guía para que se hiciera claro el camino para cumplir su misión. La revelación del Corán le ayudó a entender y explicar la veracidad del mensaje, por lo que ya no era una carga que pesaba sobre él, sino que era ligero y cada vez se hacía más ligero.





Aleya 4: Exaltación del Profeta Muhammad





Al comienzo de la misión del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), la gente de meca se negó a prestar atención a su llamado, hicieron todo lo posible por difamarlo. Sin embargo, esto solo hizo que su nombre se divulgara más allá. Dios exaltó al Profeta Muhammad por encima de todos en la Tierra y en el universo entero. Su reputación llegó a ser muy alta cuando su nombre comenzó a ser mencionado mientras se combinaba con el nombre de Dios: "No hay deidad excepto Dios y Muhammad es el Mensajero de Dios". Este grado de exaltación no se le ha otorgado a ningún otro ser humano ahora ni en el pasado ni en el futuro. El hecho de que el Profeta Muhammad fuera elegido para la tarea de difundir el mensaje de Dios es una exaltación a la que nadie más puede aspirar.





Dios ha decretado que siglo tras siglo, generación tras generación, millones de personas en todo el mundo honren en nombre de Muhammad, Mensajero de Dios. Lo honran con súplicas por paz y bendiciones para él. Al exaltar el nombre del Profeta Muhammad, Dios ha demostrado Su amor por él.





Aleyas 5 y 6: La facilidad después de cada dificultad





Dios le informa al Profeta Muhammad que estos tiempos difíciles no durarán para siempre. Una cantidad increíble de facilidad será asociada con cada dificultad. Estas dos aleyas llenan los corazones de la humanidad con gratitud y esperanza. Así como Dios alivia la carga del Profeta Muhammad con estas palabras de consuelo, también alivia el dolor que sentimos. El dolor y la pesadumbre del corazón de Muhammad no se compara con los dolores de la humanidad mientras pasamos por nuestras pruebas y tribulaciones, pero Dios nos trata a todos con bondad y nos enseña lecciones en la forma en que trató con Su Mensajero.





La facilidad increíble solo llegará después de que atravieses cierta dificultad. Los eruditos sugieren que Dios estaba preparando al Profeta Muhammad para el difícil viaje de cumplir su misión, pero también le estaba diciendo que la victoria estaba asegurada. De acuerdo con la gramática árabe, estas son dos oraciones que describen una dificultad. Con cada dificultad vienen dos facilidades, ambas sorprendentes y capaces de dominar o borrar la dificultad o inconveniente. Los malos tiempos no duran para siempre, de hecho, la forma en que son mencionadas la dificultad y la facilidad sugiere que las dificultades no están presentes sin que haya facilidad cerca de ellas.





Aleyas 7 y 8: Anhelar a Dios y buscar consuelo en Él





Dios le dice al Profeta Muhammad que cuando haya terminado el trabajo difícil que lo consume durante el día, podrá hacer lo que ha estado deseando: adorar a Dios. Esta devoción y dedicación a su Señor le proporcionará consuelo y lo fortalecerá para enfrentar cualquier dificultad que pueda surgir al día siguiente. Hay eruditos que creen que esto también se refiere a la muerte del Profeta Muhammad. Cuando su gran obra esté completa, podrá hacer lo que ha deseado hacer todo el tiempo: estar con Dios y adorarlo.



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