Amaba y respetaba a sus familias
El Profeta – paz y bendiciones sean con él – nombrado Amer Bin Al-Aas como líder en la batalla de Zat Al-Salasil. Sintiendo el amor del Profeta, Amer le preguntó al Profeta: ¿quién es el más querido para ti? Respondió: (Aisha), Amer dijo: es decir, de los hombres: contestó: (su padre), Amer dijo: Entonces, ¿quién? El profeta contestó: (Omar), entonces el Profeta mencionó varios hombres; entonces, Amer guardó silencio para no ser el último de ellos.
Narrado por: Abu Othman Al-Nahdi – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 4358
Guardaba su dignidad durante experiencias penosas
Aisha – que Allah esté complacido con ella – narró: cuando el Profeta – paz y bendiciones sean con él – quería viajar, sorteaba entre sus esposas y quien ganaba le acompañará. En la batalla de Bani Al-Mustaleq, yo gané el lote y viajé con él. Las mujeres comían comida ligera y evitaban la carne para moverse con facilidad. Estaba sentada en mi howdah cuando bajamos para descansar y cuando partimos me llevaron en mi howdah y la pusieron en la parte posterior del camello y luego la sujetaron con cuerdas para seguir adelante otra vez.
Cuando el Profeta – paz y bendiciones sean con él – terminó dicho viaje, regresó a Medina. Al acercarse a Medina, se bajó y tomó un breve descanso durante la noche. Después de eso, se les dijo a las personas que continuaran caminando y se prepararon para continuar, mientras fui a responder al llamado de la naturaleza y tenía un collar en el cuello. Cuando terminé, collar se me cayó del cuello y no me acordé hasta llegar al lugar de mi equipaje. En aquel momento, la gente comenzó a partir, cuando volví al lugar buscando el collar hasta que lo encontré. Entonces, la gente que tomó mi camello para el descanso volvieron a poner el howdah sobre el camello pensando que yo estaba dentro, como de costumbre y siguieron caminando. Volví al campamento y las personas no estaban allí.
Todos ellos se habían ido. Al ver esto, me cubrí con mi vestido y me senté en mi lugar, para que cuando me echaran de menos pudiesen volver y encontrarme allí. Mientras estaba ahí (sentada), Safwan Bin Al-Mu'atel Al-Sulami pasó cerca de mí, pues el se había retrasado por responder el llamado de la naturaleza. Él vio mi ropa negra y se acercó a mí – él me conocía antes de la revelación del verso del hiyab (velo) – y dijo: "de Allah pertenecemos y hacia él es nuestro regreso.” ¿La esposa del Profeta está aquí? Entonces yo me cubría con mi vestimenta. Él dijo: ¿por qué te has retrasado? No dije nada. Luego trajo el camello cerca de mí y dijo: monta. Regresó un poco. Entonces monté el camello y dirigió el camello hacia la caravana pero no les alcanzó y que no nos echaron de menos hasta la mañana cuando se detuvieron para descansar. Entonces, vieron al hombre guiando el camello que monté. En ese momento, un grupo de personas habían fabricado una historia y comenzaron a difundir rumores que cometimos adulterio y todo el campamento estaba confundido mientras yo no sabía nada sobre el asunto.
Luego llegamos a Medina y estaba muy enferma y nadie me decía lo que estaba sucediendo. Entonces el asunto llegó a mi padre y al Profeta – paz y bendiciones sean con él – y nadie me dijo nada. Entonces yo no estaba satisfecha con el tratamiento del Profeta hacia mí mientras estaba enferma, porque cuando entró en mi habitación mientras que mi madre me estaba cuidando, dijo: ¿Cómo estás? Y no dijo nada más. Viendo eso, me sentí furiosa por su frialdad y le dije: ¿puedo ir con mi madre? Él respondió: no hay problema. Luego fui con mi madre y no sabía nada sobre el asunto. Unos veinte días más tarde me recuperé. En nuestra época, no teníamos baños como los no árabes. Los odiábamos. Íbamos a los espacios libres en Medina y las mujeres salían cada noche para aliviar la naturaleza. Cierta noche, salí con Um Mustah para aliviar la naturaleza.
En el camino, se tropezó con su ropa y dijo: ¡Ay de mi hijo Mustah!. Le dije: no es bueno hablar así de un hombre como tu hijo, que es uno de los inmigrantes y ha sido testigo de la batalla de Bader. Um Mustah dijo: ¿no sabes las noticias recientes? Le dije: ¿Qué pasó? Me dijo sobre los rumores hechos por el pueblo que cometí adulterio. Le pregunté: ¿eso es lo que pasó? Ella dijo: Sí. Al escuchar eso, no pude ni siquiera aliviar la naturaleza y volví a casa. Seguí llorando hasta que sentí que mi hígado estallaría. Le dije a mi madre: toda la gente hablando mal de mí, ¿por qué usted no me mencionó esto? Mi madre me dijo: mi querida hija, no te preocupes. Esto suele suceder a cualquier mujer hermosa amada por su esposo, quien tiene otras esposas, porque las otras esposas y la gente hablan mucho sobre ella por sus celos. El Profeta – paz y bendiciones sean con él –luego pronunció un sermón a la gente – del cual no supe.
Él dijo: "Oh, gente, ¿por qué un grupo está hablando mal de mi familia y dicen mentiras acerca de ellos? Juro por Allah el Todopoderoso que mi esposa es buena y casta. Además, también hablaron mal de un hombre que es honesto. Ese hombre no entró mi casa excepto en mi compañía " La audiencia, en la que había algunos hombres de la tribu al-Jazrach y Abdullah Bin Ubai se enojaron y el asunto se complicó después de lo que fue dicho por Mustah y Hamna Bint Yahsh, la hermana de Zainab Bint Yahsh, la esposa del Profeta, paz y bendiciones sean con él – porque ella era la única mujer que competía con mi rango por el Profeta. Zainab habló sólo sobre mí pero su hermana Hamna esparció rumores malos de mí. Cuando el Profeta – paz y bendiciones sean con él – pronunció el sermón antes mencionado, Usaid Bin Khudair dijo: Oh profeta de Allah, si (la gente que habló mal de tu familia) son de la tribu Al-Aws les mataremos y si son de nuestros hermanos de la tribu al-Jazrach, ordena y les cortaremos sus cuellos. Al escuchar eso, Saad Bin Obada (jefe de la tribu al-Jazrach, que era considerado de los hombres justos) dijo enojado: juro por Allah que estás mintiendo, no vamos a permitir que cortes sus cuellos, acabas de decir eso porque sabes bien que (quien habló mal sobre la familia del Profeta) son de la tribu al-Jazrach, y si fueran de tu tribu no hablarías así de ellos. Usaid respondió: te lo juro por Allah que tu eres el mentiroso, eres un hombre hipócrita defendiendo a la gente hipócrita. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – bajó de su stand y llamó a Ali Bin Abi Taleb y Osama Bin Zaid – que Allah esté complacido con ellos – para consultarlos.
Osma habló bien y dijo: Oh profeta de Allah, es tu familia y no sabemos nada más bien sobre ellos y estos rumores son mentiras y falsedades. Ali dijo: Oh profeta de Alá, las mujeres son muchas, puedes casarte otra vez y puedes preguntarle a su criada, ella no va a mentir. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – llamó a Barira (la criada) y le preguntó sobre el asunto. Ali la golpeó severamente diciendo: di la verdad al Profeta! La doncella dijo: juro por Alá que no sé nada pero cosas buenas de Aisha, salvo que cuando amaso y le digo que cuide la masa, ella duerme y se olvida y las ovejas vienen y se la comen!
Aisha dijo: el Profeta – paz y bendiciones sean con él – entró a mi cuarto mientras que mis padres estaban conmigo. También había una mujer de al-Ansar (la gente que apoyaban al Profeta) llorando conmigo. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – se sentó, Allah alabado entonces dijo: Oh Aisha, ¿sabes lo que la gente está diciendo?, se piadosa y si cometes algo de lo que dicen, sólo arrepiéntete a Allah. Allah acepta el arrepentimiento. Al escuchar eso, no encontré lágrimas en mis ojos (ante mi asombro del discurso del Profeta) y esperaba que mis padres respondieran en mi nombre, pero no lo hicieron. Yo esperaba que el Profeta – paz y bendiciones sean con él – vería un sueño probando mi inocencia, pero no esperaba que mi rango era tan elevado, al punto de que Allah el Todopoderoso revelará un verso probando mi inocencia. ¿Les dije a mis padres: no pueden contestarle al Profeta de Allah? Ellos respondieron: no sabemos qué decir. El asunto era muy difícil para la familia de Abu Baker.
Aisha dijo: en esa penosa situación, la familia de mi padre, Abu Baker, sufrió más de lo que nadie podía soportar. Aisha dijo: cuando mis padres no respondieron, yo empecé a llorar y dije: juro por Allah que no me arrepentiré de lo que dices en absoluto porque si reconozco lo que está diciendo la gente – aunque soy inocente – estaría diciendo algo que no sucedió y si lo niego, no vas a creer. Luego traté de recordar el nombre del Profeta Yaqoub (Jacobo), pero fue en vano, entonces dije: te diré como el padre de Yusuf: {para mí la paciencia es más apropiada: contra lo que vosotros afirmáis, es Alá (solamente) cuya ayuda se puede buscar}. Luego vino la revelación al Profeta – paz y bendiciones sean con él - y le puse una almohada bajo la cabeza. No temía nada porque estaba segura de que era inocente, pero mis padres temían que Alá revelara algo demostrando los dichos de la gente. Entonces el Profeta – paz y bendiciones sean con él – se sentó sudando pesadamente. Empezó a limpiar su sudor y dijo: se feliz Aisha, Allah el Todopoderoso ha revelado tu inocencia. Le dije: Alabado sea Allah Todopoderoso. Entonces el Profeta – paz y bendiciones sean con él – salió y recitó los siguientes versos: {quienes llevaron adelante la mentira son un cuerpo entre vosotros: piensa que no es un mal que, por el contrario es bueno para ti: para cada hombre entre ellos (vendrá el castigo) del pecado que se ganaron y para él que tomó sobre sí mismo el liderazgo entre ellos será una pena grave}.
Narrado por: Aisha – grado: es la historia y se menciona en al-Bujari y Muslim – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Fiqh Al-Sira – página o número: 288
Les daba tiempo para adornarse
Fuimos a una batalla con el Profeta – paz y bendiciones sean con él – y yo cabalgaba sobre mi camello pero alguien me siguió por detrás y comenzó instar a mi camello con un palo; Entonces, mi camello avanzó más rápidamente que los mejores camellos. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – dijo: (¿por qué estás apurado?). Le dije: me casé recientemente. Dijo: (¿te has casado con una virgen o no?). Le respondí: no es virgen. Dijo: (¿no es mejor casarse con una virgen con la que puedes divertirte?) Entonces, cuando fui a consumar el matrimonio. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – dijo: (espera hasta la noche – es decir, después de al-Isha (oración de la noche) – para que la novia pueda peinarse y prepararse).
Narrado por: Abdullah Bin Jaber – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 5079
Teniendo en cuenta su psicología cuando estaban enfermas
El Profeta – paz y bendiciones sean con él –, si uno de sus familiares estaban enfermos, leía sura Al-Falq y An-Nas sobre el familiar enfermo y lo frotaba con sus manos. Cuando él se enfermó, lo cual causó su muerte, empecé a leer los dos capítulos y lo frotaba con sus propias manos porque son más benditas que las mías.
Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim – Fuente: al-Musnad Al-Sahih – página o número: 2192
Les traía buenas noticias y alegría
Yibril (el ángel de la revelación) – la paz sea con él – vino al Profeta – paz y bendiciones sean con él– y dijo: Oh profeta de Alá, Khadija viene sosteniendo una olla de comida o bebida, cuando llegue, comunícale saludos de Allah Todopoderoso y míos y dile que Allah ha preparado para ella una casa en el Paraíso de perlas, en donde podrá disfrutar de tranquilidad y comodidad.
Narrado por: Abu Huraira – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: al-Jame' Al-Sahih – página o número: 3820
Aisha – que Allah esté complacido con ella – narró que el Profeta – paz y bendiciones sean con él – le dijo: "Yibril está enviando sus saludos" Aisha respondió: Envíale mis saludos.
Yibril – paz y bendiciones sean con él – vino al Profeta – paz y bendiciones sean con él – y dijo: Oh Profeta de Allah, es Khadija viene sosteniendo una olla de comida o bebida, cuando llegue, comunícale saludos de Allah Todopoderoso y míos y dile que Allah ha preparado para ella una casa en el Paraíso hecha de perlas, en donde podrá disfrutar de tranquilidad y comodidad. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – cumunicó estas buenas noticias a khadija y estaba muy feliz por ella.
El Profeta Instó a los Hombres a Mantener una Buena Relación con Sus Esposas
El Profeta (paz y bendiciones sean con él) mostró a su nación cómo debía ser la vida en común entre los cónyuges, por sus discursos, así como por sus acciones. Han sido citados muchos hadices de nuestro profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) sobre este asunto, y hemos seleccionado algunos, como sigue:
1- Bujari y Muslim narraron que abu huraira (Allah esté complacido con él) dijo que el profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) dijo: “traten a las mujeres amablemente, ellas fueron creadas de una costilla, y la parte más curvada de la costilla es su parte superior; entonces, si ustedes tratan de rectificarla, se romperá, y si la dejan tal cual es, permanecerá curvada; y las mujeres son así.”
Y en otra narración de Muslim leemos: “la mujer fue creada de una costilla, si usted trata de rectificarla, se romperá, y su rotura es su divorcio.”
El profeta (la paz sea con él) hizo el vínculo entre la recomendación que hizo para las mujeres y la muestra de su verdadera naturaleza, a fin de fortalecer y de aceptar su recomendación. En efecto, si el carácter de la mujer muestra alguna distorsión, el hombre tiene la obligación de ejercitar la paciencia hacia ella, y no esperar que sea derecha de forma espontánea porque está actuando por su propia naturaleza.
Por lo tanto, insistir a la mujer de ser recta al nivel ideal es un punto de sorpresa y de asombro para los poetas, y uno de ellos dijo: “la mujer es como una costilla torcida que no puede ser rectificada, por lo que de otro modo la rectificación de las costillas es su rotura.”
Otro poeta dijo: “el que intenta utilizar las cosas más allá de su naturaleza es como el que quiere una antorcha de fuego en el agua.”
2- El Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) repetía esta recomendación en cada oportunidad que se presentaba. En la última peregrinación: peregrinación de despedida (Hayy al waddaa), nuestro profeta (la paz sea con él) ha dedicado una parte esencial de su gran sermón a esta recomendación diciendo: “traten con amabilidad a las mujeres, son cautivos en sus casas, no hay manera, salvo en tratar con amabilidad a menos que cometan una clara abominación, en cuyo caso, abandono en la cama; si no fuera posible, golpearlas suavemente, pero no les causen ningún daño; entonces, si ustedes no obedecen son injustos con ellas. Ellas tienen derechos sobre ustedes, y ustedes tienen derechos sobre ellas. Sus derechos sobre ellas es que deben mantener su honor y no permitir que cualquier persona entre en su casa si no les gusta que entre, y sus derechos es que sean tratadas con amabilidad y que les proporcionen ropa y alimentos.” Narrado por Muslim.
El profeta (la paz sea con él) reiteró su recomendación para la mujer porque él conocía bien su naturaleza. Esta naturaleza no puede ser tolerada por algunos de los hombres que no tienen control sobre sí mismos cuando se enfadan, por lo que su intolerancia sobre la tortuosidad de las mujeres les lleva a ellos al divorcio y, por consiguiente, pierden a sus esposas y dispersan a sus familiares.
Por lo tanto, en otro hadiz, el profeta (la paz sea con él) ha dirigido a las parejas a lo que es beneficioso para sus familias, diciendo:
3 - “el creyente no debe odiar a su mujer creyente, porque si él odia determinada manera de su personalidad, entonces él no debe olvidar los otros buenos modales en su carácter.” Narrado por Muslim.
4 - el Profeta (la paz sea con él) dijo también: “el creyente que tenga la más perfecta fe es el que tiene la mejor moral y el que es más amable hacia su familia.” Narrada por al Tirmidhi y otros.
5 - el profeta (la paz sea con él) dijo también: “el mejor de ustedes es el que es mejor con su familia, y yo soy el mejor de ustedes con mi familia.”
6 - el profeta (la paz sea con él) también dijo: “todo lo que no implique la alabanza a Allah, es vanidad o negligencia, salvo cuatro cosas: el ejercicio de tiro, entrenar con el caballo, jugar con su familia y el aprendizaje de la natación.” Narrado por al Nasai.
Hay muchas tradiciones instando a los musulmanes a tener buenos modales con sus familias y parientes.
Muhammad (la paz sea con él) disciplina a sus esposas si es necesario.
Sin embargo, a pesar de las buenas relaciones, aprobada por el profeta (la paz sea con él) con sus esposas, madres de los creyentes (Allah esté complacido con ellas) y la conmiseración, misericordia, ternura y delicadeza, el querido profeta no era siempre de este estilo en todas las circunstancias, porque el profeta (la paz sea con él) fue sabio y prudente, puso cada acto en el lugar que le corresponde y tomó la actitud correcta en las circunstancias adecuadas. La amabilidad y las buenas relaciones son más apropiadas a su paso. Pero si la disciplina, el castigo y el abandono se requerían, él las elegía.
Un poeta dijo sobre este tema:
La paciencia y la benevolencia no serán viables ni útiles si no hay determinación y rigor.
Las mujeres son, por naturaleza, curvadas, tienden a sus sentimientos y siempre necesitan ser educadas, cultivadas y disciplinadas; por lo que Allah todopoderoso les ha asignado esa responsabilidad a los hombres diciendo: “los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Allah ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Allah manda que cuiden. ¡amonestad a aquéllas de quienes temáis que se revelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Allah es excelso, grande.” Sura an Nisaá (de las mujeres): 34.
El profeta (la paz sea con él) ha aplicado esta forma con su familia para enseñar a los musulmanes la manera correcta de la educación y disciplina como él les enseñó a ser amables y benevolentes con sus familias.
Cuando las esposas del profeta (la paz sea con él) le pidieron que gastara en ellas más que los límites normales, y querían que disfrutara de más placeres y delicias en esta vida transitoria más allá de lo que el profeta (la paz sea con él) determinó y eligió para él mismo, las dejó por un mes hasta que Allah todopoderoso reveló esta aleya: “¡profeta! Di a tus esposas: ‘si deseáis la vida de acá y su ornato, ¡venid, que os proveeré y os dejaré en libertad decorosamente! Pero, si buscáis a Allah, a su enviado y la morada postrera, entonces, Allah ha preparado una recompensa magnífica para aquéllas de vosotras que hagan el bien.’” sura al Ahzab (de los Coligados): 28 – 29.
Por lo tanto, el profeta (la paz sea con él) les dio la opción tanto de estar con él con lo mínimo necesario para vivir, o separarse; entonces, ellas eligieron obedecer a Allah todopoderoso y a su profeta (la paz sea con él) como fue mencionado antes en la narración de Anas, Um Salama y Abdullah Bin Abbas en al Bujari y Muslim.
El profeta (paz y bendiciones sean con él) era de esta manera si el asunto requería determinación en el trato con sus esposas, como en el caso de cometer cualquier error religioso que no pudiese ser ignorado. En tal caso, el profeta (la paz sea con él) denunciaba tales errores sin tener ninguna consideración con nada, excepto el placer de Allah todopoderoso; más aún, el utilizaba varios métodos como la predicación, dirección, atemorización, y el enojo según las circunstancias de cada caso.
Todo esto demuestra la moral sublime, los modales y la sabiduría del Profeta (paz y bendiciones sean con él) como fue el tomar las acciones correctas en las circunstancias correctas.
La Equidad del Profeta entre Sus Esposas
La equidad del Profeta (paz y bendiciones sean con él) entre sus esposas sigue el mismo patrón que el de su buen comportamiento, generosidad y amabilidad. Su equidad proviene de un sentimiento de responsabilidad y de su naturaleza innata con la que Al·lâh le creó dotándolo de amor a la verdad y a la justicia.
Cuenta ‘Âisha que el Profeta "Nunca daba preferencia a ninguna de nosotras en cuanto a la compañía, y casi todos los días nos visitaba a todas pero sin tocarnos y luego terminaba durmiendo en casa de la que le correspondía el turno". Narrado por Abû Dâwûd.
Y esta justicia del Profeta (paz y bendiciones sean con él) no cambiaba en ninguna situación, tanto cuando se iba de viaje como cuando tocaba permanecer; como cuenta ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella:
"Cuando el Profeta (paz y bendiciones sean con él) tenía que viajar le acompañaba una de ellas tras realizar un sorteo entre ellas: la que acertaba viajaba con él". Cuenta: "asignaba a cada una de sus mujeres su día y su noche, salvo Sawda, que había ofrecido su turno de día y de noche a favor de ‘Âisha – que Al·lâh esté complacido con ellas – aspirando con eso a la complacencia del Profeta (saaws)". Narrado por al-Bûjârî. (eso sucedió cuando Sawda se hizo mayor y perdió interés por los hombres)
Otro gesto de la equidad del Profeta, paz y bendiciones sean con él, es que cuando se casaba de nuevo, permanecía con la nueva esposa tres noches para acompañarla en su nueva casa, y luego le asignaba un turno como al resto. Cuenta Ummu Salma, que al·lâh esté complacido con ella que el Profeta (saaws) permaneció con ella tres días, y entonces le dijo: "…si quieres permanezco siete días, y si lo hago lo tendré que hacer con las restantes". Le dijo: "basta con tres días". Narrado por Muslim.
Incluso cuando estuvo enfermo antes de morir, el Profeta, paz y bendiciones sean con él, pedía que le llevaran a la casa de la que correspondía el turno, y dice ‘Âisha: "cuando empeoró su enfermedad pidió permiso a sus esposas para ser tratado en mi casa, y ellas se lo permitieron". Narrado por al-Bujârî.
En otra narración cuenta: "el Profeta (saaws) solía preguntar durante la enfermedad que antecedió a su fallecimiento: dónde me toca mañana esperando el turno con ‘A’isha. Dice ‘A’ isha: "entonces le autorizaron sus esposas a permanecer donde prefiriese, y estuvo en mi casa hasta que falleció, y eso sucedió un día en que lo tenía en la habitación acurrucado en mi regazo, y Al·lâh se llevó su alma teniendo su cabeza entre mi cuello y mi pecho, con su saliva mezclada con la mía". Narrado por al-Bujârî.
Y a pesar de la gran justicia del Profeta con sus esposas en todo lo que él poseía (gastando, como compañero, conviviendo,…), siempre pedía el perdón de Al·lâh, alabado y enaltecido sea, por todo lo que no poseía. Dijo ‘A’isha, que Al·lâh esté complacido con ella:
"el Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, repartía con justicia y decía: ¡Al·lâh! Este es mi reparto en lo que poseo, no me reprendas en lo que tú posees y no poseo" (relató Abû Dâwûd). Y el Profeta se refería al corazón tal y como lo interpretó Abû Dâwûd, o al amor según la interpretación de at·Tirmidî. Pues el Profeta actuaba con total justicia en el sentido material porque está en sus manos, pero los corazones y los sentimientos solamente Al·lâh posee su control, y este amor era mayor hacia ‘Aisha y esto es algo sobre lo que no tenía dominio. Y a pesar de ello siempre rogaba a Al·lâh que le perdonase el hecho de amar a unas más que a otras, lo cual concuerda con lo que dice Al·lâh, alabado y enaltecido sea:
[…y los que realizan sus buenos actos pero siguen con temor porque saben que ellos regresarán a su Señor] ( la sura de al Múminún (los Creyentes) 60.
Lo que indica que el asunto de la justicia entre las esposas es muy importante tal como lo expresa en otro dicho el Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él: "quien esté casado con dos mujeres y no actúa con justicia con ellas, vendrá el día del juicio final con la mitad de su cuerpo caída o inclinada". Narrado por Abû Dâwûd.
Y en la convivencia del Profeta (paz y bendiciones sean con él) con sus esposas tenemos todos nosotros un ejemplo a seguir, dice al·lâh, alabado y enaltecido sea:
[realmente tenéis en el mensajero de Al·lâh un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Al·lâh y en el último día y recuerde mucho a Al·lâh.] (la sura de al ahzâb, 21), puesto que el comportamiento del Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean con él, sus actos y sus dichos, honran a sus seguidores, son una guía para todos los creyentes, y deben seguirlo siempre, salvo en las cuestiones específicas para el Profeta (paz y bendiciones sean con él).
La Fidelidad del Profeta (saaws) hacia Sus Esposas
En cuanto a su fidelidad con ellas, probablemente ya se dio a conocer por lo mencionado anteriormente sobre la virtud moral de la fidelidad y su aplicación práctica por parte del profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, especialmente con su esposa Jadîÿa, que Al·lâh esté complacido con ella. Esta fidelidad llegó a tal punto que provocó los celos de ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, sin que haya coincidido con ella en su vida, incluso dijo ‘Âisha lo siguiente: "Nunca tuve celos de ninguna esposa del mensajero de Al·lâh como los tuve de Jadîÿa, por la multitud de veces que fue aludida y elogiada por el profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él". Relatado por al Bujârî.
Y otra de las formas de fidelidad con ellas fue cuando fue revelado sobre el profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, el versículo coránico de la elección: [Profeta! Di a tus esposas: "si deseáis la vida mundana y su ornamento, ،venid, que os proveeré y os dejaré en libertad decorosamente!] (la Coalición: 28).
Entonces el profeta empezó con ‘Âisha y le dijo: "Te voy a mencionar un asunto, pero no te precipites en tu decisión hasta pedir autorización a tus padres…" (al Bujârî). Por temor a que eligiera el ornato de la vida por su corta edad, y perder así grandes beneficios en esta vida y en la última, pero ella era más cauta en relación a su propio bien que sus propios padres, y contestó al Profeta, paz y bendiciones de Al·lâh sean con él: "¿en esto debo consultar a mis padres?! Pues yo quiero a Al·lâh, a su Profeta y a la última vida."
Seguidamente iba preguntando por las casas e informando a sus mujeres: "‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, respondió: esto y esto", y entonces ellas dijeron: "nosotras contestamos lo mismo que contestó ‘Âisha". ،que Al-lâh esté complacido con ellas!
Y ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, le había dicho después de haber elegido a Al·lâh y a su Mensajero: "te pido que no digas a ninguna de tus otras esposas lo que he elegido", a lo cual el profeta contestó: "Al·lâh no me envió para ser severo ni obstinado, sino que me envió para ser un maestro que facilita, lo diré a cualquiera de ellas que me pregunte por ello".
De esta manera optaron por Al·lâh y su Mensajero y la última vida, lo que demuestra que ellas, que Al·lâh esté complacido con ellas, se habían proveído de las virtudes morales del profeta (saaws), eligiendo así aquello que había elegido el profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, que consiste en el ascetismo en la vida mundana, y en el deseo de la última vida, gracias al gran influjo que sobre ellas ejercieron las virtudes morales del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, que alcanzaron tanta grandeza y perfección.