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Encontrando Consuelo en el Amor - El Primer Matrimonio del Profeta





 





Cuando Muhammad (paz y bendiciones sean con él) llegó a cumplir veinte años de edad, empezaba una nueva etapa en su vida. Su nacimiento noble, fuerte carácter y fuerza física seguramente habría de ponerlo en el camino hacia la prosperidad.








Hay informes que sugieren que, en su vejez Muhammad (paz y bendiciones sean con él) estaba dotado de una resistencia excepcional. En su juventud, él debió  haber estado lleno de vigor y habilidad.





Combinando esto con su conocida honestidad y sabiduría que contradicen su juventud además de su buen carácter, era de esperarse que si aspiraba a algún logro material en su sociedad, de seguro lo hubiese logrado.








Muhammad (paz y bendiciones sean con él), sin embargo, continuó estableciendo por sí mismo un alto código de honor. La fuerza de su carácter y su agudo sentido de la moralidad le proporcionó un factor de equilibrio para su deseo físico. Era capaz de controlar ese deseo con sabiduría y fuerza espiritual.





Por otra parte, fue adquiriendo rápidamente una reputación de honestidad meticulosa. De hecho, fue llamado por su sociedad "Al-Amin", que significa "el confiable y honesto".








Búsqueda de empleo





La ganancia material no parecía tentarle de modo alguno. No despreciaba las riquezas, ni buscaba vanos ideales. Sólo tenía un fino sentido de la proporción. Se dio cuenta de que la riqueza no era un fin en sí mismo. Era un medio para un fin mayor.





Por lo tanto, se acercó a la tarea de buscar una nueva ocupación con seriedad y dignidad. Fue tan pronto como decidió que debería tratar de encontrar empleo en el comercio y los negocios.





 


Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) no tenía dinero para establecer un negocio propio, ni fue Abu Talib, su tío, un hombre de afluencia para proporcionarle un buen comienzo.





La única opción que le quedaba, por lo tanto, era probarse a sí mismo como agente comercial en nombre de otra persona. Al parecer, no tenía ninguna dificultad en la obtención de una posición, debido a su creciente reputación de honestidad y buen carácter.





No se sabe para quien trabajaba Muhammad (paz y bendiciones sean con él) en esos primeros años.





Un acuerdo de negocios





Es razonable, sin embargo, suponer que era Khadijah Bint Khuwaylid, una viuda rica, que tenía el beneficio de sus valiosos servicios. Más tarde le enviaría en una misión comercial a Siria con una gran cantidad de bienes. Probablemente, ella no habría hecho esto, sin probarlo primero en los mercados locales.





Se reporta que él dijo, más tarde, que ella era una empleadora muy generosa. Cada vez que él y su compañero iban a verla, ella les ofrecía algo de comer.





 





Muhammad (paz y bendiciones sean con él) ganó una gran experiencia en el negocio en sus tempranos 20 años; él trabajaba  en comisión.





Khadijah, sin embargo, le pagó más de lo que le pagó a otros agentes. Se dio cuenta que ella tenía trabando para ella un hombre que combinaba la honestidad e integridad con un buen ojo para los negocios.





La Senora khadijah tenía muchos pretendientes ricos, pero ella decidió  que sólo se casaría con un hombre de un buen carácter.





Su admiración por Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) fue aumentando todo el tiempo. Ella quería contratar sus servicios, y ella sentía que la única forma de hacerlo era aumentando sus ingresos. Él, sin embargo, no mostraba señales de la codicia que normalmente muestra la gente en su posición.





Khadijah, siendo una viuda rica, recibió una propuesta de matrimonio tras otra. Se dio cuenta, sin embargo, que era su dinero que tentaba a sus pretendientes. Por lo tanto ella declinó todas propuestas que recibió.





Su asociación de negocios con Muhammad (paz y bendiciones sean con él), sin embargo, la obligó a reconocer que había un hombre para quien el dinero no era la mayor prioridad. Ella comenzó a pensar en él bajo una luz diferente.





Una propuesta de matrimonio





Jadiyah fue una mujer de gran inteligencia y nobleza. Ella tenía un carácter fuerte y le gustaba actuar en cualquier asunto sólo después de que lo había observado todo cuidadosamente desde todos los ángulos.





Al parecer, ella consultó a uno o dos de sus parientes de confianza, que elogiaron a Muhammad (paz y bendiciones sean con él). Uno de esos fue Waraqah Ibn Nawfal, un viejo tío suyo, quien reconoció que Muhammad estaba destinado a tener un futuro muy importante.





 


Khadijah durante mucho tiempo había resuelto que elegiría a su futuro marido cuando ella estuviera absolutamente segura de su carácter. Mirando su trato con Muhammad (paz y bendiciones sean con él), sintió que ahora dependía de ella dar el siguiente paso.





Khadijah envió una íntima amiga suya, Nufaysah, para hacer un acercamiento indirecto a Muhammad. Cuando se encontró con él, dijo: "Muhammad, ¿qué te impide casarte?"





Él respondió: "No tengo suficiente para cubrir los gastos de mi matrimonio."





Ella dijo: "¿Qué sucede si no eres llamado a cubrir esos gastos? ¿Qué le dirías a una mujer de belleza, riqueza y posición que está dispuesta a casarse contigo? ¿Te casarías con ella?"





Él dijo: "¿Quién es esa mujer?"





Ella respondió: "Khadijah."





Preguntó: "¿Quién puede arreglar un matrimonio así para mí?"





Ella dijo: "Déjalo para mí".





Su respuesta fue: "Lo haré, de buena voluntad."





El primer matrimonio





Cuando Khadijah estaba segura de la reacción de Muhammad, le mandó un mensaje pidiéndole que viniera a verla. Ella le dijo: "primo, (ella usó este término en su sentido más amplio, puesto que era un prima muy lejana de Muhammad. Su ascendencia no se unió hasta el quinto abuelo.) Te admiro por tu buena posición entre su gente, tu honestidad y buenos modales, y porque eres es un hombre de palabra. "





Entonces, ella propuso que debían casarse. Muhammad (paz y bendiciones sean con él) estaba muy contento y fue a informar a sus tíos, que también estaban muy contentos con este matrimonio.





Muhammad (paz y bendiciones sean con él) fue con sus tíos para reunirse con el tío de Khadijah. Abu Talib, tío del Profeta, habló en nombre de su sobrino. Él dijo:





"Este sobrino mío, Muhammad Ibn Abdullah, no tiene pares en su nobleza de carácter y de decencia. Si no es rico, la riqueza es sólo algo accidental. El dinero va y viene, y más de un hombre rico se vuelve pobre. Sin duda tendrá un gran futuro. Le está proponiendo matrimonio a su honorable hija, Khadijah. Le está dando una dote de tal y tal."





El tío de Khadijah no dudó en aclarar su aceptación. El matrimonio fue concertado entonces, con una dote de 20 camellos jóvenes.





 





25 Felices años





Fue un matrimonio feliz. La mayoría de los biógrafos del Profeta pusieron su edad a los 25, diciendo que Khadijah tenía 40 años. Algunos informes indican que el Profeta estaba más cerca de los 30. Por otro lado, se reportó que Khadijah tenía 35, o incluso 25. Teniendo en cuenta el hecho de que ella le dio a Muhammad (paz y bendiciones sean con él) seis hijos, el informe que le asigna una edad más joven parece más precisa.








Abdullah Ibn Abbas, primo del Profeta, que se considera como uno de los más sabios entre los compañeros del Profeta, afirma que ella tenía 28 años  y ni un día más.





Cualquiera que fueran sus respectivas edades, Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) pasó 25 felices años con Khadijah. El matrimonio dio a Khadijah un hombre a quien ella podía amar, respetar y confiar. Era un esposo muy cariñoso y amoroso que atendía sus deberes familiares con su habitual seriedad. Ella le dio cuatro hijas y dos hijos.





Aunque la poligamia era la práctica normal en Arabia, Muhammad (paz y bendiciones sean con él) no tuvo una segunda esposa mientras Khadijah vivía. El matrimonio dio a Muhammad una vida estable, pero el verdadero beneficio de casarse con Jadiyah no fue completamente evidente hasta después de que comenzó a recibir sus revelaciones y enfrentar la oposición a su Mensaje de todos los ángulos.





En aquel momento, el apoyo de Khadijah fue el más valioso para Muhammad (paz y bendiciones sean con él). Permaneció a su lado, asegurándole y dándole  todo el confort que necesitaba. No importa cuán grande era su problema cuando llamó a su pueblo a aceptar el Islam, pero en el momento que se fue a casa tenía la certeza de una bienvenida reconfortante de su esposa.





Mucho después de su muerte, y cuando se había casado con otras mujeres, el Profeta (paz y bendiciones sean con él) continuó honrando la memoria de Jadiyah.





 





Jadiyah dio a luz primero a un niño que se llamaba Al-Qasim. Seguido de cuatro hijas, llamadas: Zainab, Ruqayyah, um Kulzum y Fátima. Abdullah fue el último niño que nació de Khadijah.





Al-Qasim vivió pocos años mientras que Abdullah murió antes de ser destetado. Ibrahim por otro lado, vivió sólo 18 meses.





 





Las cuatro hijas del Profeta (paz y bendiciones sean con él) vivieron hasta después del comienzo de las revelaciones islámicas. Todas ellas aceptaron el Islam. Las tres primeros, sin embargo, murieron en Medina, mientras que Fátima era la única hija del Profeta que lo sobrevivió. Ella falleció seis meses después de su muerte.


La Verdad detrás de... Los Matrimonios del Profeta





 





 





Algunos críticos del Islam, ya sea porque no son conscientes de los hechos o son parciales, injurian al Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él), acusándolo de libertino auto-indulgente.





Lo acusan de defectos del carácter que son difícilmente compatibles con una persona de una virtud promedio, mucho menos con el Profeta, quien los musulmanes creen que es el último Mensajero de Dios y el mejor modelo para emular para la humanidad.





 





 





Un simple relato de estos matrimonios, que se discuten abiertamente en muchas biografías y relatos bien autenticados de sus dichos y acciones, muestra que formaban parte de una vida más estrictamente disciplinada y otra carga que llevaba como el último Mensajero de Dios.





 





El Profeta (paz y bendiciones sean con él) entró en estos matrimonios debido a su papel como líder y guía hacia las normas Islámicas y los valores de los musulmanes. Explicaremos  algunas de las razones detrás de sus matrimonios y demostraremos que las acusaciones son infundadas y falsas.





 





El Profeta se casó con su primera esposa, Jadiyah, cuando tenía 25 años y todavía no había sido llamado para su futura misión. Dado el entorno cultural, por no mencionar el clima, su juventud y otras consideraciones, es notable que disfrutara de una reputación de castidad perfecta, integridad y confiabilidad.





Tan pronto como fue llamado a la profecía, adquirió enemigos que lo calumniaron. Sin embargo, ninguno se atrevió a inventar algo increíble. Es importante tener en cuenta que su vida fue fundada sobre la castidad y la autodisciplina desde el principio y permaneció así.





 





Cuando tenía 25 años y en su mejor momento, el Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él), se casó con Jadiyah, una mujer 15 años mayor. Durante 23 años, la pareja vivió una vida de felicidad ininterrumpida en fidelidad perfecta.





 





En el octavo año de su profecía, sin embargo, Jadiyah murió y el Profeta tuvo que enfrentar la crianza de sus hijos por sí mismo. Incluso sus enemigos tuvieron que admitir que durante todos estos años no encontraron ninguna falla en su carácter moral.





 





El Profeta no tomó a ninguna otra esposa mientras vivía Jadiyah, aunque la poligamia era socialmente aceptable. Se volvió a casar solamente después de que él tenía 55 años de edad, una edad de muy poco interés y deseo de matrimonio. Entonces, la afirmación de que estos matrimonios fueron debido al libertinaje o indulgencia es así sin fundamento y sin mérito.





 





A menudo se preguntan cómo un profeta puede ser polígamo. Hay tres puntos que hacer aquí. Pero primero, vamos a reconocer que aquellos que continuamente aumentar tales preguntas son ateos, cristianos o judíos que no tienen un conocimiento preciso del Islam y la religión en general y entonces, ya sea deliberadamente o por error, confunden el bien y el mal para  engañar a otros y difundir la duda.





 





Los judíos y cristianos que atacan al Profeta olvidan que los grandes patriarcas de la raza hebrea, nombrados como profetas en la Biblia y el Corán y venerados por los seguidores de las tres religiones como ejemplares de excelencia moral, todos practicaban la poligamia — y en una escala mucho mayor que el Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él).





 





Aquí recordamos las palabras de Isaac Taylor, quien habló en el Congreso de la iglesia de Inglaterra, sobre cómo el Islam cambia a las personas que lo aceptan:





Las virtudes que el Islam inculca son templanza, limpieza, castidad, justicia, fortaleza, coraje, benevolencia, hospitalidad, veracidad y renuncia... El Islam predica una hermandad práctica, la igualdad social de todos los musulmanes. La esclavitud no es parte del credo del Islam. La poligamia es una pregunta más difícil. Moisés no lo prohibió. Fue practicado por David y no está directamente prohibido en el nuevo testamento. Muhammad limitó la licencia ilimitada de la poligamia. Es más bien la excepción que la regla.





 





La poliginia no se originó con los musulmanes. Además, en el caso del Profeta (paz y bendiciones sean con él), desde el punto de vista de su función dentro de la misión de la profecía, la poligamia tenía más importancia de la que la gente cree generalmente.





 





En cierto sentido, la poligamia era una necesidad para el Profeta porque través de ella estableció los estatutos y normas del derecho de la familia musulmana. La religión no puede ser excluida de relaciones privadas del cónyuge o de asuntos conocidos sólo por un cónyuge.





 





Por lo tanto, debe haber mujeres que puedan dar asesoramiento, en lugar de instrucción clara e insinuaciones, y consejos para que todo sea entendido. Estas mujeres castas y virtuosas, transmitieron y explicaron las normas y reglas que rigen la vida privada de los musulmanes.





 





Puesto que estas mujeres eran de todas las edades, las normas y requisitos islámicos podrían ser retratadas en relación a sus etapas de vida diferentes y experiencias. Estas disposiciones fueron aprendidas y aplicadas dentro de la casa del Profeta (paz y bendiciones sean con él) primero, y luego pasadas a otros musulmanes por parte de sus esposas.





 





Cada mujer era de un clan diferente o tribu. Esto permitió que el Profeta (paz y bendiciones sean con él), establecer lazos de parentesco y afinidad en toda la comunidad. Como resultado, un profundo apego a él se difundió entre muchas y diversas personas, creado y asegurando así, la igualdad, la fraternidad y la hermandad de una manera más práctica y sobre la base de la religión.





 





Cada mujer, durante la vida del Profeta (paz y bendiciones sean con él) y después de su muerte, fue de gran utilidad y servicio al Islam. Cada una transmitió  e interpretó su mensaje para su clan: todas las experiencias externas e internas, cualidades, modales y la fe del hombre, cuya vida, en todos sus detalles íntimos y públicos, encarnó al Corán.





De esta manera, todos los miembros del clan aprendieron sobre el Corán, Hadith, Tafsir (interpretación y comentario del Corán) y Fiqh (comprensión de la ley islámica) y así llegaron a ser plenamente conscientes del espíritu y la esencia del Islam.





La poligamia también permitió al Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) establecer lazos de parentesco a través de Arabia. Como resultado, era libre para moverse y ser aceptado como un miembro de cada familia, porque sus miembros lo consideraban como uno de los suyos.





 





Dada tal relación, no fueron tímidos para preguntarle directamente sobre los asuntos de esta vida y del Más Allá. Las tribus también se beneficiaron colectivamente con esta proximidad, se consideraban afortunados y estaban orgullosos de esa relación. Algunas de estas tribus eran los Omeyas (a través de Um Habibah), los Hashimites (a través de Zainab Bint Yahsh) y los Banu Majzum (a través de Um Salama).





 





Lo que hemos dicho hasta ahora es general y, en algunos aspectos, podría decirse de todos los profetas. En la segunda parte discutiremos las vidas de las esposas del Profeta, conocidas por los musulmanes como las madres de los creyentes, no en el orden de los matrimonios, sino en una perspectiva diferente.


Las Emociones del Profeta Hacia sus Esposas 





 





Mirando atentamente a la biografía del Profeta – paz y bendiciones sean con él – encontrará que tenía gran respeto por sus esposas y les prestaba mucha atención, cuidado y amor.





  





Él era el mejor ejemplo de los modales ideales hacia la mujer. Él consolaba a sus esposas, secando sus lágrimas, respetando sus emociones, escuchando sus palabras, atendiendo sus quejas, aliviando su tristeza, realizaba picnics con ellas, jugaba con ellas, toleraba su abandono, hablaba los asuntos con ellas, guardaba su dignidad, apoyándolas en las emergencias, declarando su amor por ellas y era muy feliz con ese amor. Aquí están algunos atractivos ejemplos  y brillantes momentos en su vida:





 





Conociendo Sus Sentimientos  





El Profeta – paz y bendiciones sean con él – dijo a  Aisha – que Allah esté complacido con ella: "Sé bien cuando estás contenta o enojada conmigo. Aisha respondió: ¿Cómo lo sabes? Él dijo: cuando estás satisfecha conmigo me juras diciendo "por el Dios de Mohammad", pero cuando estás enfadada juras diciendo "por el Dios de Ibrahim". Ella dijo: tienes razón, suprimo tu nombre. En otra narración del mismo hadiz  terminó diciendo: "no, por el Dios de Ibrahim".








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim –Fuente: al-Musnad al-Sahih – página o número: 2439





 





 





Comprendiendo su Amor y sus Celos





 





Um Salama – que Allah esté complacido con ella – narró: Trajo comida en un plato de los suyos al Profeta – paz y bendiciones sean con él – y a sus compañeros. Viendo eso, Aisha vino sosteniendo una herramienta y rompió el plato por celos. Comprendiendo la situación, el Profeta tomó las dos mitades del plato y dijo a sus compañeros: coman, son sólo los celos de su madre, entonces el Profeta tomó el plato de Aisha y se los dio a Um Salama y el plato de Um Salama se lo dio a Aisha.





Narrado por: Um Salama – grado: correcto – Reportado por: al-Albani –fuente: Sahih al-Nasa'i – página o número: 3966





 





 





Entender su Psicología y  Naturaleza








El Profeta – paz y bendiciones sean con él- dijo: "Traten a las mujeres amablemente, se crearon de una costilla y la parte más corrupto de la costilla es la parte más alta. Así que, si intentas rectificar la costilla se quebrará y si dejas la costilla como es, seguirá torcida, y las mujeres son así; por lo tanto trátenlas amablemente".





Narrado por: Abu Huraira – grado: correcto – Reportado por: Al-Bujari – Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 3331





 





Este hadiz no es para desacreditar a las mujeres, como lo entiende la gente en general, por el contrario, es para enseñar y educar a los hombres. Por otra parte, esta tradición expresó la comprensión exacta de la naturaleza de las mujeres e indica la posibilidad de dejar a la mujer como es en las cosas permitidas pero guiarla si ella excedió los límites permisibles, como cometer pecados o descuidar sus deberes.





 





Quejarse y Consultar con Ellas








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – consultó a sus esposas en cuestiones muy delicadas e importantes, como consultó con su esposa Um Salama – que Allah esté complacido con ella – respecto al tratado de Al-Hudaibia. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – había escrito un tratado entre él y los politeístas de Quraish en la región de Al-Hudaibia, en el año de hudaibia y dijo a sus compañeros: vayan a sacrificar y aféitense, pero nadie respondió. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – lo repitió tres veces, pero aún así nadie le respondió. Entonces el Profeta – paz y bendiciones sean con él – fue a Um Salama y le dijo al respecto. Al oir esto, Um Salama dijo: Oh Profeta de Allah, sólo ve y no hables con nadie hasta que hayas sacrificado y te hayas afeitado. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – salió y no habló a nadie hasta que él hizo lo mismo. Viendo esto, los compañeros fuero a realizar sacrificios y comenzaron a afeitarse mutuamente.





Narrado por: Um Salama Hind Bint Abi Umayiah – grado: sucesivo – Reportado por: Ibn Jarir Al-Tabari – Fuente: Tafsir Al-Tabari – página o número: 2/293





 





Demostrando su Amor y Lealtad Hacia ellas








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – dijo a Aisha en largo haiz de Um Zara' narrado por al-Bujari: En mi amor y mi lealtad hacia ti, soy como como Abi Zara' y Um Zara "Aisha respondió: tú eres más querido para mí que mi padre y mi madre, tú eres aún más leal y cariñoso que Abi Zara' a Um Zara’ ".





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Al-Bujari –Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 5189





 





 





Eligiendo los Mejores Apodos








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – llamaba Aisha o Aish (apodo de Aisha), Yibril /Gabriel (el ángel de la revelación) te envía saludos. Aisha dijo: que la paz y las bendiciones sean con él, tú (el Profeta) ves lo que yo no puedo ver. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – llamaba a Aisha "al-humairaa" (es decir, mujer de piel blanca con mejillas sonrojadas).





Narrado por: Aisha – grado: buena atribución – Reportado por: Ibn Hijer Al-Asqalani – Fuente: Fateh Al-Bari De Ibn Hijer – página o número: 2/515





                            





Comía y Bebía con ellas








Aisha – que Allah esté complacido con ella – dijo: cuando bebo agua de un vaso mientras estoy en período menstrual y doy el vaso al Profeta – paz y bendiciones sean con él – bebe del mismo lugar que tocó mi boca. Una vez, durante mi menstruación, cuando estaba comiendo un trozo de carne y le di algo al Profeta – paz y bendiciones sean con él – y el Profeta puso su boca en el mismo lugar que yo había comido.





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim –Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 300





 





No se Quejaba de sus Condiciones








Aisha – que Allah esté complacido con ella – dijo: Yo estaba peinando el pelo del Profeta – paz y bendiciones sean con él – estando en período menstrual.





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari –Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 295





 





 





Se Reclinaba y Dormía en sus Regazos








Aisha – que Allah esté complacido con ella – dijo: el Profeta – paz y bendiciones sean con él – se reclinaba en mi regazo y leía el Quran mientras yo estaba en mi periodo menstrual.





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 297





 





Iba de Picnincs con ellas y las Acompañaba








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – sorteaba entre sus esposas cuando quería salir de paseo. Una vez, el Profeta sorteó entre sus esposas y el sorteo le tocó a Aisha y Hafsa juntas. Por la noche, el Profeta caminaba con Aisha y habla con ella. Sabiendo eso, Hafsa le dijo Aisha: ¿por qué no montas mi camello y yo monto el tuyo y vemos qué pasa? Aisha respondió: de acuerdo. Entonces Aisha montó el camello de Hafsa mientras Hafsa montó el camello de Aisha. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – fue entonces al camello de Aisha mientras Hafsa lo montaba, la saludó y caminaron juntos hasta que bajó. Viendo que, Aisha sintió celos y trató de poner su pierna entre la hierba del limón y dijo: Oh mi Señor, envía un escorpión o una víbora a picarme, este es tu Profeta y no puedo decirle nada.





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 2445





 





 





Ayudándolas en sus Tareas Domésticas





Se le preguntó a Aisha – que Allah esté complacido con ella –sobre las costumbres del Profeta en su casa; ella respondió: me ayudaba en  los quehaceres familiares y cuando oía el llamado a la oración salía.








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 5363





 





Dependiendo de sí mismo para aliviarlas








Le fue preguntado a Aisha – que Allah esté complacido con ella –sobre las costumbres del Profeta – paz y bendiciones sean con él – en su casa; ella respondió: lavaba su ropa, ordeñaba su oveja y se servía a sí mismo.





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Al-Albani–Fuente: Sahih Al-Jame' – página o número: 4996





Dijo también: cose su ropa, limpia sus zapatos y hace lo que los hombres generalmente hacen en sus hogares.





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Sahih Al-Jame' – página o número: 4937





 





Toleraba por su felicidad








Aisha narró que Abu Baker – que Allah esté complacido con ellos – entró a la casa del Profeta – paz y bendiciones sean con él – mientras que dos niñas estaban tocando la pandereta y cantando y mientras el Profeta – paz y bendiciones sean con él – estaba recostado y se cubría con sus ropas. Viéndolo, el Profeta descubrió su cara y le dijo: Oh Aba Baker o déjalas continuar, estos son los días del Eid (festival). Esos días eran los días de Minna y el Profeta – paz desciendan sobre él – estaba en Medina.





Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Al-Sahih An-Nasa’i – página o número: 1596





 





Las trataba justamente cuando se enojaban








Una vez, Aisha estaba enojada con el Profeta – paz y bendiciones sean con él – entonces, le dijo: ¿aceptas a Abu Obaida Bin Al-Jarrah como juez entre nosotros? Ella respondió: no, este hombre no emitirá un juicio contra usted en mi favor. Él dijo: ¿aceptas a Omar como juez? Ella respondió: yo le temo a Omar. Él dijo: ¿aceptas a Abu Baker (su padre). Ella respondió: Sí lo acepto.





 





Las calmaba cuando estaban en pánico








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – ponía su mano sobre el hombro de su esposa cuando ella estaba enojada y decía: "Oh Allah, perdona sus pecados, alivia su corazón del enojo y protegerla de la angustia".





 





Daba regalos y mostraba afecto a sus amistades








Aisha – que Allah esté complacido con ella – dijo: no he estado celosa de cualquier mujer más que Khadijah, a pesar de no verla. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – estaba sacrificando ovejas y dijo: envíen esto a las amigas de Khadijah. " Un día le hice enojar; le dije: ¿por qué Khadijah?! El Profeta – paz y bendiciones sean con él- dijo: "Yo estaba cubierto de su amor". Otra narración de este hadiz finaliza la historia de las ovejas sin el resto.








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 2435





74712-cuando sacrificó la oveja dijo: envíalo a los amigos de Khadijah.


Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Sahih Al-Jame' – página o número: 4722





Las elogiaba y les agradecía








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – dijo: el rango de Aisha con respecto a las otras mujeres es como el rango de las gachas de avena con respecto a los otros alimentos.








Narrado por: Anas Bin Malek – grado: derecha – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 2446





 





Se sentía feliz cuando ellas estaban felices





Aisha – que Allah esté complacido con ella – narró que estaba jugando con las muñecas cuando estaba con el Profeta – paz y bendiciones sean con él. Agregó: mis amigas venían a visitarme y se sentían tímidas del Profeta – paz y bendiciones sean con él – pero él las dejaba estar conmigo. En otra narración en el hadiz narrado por Yarir: estaba jugando con las muñecas mientras estaba en su casa.








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 2440.





 





Estaba complacido cuando ellas estaban contentas








Aisha – que Allah esté complacido con ella – dijo: una vez, el Profeta – paz y bendiciones sean con él – vino de una batalla y había una cubierta para mis muñecas en mi habitación. El viento destapó a las muñecas. Viendo que el Profeta dijo: ¿Qué es esto? Ella respondió: mis hijas. Él dijo: ¿Qué es eso entre ellas? Ella respondió: es un caballo. Él dijo: ¿Qué es esta cosa en el caballo? Ella respondió: son dos alas. Él dijo: ¡un caballo con dos alas!! Ella respondió: ¿no has oído que Sulaiman Bin Dawood – la paz sea con ellos – tenía caballos con alas? El Profeta se echó a reír hasta que sus molares podían verse.








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Ghayat Al-Maram – página o número: 129





 





Expresaba su amor por ellas








Aisha – que Allah esté complacido con ella – dijo: no he estado celosa de cualquier mujer más que Khadijah, a pesar de no verla. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – estaba sacrificando ovejas y dijo: envíen esto a las amigas de Khadijah. " Un día le hice enojar; le dije: ¿por qué Khadijah?! El Profeta – paz y bendiciones sean con él- dijo: "Yo estaba cubierto de su amor". Otra narración de este hadiz finaliza la historia de las ovejas sin el resto.








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 2435





 





Teniendo en cuenta sus mejores modales 








"…el marido fiel no debe odiar a su fiel esposa, porque si odia cierta manera de su carácter, entonces él no debe olvidar los otros buenos modales en su personalidad."


Narrado por: abu huraira – grado: correcto – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 1469





 





Guardando su privacidad 








"…el peor rango para un hombre en el día del juicio es el rango del hombre que duerme con su esposa y luego revela su intimidad".








Narrado por: Abu Said Al-Judri – grado: derecha – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 1437





 





Abstenerse de golpearlas o abusar de ellas 








"El Profeta – paz y bendiciones sean con él – nunca golpeó a ninguna mujer, ningún funcionario, ni nada en su mano aparte de luchar en el camino de Allah el Todopoderoso. No tomaba venganza de alguien que  lo dañaba, excepto cuando no se cumplían las órdenes de Allah el Todopoderoso, en cuyo caso, él tomaba venganza. "








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 2328





 





Las consolaba y secaba sus lágrimas 








Safiah – que Allah esté complacido con ella – estaba viajando con el Profeta – paz y bendiciones sean con él – y era su día. Ella era lenta al caminar. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – la recibió mientras ella estaba llorando y diciendo: me diste un camello lento. Viendo esto, el Profeta – paz y bendiciones sean con él – secó sus lágrimas con sus manos y la consoló. Narrado por An-Nasai.





 





Ponía el bocado en su boca








El Profeta – paz y bendiciones sean con él dijo: "si gastas algo en busca del placer de Allah Todopoderoso, aun si pones un bocado en la boca de tu esposa, Él te promoverá te a un grado más alto en el Paraíso."








Narrado por:--– grado: correcto – Reportado por: Ibn Taymiyyah – Fuente: Majmou' Al-Fatawa – página o número: 10/31








Cumpliendo con sus necesidades 





"Oh Profeta de Allah, ¿cuáles son los derechos de mi esposa? Dijo: aliméntala cuando comas, vístela cuando te vistas, no la golpees en la cara, no abuses de ella y no la abandones, salvo en la casa."





 


Narrado por: mu'awiah bin al-haida-qushairi – grado: indicado en la introducción como "correcto" en virtud de las normas de algunos narradores – Reportado por: Ibn Daqiq Al-Eid – Fuente: Al-Elmam – página o número: 2/655





 





Confiaba en ellas








El Profeta – paz y bendiciones sean con él –prohibió a los hombres golpear la puerta de sus familias durante la noche tratando de acusarlos de traición o seguir sus errores. En otra narración, no mencionó "tratando de acusarlos de traición o seguir sus errores".








Narrado por: Abdullah Bin Jaber – grado: derecha – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 715





Recordarlas y cuidar de ellas








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – visitaba a sus once esposas dentro de un corto período de tiempo, de noche o de día. Le dije a Anas: ¿él soportaba eso? Anas dijo: él tenía el poder de treinta hombres.








Narrado por: Anas Bin Malek – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: Al-Jame' Al-Sahih – página o número: 268





 





Las respetaba durante la menstruación








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – hacía el amor con sus esposas por encima del taparrabo durante la menstruación.








Narrado por: Maimona Bint Al-Hareth – grado: derecha – Reportado por: Muslim – Fuente: Al-Musnad Al-Sahih – página o número: 294





 





Las acompañaba en los viajes








El Profeta – paz y bendiciones sean con él – solía sortear entre sus esposas cuando quería viajar y luego llevaba a quien ganaba. Él echó suertes entre nosotras en una de sus batallas y fui yo quien ganó; por lo tanto, me fui con el Profeta – paz y bendiciones sean con él – después de la revelación del verso de al-Hiyab (velo).





 


Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: al-Jame' Al-Sahih – página o número: 2879





 





Corriendo y jugando con ellas








Aisha – que Allah esté complacido con ella – narró que ella acompañaba  al Profeta – paz y bendiciones sean con él – en viajes mientras que ella era una joven. Ella dijo, aún era delgada. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – dijo a sus compañeros que siguieran adelante. Se fueron adelante. Entonces me dijo: Ven, quiero correr una carrera contigo. Empezamos la carrera y gané. Después de un período de tiempo, me fui de viaje con él y le dijo a sus compañeros que siguieran adelante. Los compañeros se fueron adelante y entonces me dijo: Vamos a correr una carrera. En ese momento, se me olvidó la carrera anterior y estaba gorda. Le dije: ¿Cómo podemos correr mientras estoy en esta condición? (gorda). Él respondió: lo harás. Luego empezamos la carrera y ganó. Luego rió y dijo: esto es por la (carrera) anterior.








Narrado por: Aisha – grado: catalogado como correcto – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Adab Al-Zafaf – página o número: 204





 





Eligiendo los mejores apodos para ellos








Aisha – que Allah esté complacido con ella – le dijo al Profeta – paz y bendiciones sean con él: Oh profeta de Alá, todas sus esposas tienen apodos excepto a mí. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – respondió: toma el nombre de tu hijo Abdullah (es decir, Abdullah Bin Al Zubair), tu apodo ahora es Um Abdullah. Se dice que: ella fue llamada Um Abdullah hasta que murió, aunque ella ha nunca había tenido hijos.








Narrado por: Orwa Bin Al-Zubair – grado: correcto – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Al-Silsila Al-Sahiha – página o número: 1/255





 





Compartía la felicidad y la alegría con ellas








Aisha – que Allah esté complacido con ella – narró: por Allah el Todopoderoso, vi al Profeta – paz y bendiciones sean con él paz – que está parado en la puerta de mi cuarto y la los Habashi estaban jugando con sus bayonetas en la mezquita del Profeta – paz y bendiciones sean con él paz – él me cubría con sus ropas de modo que yo podía verlos jugando y me esperó hasta que termine por mi propia voluntad. Entonces, traten de considerar los deseos de las jóvenes, pues les gusta jugar.








Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: Muslim  – Fuente: al-Musnad Al-Sahih – página o número: 892





116691 - Aisha narró: vi el Profeta – paz y bendiciones sean con él – en la puerta de mi cuarto y los Habashi estaban jugando en la mezquita y el Profeta – paz y bendiciones sean con  él – me cubría con su vestimenta para que pudiese verlos jugar. 


Narrado por: Aisha – grado: correcto – Reportado por: al-Bujari – Fuente: al-Jame' Al-Sahih – página o número: 454





 





Difundía la felicidad en su casa








Aisha – que Allah esté complacido con ella – narró: una vez, Sauda nos visitó y el Profeta – paz y bendiciones sean con él – se sentó entre nosotras, una pierna en su regazo y la otra en el mío. Entonces, hice Jazira (comida) y le dije: come! Ella se negó. Le dije: Si no comes mancharé tu cara con Jazira, pero ella insistió en no comer; por lo tanto, puse la mano en la Jazira y manché su cara. Viendo esto, el Profeta – paz y bendiciones sean con él – se rió y dio su parte de Jazira a Sauda y le dijo, mancha su cara; Entonces, Sauda manchó mi cara, y el Profeta – paz y bendiciones sean con él – se rió. A continuación, Omar – Allah esté complacido con él – pasó y preguntó por Abdullah. El Profeta – paz y bendiciones sean con él – pensó que entraría, pero Omar nos dijo: lávense la cara. Aisha dijo: desde entonces, sigo temiendo a Omar, debido al respeto del Profeta hacia él.








Narrado por: Aisha – grado: Bueno – Reportado por: Al-Albani – Fuente: Al-Al-Silsila Al-Sahiha – página o número: 7/363





 



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