Introducción
Este es el breve capítulo de siete versículos que todo musulmán repite, como mínimo, diecisiete veces entre el día y la noche. No se puede prescindir de la recitación de esta Surah en la oración, esto es lo que se entiende del Hadiz del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien dijo: "La oración de quien no recite durante ella la primera Surah del Corán, no será aceptada".
Efectivamente, en esta Surah se encuentran concentradas las grandes generalidades de la mentalidad islámica, el conjunto de conceptos que determinan la especial visión que de la existencia tiene el musulmán y que rigen su creencia y conducta.
Todo esto nos revela parte de la sabiduría que existe detrás de su elección para ser repetida al comienzo de cada uno de los ciclos (rak'ah) que constituyen una oración.
Cantidad de versículos, palabras, letras, y lugar donde fue revelada
La Surah Al Fatiha posee 7 versículos (aiat), 25 palabras (en árabe), 113 letras (en árabe), y fue revelada por Al-lah en su totalidad, en la ciudad de La Meca antes de la Hégira (la emigración de los musulmanes de La Meca hacia la ciudad de Medinah).
Trascripción
{Bismil - lahir - rahmanir - rahim (1) Al - hamdu lil - lahi rabbil – ‘alamin (2) Ar - rahmanir - rahim (3) Maliki iawmid - din (4) Iyyaka na'budu wa iyyaka nasta ' in (5) Ihdinas - siratal - mustaqim (6) Siratal - ladhina an'amta 'alaihim, gairil - magdubi 'alaihim wa lad - daal 'lin (7)}
Interpretación en español
1.En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso,
2.Alabado sea Al-lah, Señor del Universo,
3.Clemente, Misericordioso,
4.Soberano absoluto del Día del Juicio,
5. ¡Sólo a Ti adoramos y sólo de Ti imploramos ayuda!
6. ¡Guíanos por el sendero recto!
7.¡El sendero de quienes agraciaste, no el de los que se han ganado tu ira, ni el de los extraviados!
Algunas definiciones necesarias para entender la explicación
Tafsir: Explicación de los versículos del Sagrado Corán.
Surah: Cualquiera de los 114 capítulos del Sagrado Corán.
Aiah: Cualquier versículo del Sagrado Corán.
Fatiha: El primer capítulo del Sagrado Corán.
Al ‘Ibada: La adoración, el culto. En el Islam, se entiende por acto de adoración todo aquello que Al-lah ama y ordena. Podemos adorar a Al-lah con nuestras palabras (las plegarias, diciendo la verdad, etc.) y acciones (oraciones, ayuno, etc.), siempre y cuando nuestra única intención al realizar el acto sea la de agradar a Al-lah.
Tafsir (explicación) de las Aias de Surah Al Fatihah
{En el nombre de Al-lah…}
Es decir, empiezo todos mis asuntos en el nombre de Al-lah y para complacer a Al-lah. Todo creyente debe tener siempre en mente buscar agradar a Al-lah con sus palabras y acciones. Al-lah sólo acepta las acciones que fueron realizadas exclusivamente para Él.
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Todo asunto en el que no se menciona el nombre de Al-lah está incompleto”. Todos los capítulos del Sagrado Corán empiezan con las palabras “En el nombre de Al-lah…”, salvo el capítulo número 9.
{…Al-lah…}
Al-lah es el nombre de Al-lah en idioma árabe. Este nombre es el mismo que utilizaron todos los profetas de origen semita que Al-lah envió al Medio Oriente. En hebreo, el idioma que hablaba el profeta Musa (Moisés), la paz sea con él, Al-lah es conocido como Eloh; y en arameo, el idioma que hablaba ‘Isa (Jesús), la paz sea con él, se lo llama Alaha.
La palabra Al-lah significa “el Único merecedor de la adoración”. Al-lah posee decenas de nombres y atributos, tales como: Al Wahid (El Único), Al Gaffar (El Perdonador), etc. En el Corán y las enseñanzas del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, podemos encontrar más de noventa nombres y atributos de Al-lah.
La palabra Al-lah, en idioma árabe, no posee femenino, ni diminutivo, ni plural; pues Al-lah no tiene género, ni es grande o pequeño, ni es una pluralidad de Al-lahes; sino un solo Al-lah. Para invocar a Al-lah no es necesario hacerlo en árabe, porque Al-lah conoce todos los idiomas; Al-lah Dice en el Corán (lo que se interpreta en español): {… (Oh seres humanos) invocadme, que Yo os responderé.} [Corán 40:60]
{…el Clemente, el Misericordioso}
La clemencia y la misericordia son dos atributos de Al-lah. Si bien ambas palabras en español son sinónimos, en árabe tienen significados diferentes:
· El Clemente (Ar-Rahman): Se refiere al hecho que Al-lah es Clemente con todas sus criaturas por igual. Al-lah ha creado todo lo que necesitamos para vivir en este mundo (agua, sol, aire, etc.) y nos lo ha otorgado a todos, sin importar si somos creyentes o incrédulos. Esta es la clemencia general de Al-lah, que alcanza a todos.
· El Misericordioso (Ar-Rahim): Este atributo de Al-lah nos indica que Él tiene una misericordia especial con los creyentes sinceros. Esta misericordia especial es el Paraíso, que es la recompensa que Al-lah tiene preparada para los creyentes.
No importa cuál de los varios nombres o atributos de Al-lah utilicemos para dirigirnos a Él, lo importante es elevarle nuestras plegarias y pedirle Sus bondades. Al-lah Dice en el Corán (lo que se interpreta en español): {A Allah pertenecen los nombres [y atributos] más sublimes, invocadle pues con ellos.}[Corán 7:180]
{Alabado sea Allah, Señor del Universo}
Alabar significa agradecer. Al-lah es el único verdadero merecedor de las alabanzas y el agradecimiento, pues Al-lah nos creó y nos dio todo lo que necesitamos para vivir en este mundo: el aire, el agua, los alimentos, el sol, etc.
No es propio o justo que las criaturas de Al-lah no reconozcan Sus bendiciones y gracias, y adoren a Al-lahes falsos (Shirk). Es por esto que en el Islam, el atribuirle a las criaturas de Al-lah alguno de Sus poderes, o decir que debemos alabarlas junto a Al-lah, es un gran pecado y se considera una forma de idolatría.
{Señor del Universo}
Al-lah es el Rabb (Señor) de toda la creación. En árabe, la palabra Rabb se refiere a quien posee algo y toma buen cuidado de ese ‘algo’. Al-lah es el Rabb de toda la creación, pues no creó el universo y lo dejó sin orden; sino que creó un sistema organizado de leyes que rigen el funcionamiento correcto del mismo. Así, por ejemplo, a pesar que los planetas se encuentran en continuo movimiento, nunca se chocan entre sí; a pesar que los rayos del sol son dañinos, la atmósfera de nuestro planeta los filtra para que no nos hagan daño, etc. Todas las criaturas de Al-lah reconocen que Él es el Creador y Sustentador de todo lo que conocemos. En el Islam, no basta que la persona reconozca que Al-lah creó todas las cosas para considerarse un verdadero monoteísta (creyente en un solo Al-lah), sino que debe adorar a ese Al-lah Creador y no atribuirle socios o iguales.
{Sólo a ti adoramos y sólo de ti imploramos ayuda}
Sólo Al-lah merece nuestra ‘Ibada (adoración), y no importa qué tan poderosa o buena sea una persona, no podemos adorarla por encima de Al-lah. No adoramos a ninguna criatura, sino que adoramos al Creador de las criaturas. No adoramos a los ángeles, ni a los profetas, ni a los santos, ni a los muertos, ni estatuas, etc. Estos versículos son prueba clara que en el Islam no hay intermediarios entre Al-lah y el hombre, pues Al-lah escucha directamente a sus criaturas cuando elevan sus plegarias y oraciones. El realizar cualquier acto de adoración o culto con la intención de agradar a algo o alguien que no es Al-lah, es una forma de idolatría.
{Soberano absoluto del Día del Juicio}
Al-lah es el Malik (soberano, rey) del Día del Juicio. En ese día, todas las personas poderosas de la tierra se humillarán ante el Único Soberano: Al-lah. Todos los tiranos reconocerán que estaban equivocados cuando creyeron que tenían poder real sobre las criaturas de Al-lah. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos informó que en el Día del Juicio Al-lah exclamará: “¿A quién pertenece la soberanía y el poder hoy?, ¿Dónde están los que se creían señores, iguales o mejores que Al-lah? ¿Donde están los arrogantes?”; y nadie se atreverá a contestar. Al-lah es el único verdadero dueño de las cosas, porque Él las creó de la nada; en cambio, los reyes y tiranos de este mundo, han conseguido lo que tienen de otras personas.
{Día del Juicio}
El Iaum Ad-Din (Día del Juicio), hace referencia al Día de la Resurrección; el Día en que todos los seres humanos que han existido en este planeta serán llamados a rendir cuentas ante Al-lah. Todas las acciones que hicimos en nuestra vida terrenal, buenas y malas, serán leídas en nuestra presencia, y podremos verlas tal y como ocurrieron. El Iaum Ad-Din tiene muchos otros nombres, entre ellos: “El Día del Levantamiento”, “El Día Final”, “La Hora”, “Día de la Resurrección”, “La Gran Catástrofe”, “Día de la Lamentación”, “Día de la Vida Eterna”, “El Día Prometido”, etc.
{Sólo de ti imploramos ayuda}
La verdadera ayuda sólo la puede proporcionar Al-lah; por lo tanto, no debemos pedírsela o implorarla de otro que no sea Él. Esto no significa que debemos rechazar la ayuda de la gente; sino que debemos creer que solamente Al-lah es la verdadera fuente de la ayuda, y que las personas que nos ayudan no son más que medios que Al-lah utiliza para que se cumpla Su voluntad. Entonces, cuando nos ocurre un problema o desgracia, al primero que debemos recurrir es a Al-lah mediante nuestras súplicas (Du’a); y una vez hecho esto, recurrimos a la gente. Por eso está prohibido en el Islam decirle a alguien que te ayudó, por ejemplo, “Gracias a ti me salvé”, o “¡Me salvaste fulano!”; sino que se debe decir: “Gracias a Al-lah, primeramente, y después gracias a fulano” (Al Hamdulillahi Awwalan, zumma laka).
{Guíanos por el sendero recto}