Por Madiha Sadaf
Estamos bien informados sobre las contribuciones de los hombres a la historia islámica y científica. Sin embargo, a menudo no reconocemos a las mujeres que provocaron el cambio.
Junto con los hombres, las mujeres musulmanas desempeñaron un papel importante en el mundo islámico premoderno como eruditas, poetizas, místicas, gobernantes y militares.
Muchas de las mujeres que participaron activamente en el cuidado de la salud durante los tiempos del profeta (PyB) ejercieron en el campo de batalla: algunas solo asistieron a los heridos, mientras que otras también participaron en la lucha.
Nusayba bint Ka’b al-Ansariyya era una conocida guerrera y médica practicante. También conocida como Umm ‘Ammara, fue una de las primeras conversas al Islam.
Ella es más reconocida por luchar contra los mecanos paganos en la batalla de Uhud. Cuando no estaba ocupada en la batalla, atendía a soldados heridos. Fuera de la zona de batalla, ella realizó circuncisiones.
Rufayda Bint Saad Al-Aslamiyya, quien también vivió en la época del profeta Muhammad, a menudo se la conoce como «la primera enfermera en el Islam». Ella ayudó a los heridos durante la batalla de Badr.
Ella adquirió la mayor parte de su conocimiento médico al ayudar a su padre médico, Saad Al-Aslamy. Se convirtió en una sanadora experta, tanto así que el Profeta ordenó que todas las víctimas fueran enviadas a su tienda para recibir tratamiento.
Otras enfermeras musulmanas y practicantes médicas que ingresaron al campo de batalla y dedicaron su tiempo y habilidades a curar a los heridos durante el tiempo del Profeta incluyen a Umm Sinan Al-Islami (conocida también como Umm Imara), Umm Matawe’ Al-Aslamiyya and Umm Waraqa Bint Hareth.
INTELECTUALES NOTABLES
Muchas mujeres musulmanas medievales persiguieron con éxito las matemáticas junto con sus intereses en otros campos.
Historiadores como Ibn al-Jawzi, Ibn al-Khatib Baghdadi e Ibn Kathīr elogiaron a Sutayta Al-Mahamali, a quien se le enseñó bajo la supervisión de varios estudiosos.
Ella vivió en la segunda mitad del siglo X y provenía de una familia educada en Bagdad. Su padre era un respetado erudito y juez.
Sutayta mostró grandes habilidades en matemáticas, que fueron más allá de una simple aptitud para realizar cálculos. Se destacó en hesab (aritmética) y fara’idh (cálculo secuencial).
También hizo valiosas contribuciones a campos como la literatura árabe, el hadiz y la jurisprudencia. Murió en el año 987 d.C.
Lubna de Córdoba, que se encontraba entre la nobleza del Palacio Omeya de Andalucía, era conocida por su amor por lo académico. Sus habilidades en escritura, gramática, poesía, matemáticas y otras ciencias no tenían paralelo.
No solo era una figura de intelecto, sino que se convirtió en la secretaria del palacio de los califas Abd al-Rahmān III y su hijo al-Hakam bin ‘Abd al-Rahmān.
También era conocida por su amor por los libros, y creó una biblioteca formada por más de medio millón de libros [Ibn Bashkuwal. Kitab al-Silla. (El Cairo, 2008), vol. 2: 324].
FINANCIANDO LA CIENCIA
Muchas mujeres musulmanas de orígenes ricos desempeñaron papeles importantes en el desarrollo de la civilización y la ciencia en el mundo islámico medieval.
Los famosos canales de agua de Zubaida en las afueras de La Meca llevan el nombre de Zubayda bint Abu Ja’far al-Mansur. Los canales fueron parte del gran proyecto que ella dirigió, que construyó estaciones de servicio de pozos de agua a lo largo de la ruta de la peregrinación desde Bagdad a La Meca.
Era la esposa del califa Harun ar-Rashid, era la mujer más rica y poderosa del mundo de su tiempo, y era una mujer noble de gran generosidad.
Fátima al-Fehri fue otra mujer dedicada a proyectos de ciencia y desarrollo. Ella construyó un complejo de mezquitas en Fez, Marruecos, que incorporó la Universidad de Qarawiyyin, una de las primeras universidades del mundo; las bibliotecas sobrevivientes más antiguas del mundo; y salas de cronometraje.
Se encontraron salas de cronometraje, o dar al-muwaqqit (singular), en mezquitas y universidades de todo el mundo islámico medieval. Fueron utilizadas por los astrónomos encargados de los cálculos de cronometraje y la regulación y mantenimiento de los relojes. Los muwaqqits astrónomos tenían que comunicar los tiempos correctos de oración a los muezzins (personas que llamaban para rezar).
La cámara dar al-muwaqqit de Al-Fehri se encuentra dentro del minarete de la mezquita Al-Qarawiyyin. El objeto más importante es el reloj de agua Al-Lajai. Fue realizado por el astrónomo Abu Zaid Abderrahman Ibn Souleiman al-Lajai por orden del sultán mariní Abu Salim Ali II.
Dhayfa Khatun fue reina de Alepo (en la Siria moderna) durante seis años, donde fundó dos escuelas conocidas. La primera fue la Escuela al-Firdaws, dedicada a los estudios islámicos y la sharia islámica, especialmente la doctrina Shafi’i.
La segunda escuela, ubicada en Mahalat al-Frafera, era conocida como la Escuela Khahkah, especializada en sharia y otros campos científicos.
Por último, pero no menos importante, Hurrem Sultan. Ella construyó un complejo de mezquitas en Estambul y el complejo Haseki Külliye, que consistía en una mezquita, escuela y cocina pública. Ella construyó una casa de baños con secciones separadas para hombres y mujeres, dos escuelas y un hospital para mujeres. Y fundó cuatro escuelas en La Meca y una mezquita en Jerusalén.