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Sura Al-Falaq: Protección divina contra todos los males





Por el Dr. Ali Al-Halawani





“…Agua, agua por todas partes, ni una sola gota para beber”.





Estas son las dos últimas líneas del poema “The Rime of the Ancient Mariner”, de Samuel Taylor Coleridge; una obra maestra inigualable que nunca ha dejado de traer lágrimas a mis ojos.





Estas dos líneas muestran la incapacidad del hablante para encontrar una gota de agua fresca para beber mientras está en medio de un mar pesado y salado.





Del mismo modo, el mal puede estar en todas partes y uno puede o no encontrar un refugio contra él, ¡dependiendo de en quién esté confiando!





De hecho, muchos son los males que nos rodean. Si bien a ti te encanta realizar buenas obras y ser útil a los demás en tu barrio o comunidad, hay otros que no comparten contigo el mismo concepto; pueden tratar de lastimar a otros. Estos son los malvados, los envidiosos y similares.





Ante esto, Dios Todopoderoso nos enseña, en el Corán, a buscar refugio en Él contra todo tipo de maldad.





Él, la Gloria sea Suya, nos dirige, en la Sura Al-Falaq, que fue revelada en La Meca, a acercarnos a Él si queremos estar protegidos contra todas las formas y grados del mal. Nos enseña a buscar refugio en Dios Todopoderoso de cuatro males que serán explicados a continuación.





 





Escucha la recitación de la Sura Al-Falaq por el Sheij Abdul Basit Abdul Samad





El tema general y los términos clave de la sura





Dios Todopoderoso nos indica que busquemos refugio en Él, ya que Él es el Señor y Creador de Al-Falaq, un término ambiguo que significa el amanecer o toda la creación, con referencia a todo lo que brota a la vida, contra los siguientes males:





1. De la maldad de todo lo que Él creó, como Satanás y su descendencia, o el aspecto malvado de cualquier creación





Se nos ordena buscar refugio en Dios Todopoderoso contra tal mal para que se aliente a que permanezca lo bueno en estas criaturas, mientras que su lado malvado no nos dañe.





2. Del mal del Ghasiq idha waqab: la oscuridad cuando se asienta y alcanza a la luz del día





Esto significa la noche oscura que llena nuestros corazones de inquietud y temor por lo desconocido o lo inesperado, ya sea un enemigo, una bestia, una idea descabellada, una lujuria ilícita, ansiedad o preocupación excesiva.





El mal acecha en lugares que nunca imaginarías y trata de abrirse camino en tu vida.





Di: «Me refugio en el Señor del amanecer, de todo el mal que existe en lo que Él creó, del mal de la oscuridad de la noche cuando se extiende (Al-Falaq 113: 1 – 3)





3. Del mal de los An-Naffazat fil ‘uqad – (literalmente significa los sopladores de nudos) es decir, los brujos conjuradores





Estos brujos existieron en Arabia hace siglos y solían hacer nudos en las cuerdas y soplarlos con la intención de infligir daño a alguien.





Algunos tipos de magia pueden ser dañinos; pero tal daño no puede ocurrir excepto si Dios permite que surta efecto (Al-Baqarah 2:102). Buscar la protección de Dios es la mejor precaución que puedes tomar para protegerte de tal maldad.





En algunos otros casos, la magia es mera producción de ilusiones. No altera la naturaleza de las cosas ni su esencia. Está sujeto al diseño del mago mientras trata de engañar a los espectadores para que vean lo que quiere que vean.





Entendemos esto de la historia del Profeta Moisés con los magos del Faraón como dice el Corán: Entonces arrojaron sus cuerdas y varas, y por el hechizo que habían empleado, estas parecían moverse [como si fueran verdaderas serpientes] (Taha 20:66).





Como sus cuerdas y bastones en realidad no se convirtieron en serpientes; fue solo que engañaban a los espectadores, incluido el mismo Profeta Moisés. Pero cuando este arrojó su bastón, de hecho se convirtió en una serpiente real que devoró sus cuerdas y bastones.





Al darse cuenta del hecho de que esto no era ningún tipo de engaño, los mismos magos volvieron sus rostros y corazones hacia Dios y creyeron en el Profeta Moisés y su misión divina.





4. Del mal de un envidioso cuando envidia





La envidia es el disgusto maligno de que alguien posea una bendición que tú mismo no posees, o de que alguien sea mejor que tú en uno o más aspectos.





Pero la envidia no se queda ahí ya que el que codicia quiere que esa bendición le sea quitada a la otra persona y/o sea transferida hacia sí mismo.





Sorprendentemente, la envidia es diferente del ghibtah, que es una «envidia decente». Con el ghibtah, uno está totalmente satisfecho con lo que Dios Todopoderoso ha concedido, se siente feliz por los demás y, al mismo tiempo, quiere que mantengan las bendiciones que se les otorgan y le pide a Dios Todopoderoso que le conceda una bendición similar.





Se dice que el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dijo:





“La envidia se justifica solo en dos casos:





un hombre a quien Dios le ha dado conocimiento del Corán, y por eso lo recita durante la noche y durante el día;





y un hombre a quien Dios le ha dado riquezas y las gasta durante la noche y durante el día” (Al-Bujari y Muslim).





Una palabra final





Se ha informado de Abu Sa’id que el Mensajero de Dios solía buscar protección contra los ojos malignos de los genios y la humanidad. Pero cuando las Mu’awwidhatayn [Suras An-Nas y Al-Falaq] fueron reveladas, las usó (para protección) y abandonó todo lo demás además de ellas. (At-Tirmidhi, An-Nasa’i e Ibn Majah)





Aunque el mal puede estar en todas partes, incluso a la vuelta de la esquina, Dios Todopoderoso no nos deja solos; privados de todos los guardias y escudos. Él, la Gloria sea suya, nos enseña y nos guía a buscar refugio en Él para la protección absoluta contra todo tipo de mal.





Entonces, ¡HUYE A AL-LAH!





Fuente: About Islam



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