Términos árabes:
· 'Alim (plural: ulama): Aquel que posee conocimiento. El término se refiere generalmente a un sabio en la religión del Islam.
· Faqih (plural: fuqaha): Un jurista, es decir, alguien que tiene un entendimiento profundo del Islam, sus leyes y jurisprudencia.
· Iytihad: Intento de un sabio o jurista de llegar a un veredicto islámico basado en el Corán y la Sunnah.
· Muytahid: Alguien calificado para realizar iytihad.
· Usul: Principios, raíces, fundamentos, bases de algo.
· Fiqh: Jurisprudencia islámica.
· Isnad: Cadena de transmisores de un determinado hadiz.
· Hadiz (plural: ahadiz): Es un relato o una historia. En el Islam se refiere a un registro narrativo de los dichos y acciones del Profeta Muhammad y sus compañeros.
· Sahabah (plural de sahabi): Se traduce como "compañeros". Un sahabi, como se utiliza comúnmente la palabra en la actualidad, es alguien que vio al Profeta Muhammad, creyó en él y murió como musulmán.
· Sharíah: Ley islámica.
· Ummah: Hace referencia a la comunidad islámica en su totalidad, sin importar raza, color, idioma o nacionalidad.
· Fatwa (plural: fatawa): Veredicto en algún tema de ley islámica dado por una autoridad reconocida.
· Sunnah: La palabra Sunnah tiene varios significados según el área de estudio; sin embargo, el significado que generalmente se le atribuye es: palabras, acciones y aprobaciones del Profeta.
· Dawah: A veces escrito como Da’wa. Significa llamar o invitar a otros al Islam.
Role-of-a-Muslim-Scholar-1.jpgAquel que invita a la gente al Islam o transmite cualquier conocimiento que posea con una intención sincera, puede estar seguro de que será recompensado. El Profeta Muhammad dijo: "Transmitan de mí, aunque sea una palabra". No estipuló que la persona tenga un vasto conocimiento, sino que sepa de qué está hablando. Enseñar algo no nos convierte en sabios. Los eruditos poseen ciertos rasgos y cualidades y un nivel muy alto de educación islámica.
En árabe, la palabra para erudito es 'Alim. Es un término que lleva un significado similar a faqih y muytahid: todos ellos tratan de llegar un veredicto de Sharíah a través de la evidencia con la que cuentan. Son generalmente personas que han pasado muchos años adquiriendo las herramientas y requisitos para realizar iytihad.
Uno de los más conocidos eruditos del siglo XX, el Shaij Ibn Uzaimín, describió con pocas palabras los estándares de educación a los que debe llegar un musulmán para ser considerado erudito[1]. Transcribimos sus palabras a continuación, y aclaramos que, a pesar de que usa la palabra "él", se entiende que estas reglas se aplican a eruditos tanto hombres como mujeres.
En primer lugar, él (el muytahid) debe poseer conocimiento de las evidencias necesarias para el propósito del iytihad, como versículos del Corán y ahadiz que toquen el tema. Debe estar al tanto de los asuntos relacionados a la veracidad o debilidad del hadiz, como el isnad, y los narradores en el mismo. Luego, debe saber qué abroga y qué está abrogado y temas sobre los que hay consenso. Debe también tener conocimiento de temas que afecten el veredicto, como informes de significados específicos, informes que establezcan límites, etc. Debe tener conocimiento del idioma árabe y Usul al fiqh (principios de jurisprudencia islámica) relacionados a la evidencia verbal, por ejemplo, qué es general, qué es específico, qué es absoluto, qué está restringido, qué es mencionado brevemente y qué está detallado, etc., para que su veredicto esté en concordancia con lo que indica la evidencia. Finalmente, debe tener la habilidad de usar su sabiduría para examinar las evidencias y de allí extraer una regla.
Debemos notar que estos términos ―'alim, faqih y muytahid― no deben ser usado para hablar de cualquier persona que mencione reglas islámicas o enseñe material de la religión en colegios, universidades o centros culturales, ni tampoco se aplica a cualquiera que trabaje en el campo de la dawah. Estas palabras denotan un nivel de sabiduría que no se logra fácilmente y lleva décadas de estudio.
El Profeta Muhammad habló elocuentemente de la superioridad que tiene la gente de conocimiento y los sabios. "La superioridad de un 'alim sobre el devoto es como mi superioridad sobre el creyente, o la de la luna cuando está llena sobre el resto de las estrellas, y ciertamente los sabios son los herederos de los profetas; y los profetas no dejan detrás de sí oro o plata, solo dejan conocimiento como herencia. Así que, aquel que adquiere conocimiento, adquiere una gran fortuna"[2].
Todo musulmán debe esforzarse por entender quién es un erudito y quién no. En esta era digital en la cual la información está disponible libremente, es muy fácil para alguien no calificado hacerse pasar por erudito, y el daño que puede hacer a los corazones y mentes es a menudo irreparable. Cuando una persona sin preparación da un veredicto, puede desviar a la gente. Leer un libro traducido del árabe no convierte al lector en sabio, y no lo capacita para emitir un veredicto sobre algo. Hablar elocuentemente frente a una cámara y subir un video a YouTube no es señal de erudición.
El rol del erudito musulmán es guiar a la gente al camino correcto y ayudarlos a sentirse y estar más cerca de Allah. Debe poder no solo interpretar el Corán y la Sunnah, sino todo el cuerpo de jurisprudencia desarrollado desde los albores del Islam. No es una posición para tomar a la ligera; de hecho, es una responsabilidad tan grande que los sahabah y aquellos que los siguieron evitaban dar veredictos religiosos tanto como les era posible.
Se dice que uno de los grandes sabios de la Sharíah, Abdurrahman Ibn Abu Laila, dijo: "Pude conocer a ciento veinte sahabah. A cada uno de ellos se les preguntó sobre temas específicos de la Sharíah buscando un veredicto, pero evitaban dar una decisión y señalaban a otro compañero para que diera la respuesta. Temían decir palabras incorrectas por las cuales ser responsables ante Allah". Comparemos esto con la facilidad y liviandad con la cual hoy en día los que no están preparados dan veredictos.
Dado su nivel de estudio, el erudito tiene un gran estatus en la Ummah islámica. Su papel es alentar a la gente a obedecer las reglas de Allah y permanecer en un camino balanceado en todo asunto, creencia, adoración, ética, moral, conducta e interacciones sociales.
Es importante comprender también que los eruditos no son infalibles. Puede que sean los herederos de los profetas, pero también son humanos, con todas las imperfecciones que eso implica. Este es uno de los motivos por los cuales los sabios no toman los veredictos religiosos o fatawa a la ligera.
Se le preguntó una vez al Imam Malik[3] sobre veintidós temas jurídicos diferentes. Solo respondió a dos, y al hacerlo suplicaba buscando la ayuda de Allah y no apresuraba sus palabras. Se dice que "aquel de ustedes que se apresura para dar fatwa, es como el que se apresura para arrojarse al fuego". Estas palabras enfatizan la importancia de una reflexión profunda cuando se toma una decisión. Un erudito es paciente y precavido.
Hay muchas palabras asociadas al estatus de un erudito y muchas están definidas en la sección de "Términos árabes" aquí y en la parte anterior. Sin embargo, dos términos requieren de una definición y comprensión más profunda. Fatwa y Mufti son dos términos que se usan frecuentemente, pero a veces sin comprender realmente su significado.
Una fatwa es un veredicto legal islámico, dado por un experto en ley religiosa. Usualmente está relacionado a un tema específico y se emite por pedido de un individuo, grupo o juez, y se lo utiliza para resolver un asunto. Una fatwa es necesaria si un aspecto de la ley o las circunstancias no son claros. También, se necesita de las fatawa cuando surgen asuntos nuevos, como la creciente tecnología o la ciencia. "¿Puede involucrase un musulmán en la clonación?" es, por ejemplo, una pregunta que requeriría de una fatwa.
En las naciones que siguen la Ley islámica, las fatawa se debaten rigorosamente antes de ser publicadas. Son afirmadas por consenso de un consejo supremo religioso. En esos países las fatawa raramente se contradicen y son punibles por la ley. En los países donde no se reconoce la ley islámica, los musulmanes pueden encontrarse con fatawa que difieren en su veredicto; si ese es el caso, la persona puede elegir qué regla seguir.
A menos que alguien esté extremadamente educado en la jurisprudencia islámica, no tienen autoridad para emitir una fatwa. Una persona con tal nivel de preparación es conocida como mufti. Un mufti es considerado como el pináculo de los eruditos dado su entrenamiento avanzado, es un experto en Ley islámica, calificado para dar opiniones legales con autoridad (fatawa), es comúnmente un miembro de los ulama establecidos y está por encima del qadi. Por otro lado, el qadi juzga sobre casos particulares o incidentes concernientes a un individuo o grupo específico. Esos casos típicamente involucran a dos adversarios o partes opuestas. En circunstancias normales, ambos referentes (el mufti y el qadi) trabajan en conjunto: el mufti emite un veredicto legal y el qadi lo aplica.
Para emitir una fatwa, el mufti debe conocer muchas cosas que solo se pueden entender luego de años de educación exhaustiva en la religión. Por ejemplo, debe conocer los versículos del Corán relacionados al caso en particular, cuándo fueron revelados y por qué, tanto como saber distinguir entre aquellos que apoyan o se oponen al tema. Debe estar familiarizado con los ahadiz concernientes al veredicto y la fortaleza de su cadena de transmisión, y estar al tanto de los precedentes legales del caso, incluyendo argumentos y cualquier consenso de eruditos anteriores. Debe también estar preparado en la sintáctica, gramática, pronunciación, expresiones idiomáticas, usos lingüísticos específicos, costumbres y cultura prevalentes en los tiempos del Profeta y las dos siguientes generaciones.
Vale la pena recordar que las fatawa emitidas por individuos sin calificación y no autorizados no tienen validez legal. No es permisible dar un veredicto cuando no se posee el conocimiento y preparación requeridos. Además, la sentencia del mufti no tiene carácter de ley, sino que es una respuesta a un problema y depende de los individuos seguir o no el fallo. La ley, por otra parte, se aplica mediante sentencias individuales del tribunal.
La Ley islámica, también conocida como Sharíah, llama a la gente al camino de la moderación en todo asunto, incluyendo la creencia, adoración, ética, moral, conducta, interacciones, y entendimiento intelectual. Esto se puede considerar como la base de la Sharíah, según la cual el principio fundamental es la moderación. El Islam es un balance entre los extremos.
El Profeta Muhammad dijo: "¡Oh gente! Tengan cuidado con llegar a los extremos en asuntos de la religión, porque aquellos que vinieron antes de ustedes fueron condenados al fracaso por ello"[1]. En el Islam, la religión no está separada de la vida cotidiana; un musulmán se esfuerza por hacer de cada aspecto de su vida un acto de adoración. Es por eso que el Profeta Muhammad aconsejó a sus seguidores ser moderados, seguir un camino intermedio y siempre elegir la más fácil de las opciones dentro de las normas de la Sharíah. Uno de los roles del erudito musulmán es guiar y educar a los demás sobre dónde están esos límites.
“Hice de ustedes una comunidad moderada y justa...” (Corán 2:143).
La amada esposa del Profeta Muhammad, Aisha, dijo que "cuando el Profeta tenía que escoger entre dos opciones, siempre elegía las más fácil, a menos que representara un pecado, en cuyo caso lo evitaba"[2]. Es por ello que parte del rol de un erudito es facilitar la religión para los demás y evitar que lleguen a extremos.
Allah le dijo al Profeta Muhammad: “[Oh Muhammad] Por misericordia de Dios eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y de corazón duro se habrían alejado de ti...” (Corán 3:159). Por eso, cuando envió a Mu’adh Ibn Yabal (que Allah esté complacido con él) a enseñar el Islam a la gente de Yemen, le dio el siguiente consejo: "Faciliten los asuntos religiosos a la gente y no los compliquen. Que se obedezcan los unos a los otros y no hagan diferencias entre ustedes".
El Islam también logra un equilibrio al tomar el conocimiento de los eruditos musulmanes. Un musulmán no debe considerarse autosuficiente e ignorar todo lo que los eruditos tienen que decir, pues este es un camino seguro para caer en ideologías desviadas. Pero por otro lado, no debe considerar a los eruditos infalibles; tomar su palabra como sagrada es parte de los extremos de los cuales debemos alejarnos. El musulmán reconoce su nivel de comprensión humildemente y aprende de aquellos que son competentes y confiables.
Los eruditos musulmanes, aquellos formados para aconsejar y emitir veredictos religiosos, hacen su mejor esfuerzo para ayudar a los creyentes a transitar firmemente el camino correcto, el de la moderación. Primero adquieren un entrenamiento especializado y riguroso, la profundidad de su sabiduría no es algo que se pueda alcanzar con la información disponible en Internet. Un erudito es alguien que tiene conocimiento, y ha pasado muchas horas y años, incluso décadas adquiriéndolo.