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Términos árabes:





·       Hadiz (plural: ahadiz): Es un relato o una historia. En el Islam se refiere a un registro narrativo de los dichos y acciones del Profeta Muhammad y sus compañeros.





·       Sunnah: La palabra Sunnah tiene varios significados según el área de estudio; sin embargo, el significado que generalmente se le atribuye es: palabras, acciones y aprobaciones del Profeta.





·       Sahabah (plural de sahabi): Se traduce como "compañeros". Un sahabi, como se utiliza comúnmente la palabra en la actualidad, es alguien que vio al Profeta Muhammad, creyó en él y murió como musulmán.





The Rights of Neighbours in Islam 1.jpgEn un hadiz auténtico, el trato bueno y amable hacia los vecinos está vinculado a la creencia en Allah y a los principios del Islam. El Profeta Muhammad dijo que: “Para quien cree en Allah y en el Día del Juicio, es fundamental no dañar a sus vecinos…”. De ese modo, podemos entender que los derechos de los vecinos tienen un estatus elevado en el Islam. De hecho, la amada esposa del Profeta Muhammad, Aisha, narró en otro hadiz que el ángel Gabriel fue tan insistente en que se respetaran los derechos de los vecinos, que el Profeta Muhammad se preguntó si les serían otorgados derechos de herencia a los vecinos cercanos.





A los sahabah se les recordó constantemente, tanto con palabras como con hechos, que Allah y Su Mensajero dieron gran importancia a la consideración y el trato amable hacia los vecinos. El Profeta Muhammad tuvo una vez un vecino que lo insultaba y lastimaba a cada oportunidad. Cuando pasaron unos días y el Profeta no se encontró con el hombre, lo visitó, pues estaba preocupado de que su vecino pudiera estar enfermo o necesitara ayuda. Así es como el Profeta Muhammad trató a sus vecinos, incluso a aquellos que no eran sus hermanos o hermanas en el Islam. Un buen vecino es aquel que garantiza comodidad, seguridad y protección, independientemente de la etnia o religión de sus vecinos. Las relaciones comunitarias son muy importantes y deben poder trascender las barreras percibidas, como la raza, la religión o la afiliación política.





La sociedad musulmana, en particular la que se estableció en la ciudad de Medina, puso gran énfasis en la cohesión comunitaria. Si un miembro de la comunidad sufre, entonces toda la comunidad está en riesgo. En el pasado, los vecinos y los miembros de la comunidad en general dependían unos de otros en tiempos de conflicto o calamidad. Esto no está lejos de situaciones en las que nos encontramos hoy en día: los ancianos mueren solos y olvidados, y los vecinos pasan hambre acurrucados detrás de puertas cerradas. Muchos problemas de las comunidades podrían resolverse si los vecinos se preocuparan unos por otros.





Recientemente, un grupo de jóvenes de secundaria en Sídney, Australia, comenzó a cortar el césped y limpiar los patios de sus vecinos ancianos y desfavorecidos[2]. Los chicos eran musulmanes, pero la mayoría de sus vecinos no. ¡Qué noble forma en la que estos jóvenes siguieron los pasos de su amado Profeta! La gente del vecindario habló de su sorpresa y la desconfianza inicial de las intenciones de los chicos, pero con el tiempo se sintieron cómodos. Las relaciones de buena vecindad son exactamente lo que el Profeta Muhammad dijo que eran, una alegría en la vida de uno.





Como podemos ver en el ejemplo de Sídney, los musulmanes están en una posición única para brindar a las comunidades algo que, a menudo, falta cuando el mundo avanza hacia el futuro: la unidad comunitaria y un ambiente seguro. Como musulmanes, debemos saber que parte de obedecer a Allah y a Su Mensajero es garantizar una comunidad segura para todos. No tenemos que inventarnos formas de hacer esto realidad, sino que podemos seguir la guía del Corán y de la Sunnah auténtica.





Dada la importancia de tener buenos vecinos, las personas a menudo hacen consultas antes de mudarse a un área determinada. Ello se debe a que un tipo equivocado de vecino puede hacer la vida miserable, pero un buen vecino puede hacer todo lo contrario. El Profeta Muhammad dijo: “Entre las cosas que brindan felicidad a un creyente en su vida están un vecino recto, una casa amplia y un medio de transporte cómodo”[3]. Si no estamos seguros de cómo tratar a nuestros vecinos, podemos ver a los sahabah y tratar de imitarlos en su comportamiento, de manera que se adapte a nuestra época y lugar.





El Profeta Muhammad le dijo a Abu Dhar que agregara agua extra a su caldo para poder ofrecerles algo a sus vecinos[4]. Abdullah Ibn Amr le preguntó una vez a su siervo, después de sacrificar una oveja: "¿Le diste algo a nuestro vecino judío?”[5]. El creyente es animado a dar regalos, aunque tengan poco valor monetario. El verdadero valor del regalo es el espíritu con el que se da. La entrega de regalos fomenta la amistad y las buenas relaciones de vecindad. Cuando la esposa del Profeta, Aisha, le preguntó a qué vecinos debía enviar sus regalos, él le contestó: “A aquellos cuyas puertas están más cerca de la tuya”[6]. Aunque los vecinos más cercanos son los que debemos tener en cuenta en primera instancia, el Islam nos insta a cuidar de nuestros vecinos y a tener en cuenta a la comunidad en general.





Hay muchos ahadiz que enfatizan la importancia del trato amable hacia los vecinos. “El mejor de los compañeros ante Allah es aquel que es mejor con su compañero, y el mejor de los vecinos ante Él es aquel que es mejor con su vecino”. Pero, ¿qué pasa con los vecinos que interrumpen la tranquilidad que una persona tiene derecho a disfrutar en su propia casa? Le preguntaron al Profeta Muhammad sobre una mujer que oraba y ayunaba más de lo obligatorio, y daba caridad con generosidad, pero desafortunadamente, no se abstenía de hablarles con dureza a sus vecinos. Él la describió como una de las personas del Infierno. Otra mujer le fue descrita, que no rezaba más que lo obligatorio, y él dijo que era una persona del Paraíso, simplemente porque era una buena vecina[7].





El Profeta Muhammad dijo que “El mejor de los compañeros ante Allah es aquel que es mejor con su compañero, y el mejor de los vecinos ante Él es aquel que es mejor con su vecino”[1]. También dijo: “Aquel que daña a su vecino no entrará al Paraíso”[2].





Podemos ver, entonces, que tratar a los vecinos bien y con respeto es un concepto muy importante en el Islam. Hace la vida más agradable para todos los implicados; cuando uno está rodeado de personas en las que puede confiar, las pruebas y tribulaciones se pueden enfrentar más fácilmente con su apoyo y estímulo. Si sus vecinos son musulmanes, ser buen vecino será fácil, porque los derechos de los vecinos están consagrados en los principios del Islam. Entre los derechos de un musulmán sobre otro están los siguientes:





·       Saludarlo con el saludo islámico de As-salamu aláikum[3]. 





·       Visitarlo cuando no se encuentre bien.





·       Ofrecerle condolencias y ayudarlo en momentos de calamidad.





·       Felicitarlo en momentos de alegría y felicidad.





·       En la medida de lo posible, pasar por alto sus errores, las molestias que cause y las falsas ocultas.





·       Darle regalos. 





·       Ayudarlo financieramente.





·       No mirar sus posesiones con envidia. 





·       Guiarlo hacia las cosas que lo beneficien en sus asuntos religiosos y mundanos.





Si sus vecinos no son musulmanes, no significa que deba tratarlos de manera distinta. De hecho, tratarlos con el respeto que el Islam enseña puede llevar a cosas buenas. En el mejor de los casos, puede llevarlos a ellos al Islam, o al menos todos en el vecindario llevarán una vida pacífica y cooperativa.





Los siguientes son algunos consejos prácticos para quienes viven en comunidades pobladas por personas de diferentes etnias y religiones:





·       Preséntese a sus vecinos cuando se mude a una nueva casa o cuando lleguen nuevos vecinos.





·       Muestre atención y consideración preguntando por la salud de las personas mayores o con enfermedades crónicas. Un musulmán no debe comer si su vecino tiene hambre, por lo tanto, usted podría ayudar enviando alimentos o en las tareas domésticas, como cortar el césped o sacar la basura. El Profeta Muhammad le aconsejó a un sahabi que fomentara las relaciones de buena vecindad cuando le dijo: “…Cada vez que prepares un caldo, pon agua adicional y dale a tus vecinos”[4].





·       Deles regalos. La entrega de regalos suaviza hasta los corazones más duros.





·       Invite a sus vecinos a comer, o incluso a una simple taza de café o té. En su invitación, asegúrese de mencionar las restricciones que el Islam tiene sobre el alcohol y los requisitos dietarios, para que no haya momentos embarazosos. Esta es también una oportunidad para demostrar que el alcohol no es un ingrediente necesario para una vida social feliz.





·       Acepte las invitaciones. A menos que haya una buena razón para no hacerlo, como el alcohol o el baile.





·       Mientras socializa, presente el Islam de la mejor forma. No entre en discusiones inútiles sobre religión o política.





·       Si sus vecinos muestran interés en el Islam, no sea insistente. Quizás podría regalarles libros edificantes, o invitarlos a eventos que muestren el Islam.





·       Sea el primero en ayudar en tiempos de calamidad. Sus vecinos pueden necesitar dinero, transporte o un hombro sobre el cual llorar.





Habiendo establecido que los buenos vecinos son una bendición, y que comportarse de buena manera con los vecinos es un requisito en el Islam, ¿qué debe hacer una persona cuando se enfrenta a la mala conducta de sus vecinos? En una sociedad o vecindario musulmán, una buena manera de evitar que un vecino musulmán se comporte de manera poco adecuada es hacer público su comportamiento.





Uno de los sahabah mencionó que un hombre le preguntó al Profeta cómo lidiar con un vecino que le causó daño. El Profeta le sugirió que tomara sus cosas y se parara en el camino. Cuando el hombre hizo lo que le sugirió, la gente se reunió a su alrededor y le preguntó qué pasaba. El hombre maltratado explicó lo que estaba haciendo y que era una sugerencia del Profeta Muhammad. La gente quedó atónita y el mal vecino quedó deshonrado. Fue tanta la vergüenza y el remordimiento del mal vecino, que se acercó al hombre difamado y le dijo: “Vuelve a tu casa. Por Allah, no te volveré a causar daño alguno”[5].





Sin embargo, es importante que si uno publica el hecho de que tiene un mal vecino, no caiga en la calumnia ni exagere el mal trato que ha recibido. Lo que el Profeta le aconsejó al hombre fue mostrar que la actitud del vecino lo había llevado a abandonar su hogar. No diga nada más allá de eso. Eso fue suficiente para que la gente reconociera que el asunto era grave. Es importante recordar que, cuando se trata con musulmanes y no musulmanes utilizando el alto nivel de modales y moral en que insiste el Islam, a menudo ocurrirán maravillas.





El renombrado erudito islámico Al Qurtubi (1214 -1273 E.C.) dijo: “Yo digo que el trato amable hacia los vecinos es obligatorio y está recomendado, ya sean estos musulmanes o no. Y esto es lo que hay que hacer. El trato amable puede ser en el sentido de ayudar o puede ser en el sentido de ser bondadoso, abstenerse de molestar y permanecer junto a ellos”.



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