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Términos árabes





·       Hikmah: Sabiduría.





Podría parecerle al nuevo musulmán que el Corán es una guía suficiente para el creyente, y que basta con el estudio y la interpretación personal para implementar sus enseñanzas y ponerlas en práctica. Sin embargo, hacer esto puede llevarnos a la misma clase de errores que los intérpretes sin conocimiento de la Biblia propagaron en sus congregaciones. Para apreciar verdaderamente el mensaje del Corán, uno tiene que estudiar la vida, las acciones y las palabras del Profeta, que fue quien nos lo trajo y lo puso en práctica; y por eso los musulmanes guardaron registros de las acciones y dichos del Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él), a lo cual se llama Hadiz, e instituyeron un método estricto de análisis de los medios a través de los cuales han sido transmitidos hasta llegar a nosotros. Si se confirma que un hadiz es fuerte, se lo considera una sunnah.





El significado de Sunnah


Sunnah, en general, se refiere a las enseñanzas y la forma de vida del Profeta Muhammad. Más específicamente, significa el conjunto de relatos auténticos del Profeta Muhammad, aparte del Corán: sus declaraciones, acciones y aprobaciones o permisos tácitos (de las declaraciones o acciones de sus compañeros).





El significado de Hadiz


Hadiz es cualquier relato de las declaraciones, acciones, aprobaciones tácitas, modales o características físicas del Profeta Muhammad. Un hadiz consta de dos partes:





a) La cadena de narradores.





b) El texto.





       Para que un relato de las palabras o acciones del Profeta sea considerado auténtico, tanto el texto como la cadena de narradores deben cumplir unas condiciones estrictas. Aprenderemos más sobre ellas en los siguientes niveles.





Hadiz y Sunnah


La Sunnah está contenida en los relatos del Profeta que han sido transmitidos, es decir, la literatura del Hadiz. Encontramos la Sunnah del Profeta en los libros de Hadiz. Las declaraciones, acciones, aprobaciones tácitas, descripción física y modales del Profeta Muhammad se encuentran registrados en libros de hadices. Nada que fuera relevante de su vida se ha perdido. Un musulmán puede saber cómo rezaba, ayunaba y vivía en casa y con sus compañeros. No existe registro tan completo y preciso sobre ninguna otra figura histórica.





Importancia de la Sunnah


       El Corán nos dice lo importante que es la Sunnah:





(1) Obedecer al Profeta es obedecer a Allah.





“Quien obedezca al Mensajero obedece a Dios. Pero no te he enviado como custodio de quien te rechace” (Corán 4:80).





(2)  Obedecer al Profeta es un mandato divino, y se nos advierte sobre desobedecerlo.





       “Obedezcan a Dios y al Mensajero, que así alcanzarán la misericordia” (Corán 3:132).





“Estas son las leyes de Dios. A quien obedezca a Dios y a Su Mensajero, Él lo introducirá en jardines donde corren ríos, donde vivirá por toda la eternidad. Este es el éxito supremo” (Corán 4:13).





"Quien rechace a Dios y a Su Mensajero, sepa que le espera el fuego del Infierno, en el que permanecerá por toda la eternidad” (Corán 72:23).





“¡Oh, creyentes! Obedezcan a Dios y obedezcan al Mensajero. No hagan vanas sus obras” (Corán 47:33).





(3)  Aceptar las decisiones del Profeta es parte de la fe.





“Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán [realmente] a menos que te acepten como juez de sus disputas, y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente” (Corán 4:65).





(4)  Seguir al Mensajero nos hace ganar el amor y el perdón de Allah.





“Di: 'Si verdaderamente aman a Dios, ¡síganme!, que Dios los amará y perdonará sus pecados'. Dios es Absolvedor, Misericordioso” (Corán 3:31).





(5)  El Corán llama a la Sunnah "hikmah" o "sabiduría". La Sunnah también fue revelada por Allah, así como el Corán.





Allah reveló el Corán y la Sunnah:





“[...] Dios te ha revelado el Libro [el Corán] y la sabiduría [la Sunnah] [...]” (Corán 4:113).





Allah considera como parte de Sus favores la revelación del Corán y la Sunnah:





“[...] y recuerden la gracia que Dios les concedió [el Islam], y el Libro [el Corán] y la sabiduría [la Sunnah] que reveló para exhortarlos [...]” (Corán 2:231).





El Profeta Muhammad enseñó el Corán y la Sunnah:





“[...] y les enseña el Corán y la sabiduría [de la Sunnah] [...]” (Corán 3:164).





Preservación divina de la Sunnah


Allah dice en el Corán:





“Ciertamente, somos Nosotros quienes hemos hecho descender, gradualmente, este recordatorio; y, ciertamente, somos Nosotros quienes en verdad lo protegemos [de toda alteración]” (Corán 15:9).





       En este versículo, "recordatorio" se refiere a todo lo que Allah ha revelado: tanto el Corán como la Sunnah. Allah promete proteger el Corán y la Sunnah, y esto tiene sentido. El Corán es la revelación final de Allah y el Profeta Muhammad es Su último Profeta. Allah ordena a los musulmanes seguir la Sunnah y el Corán, como ya se ha mencionado. Si la Sunnah no hubiera sido protegida, Allah no nos estaría ordenando hacer algo imposible, es decir, seguir una guía que no ha sido preservado o que no existe. Puesto que tal expectativa sería contradictoria con la justicia divina, es lógico que Allah haya preservado la Sunnah. Como veremos más adelante, Allah, a través de los seres humanos, ha utilizado diferentes medios para preservar la Sunnah.





Los libros de Hadiz más importantes


Un musulmán nuevo debe conocer los libros de Hadiz más importantes que contienen la Sunnah del Profeta.





(1)      Sahih Al Bujari


Este libro fue escrito por el Imam Al Bujari (810 - 870 E.C.). Es considerado el libro más auténtico y fiable después del Corán. Sahih Al Bujari tiene 2.602 hadices que no se repiten. Ha sido traducido al español en versión resumida por el Lic. Isa Amer Quevedo y fue publicado por primera vez en 2003. En nuestras lecciones, los hadices de Sahih Al Bujari se mencionan en las notas de pie de página. La traducción está disponible aquí.





(2)      Sahih Muslim


Sahih Muslim fue escrito por el Imam Muslim (817 - 875 E.C.). Tiene 3.033 hadices y se considera el libro más confiable después de Sahih Al Bujari. Fue traducido al español por Abdu-Rahman Colombo Al Yerrahi, quien concluyó su obra en 2006. En nuestras lecciones los hadices de Sahih Muslim se mencionan en las notas de pie de página. La traducción está disponible aquí.





(3)      Riiad As-Salihin (Los jardines de los justos)


       Este es un libro del Imam Nawawi (1233 - 1277 E.C.). Es una colección de versículos coránicos y hadices ordenados por temas. Tiene cerca de 1.900 hadices auténticos. De los tres libros aquí mencionados, este es el más apropiado para un principiante. Existen varias traducciones al español; quizás la más útil para musulmanes nuevos, porque tiene comentarios, es esta que se encuentra disponible para la venta aquí. Otra traducción, realizada por Zakaría Maza Vielva puede ser leída en línea aquí.





       Hay otros libros importantes que contienen muchos hadices auténticos. Los más comunes son Abu Dawud, At-Tirmidhi, An-Nasa'i e Ibn Mayah, y junto con Al Bujari y Muslim se llaman Al Kutub As-Sittah (los seis libros). Detallar todos ellos queda fuera del alcance de esta breve introducción a la literatura del Hadiz.





       Una última nota sobre la lectura del Hadiz es que no hay un solo libro que contenga todos los hadices, sino que son mencionados en varios libros. Es de gran importancia que no se haga ningún juicio mientras se lee un hadiz, ya que es más que probable que haya otro hadiz en otro libro que lo aclare. Sin embargo, leer las explicaciones de los hadices dará al lector una comprensión mucho mejor de los conceptos mencionados en ellos, ya que los eruditos que escriben estas explicaciones reúnen evidencias tomadas de varios otros hadices para arrojar luz sobre alguno en particular. La interpretación de un hadiz específico debe limitarse a aquellos que conocen la religión, al igual que cuando se trata del Corán. Hay otras colecciones, como la de Riiad Us-Salihin mencionada anteriormente, que, a diferencia de otros libros de hadices, fueron escritos para una audiencia general, y son mucho más fáciles de entender para todos los musulmanes. Otro buen libro inicial es el llamado Al Arba'un An-Nawawiia (Los cuarenta hadices compilados por An-Nawawi), que menciona algunos de los hadices más importantes y básicos del Islam; se puede encontrar una explicación detallada de los mismos aquí, y una traducción en línea del libro (sin comentarios) puede ser leída aquí.





Términos árabes





·       Hayy: La peregrinación a La Meca donde el peregrino realiza un conjunto de rituales. El Hayy es uno de los cinco pilares del Islam, que todo musulmán adulto debe realizar al menos una vez en su vida si cuenta con los medios económicos y es físicamente capaz [de realizar tal viaje].





·       Zakat: Caridad obligatoria.





·       Sunnah: La palabra Sunnah tiene varios significados según el área de estudio; sin embargo, el significado que generalmente se le atribuye es: palabras, acciones y aprobaciones del Profeta.





·       Hadiz (plural: ahadiz): Es un relato o una historia. En el Islam se refiere a un registro narrativo de los dichos y acciones del Profeta Muhammad y sus compañeros.





       Después del Corán, la Sunnah o Hadiz[1] es la segunda fuente de la que se extraen las enseñanzas y leyes del Islam. La Sunnah detalla todos los aspectos de la vida de un musulmán, incluyendo la oración, el ayuno, el Hayy, el Zakat, el matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos, la guerra y la paz. Alguien que abraza el Islam necesita de la guía tanto del Corán como de la Sunnah. Del mismo modo en que un musulmán está obligado a aceptar y seguir el Corán, también está obligado a aceptar y actuar según la Sunnah del Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él).





       La siguiente lección es una introducción a la colección de hadices y, aunque no abarca todos los aspectos de la preservación del Hadiz, el énfasis se centra principalmente en mostrar que los hadices fueron escritos y memorizados desde los tiempos del Profeta y en destacar algunos de los esfuerzos de los primeros musulmanes para preservar y transmitir estas enseñanzas.





La preservación divina de la Sunnah


Allah, Glorificado sea, dice en el Corán:





“Ciertamente, somos Nosotros quienes hemos hecho descender, gradualmente, este recordatorio; y, ciertamente, somos Nosotros quienes en verdad lo protegemos [de toda alteración]” (Corán 15:9).





       En este versículo, "recordatorio" se refiere a todo lo que Allah reveló, es decir, tanto el Corán como la Sunnah. Allah promete proteger el Corán y la Sunnah, y esto tiene sentido ya que el Corán es la revelación final de Allah y el Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) es Su último Profeta. En el Corán Allah ordena a los musulmanes seguir la Sunnah, como hemos visto arriba. Si la Sunnah no hubiese sido preservada, Allah nos estaría ordenando hacer algo imposible: ¡seguir la Sunnah que no ha sido preservada o que no existe! Puesto que esto sería contradictorio con la justicia divina, es lógico que Allah haya preservado la Sunnah. Como veremos en estas lecciones, Allah, a través de los seres humanos, utilizó varios medios para preservar la Sunnah.





Primera etapa en la recolección de hadices





Transmisión del Hadiz durante la vida del Profeta





       La transmisión de las palabras y las acciones del Profeta, de una persona a otra, tuvo lugar de forma escrita y oral durante su vida. De hecho, el Profeta mismo solía dar instrucciones con respecto a la transmisión de lo que enseñaba. Existe una fuerte evidencia histórica de que cuando un pueblo abrazaba el Islam, el Profeta solía enviarles a uno o más de sus compañeros que no solo les enseñaban el Corán, sino que también les explicaban cómo se llevaban a cabo en la práctica los mandatos del Libro, es decir, les enseñaban la Sunnah.





Cuando una delegación de Rabi'a llegó a él en los primeros días de Medina, el Profeta concluyó sus instrucciones diciendo: "Recuerden esto e informen a los que han dejado atrás"[2]. Y en otro caso instruyó: "Vuelvan con su gente y enséñenles estas cosas"[3].





También se ha registrado que la gente acudía al Profeta y para pedirle maestros que pudieran enseñarles el Corán y la Sunnah, diciendo: "Envíanos hombres para que nos enseñen el Corán y la Sunnah"[4].





Con motivo de la peregrinación, el Profeta, luego de ordenar a los musulmanes el deber de mantener sagrada la vida, la propiedad y el honor de cada uno de ellos, añadió: "El que está presente aquí debe llevar este mensaje al que está ausente"[5].





Naturalmente, los compañeros del Profeta eran plenamente conscientes de que debían seguir su Sunnah, ya que el mandato de obedecer al Profeta en todos los asuntos se encontraba también en el Corán. Cuando Mu'adh Ibn Yabal fue nombrado gobernador de Yemen por el Profeta, y se le preguntó cómo juzgaría los casos, su respuesta fue: "Por el Libro de Allah". Luego le preguntaron qué pasaría si no encontraba una directriz en el Libro de Allah, él respondió: "Entonces por la Sunnah del Mensajero de Allah"[6].





       Por lo tanto, la Sunnah fue reconocida como una guía en asuntos religiosos durante la vida del Profeta. Él solía enseñar su Sunnah principalmente de tres maneras:





(1) Enseñanza verbal: El Profeta mismo fue el maestro de su Sunnah. Para facilitar la memorización y la comprensión a sus compañeros, solía repetir las cosas importantes tres veces. Después de enseñar a sus compañeros escuchaba lo que habían aprendido. La gente de Medina hospedaba a los visitantes de otras tribus que acudían en busca de instrucción sobre el Corán y la Sunnah.





(2) Dictado a escribanos: Se estima que el Profeta tenía 45 escribas a su servicio. Con la ayuda de ellos, envió cartas a reyes, gobernantes, líderes tribales y gobernadores musulmanes; algunas de esas misivas abordaban asuntos legales, tales como el Zakat, los impuestos y los actos de adoración. El Profeta dictó a varios compañeros, como Ali Ibn Abi Talib y Abdullah Bin 'Amr Bin Al Aas, y ordenó que se entregara una copia de su jutba de despedida a Abu Shah de Yemen.





(3) Demostración práctica: El Profeta enseñó la forma en que debía realizarse la ablución, la oración, el ayuno y la peregrinación. En cada asunto de la vida, el Profeta daba lecciones prácticas con instrucciones claras para seguir su ejemplo. Dijo: "Oren como me ven orar", y "aprendan de mí los rituales de la peregrinación del Hayy". Estableció escuelas, los orientó para que difundieran el conocimiento, los instó a enseñar y aprender nombrándoles las recompensas para los maestros y los estudiantes.





De la misma manera, los compañeros utilizaron estos tres métodos de aprendizaje aplicados por el Profeta para enseñar su Sunnah:





a) Memorización: Los compañeros escuchaban cada palabra del Profeta con la máxima atención. Aprendían el Corán y el Hadiz del Profeta en la mezquita; cuando el Profeta salía por alguna razón, comenzaban a repasar lo que habían aprendido. Anas Bin Malik, el sirviente del Profeta, dijo:





“Nos sentábamos con el Profeta, unas sesenta personas aproximadamente, y Él nos enseñaba el Hadiz. Más tarde, cuando él salía por alguna necesidad, lo memorizábamos entre nosotros; cuando nos íbamos era como si se estuviese cultivado en nuestros corazones”[7].





       Ya que no era posible que todos ellos asistieran a los círculos de estudio con el Profeta, quienes asistían enseñaban luego a los que no podían asistir. Algunos llegaron a un acuerdo entre ellos para asistir a los círculos de estudio por turnos, como hizo Omar con su vecino. Sulait, uno de los compañeros, recibió una tierra del Profeta; él solía quedarse allí por algún tiempo y luego volver a Medina para aprender lo que el Profeta había enseñado en su ausencia. Solía estar tan avergonzado de no haber asistido a las clases del Profeta que le pidió que le quitara la tierra, ya que eso le impedía asistir a los círculos de estudio[8].





(b) Registro escrito: Otra forma en que los compañeros aprendían los hadices esa poniéndolos por escrito. El primer ejemplo del registro de los hadices por parte de los compañeros del Profeta es Sahifah, de Hummam Ibn Munabbih, que será discutido en una lección posterior. El segundo ejemplo es As-Sahifah As-Sadiqah, una recopilación de varios cientos de hadices que perteneció al compañero Abdullah Bin 'Amr Ibn Al-As. Abdullah dijo: 





“Le pedí al Mensajero de Allah permiso para registrar lo que escuché de él y él me lo permitió, y yo lo registré”[9].





       El Musnad del Imam Ahmad tiene 626 hadices de Abdullah. Bujari registró 8 y Muslim 20, de los cuales tienen en común 7.





(c) La práctica: Los compañeros solían poner en práctica lo que memorizaban o escribían. Basta señalar que Ibn Omar tardó ocho años en aprender Sura Al Baqara.





Los compañeros que preservaron la Sunnah


       No todos los compañeros del Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) tuvieron la misma oportunidad o interés para comprometerse con la preservación de la Sunnah. Cada uno de ellos tenía que trabajar para ganarse la vida, mientras que defender a la comunidad musulmana de las terribles amenazas a las que se enfrentaba suponía una carga adicional para la mayoría de ellos. Sin embargo, había un grupo de compañeros conocidos como Ashab-us-Suffa que vivían en la mezquita y que eran preparados especialmente para la enseñanza de la religión a las tribus fuera de Medina. El más famoso de ellos fue Abu Hurairah, que se aferraba a la compañía del Profeta a toda costa, memorizaba lo que el Profeta decía o hacía, y enfocaba todos sus esfuerzos en la preservación del Hadiz. Se cuenta que él mismo lo dijo una vez:





“Dicen: 'Abu Hurairah narra muchos hadices del Profeta, ¿cómo es que los Muhayirin (emigrantes) y los Ansar (auxiliadores) no narran hadices como Abu Hurairah?'. La verdad es que nuestros hermanos de entre los Muhayirin estaban ocupados haciendo negocios en el mercado, mientras que yo me quedaba con el Profeta, así que yo estaba presente cuando ellos estaban ausentes y recordaba lo que ellos olvidaban. Nuestros hermanos de entre los Ansar estaban ocupados con el trabajo en sus tierras, y yo era un hombre pobre de entre los pobres [...], así que conservé en mi memoria lo que ellos olvidaron" (Sahih Al Bujari).





Aisha, la esposa del Profeta, fue también una de esas personas claves en la preservación de la Sunnah, especialmente en lo referente a la vida familiar del Profeta. Tenía una memoria aguda y, además, estaba dotada de un entendimiento claro. Hay un relato sobre ella según el cual "nunca escuchó nada que no comprendiera, pero volvía a preguntar sobre ello"[1]. En otras palabras, no aceptaba nada hasta que quedaba plenamente satisfecha.





Abdullah Ibn Omar y Abdullah Ibn 'Abbas son otros dos compañeros que se dedicaron especialmente a preservar y transmitir el conocimiento del Corán y de los hadices, como lo fue Abdullah Ibn 'Amr que tenía el hábito de escribir los dichos del Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él). Además de los que se dedicaban especialmente a este trabajo, todos los compañeros del Profeta trataban de preservar lo que aprendían de sus palabras y hechos. Omar había hecho arreglos con uno de sus vecinos para estar en compañía del Profeta alternando los días, de modo que el uno informara al otro de lo que sucedía en su ausencia.


La escritura del Hadiz durante la vida del Profeta





       La idea popular entre algunas personas de que el Hadiz no fue escrito hasta doscientos años después del Profeta es desmentida por los hechos. Es un grave error pensar que toda la Sunnah del Profeta siguió siendo una tradición oral hasta que fue escrita unos siglos más tarde. La preservación de lo que el Profeta hizo o dijo no fue una idea tardía de los musulmanes. Los compañeros del Profeta, al poner en práctica la mayoría de sus dichos, también los conservaron por escrito, además de memorizarlos. Eran conscientes del hecho de que su Sunnah tenía que ser preservada para las generaciones futuras. Por lo tanto, no solo la conservaron en su memoria, sino que también recurrieron a la pluma y la tinta. Dos ejemplos mencionados anteriormente fueron el de Sahifah de Hummam Ibn Munabbih y As-Sahifah As-Sadiqah.





Abu Hurairah narró que cuando uno de los Ansar se quejó al Profeta por su incapacidad de preservar en su memoria lo que escuchaba de él, el Profeta le dijo que debía buscar la ayuda de su mano derecha, es decir, que lo debía escribir.





Otra narración bien conocida es la de Abdullah Ibn Amr: "Yo escribía todo lo que oía del Profeta, con la intención de memorizarlo. [Algunos veían con malos ojos lo que hacía, así que] hablé de ello con el Profeta, quien dijo:





"Escribe, porque solo digo la verdad”[2].





En el año de la conquista de La Meca, el Profeta pronunció un sermón con motivo del asesinato de un hombre como represalia por un viejo agravio. Cuando el sermón terminó, un hombre del pueblo de Yemen se adelantó y le pidió al Profeta que le escribiera lo que había dicho, entonces el Profeta dio órdenes de que así lo hicieran[3].





Segunda etapa en la recolección de hadices


       Con la muerte del Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él), el trabajo de la preservación de la Sunnah y de la recolección de hadices entró en la segunda etapa.





       Los compañeros enseñaban lo que habían aprendido del Profeta porque sentían que la gente lo necesitaba, y estaban muy conscientes del pecado que implica esconder el conocimiento. Por lo tanto, dedicaban gran parte de su tiempo a la enseñanza regular. Para los compañeros del Profeta, la religión que había traído era una joya invaluable; era algo que valoraban por encima de todo lo demás en el mundo. Por ella habían renunciado a sus amistades, a sus negocios y a sus propios hogares; para defenderla habían entregado sus propias vidas; llevar esta bendición divina, el don más grande de Dios, a otras personas era el objeto mismo de sus vidas. Por lo tanto, la difusión de sus conocimientos era su primera y principal preocupación. Además de esto, el Profeta había impuesto el deber, sobre quienes lo veían y escuchaban sus palabras, de transmitirlas a las generaciones futuras. En efecto, eran fieles a la gran responsabilidad que se les había dado.





       Después de la muerte del Profeta, sus compañeros cumplieron con la misión de llevar el mensaje del Islam a los rincones más lejanos del mundo. Cualquiera que fuera la dirección que tomaran, y a cualquier país que viajaran, llevaban el Corán y la Sunnah. Como resultado de esto, dentro de un cuarto de siglo después de la muerte del noble Profeta, los compañeros llevaron la luz del Islam a Afganistán, Irán, Siria, Irak, Egipto y Libia. Esos compañeros llevaban consigo el conocimiento de la Sunnah, por lo tanto, no todo el conocimiento de la Sunnah permaneció en Medina. Algunos compañeros que fueron a Irak como ―Abdullah Ibn Mas'ud― o a Egipto ―como Amr Ibn Al 'Aas― se llevaron consigo el conocimiento que poseían, y todos transmitieron el conocimiento de la Sunnah a sus estudiantes antes de morir.





       Cada uno de ellos, aunque solo tuviera conocimiento de un incidente relacionado con la vida del Profeta, consideraba su deber transmitirlo a los demás. Individuos como Abu Hurairah, Aisha, Abdullah Ibn 'Abbas, Abdullah Ibn Omar, Abdullah Ibn Amr, Anas Ibn Malik y muchos otros que habían hecho de la preservación de Sunnah el objetivo de sus vidas, se habían convertido en los referentes a quienes recurría la gente de diferentes partes del mundo islámico, ya que eran una fuente de conocimiento sobre el Profeta y su religión.





Solo Abu Hurairah tenía ochocientos discípulos. La casa de Aisha también era visitada por cientos de entusiastas alumnos. La reputación de Abdullah Ibn 'Abbas era igualmente grande y, a pesar de su corta edad, ocupaba un lugar destacado entre los consejeros de Omar debido a su conocimiento del Corán y de la Sunnah. Así, un gran número de compañeros del Profeta se convirtieron en los medios de difusión del conocimiento religioso.





El fervor de la nueva generación por la adquisición del conocimiento religioso era tal que los estudiantes viajaban de un lugar a otro para completar su conocimiento de la Sunnah y verificar algún hadiz del Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él). Algunos de ellos viajaban largas distancias para obtener información de primera mano sobre un solo hadiz. Por ejemplo, Yabir Ibn Abdullah viajó de Medina a Siria por un hadiz. Era un mes de viaje, como dijo el propio Yabir[1]. Otro compañero, Abu Ayoub, viajó hasta Egipto para preguntarle a Uqba Bin Amr sobre cierto hadiz, pues solo quedaban ellos dos de entre quienes habían oído ese hadiz particular del Profeta. Después de escuchar el hadiz, ya no tenía más que hacer en Egipto y regresó a Medina. Según los informes, Said Ibn Musaiab dijo que solía viajar durante días y noches en busca de un solo hadiz; y hay reportes de otro compañero del Profeta que emprendió un viaje a Egipto por causa de un hadiz. El fervor de la siguiente generación era igualmente grande. Abul 'Aliia dijo: "Oímos hablar de un hadiz sobre el Profeta, pero no quedamos satisfechos hasta que fuimos a ver al compañero en persona y lo escuchamos directamente de él".





Escritura del Hadiz: Sahifah de Hammam Ibn Munabbih


       Es una de las primeras colecciones de hadices. La colección escrita de hadices del compañero Abu Hurairah fue dictada a su estudiante Hammam. El mismo Abu Hurairah solía dividir la noche en tres partes: un tercio para dormir, un tercio para orar y un tercio para recordar hadices del Profeta. Ya que Abu Hurairah murió unos 48 años después del Profeta (58 H.), esta Sahifah debe haber sido dictada a Hummam en algún momento antes de eso. Hammam murió en el año 101 H. Hammam leyó estos hadices a su estudiante Ma'mar (muerto en 113 H.). Ma'mar se lo leyó a Abdur-Razzaq Ibn Hammam, quien se lo transmitió a dos de sus alumnos: el Imam Ahmad Ibn Hanbal y Yusuf As-Sulami.





El Imam Ahmad incorporó toda esta obra, excepto dos hadices, en su Musnad en casi exactamente el mismo orden en que fueron registrados en el Sahifah, mientras que Yusuf As-Sulami continuó transmitiendo toda la obra sin fusionarla en una más grande. Fue transmitido continuamente hasta el siglo IX, que es la fecha del manuscrito de Berlín, uno de los 4 manuscritos de esta obra que aún existen hoy en día.





El Museo del Imán Ahmad está organizado de acuerdo con el Compañero que narraba el hadiz, es muy fácil encontrar todos los hadices de Hammam bajo la autoridad de Abu Hurairah. Otros libros, donde los hadices están ordenados por temas, también incorporan gran parte del Sahifa. De los 137 hadices en el Sahifa de Hammam:





29 están registrados tanto por Bujari como por Muslim.





22 están registrados por Bujari solamente.





48 están registrados solo por Muslim.





      Así que 99 de los 137 hadices se pueden encontrar solo en Bujari y Muslim. Cuando se estudian las diferentes colecciones de hadices que se han publicado, se ve que los significados ―en realidad, las formulaciones― de los hadices no han cambiado desde la época de Abu Hurairah hasta la época de Al Bujari (194-256 H). Comentarios de Hamidullah:





"Suponiendo que Al Bujari cita a un hadiz con la autoridad de la cadena de narradores arriba mencionada (Ahmad - Abdur-Razzak - Mamar - Hammam - Abu Hurairah). Cuando estas fuentes más antiguas no estaban disponibles, un escéptico tenía derecho a albergar dudas y decir que quizás Al Bujari no había dicho la verdad, sino que simplemente había fabricado la cadena o el contenido de ambas. Pero ahora que todos los trabajos anteriores están a nuestra disposición, no hay posibilidad de imaginar que Al Bujari hubiera falsificado algo de lo que registró o hubiera narrado algo que haya escuchado de falsificadores... Con el descubrimiento en los últimos tiempos de estos trabajos anteriores, es posible que podamos comprobar la veracidad de cada uno de ellos. Nos vemos en la obligación de reconocerlos a todos como sólidamente genuinos, ya que estos relatos han sido transmitidos no solo por Abu Hurairah, sino también por otros compañeros del Profeta de forma independiente, y en cada caso la cadena o isnad ha sido diferente. Incluso después de más de 13 siglos, no se ha producido ni una sola alteración en el texto de la colección. Si no fuera por el riesgo de aburrir al lector, habría sido fácil mostrar en detalle cómo, además de Abu Hurairah, cada uno de los relatos contenidos en el Sahifa de Hammam ha sido narrado por varios otros compañeros. Estos relatos nunca podrían haberse originado en el siglo III o IV"[2].





Tercera etapa en la recolección de hadices





       Con el fallecimiento de la generación que había visto y oído directamente al Profeta, la obra de la recolección de hadices entró en una tercera etapa. Ya que los compañeros habían viajado lejos en el mundo islámico y transmitido el conocimiento de la Sunnah a sus estudiantes antes de morir, no había más relatos que buscar de las personas, y toda la acumulación de hadices era ahora propiedad de los maestros que enseñaban en diferentes centros. En la segunda etapa, el hadiz había pasado de la posesión individual a la posesión pública y, por lo tanto, en la tercera etapa todo el material del Hadiz acumulado podía ser aprendido acudiendo a diferentes centros en lugar de buscar a personas individuales.





       Omar Ibn Abdulaziz, el califa omeya que gobernó hacia finales del siglo I de la Hiyrah, fue el primer hombre que emitió órdenes definitivas para que se hicieran colecciones escritas de hadices. Omar Ibn Abdulaziz escribió a Abu Bakr Ibn Hazm:





"Miren lo que se pueda encontrar del Profeta y escríbanlo, porque temo la pérdida del conocimiento y la desaparición de los sabios; y no acepten nada más que el Hadiz del Profeta; y las personas deben hacer público el conocimiento y deben formar grupos [de estudio] para que el que no lo sabe lo aprenda, porque el conocimiento no desaparece hasta que se oculta del público"[1].  





Abu Bakr Ibn Hazm fue gobernador del Califa en Medina, y hay pruebas de que se escribieron cartas similares a otras regiones. Antes de mediados del siglo II, las colecciones escritas de hadices salieron a la luz. Cientos de estudiantes de hadices se dedicaban a la tarea de aprenderlos en diferentes centros. Cada erudito del Hadiz viajaba en busca de hadices. Jatib Al Baghdadi, un famoso erudito clásico, escribió toda una obra, Ar-Rihlah Fi Talab Al Hadiz (Viajando en busca del Hadiz). Lo interesante es que la obra habla de estudiosos que viajaron en busca de un solo hadiz. La colección más importante de la época es Muwatta del Imam Malik.





Cuarta etapa en la recolección de hadices





       La obra de la colección de hadices se completó en el siglo III de Hiyrah. Libros de hadices de esta época, cuidadosamente compilados, nos han llegado en su forma completa. Fue entonces cuando se hicieron tres tipos de colecciones de hadices: Musnad, Yami' y Sunan. El Musnad era el tipo anterior y el Yami' el posterior. Las colecciones de hadices conocidas como Musnad estaban ordenadas, no según el tema del hadiz, sino bajo el nombre del compañero en cuya autoridad final se sustentaba el hadiz. La más importante de las obras de esta clase es el Musnad del Imam Ahmad Hanbal, que contiene unas treinta mil narraciones. Ahmad nació en el 164 H. y murió en el 241 H., y es uno de los más grandes eruditos en la historia del Islam. Su colección, sin embargo, contiene relatos de todo tipo. El Yami' no solo organiza los relatos según el tema, sino que también es más crítico. Seis libros se reconocen generalmente bajo este epígrafe, siendo las colecciones hechas por Muhammad Ibn Isma'il, comúnmente conocido como Al Bujari (m. 256 H.), Muslim (m. 261 H.), Abu Dawud (m. 275 H.), At-Tirmidhi (m. 279 H.), Ibn Maya (m. 283 H.) y An-Nasa'i (m. 303 H.). Estos libros clasifican los relatos por temas, lo que facilita su consulta a los estudiosos del Islam. Todos estos libros nos han llegado tal como fueron escritos por sus autores originales. Algunas de las obras más importantes han sido traducidas al español.





Métodos de preservación del Hadiz


       A lo largo de las etapas de la recolección de hadices, se utilizaron ocho métodos para preservarlos. Solo el primero y el segundo se tratarán brevemente a continuación:





(1) Sama': Es la lectura del profesor a los alumnos.





(2) 'Ard: Lectura de los alumnos a los profesores.





(3) Iyazah: Permitir que alguien transmita el hadiz o libro bajo la autoridad del erudito sin que nadie lo lea.





(4) Munawalah: Entregar a alguien el material escrito para que lo transmita.





(5) Kitabah: Escribir hadices para alguien.





(6) I'lam: Informar a alguien que el informante tiene permiso para transmitir cierto material.





(7) Wasiiah: Confiar a alguien sus libros.





(8) Wayadah: Encontrar algunos libros o hadices escritos por alguien, como el descubrimiento cristiano de los Rollos del Mar Muerto o el hallazgo del manuscrito más antiguo del Nuevo Testamento con algunos monjes en el Monte Sinaí por Tischendorf. En ningún momento los estudiosos musulmanes reconocieron que este era un método fiable de transmisión.





       En el período de los Compañeros solo se utilizó el primer método. Los estudiantes solían quedarse con sus maestros, servirles y aprender de ellos. Un poco más tarde, los métodos más comunes fueron el primero y el segundo. Dado que la wayadah no era reconocida por los eruditos, no se aceptó ningún otro método fuera de los siete mencionados anteriormente.





Sama' incluía la recitación, lectura de libros, preguntas y respuestas, y dictado. La práctica de la recitación del hadiz por parte del maestro comenzó a declinar a partir de la segunda mitad del siglo II, aunque persistió durante mucho tiempo. Los estudiantes fueron asignados a un solo erudito durante un largo período de tiempo, hasta que fueron considerados autoridades en el Hadiz de sus maestros. Solo unos pocos hadices, unos cuatro o cinco eran discutidos en una lección. Se prefería que el profesor leyera sus propios libros. También, el profesor realizaba una lectura del libro de su alumno. Esta era una forma de probar al profesor para ver si había memorizado correctamente su hadiz. Además, insertaban hadices en los hadices que habían aprendido de sus maestros, y les entregaban sus libros a los maestros para que los leyeran, para averiguar si podían descubrir sus inserciones. Aquellos que no reconocían el material adicional eran denunciados y considerados poco confiables. 





       Ard fue la práctica más común desde principios del siglo II. Las copias fueron proporcionadas por los maestros o hechas por los estudiantes a partir del original. Hacían una marca circular después de cada hadiz. Cada vez que el alumno leía el hadiz a su maestro, hacía una marca en el círculo para indicar que el hadiz había sido leído al maestro. Esto era necesario porque, aunque el estudiante conocía el hadiz a través de los libros, no se le permitía utilizarlo para enseñarlo a otros o para su propia compilación hasta que lo hubiera obtenido por los medios adecuados. De lo contrario, se lo llamaría "ladrón de hadices" (sariq al hadiz).





Se llevaba un registro regular y, después de leer el libro completo, el maestro o uno de los eruditos famosos que asistían a las clases escribía una nota que daba detalles de asistencia, como quién escuchó el libro completo, quién se unió en parte, qué parte leyeron y qué parte se perdieron, mencionando fechas y lugares. El libro era firmado generalmente por el maestro o por un erudito reconocido para indicar que no se podían hacer más adiciones al mismo.





Conclusión


Como resultado de los extraordinarios y meticulosos esfuerzos de los primeros musulmanes, la Sunnah y el Hadiz del Profeta han sido preservados de manera precisa y confiable para nosotros. Puesto que el Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) fue el último Profeta enviado por Allah a la humanidad, tiene sentido que sus enseñanzas hayan sido preservadas completamente. Si sus enseñanzas no hubiesen sido preservadas, habría sido necesaria la venida de otro Profeta para enseñar la religión de Allah y la forma en que debe ser adorado. Las enseñanzas del Profeta Muhammad serán preservadas hasta el Día del Juicio y, por lo tanto, no aparecerán ningún nuevo Profeta. Es nuestra responsabilidad aprender y practicar el Islam de forma correcta, como el Profeta Muhammad enseñó, para ganar la salvación.





Los musulmanes creen que la segunda fuente primaria del Islam es la Sunnah del Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él). La Sunnah es considerada una revelación y está contenida en el gran compendio de literatura conocido como ahadiz. Ni el Corán ni la Sunna pueden ser comprendidos completamente sin recurrir el uno al otro, ya que Sunnah es el ejemplo práctico de cómo el Profeta Muhammad implementó el Corán, tanto en su carácter como en su vida diaria. 








Esta breve lección busca dar una introducción a la terminología del Hadiz para que no nos confundamos por el lenguaje y los términos técnicos y no sintamos que estamos leyendo algo difícil de comprender. No es un curso ni una introducción a uno; sin embargo, veremos conceptos sobre los cuales posiblemente le interesará investigar con más profundidad.   





¿Qué hace que unas palabras o un relato sean un hadiz?


Cuando el Profeta Muhammad estaba vivo, la gente solía acudir a él si había algún problema relacionado con algo práctico del Islam. Luego de su fallecimiento, los sahabah aclaraban problemas o resolvían disputas. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo, se volvió importante saber cómo surgieron los relatos y palabras del Islam. Esto requería conocer quién dijo qué y dónde se originó ese relato, o cuál era su cadena de transmisión. De allí encontramos que un hadiz consta de dos partes: el matn (texto) y el isnad (cadena de trasmisión o narradores). Puede que un texto parezca lógico y razonable, pero sin una cadena de narradores, no es un hadiz.   





Clasificación de ahadiz 


La enorme cantidad de ahadiz que existe hoy en día comenzó cuando los sahabah y aquellos que les siguieron empezaron a memorizar, escribir, y transmitir los dichos del Profeta Muhammad junto a una descripción de sus acciones. A medida que muchos individuos sobresalientes colectaban cientos de miles de narraciones, fue necesario distinguir los relatos verdaderos de los falsos. La metodología que surgió de esto se convirtió en la ciencia del Hadiz. La misma discrimina las narraciones genuinas de aquellas que no lo son y las clasifica en ciertas categorías. 





La clasificación de ahadiz es una ciencia meticulosa que requiere seguir estrictamente los lineamientos construidos durante siglos. Hay muchas maneras de clasificar un hadiz y antes de llegar a la gente ha pasado por muchos métodos de clasificación, incluyendo ―pero no limitado a― ver si tiene defectos en el matn o el isnad, cuántos narradores hay en el isnad, o la forma en la cual el matn fue escrito. Sin embargo, la forma más conocida y visible de clasificarlos es de acuerdo a la reputación y memoria del narrador. Siguiendo estos principios, los ahadiz se clasifican así: sahih (auténtico), hasan (bueno), daif (débil) o mawdu (inventado o falsificado).   





Sahih


Estos son los ahadiz más auténticos y confiables. De acuerdo al sabio del Hadiz, Ibn As-Salah (1181 - 1245 E.C.), un hadiz sahih es aquel que tiene un isnad continuo proveniente de varios narradores con memoria confiable, y se encuentra que está libre de irregularidades tanto en el matn como en el isnad. 





A través de los siglos mucha gente colectó ahadiz y los compiló en libros de consulta. Los más famosos de esos colectores fueron el Imam Al Bujari y el Imam Muslim. Estos son nombres que verá frecuentemente luego de la cita de un hadiz o en las notas de pie. Estos hombres no fueron narradores, sino que pasaron años compilando y clasificando ahadiz con métodos y prerrequisitos muy estrictos. Se los conoce por haber incluido solo ahadiz sahih en su literatura.  





Las siguientes categorías son únicamente para ahadiz sahih.  





1.     Aquellos que fueron registrados por tanto Al Bujari como por Muslim.





2.     Aquellos registrados solo por Al Bujari.





3.     Aquellos registrados solo pro Muslim.





También aquellos que no entran en las categorías de arriba, pero





4.     Cumplen con los requisitos de Al Bujari y Muslim;





5.     Cumplen con los requisitos de Al Bujari solamente;





6.     O cumplen con los requisitos de Muslim; y





7.     fueron declarados sahih en otras colecciones aceptadas.





Hasan


El término hasan significa "bueno". Ibn As-Salah describe un hadiz hasan como aquel que tiene un grado menos que el sahih. Está libre de irregularidades tanto en el matn como en el isnad, pero uno o más de los narradores puede tener una memoria menos confiable, o el hadiz no cumple con todas las reglas estrictas de la clasificación sahih. 





Tanto los ahadiz sahih como los hasan pueden ser usados para fundamentar un punto legal. Muchos que son considerados daif pueden llegar a ser elevados al nivel de hasan si la debilidad del narrador se considera leve. Sin embargo, si esa debilidad fuera severa, seguirá siendo daif.  





Daif


Un hadiz que no llega al estatus de hasan es conocido como daif. Usualmente la debilidad del mismo es una isnad rota o uno o más de los narradores tienen algún defecto de carácter. Puede que se sepa que él o ella decían mentiras o cometían errores excesivos, sus palabras estaban opuestas a narraciones de fuente más confiable, que hayan estado involucrados en una innovación o hayan tenido alguna ambigüedad de carácter. 





Mawdu


Un hadiz mawdu es aquel que fue inventado o falsificado. El matn del hadiz mawdu generalmente va en contra de las normas establecidas o contiene algún error o discrepancia en las fechas o momentos de algún incidente particular. Sin embargo, hay muchos motivos por los cuales ahadiz fueron inventados, y éstos incluyen una animosidad política, inventos de los narradores, proverbios convertidos en ahadiz, prejuicios personales y propaganda deliberadamente engañosa. 



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