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sean con él, aclaró que la causa de la prohibición es que lanzar piedras


no beneficia, pues no mata a la presa ni derrota al enemigo, y lo único


que hace es causar un daño, pues puede romper los dientes o acertar en


los ojos y vaciarlos.


Esta prohibición es general para toda la gente, mayores y menores;


pero es más necesaria para exhortar a los menores, pues lanzarse piedras


es algo frecuente entre ellos y por ello es más necesario aconsejarles,


orientarlos y enseñarles.


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Anas Ibn Málik, que Al-lah esté complacido con él,


dijo: “Serví al Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él, durante diez años y nunca me


dijo: ¡Uff!” (muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


Cuando el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con


él emigró de La Meca y llegó a Medina, se presentó ante él la madre de


Anas Ibn Málik con Anas, que en ese entonces tenía diez años, y le dijo:


“Mensajero de Al-lah, este es mi hijo, Anas, y te lo traje para que esté a tu


servicio”. El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él,


lo recibió con alegría.


Desde ese día Anas, que Al-lah esté complacido con él, estuvo al


servicio del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él,


atendiéndolo en sus asuntos y necesidades más variadas, y sin alejarse


mucho de él.


En este hadiz Anas nos informa sobre el comportamiento del Profeta


y nos menciona que estuvo a su servicio durante diez años. Y que durante


ese periodo no recibió ninguna reprimenda o acusación de parte del


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de los modales”, capítulo: “El buen comportamiento


y la comodidad”, nro. 6038; y Muslim en su “Libro de las virtudes”, nro. 2309.


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Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ni siquiera


escuchó jamás la palabra “¡Uff!”.


Esto nos demuestra lo sublimes que eran los modales del Profeta,


que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él ,en su trato con su sahaba,


fueran menores o mayores, sirvientes o dignatarios de cada tribu.


De este hadiz aprendemos algo muy beneficioso, que es la recomendación


de ser gentiles con los que están subordinados a nosotros, como


los empleados y los sirvientes, pues son personas como nosotros y es


nuestra obligación respetarlos, apreciarlos y darles sus derechos.


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Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él,


relató que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las


bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Si alguien


se levanta de su asiento y luego retorna a él, tiene


más derecho de sentarse allí” (Muslim)(1).


Explicación


Nuestra religión es completa. No ha pasado por alto nada grande ni


pequeño que sea beneficioso para nosotros en esta vida o la otra, sin


habérnoslo aclarado y explicado. Parte de ello es lo que nos ha aclarado


en este hadiz, que es uno de los modales al sentarse.


Esta regla de los modales consiste en que si alguien se sienta en un


lugar y luego se levanta, y luego vuelve para sentarse en allí, tiene más


derecho de sentarse en ese lugar, así que nadie más puede quitárselo.


Entonces, cuando vuelva, él tiene la prioridad para sentarse en ese lugar.


Esto incluye todo lugar para sentarse, como los asientos públicos, los


de las mezquitas, los círculos de estudio, las aulas de estudio, etc.


Por lo tanto, si una persona se levanta de su asiento y después de


un tiempo breve retorna a él, tiene más derecho de sentarse en él. Sin


embargo, si se ausenta un tiempo muy largo, no tiene ya más derecho


que los demás para sentarse allí. Por ejemplo, si una persona se para de


su asiento después del rezo del Dhuhr y retorna a él después del rezo


(1) Lo citó Muslim en su “Libro del salám”, nro. 2179.


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del ‘Asr, o el rezo del Magrib o al día siguiente, entonces ya no tiene más


derecho de sentarse allí ni tiene prioridad sobre los demás.


Nota: muchas de las peleas, en especial entre los menores, es por


causa de los asientos, sobre todo en los hogares y en las escuelas.


Si nosotros nos apegásemos a los modales de la Shari’a al sentarnos,


aumentaría nuestra fraternidad y disminuirían nuestras disputas.


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Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él, relató


que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él, dijo: “Un musulmán tiene seis derechos


sobre otro musulmán: si lo encuentras, salúdalo


con el salám; si te invita, responde a su invitación; si te


pide consejo, dale consejo; si estornuda y alaba a Al-lah,


pide la misericordia de Al-lah para él; si se enferma, visítalo;


y si muere, síguelo en su funeral” (Muslim)(1).


Explicación


Un musulmán tiene muchos derechos que los demás musulmanes


deben respetar. Los más importantes son los seis mencionados en este


hadiz:


Primer derecho: El saludo con el salám. Si te encuentras con tu hermano


dile “as-salám ‘alaikum”; y si te saluda con el salám debes corresponder


al saludo.


Segundo derecho: Responder a la invitación. Si te invita debes corresponder


a su invitación, en especial si te invita a un banquete matrimonial,


en ese caso la obligación de responder a la invitación es más enfática.


Tercer derecho: El consejo. Si tu hermano te pide consejo o te pregunta


sobre algo, respóndele a lo que pide con consejos honestos y sinceros.


(1) Lo citó Muslim en su “Libro del salám”, nro. 2162.


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Cuarto derecho: El tashmit. Si tu hermano estornuda y alaba a Al-lah,


respóndele con el tashmit, que consiste en decirle: “Que Al-lah te reciba


en Su misericordia”, y él debe responder a esto: “Que Al-lah te guíe y


mejore tu estado”.


Quinto derecho: La visita. Si tu hermano se enferma debes visitarlo,


pues debes saber que tu visita mejorará su estado de ánimo y ganarás


una generosa recompensa de Al-lah.


Sexto derecho: Acompañar su funeral. Los derechos del musulmán


sobre los musulmanes se mantienen hasta después de su muerte. Cuando


muere debes acompañar su funeral, es decir; debes participar en su


rezo fúnebre y luego debes ir al cementerio a enterrarlo. Esto significa


un gran bien, pues implica una plegaria piadosa por el difunto y una gran


retribución para quienes le sobreviven.


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Abu Sa’id Al Judri, que Al-lah esté complacido con


él, relató que el Mensajero de Al-lah, que la paz y


las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Denle


su derecho al camino”, y la gente dijo: “¿Cuál es su


derecho?”; el Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él, dijo: “Recatar la mirada, evitar


causar daño, responder el saludo, prescribir lo bueno


y prohibir lo malo” (muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


En la época del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, la gente solía sentarse a la vera de los caminos y las calles. Allí se


reunían, charlaban y compartían en buena compañía.


El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, entonces


les dijo: “No se sienten a la vera de los caminos”, y la gente respondió:


“Mensajero de Al-lah, no hay alternativa a estas reuniones”, queriendo


decir que necesitaban estas reuniones. El Profeta, que la paz y las


bendiciones de Al-lah sean con él, les dijo: “Entonces denle su derecho


al camino”, y la gente preguntó: “¿Cuál es el derecho del camino?”; entonces


les informó de estos cuatro puntos sobre los derechos del camino.


Primero: Recatar la mirada. Quien se sienta en las veredas o las aceras


y ve una casa abierta, no debe mirar dentro de ella. Lo mismo si ve


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de las injusticias”, capítulo: “Los patios de las casas,


sentarse en ellos y sentarse en las escaleras”, nro. 2465; y Muslim en su “Libro de


las ropas y la elegancia”, nro. 2121.


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una mujer en el camino, debe bajar la vista, pues Al-lah dijo: {Diles a los


creyentes [¡oh, Muhammad!] que recaten sus miradas y se abstengan de


cometer obscenidades, porque eso es más puro para ellos. Dios está bien


informado de lo que hacen} [Corán 24:30].


Segundo: Evitar causar daño. Evitando obstruir el paso o dejar angosto


el camino, evitando lanzar al camino cosas que incomoden a la gente,


como basura o inmundicias, etc.


Tercero: Responder el saludo. Si alguien los saluda con el salám, los


que están sentados a la vera del camino deben responder. Saludar con


el salám es recomendable y responder a este salám es obligatorio, pues


Al-lah dijo: {Si los saludan respondan con un saludo igual o mejor. Dios


tiene en cuenta todas las cosas} [Corán 4:86].


Cuarto: Prescribir el bien y prohibir el mal. Al-lah elogió a los creyentes


diciendo que ellos prescriben el bien y prohíben el mal, cuando dijo:


{Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien


y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el zakat y obedecen


a Dios y a Su Mensajero. De ellos Dios tendrá misericordia. Dios


es Poderoso, Sabio} [Corán 9:71].


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Abdul-lah Ibn Omar, que Al-lah esté complacido


con él, relató que el Mensajero de Al-lah, que la paz


y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Ningún


musulmán que tenga algo para dejar en testamento


puede pasar dos noches sin haberlo puesto por escrito”


(muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


Este hadiz nos indica que está prescrito hacer un testamento para


quien desea dejar un legado.


Si la persona tiene una deuda por pagar, o zakat que no ha pagado, o


recibió algo en prenda o una encomienda para otra persona, en ese caso


registrarlo en un testamento es obligatorio para él.


Y si no tiene consigo nada que le corresponda a otra persona, no es


obligatorio que haga un testamento. Por otro lado, es recomendable dejar


en testamento la tercera parte de los bienes, o menos, para proyectos de


beneficencia y otras formas de obras de caridades.


Aquí es importante recalcar lo siguiente: se puede dejar registrado en


el testamento asuntos mínimos, como una deuda pequeña por préstamo


o si se compró una mercancía a crédito y debía pagarla luego; esos y


otros casos que son frecuentes en la vida diaria de la gente.


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de los testamentos”, capítulo: “Los testamentos”,


nro. 2738; y Muslim en su “Libro de los testamentos”, nro. 1627.


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También es bueno indicar aquí que no hay un formato específico para


el testamento, sino que el testador debe registrar por escrito lo que quiere


dejar, de forma clara y comprensible. Da lo mismo si lo escribe en una


carta, en un e-mail, en un mensaje de texto o lo expresa verbalmente sin


escribirlo. Todo eso es válido y es suficiente in sha Al-lah.


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Abdal-lah Ibn Omar, que Al-lah esté complacido


con él, relató que el Mensajero de Al-lah, que la paz


y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Allah


les prohíbe jurar por sus padres. Quien quiera


pronunciar un juramento que jure por Al-lah o que


calle” (muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


Los sahaba, que Al-lah esté complacido con ellos, al principio de su


islamización, solían jurar por otros fuera de Al-lah, como era su costumbre


en la época de la yahilía (ignorancia preislámica). Solían jurar por sus


padres, por el honor, por la confianza y otras cosas.


El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, les


prohibió jurar por cualquier cosa fuera de Al-lah; y Omar, que Al-lah esté


complacido con él, fue uno de los que escuchó esta prohibición y la aplicó


inmediatamente. Desde entonces no pronunció ningún juramento por


algo fuera de Al-lah.


Abdul-lah Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él, agregó después


de relatar este hadiz: “Omar, que Al-lah esté complacido con él, dijo:


‘¡Por Al-lah! No he pronunciado esos juramentos desde que escuché al


Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, prohibirlo”’.


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de los juramentos y promesas”, capítulo: “No juren


por sus padres”, nro. 6646; y Muslim en su “Libro de los juramentos”, nro. 1646.


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Y esta es la obligación de todo musulmán: cumplir con los mandamientos


de Al-lah con seguridad y empeño, sin dudas, postergaciones ni


debilidad.


En esta época aún hay gente que jura por otros fuera de Al-lah, por


ejemplo, algunos juran “¡por tu vida!”, “¡por el Profeta!”, “¡por la Ka’ba!”.


Todos estos juramentos son por otros fuera de Al-lah y son prohibidos,


incluso son shirk.


Abdul-lah Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él, oyó a un hombre


decir: “¡No! ¡Por la Ka’ba!”, y le dijo: “No jures por otro fuera de Al-lah,


pues yo escuché al Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de


Al-lah sean con él, decir: ‘Quien jura por otro fuera de Al-lah ha cometido


kufr o shirk”’ (lo citó Ahmad, Abu Dawud y At-Tirmidhi(2), este último dijo:


“Es un hadiz Hasan Sahih”. Al Albani lo clasificó como auténtico).


(2) Lo citó Ahmad (249/10), nro. 6072; y Abu Dawud en su “Libro de los juramentos y


las promesas”, capítulo: “Reprobación de los juramentos por los padres”, nro. 3251;


y At-Tirmidhi en su “Libro de los juramentos y las promesas”, capítulo: “Lo registrado


sobre la reprobación de los juramentos por otros fuera de Al-lah”, nro. 1535,


y dijo: “Es un hadiz Hasan Sahih”. Albani lo clasificó como auténtico en su “Irwá Al


Ghalil” (8/189), nro. 2561.


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Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él,


relató: “El Profeta, que la paz y las bendiciones de


Al-lah sean con él, nunca criticó despectivamente


ninguna comida. Si le apetecía, la comía; y si no, la


dejaba” (muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, era una


persona de modales gentiles, por ello, gustaba de las palabras buenas y


positivas, y detestaba las palabras groseras y negativas.


En este hadiz conoceremos uno de los modales del Profeta, que la


paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Cuando se le ofrecía un


alimento, él nunca lo criticaba negativamente. No decía: “Esta comida


está fría”, “esta comida está mala”, “no está maduro”, “no es buena”, “le


falta sal”, u otros tipos de descripciones negativas. Muy al contrario, su


costumbre y modos era que si le apetecía la comida, la comía; y si no la


apetecía, no la comía, pero sin criticarla despectivamente.


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de los elogios”, capítulo: “Atributos del Profeta, que


la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él”, nro. 3563; y Muslim en su “Libro de


las bebidas”, nro. 2064.


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Debemos seguir el ejemplo del Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él, y no criticar despectivamente la comida nunca, sino


que debemos alabar a Al-lah y agradecerle por sus bondades. Solo debemos


decir palabras positivas y no debemos hablar sino para bien.


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Al Bará Ibn ‘Ázib, que Al-lah esté complacido con


él, relató: “El Mensajero de Al-lah, que la paz y las


bendiciones de Al-lah sean con él, tenía los mejores


modales entre la gente y tenía también la mejor apariencia


física; no era excesivamente alto ni era bajo”


(muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


El Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, tenía los mejores modales entre la gente, es decir que tenía el


mejor comportamiento y moral. Al-lah, Bendito y Exaltado sea, dice al


respecto: {Eres de una naturaleza y moral grandiosas} [Corán 68:4].


Además de tener bellos modales, el Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él, tenía una bella apariencia física, por eso el


noble sahabi Al Bará Ibn ‘Ázib, que Al-lah esté complacido con él, nos


dice: “El Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, tenía los mejores modales entre la gente y tenía también la mejor


apariencia física”.


El Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, era de estatura mediana, no era ni muy alto ni bajo.


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de los elogios”, capítulo: “Descripción del Profeta,


que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él”, nro. 3549; y Muslim en su “Libro


de las virtudes”, nro. 93/2337.


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En una versión del hadiz se agrega: “El Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él, era de mediana estatura, de hombros anchos,


su pelo le llegaba a los lóbulos de sus orejas. Una vez lo vi usando


una capa roja; nunca vi una persona mejor parecida que él”(2).


Al Bujari y Muslim citan un relato de Anas Ibn Málik, que Al-lah esté


complacido con él, que dice: “El Mensajero de Al-lah era… (su piel) tenía


un color cercano al rosado, no era muy blanco ni muy moreno”. Es decir,


que su piel era blanca pero con tonos rojizos.


Y dijo Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él: “El Mensajero


de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, era blanco


era blanco como la plata refinada”(3).


Yábir Bin Samura dijo: “Vi al Mensajero de Al-lah en una noche iluminada


de luna llena. Me puse a compararlo a él con la luna llena y lo hallé,


a mi opinión, más bello que la luna llena”(4). La paz y las bendiciones de


Al-lah sean con él, con su familia y sus sahaba.


(2) Lo citó Al Bujari en su “Libro de los elogios”, capítulo: “Descripción del Profeta,


que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él”, nro. 3551; y Muslim en su “Libro


de las virtudes”, nro. 91/2337.


(3) Lo citó At-Tirmidhi en su “Atributos de Muhammad”, nro. 12; y Al Albani lo clasificó


como auténtico en “Lo auténtico”, nro. 2053.


(4) Lo citó At-Tirmidhi en su “Libro de los modales”, capítulo: “Lo que se cita del


permiso de usar ropa roja para los hombres”, nro. 3041, y dijo: “Es un hadiz Hasan


Gharib”; y Al Albani lo clasificó como auténtico en su “Compendio de los atributos”,


p. 8.


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‘Amro Ibn Al ‘As, que Al-lah esté complacido con


él, relató que le preguntó al Profeta: “¿Qué personas


son las más queridas para ti?”, y él respondió: “Aisha”.


Luego le preguntó: “¿Y de los hombres?”, y él


respondió: “Su padre”. Luego preguntó: “¿Y después


quién?”, y dijo: “Omar Bin Al Jattáb” (muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


El noble sahabi ‘Amro Ibn Al ‘As, que Al-lah esté complacido con él,


uno de los mayores y más conocidos sahaba del Profeta, que la paz y las


bendiciones de Al-lah sean con él, relató en este hadiz que le preguntó al


Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, quién era la


persona más querida para él; y el Profeta, que la paz y las bendiciones de


Al-lah sean con él, le respondió que la persona más querida para él era


su esposa, Aisha.


Dijo ‘Amro: ‘¿Y quién de los hombres es más querido para ti?’ y el


Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él respondió: “Su


padre”, en referencia al padre de Aisha, Abu Bakr As-Siddiq, que Al-lah


esté complacido con él.


Luego ‘Amro preguntó: ‘¿Y después quién, Mensajero de Al-lah?’ y


dijo: “Omar Bin Al Jattáb”.


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de las plegarias”, capítulo: “Palabras del profeta, que


la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: ‘Señor, danos el bien en esta vida…’”,


nro. 6389; y Muslim en su “Libro de las invocaciones y las plegarias”, nro. 2690.


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Esta es una distinción magnífica para estos tres nobles sahaba: Aisha,


Abu Bakr y Omar Bin Al Jattáb, el ser las personas más queridas


para el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.


Debemos saber que Ahlus-Sunna wal Yama’a opinan que los cuatro


primeros califas son los mejores entre los sahaba; y que su orden de excelencia


es como su orden cronológico en el califato. El mejor entre ellos


fue Abu Bakr As-Siddiq, luego estaba Omar Bin Al Jattáb, luego ‘Uzmán


Ibn ‘Affán y luego Alí Ibn Abi Tálib, que Al-lah esté complacido con él.


Estos son los mejores de los seguidores de Muhammad, que la paz y


las bendiciones de Al-lah sean con él, de forma absoluta. Nuestro deber


respecto a ellos y a los demás sahaba es: amarlos, mencionarlos con


respeto y pedir la complacencia de Al-lah para ellos. Que Al-lah esté complacido


con todos ellos y ellos se complazcan con Al-lah.


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Anas Ibn Málik, que Al-lah esté complacido con


él, relató que la plegaria más frecuente del Profeta,


que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él,


era: “Al-lah, danos el bien en esta vida y danos el


bien en la otra; y protégenos del castigo del Infierno”


(muttafaq ‘alaih)(1).


Explicación


La plegaria o du’a es una de las más sublimes obras de bien. Es una


evidencia de la fe monoteísta y la glorificación de Al-lah, además, es un


medio para lograr Su misericordia, Su indulgencia y Su complacencia,


junto con Su amor, Su aceptación y Su sustento.


El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, solía


rogar con frecuencia y sus plegarias están registradas en las enciclopedias


de la Sunna, como “los seis libros” que son: el Sahih de Al Bujari, el


Sahih de Muslim, Sunan de At-Tirmidhi, Sunan de Abu Dawud, Sunan de


An-Nasa’i y Sunan de Ibn Maya.


A pesar de que las plegarias del Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él, eran muchas, había una plegaria con la que rogaba


con especial frecuencia: “Al-lahumma atina fid-dunia hasana wa fil ajirati


(1) Lo citó Al Bujari en su “Libro de los sahaba del Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él”, capítulo: “Palabras del Profeta, que la paz y las bendiciones


de Al-lah sean con él: ‘Si fuese a tener un jalil…’”, nro. 3662; y Muslim en su “Libro


de las virtudes de los sahaba”, nro. 2384.


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hasana waqina ‘adhábin-nar” (¡Señor nuestro! Danos bienestar en esta


vida y en la otra, y presérvanos del tormento del Fuego), porque es una


plegaria sublime mencionada en el Sagrado Corán y que reúne ambos


bienes, los de la vida terrenal y los de la vida espiritual.


Dijo el Shaij ‘Abdurrahmán As-Sa’di, que Al-lah lo tenga en Su misericordia(


2):


“El bien pedido en la vida mundana engloba todo lo que el ser humano


considera que es bueno que le suceda. Desde un sustento abundante


y lícito, una pareja piadosa, hijos dignos de complacencia, comodidad


y felicidad, conocimiento beneficioso, obras de bien y otras bendiciones


que los humanos deseamos disfrutar.


El bien pedido en la otra vida engloba: la salvación de los castigos


de la tumba, de la congregación en el Día del Juicio y el Infierno, recibir


la complacencia de Al-lah, el éxito de vivir en una gracia permanente y la


cercanía del Señor Clementísimo.


Esta plegaria, entonces, es la más amplia y la de mayor efecto. Por


esta misma razón el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, la pronunciaba con frecuencia y animaba a pronunciarla”.


(2) En su Tafsír al hacer la exégesis de la aleya 201 de la sura “La vaca”.


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Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él,


relató que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las


bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Cuando


muere el ser humano sus obras se interrumpen, excepto


tres: una caridad de beneficio permanente, un


conocimiento beneficioso o un hijo piadoso que ruegue


por él” (Muslim)(1).


Explicación


Al-lah ordenó a Sus siervos creyentes que hagan obras de bien que


los acerquen a Su misericordia y los salven de Su ira y Su castigo.


En este hadiz, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, nos informó que cuando una persona muere se interrumpen sus


obras, excepto en tres asuntos, que son obras que siguen aportando una


recompensa aún después de la muerte.


Primero: Que haga en vida una caridad permanente, como cavar un


pozo de agua y que este pozo siga dando agua a la gente aún después de


la muerte de quien lo hizo. Cada vez que alguien se beneficie de tal pozo


le significará una recompensa a quien lo cavó y se le retribuirá aunque


esté muerto en su tumba.


Ejemplos: Construcción de mezquitas, hospitales y escuelas, la producción


de copias del Corán para distribución gratuita, y otras caridades


que dan recompensa permanentemente.


(1) Lo citó Muslim en su “Libro de los testamentos”, nro. 1631.


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Segundo: Un conocimiento de beneficio. Quien le enseña algo a un


grupo de gente o los exhorta o los orienta; o escribe un libro, o participa


de su impresión, distribución o cualquier difusión del conocimiento beneficioso,


se le recompensará por ello en vida y después de su muerte.


Tercero: Un hijo piadoso (o hija). Si el hombre o la mujer educan a sus


hijos en la piedad, todas las obras piadosas de los hijos se le registran


también a quien los educó. Además, el hijo piadoso ruega a Al-lah en favor


de su madre y su padre, así que se mantiene la recompensa de ellos


y su grado de excelencia ante Al-lah.


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Yábir Bin Abdul-lah, que Al-lah esté complacido


con él, relató que el Mensajero de Al-lah, que la


paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo:


“Cada siervo será resucitado en la condición en la


que murió” (Muslim)(1).


Explicación


Este hadiz nos habla sobre el buen fin, que es uno de los asuntos


más importantes para la gente de bien y piedad desde la época de los


sahaba del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él,


hasta nuestros días.


El “buen fin” significa que la persona llegue al final de su vida en la fe,


haciendo el bien y obras piadosas.


En este hadiz el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, nos informa que si una persona muere en una situación, será resucitado


en el Día de la Resurrección en la misma situación. Quien muere


mientras pronunciaba la talbia en el Hayy o la ‘Umra, será resucitado el


Día de la Resurrección pronunciando la talbia. Quien muere invocando


a Al-lah, será resucitado el Día de la Resurrección invocando a Al-lah.


Quien muere en pecado será resucitado el Día de la Resurrección en ese


pecado. Le pedimos a Al-lah la salvación.


(1) Lo citó Muslim en su “Libro del paraíso y la descripción de sus placeres y sus habitantes”,


nro. 2878.


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Por eso mismo debemos esforzarnos para evitar la desobediencia


a Al-lah y debemos llenar nuestro tiempo de obras piadosas para que


tengamos un buen fin y seamos resucitados bajo la misericordia, la indulgencia


y la complacencia de Al-lah.


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Índice de hadices


Hadiz 1: “El Islam se levanta sobre cinco pilares…”


Hadiz 2: Los pecados capitales son: “El politeísmo, el maltrato de los


padres…”


Hadiz 3: “El musulmán es aquella persona de cuya legua y manos están


a salvo los demás musulmanes”


Hadiz 4: “Las señales del hipócrita son tres: si habla miente…”


Hadiz 5: “Entre el hombre y la incredulidad y el politeísmo está el abandono


del salat”


Hadiz 6: “El creyente fuerte es mejor y es más querido por Al-lah…”


Hadiz 7: “A quien hace el wudú para el rezo y lo hace bien…”


Hadiz 8: “Quien mienta intencionalmente en algo sobre mí que vaya preparándose…”


Hadiz 9: “Quien tenga en su corazón el peso de un átomo de soberbia … ”


Hadiz 10: “El mejor entre ustedes es quien aprende el Corán y lo enseña”


Hadiz 11: “Dos frases livianas para la lengua pero de gran peso en la


balanza…”


Hadiz 12: “Mi allegado… me recomendó tres cosas: …”


Hadiz 13: “Cuando el siervo está en suyúd es cuando más cerca está de


su Señor… “


Hadiz 14: “Maldecir al creyente es como matarlo”


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Hadiz 15: “Al-lah, Bendito y Exaltado sea, dijo: Hijo de Adán, gasta en


caridades…”


Hadiz 16: “Lo que sufre el musulmán de decaimiento o enfermedad …”


Hadiz 17: “No entrarán al Paraíso hasta que sean creyentes, y no tendrán


fe hasta…”


Hadiz 18: “Que el hombre no mire la intimidad de otro hombre…”


Hadiz 9: “Te lo devolvemos solo porque estamos consagrados en ihram”


Hadiz 20: “No entrará al Paraíso quien siembra intrigas”


Hadiz 21: “A todo musulmán que planta un árbol o siembra un cultivo…”


Hadiz 22: “Déjenlo, pues el dueño de un derecho tiene la potestad de


hablar”


Hadiz 23: “A quien le alegre que Al-lah lo salve de la dificultad del Día de


…”


Hadiz 24: “Quien nos engaña no es de nosotros”


Hadiz 25: “A quien le quita el derecho a otro musulmán con su juramento…”


Hadiz 26: “Faciliten las cosas y no las dificulten …”


Hadiz 27: “Quien levanta las armas contra nosotros no es de los nuestros”


Hadiz 28: “Eso no caza la presa ni mata a un enemigo, sino que rompe …”


Hadiz 29: “Serví al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean


con él, durante diez años y nunca me dijo: ¡Uff!”


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Hadiz 30: “Si alguien se levanta de su asiento y luego retorna a él…”


Hadiz 31: “Un musulmán tiene seis derechos sobre otro musulmán…”


Hadiz 32: “Denle su derecho al camino”


Hadiz 33: “Ningún musulmán que tenga algo para dejar en testamento…”


Hadiz 34: “Al-lah les prohíbe jurar por sus padres…”


Hadiz 35: “El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él,


nunca criticó despectivamente ninguna comida…”


Hadiz 36: “El Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah


sean con él, tenía los mejores modales entre la gente…”


Hadiz 37: “¿Qué personas son las más queridas para ti?”


Hadiz 38: “Al-lah, danos el bien en esta vida y danos el bien en la otra …”


Hadiz 39: “Cuando muere el ser humano sus obras se interrumpen…”


Hadiz 40: “Cada siervo será resucitado en la condición en la que murió”


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