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Las enseñanzas esenciales del Islam se basan sobre cinco principios, a los que se hace refrencia como los "cinco pilares del Islam", y seis creencias fundamentales, conocidas como "los seis artículos de la fe". Esta diferenciación se basa en el siguiente y bien reconocido hadiz del Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él). Omar, uno de los compañeros más cercanos al Profeta relató el siguiente acontecimineto:





“En una ocasión, mientras estábamos sentados junto al Profeta, apareció un hombre frente a nosotros cuyas vestimentas eran excesivamente blancas y cuyo cabello era excesivamente negro. No se veían en él signos de haber viajado y ninguno de entre nosotros lo conocía. Se sentó en dirección al Profeta, se arrodilló frente a él y colocó las palmas de sus manos sobre sus muslos. Después dijo: ‘¡Oh Muhammad! Cuéntame sobre el Islam'.





El Mensajero respondió: 'El Islam es atestiguar que no hay dios digno de adoración excepto Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah, realizar las plegarias, pagar la caridad obligatoria (zakah), ayunar en Ramadán, y hacer el peregrinaje a la Casa si se está en condiciones de hacerlo'.





Dijo: 'Has hablado con la verdad'.





¡Estábamos fascinados al ver cómo él hacia las preguntas y después le decía que había dicho la verdad! 





Luego preguntó: ‘Cuéntame sobre la fe (Imán)’.





El Profeta respondió: ‘Es creer en Allah, Sus ángeles, Sus escrituras, Sus mensajeros, en el Último Día y creer en el decreto divino, tanto en lo agradable como en lo desagradable’.





Dijo: ‘Has hablado con la verdad’.





Omar entonces relató algunas otras preguntas que le hizo y las respuestas dadas por el Profeta. Finalmente, cuando el hombre partió, el Profeta preguntó:





‘¡Oh Omar! ¿Sabes quién era quien interrogaba?’





Dije: ‘Allah y Su Mensajero saben mejor’.





El Profeta dijo: ‘Era Gabriel, quien vino a ustedes para enseñarles su religión’”[1].





El significado de Islam


La palabra árabe Islam significa "entregarse, someterse", una entrega total, una total sumisión a Dios. En consecuencia, un musulmán es "aquel que se entrega a Dios". Islam significa entregarse únicamente a Allah, adorar y servir exclusivamente a Allah, y creer y seguir al Profeta que ha sido enviado. Para muchos no musulmanes, el Islam es una religión que tuvo inicio en el siglo séptimo en el Medio Oriente; pero para los musulmanes, el Islam ha sido siempre la única religión de Allah desde los tiempos de Adán, el primer hombre. Así, el Islam fue la religión de todos los profetas que vinieros después de él. En el tiempo de Moisés, Islam era adorar únicamente a Allah y creer y seguir las enseñanzas que Moisés había traído; y el Islam en el tiempo de Jesús era adorar únicamente a Allah y creer y seguir las enseñanzas que Jesús había traído, puesto que ambos fueron profetas enviados por Dios para enseñar Su religión. Después de la venida del Profeta Muhammad, Islam es adorar únicamente a Allah y creer y seguir las enseñanzas del Profeta Muhammad. Aunque las enseñanzas de todos los profetas sobre Dios, el Más Allá, y todas las demás realidad de la creencia eran las mismas, había ligeras diferencias en los métodos de práctica, adoración y servicio, puesto que cada Profeta fue enviado para para una nación específica y en un periodo de tiempo específico. A pesar de que las religiones anteriores están dentro del marco general de Islam, la religión de Muhammad ha recibido específicamente el nombre de "Islam" otorgado por Dios, ya que es la religión final prescrita para la humanidad hasta el Día del Juicio.





Los cinco pilares del Islam


Allah ha ordenado cinco actos sobre los cuales toda la religión del Islam se sustenta. Dada su importancia, el Profeta estipuló en otro hadiz:





“El Islam ha sido construido a partir de cinco…”.





… y entonces procedió a mencionar los mismos actos de adoración descritos con anterioridad en el  hadiz de Gabriel.





Estos actos de adoración son llamados los pilares del Islam, y son como se mencionan a continuación:





1. Testimonio de fe (Shahadah)         


La persona debe profesar este testimonio de fe, resumido en los dos testimonios:





(a) No hay deidad con derecho a ser adorada sino Allah.





(b) Muhammad es Su Mensajero.





A través de la creencia y atestación del testimonio de fe (Shahadah) la persona entra bajo el manto del Islam. Es la principal creencia que un creyente mantiene a través de su vida, y es la base de todas sus creencias y adoración.





2. Oraciones formales (Salah)


La persona debe ofrecer las cinco oraciones en sus tiempos específicos. A través de la oración, un musulmán mantiene su relación con Allah, logra recordarlo con frecuencia, y evita caer en pecado.





3. Caridad obligatoria (Zakah)


Quienes han acumulado una cierta cantidad de riqueza deben separar una porción específica de esta anualmente para entregarla a determinados destinatarios.





4. Ayuno (Sawm)


Los musulmanes deben ayunar por un periodo de un mes lunar, el cual es el mes de Ramdán, absteniéndose de comida, bebida y de relaciones sexuales desde el alba hasta el anochecer. El objetivo del ayuno, como se menciona en el Corán, es incrementar la piedad y conciencia de Dios en la persona.





5. Peregrinaje (Hayy)         


El Peregrinaje a la Casa de Dios, la Kabah, en la Meca, es obligatorio para cada musulmán una vez en la vida. El Hayy es una pruba física y visual de la hermandad de la humanidad, y de su igualdad en su estatus de siervos de Allah.





Los seis artículos de la fe 


En árabe nos referimos a la fe como Imán. Representa la firme creencia en el corazón, y no simplemente la fe ciega. La doctrina islámica gira alrededor de seis aspectos descritos por el Profeta.





1. Creer en Allah, que implica lo siguiente:


(i)   Creer en la existencia de Allah.





(ii)  Allah es el Señor. Él es el Creador, el Proveedor, el Sustentador y el Dueño del universo entero. Nadie tiene coparticipación en estos roles.





(iii) Allah es el único ser digno de adoración. Ninguna adoración, servicio ni veneración se deben ofrecer a otros distintos de Allah ni junto a Él, sean profetas, clérigos, santos, ángeles, ídolos o piedras.





(iv) Allah posee los nombres y atributos más bellos y perfectos, con los que nadie se puede comparar. Él es Único, distinto y separado de Su creación. Ningún mal o deficiencia se Le pueden atribuir.





2. Creer en los ángeles, que implica lo siguiente:


(i)  Creer en la existencia de los ángeles, una creación de Allah.





(ii)  Creer que no tienen derecho a recibir ninguna forma de adoración.





(iii) Creer en los nombres con los cuales son identificados los ángeles en el Corán y la Sunnah (enseñanzas del Profeta Muhammad).





(iv) Creer en la tarea especial asignada a cada uno de ellos por Allah en el Corán y en la Sunnah.





3. Creer en las Escrituras reveladas, que implica lo siguiente:  


(i)   Creer que Allah reveló las escrituras a varios profetas.





(ii)  Creer que contienen la verdad de Allah.





(iii) Creer que todas las escrituras previas al Corán han sido alteradas.





(iv) Creer en el Corán conlleva varios aspectos:





a) Creer que es una de las escrituras de Allah.





b) Creer que es la última Revelación para la humanidad, y que ninguna otra escritura será revelada después de esta.





c) Creer que todo en ella es verdad y que no contiene nada falso.





d) Creer que se ha mantenido sin cambio alguno, y que se mantendrá así por toda la eternidad.





e) Creer que ha abrogado todas las escrituras anteriores a ella.





4. Creer en los mensajeros, que implica lo siguiente:


(i)    Creer que Allah envió profetas para cada nación, llamándolos a adorar y obedecer únicamente a Allah. Se debe creer en todos ellos, conocidos o desconocidos, sin rechazar a ninguno.





(ii)   Creer que fueron lo mejor de la humanidad, escogidos por su virtud.





(iii) Creer que eran simplemente humanos, en ningún sentido divinos, y que no tienen ningún derecho a recibir adoración y que nunca la reclamaron.





(iv) Creer que simplemente transmitieron el mensaje de Allah y que no legislaron por sí mismos.





(v)   Creer que no se equivocaron en la transmisión del mensaje.





(vi) Creer que obedecerlos es una obligación.





(vi) Creer que Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) fue un Profeta, esto abarca aquellos temas discutidos en la lección titulada "El testimonio de fe".





5. Creer en la vida después de la muerte y en el Día del Juicio Final, que implica lo siguiente:


(i)   Creer en que vendrá un día en el que todo llegará a un fin, y Allah resucitará a la creación y los juzgará de acuerdo con sus obras.





(ii) Creer que aquellos que creyeron y siguieron en la práctica la religión correcta, siguiendo a los profetas, entrarán en el Paraíso para la eternidad, y que aquellos que no creyeron entrarán en el fuego del Infierno para la eternidad.





6.     Creer en el Decreto Divino, que implica lo siguiente:


(i)   Creer que el conocimineto absoluto de Allah lo abarca todo y es completo. Él siempre ha sabido todo aquello que ocurrirá así como lo que no, incluso antes de la creación de la humanidad.





(ii)  Creer que Allah ha registrado todo aquello que iba a ocurrir hasta el Día del Juicio en un libro conocido como "La Madre de los Libros" o "La Tabla Preservada”.





(iii) Creer que lo que fuese que Allah deseó, ha ocurrido, está ocurriendo y ocurrirá. Nada ocurre en contra o sin esta Voluntad.





(iv) Allah creó todo.





Hemos mencionado aquí los requerimientos mínimos de la fe en cada una de estas seis categorías en las que creen los musulmanes, puesto que el Profeta mencionó que dichos artículos forman la base de la creencia y la fe islámica.





En lecciones venideras, exploraremos las enseñanzas esenciales al estudiar cada uno de los cinco pilares del Islam así como los seis artículos de la fe en detalle.





Creer en Allah ―el nombre propio en árabe para el Único Dios― consiste en cuatro asuntos:





(a)  Creer en la existencia de Allah.





(b)  Allah es el Señor.





(c)  Allah tiene derecho a la adoración.





(d)  A Allah es conocido por Sus más bellos nombres y atributos.





(a)    Creer en la existencia de Allah


No se requiere que la existencia Allah sea probada por argumentos científicos, matemáticos o filosóficos. Su existencia no es un "descubrimiento" a ser hecho por el método científico o un teorema matemático a comprobar. Todo ser humano tiene la creencia innata en un Creador. Esta creencia no es el resultado del aprendizaje o de un pensamiento personal deductivo. Son las influencias externas las que afectan esta creencia innata y confunden a la persona, como dijo el Profeta:





“No hay un niño que no haya nacido con una creencia natural en Allah, pero sus padres lo convierten en judío, cristiano o zoroastra” (Sahih Al Bujari, Sahih Muslim).





 Además, el simple sentido común da testimonio de la existencia de Allah. Al ver un barco reconocemos la existencia de un constructor de barcos; al ver el cosmos reconocemos la existencia de su Creador. La existencia de Allah también se conoce por las respuestas a las oraciones, los milagros de los profetas y las enseñanzas de todas las Escrituras reveladas.





(b)    Allah es el Señor


Allah es el único Señor del cielo y de la Tierra. Él es el Señor del universo físico y el Legislador de la vida humana. Él es el Maestro del mundo físico y Gobernante de los asuntos de los seres humanos. Allah es el Señor de todo hombre, mujer y niño.





(i)   Allah es el Único Señor y Regulador del mundo físico. El término "Señor" aquí específicamente significa que Él es el Creador y Controlador; el Reino de los cielos y la Tierra Le pertenecen exclusivamente a Él, y Él los posee. Solo él sacó la existencia de la nada, y todos dependen de Él para su conservación y continuidad. No creó el universo y lo dejó para seguir su propio curso de acuerdo con leyes fijas, dejando de interesarse más en él. Su poder es requerido en todo momento para sostener a todas las criaturas. La creación no tiene Señor aparte de Él.





“Pregúntales: ‘¿Quién los sustenta con las gracias del cielo y de la Tierra? ¿Quién los agració con el oído y la vista? ¿Quién hace surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo? ¿Quién tiene bajo Su poder todas las cosas?". Responderán: "¡Dios!". Diles: "¿Acaso no van a tener temor de Él [y abandonar la idolatría]?’” (Corán 10:31).





 Él es el Rey que gobierna eternamente y el Salvador, el Dios viviente, lleno de sabiduría; nadie puede cambiar Sus decisiones. Los ángeles, los profetas, los seres humanos y los reinos animal y vegetal están bajo Su control. Históricamente, pocas personas han negado la existencia del Señor; a lo largo de los siglos, la mayoría de las personas han creído en Un Dios, un Ser Supremo, un Creador sobrenatural.





(ii)  Allah es el único Gobernante de los asuntos de los seres humanos. Allah es el Legislador Supremo[1], el Juez Absoluto, Él distingue el bien del mal. Al igual que el mundo físico se somete a Su Señor, los seres humanos deben someterse a la moral y las enseñanzas religiosas de su Señor, el Señor que les separa el bien del mal. En otras palabras, solo Allah tiene la autoridad para hacer leyes, determinar actos de adoración, decidir la moral y establecer estándares de interacción y comportamiento humanos. Suyo es el mandato:





“¿Acaso no Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las órdenes según Él quiere?” (Corán 7:54).





(c) Allah es el titular de toda adoración


Allah tiene el derecho exclusivo de ser adorado interna y externamente, en las acciones y en el corazón de la persona. No solo nadie puede ser adorado aparte de Él, sino que absolutamente nadie más puede ser adorado junto con Él. Él no tiene socios o copartícipes en la adoración. La adoración, en su sentido amplio y en todos sus aspectos, es únicamente para Él.





“Su Dios es un Dios Único, no hay divinidad [con derecho a ser adorada] salvo Él, el Compasivo, el Misericordioso” (Corán 2:163).





El derecho de Allah a ser adorado no puede ser subestimado en ningún sentido, puesto que es el significado esencial de La ilaha illa Allah. Un no musulmán entra al Islam al atestiguar el derecho exclusivo de Allah a ser adorado, esto el núcleo de la creencia islámica en Allah y de todo el Islam, fue el mensaje central de todos los profetas y mensajeros enviados por Allah. Todos afirmaron claramente:





“¡Oh, pueblo mío! Adoren solamente a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él...” (Corán 7:59, 60, 73, 85; 11: 50, 61, 84; 23, 32).





Fue el mensaje central de Abraham, Isaac, Ismael, Moisés, Jesús y Muhammad, y todos los profetas de Dios (la paz sea con todos ellos). Si solo Allah crea, da la vida y la muerte, provee de alimento y seguridad, da el oído y la vista, entonces solo Él debe ser adorado.





La adoración en Islam consiste en cada acto, creencia, declaración o sentimiento del corazón que Allah apruebe y ame, todo lo que acerque a la persona de Su Creador. Incluye todo lo que Allah ha legislado en el Corán o a través de la Sunnah de su Profeta. Incluye una adoración "externa" ―como las oraciones rituales cotidianas, el ayuno, la caridad y la peregrinación― así como una adoración "interna" ―la creencia en los seis artículos de la fe, la reverencia, la adoración, el amor, la gratitud y la confianza―. Un acto de adoración no es aceptado a menos que cumpla con lo siguiente:





(i)   Debe ser realizado exclusivamente por Allah y por nadie más, ni siquiera por uno mismo. La adoración no debe hacerse ni siquiera para satisfacer los deseos básicos del corazón, tales como recibir alabanza o lucirse. Esto es el significado de La ilaha illa Allah.





(ii)  Debe ajustarse a las enseñanzas del Profeta Muhammad. Debe realizarse exactamente de la misma manera como él lo hizo, sin añadir ni omitir nada. Esta es la implicación de Muhammad Rasul-Allah.





Allah tiene el derecho a todos los tipos de adoración, la del cuerpo, la del alma y la del corazón. La adoración es incompleta a menos que se realice con plena reverencia y temor de Allah, amor divino y devoción, esperanza en la recompensa divina y extrema humildad. Dar a cualquier otro ―sean los profetas, los ángeles, Jesús, María los ídolos o a la naturaleza― una porción de la adoración que se le debe a Allah, se conoce como shirk y es el pecado más grande en Islam.





(d) Allah es conocido por Sus más Bellos Nombres y Atributos


Allah es conocido por Sus más bellos nombres y atributos, tal y como aparecen en el Corán y la Sunnah, sin corromper o negar el significado evidente imaginando su “cómo” o pensando en ellos en términos humanos.





“A Dios pertenecen los nombres más sublimes, invócalo a través de ellos” (Corán 7:180).





En consecuencia, es inapropiado utilizar términos como "Primera Causa", "Autor", "Sustancia", "Ego Puro", "Absoluto, "Idea Pura", "Concepto Lógico", "Desconocido", "Inconsciente", "Ego", "Idea" o "El Gran Tipo" como nombres divinos. Cualquier nombre que se pretenda atribuir a Allah debe haber sido revelado en el Corán o en la Sunnah.





Los nombres de Allah indican Su perfección y carencia de deficiencias. Allah no olvida, no duerme ni Se cansa. Su vista, al igual que cualquiera de Sus demás atributos, no es como la vista humana. Él no es injusto, y no tiene hijo, madre, padre, hermano, asociado ni ayudante. No ha sido concebido y no concibe. No necesita de nadie y es Perfecto. No se convierte y no se parece a los humanos y no necesita de algo así para “comprender” el dolor humano. Allah es el Altísimo (Al Qawi), el Incomparable (Al ’Ahad), Quien acepta el arrepentimiento (At-Tawab), el Compasivo (Ar-Rahím), el Eterno (Al Haii), Total Proveedor (Al Qaium), el Conocedor de todo (Al ’Alim), Quien todo lo escucha (As-Samí’), Quien todo lo ve (Al Basir), el Perdonador (Al ’Afuwu), el Amparador (An-Nasir), y el Sanador de los enfermos (Ash-Sháfi’). Hay muchos otros nombres mencionados en el Corán y la Sunnah.





Toda la alabanza y la gloria se Le deben a Él por Su absoluta perfección y majestuosidad.





La palabra árabe shirk es el opuesto de Tawhid, la Unicidad de Allah, y es más inclusiva que politeísmo e idolatría. Significa asociar a Allah con otras divinidades. Shirk es asociar a otros con Allah en ciertos aspectos designados como únicos para Él y que son exclusivamente Suyos en el Corán y la Sunnah.





No hay un asunto con el que el Islam sea tan estricto como con el del monoteísmo (Tawhid). Asociar copartícipes con Dios (shirk) es el pecado mortal de mayor grado, la más grande violación con la cual el Señor de los cielos y de la Tierra puede ser desafiado. La muerte en estado de shirk separa permanentemente a una persona de toda gracia divina:





“Dios no perdona la idolatría (es decir el pecado de shirk), pero fuera de ello perdona a quien Le place. Quien asocie algo a Dios comete un pecado gravísimo” (Corán 4:48).





El shirk tiene muchas formas, algunas de las cuales serán comentadas a continuación.





El shirk mayor


Los actos que recaen en esta categoría de shirk son vistos como imperdonables. Allah no los perdonará a menos que la persona se arrepienta.





“Dios no perdona la idolatría (es decir el pecado de shirk), pero fuera de ello perdona a quien Le place”.





Esta categoría contradice el mismísimo propósito de la creación, tal como lo expresa el estamento de Allah:





“No he creado a los yinnes y a los seres humanos sino para que Me adoren” (Corán 51:56).





En esta categoría de shirk, los actos de adoración son dirigidos a otros seres en lugar de Allah o junto con Él, y se les atribuyen a ellos las recompensas. Allah da un ejemplo de este tipo en el Corán:





“Cuando suben a un barco [y son azotados por una tempestad] invocan solo a Dios con sinceridad; pero cuando los pongo a salvo llevándolos a la costa, vuelven a dedicar actos de adoración a sus ídolos” (Corán 29:65).





El Corán enfatiza en muchos versos que Allah no comparte Sus poderes con ningún copartícipe. Advierte a quienes creen que sus ídolos intercederán por ellos que, junto con sus ídolos, se convertirán en combustible para el Infierno en el Día del Juicio.





El mayor shirk incluye invocar o suplicar a una falsa deidad, profeta, ángel, santo, ídolo, o a cualquier cosa junto con Allah. Los cristianos le rezan a un hombre del que creen que comparte la divinidad con Allah, el profeta de Allah, Jesús (la paz sea con él). Los católicos dirigen ciertos tipos de adoración a los santos, los ángeles o a María, la cual ellos consideran como “veneración”. Todas estas cosas son formas de shirk.





También se considera shirk rezarle al Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) o a las tumbas de hombres santos.





Creer en la legislación de otros, sea de los gobiernos o de los líderes religiosos en oposición con las claras enseñanzas del Islam, es también una forma de shirk mayor, como dice Allah:





“Tomaron [los judíos] a sus rabinos y [los cristianos] a sus monjes y al Mesías, hijo de María, por divinidades en lugar de Dios” (Corán 9:31).





Los tomaron por divinidades el lugar de Allah no al rezarles directamente, sino al aceptar voluntariamente sus cambios de lo legal por lo prohibido y tomando lo prohibido como legal en la religión de Allah. Les dieron la autoridad que solo Allah tiene de legislar en la ley divina.





Otra forma de shirk mayor es dar a cualquier criatura una porción del amor divino que debe reservarse para Allah.





“Existen personas que toman en lugar de Dios a otros que consideran iguales [a Dios], y los aman como solo debe amarse a Dios; pero los creyentes aman más a Dios [de lo que estos aman a sus divinidades]...” (Corán 2:165).





Formas menores de shirk


Jurar por otro distinto de Allah y realizar actos religiosos a cambio de ganancias mundanas, por ejemplo, presumir o buscar obtener favores son dos de las formas menores de shirk. El Mensajero de Allah dijo:





“La cosa que más temo en cuanto a ustedes es el shirk menor. Los compañeros preguntaron: ‘¡Oh! Mensajero de Allah, ¿qué es el shirk menor?'. Él respondió: Presumir, pues ciertamente Allah dirá en el Día de la Resurrección cuando la gente reciba su recompensa: Vayan hacia aquellos ante quienes presumieron en el mundo material y vean si pueden obtener alguna recompensa de ellos’” (Ahmad, At-Tabarani, Al Baihaqi).





En una ocasión, el Profeta anunció:





“¡Oh gente, tengan cuidado del shirk oculto! La gente preguntó: ‘Mensajero de Allah, ¿qué es el shirk oculto?’. Respondió: ‘Cuando un hombre se levanta para rezar y se esfuerza por embellecer su oración porque la gente lo está mirando; eso es el shirk oculto’” (Ibn Juzaimah).





Presumir (riyaa en árabe) es la práctica de realizar cualquiera de las varias formas de adoración con el objetivo de ser visto y elogiado por la gente. Realizar actos religiosos para impresionar a la gente destruye los beneficios espirituales de las acciones virtuosas y la persona incurre en el pecado. En ocasiones, incluso los más piadosos no se libran de esto, puesto que está muy oculto y la fuerza que lo motiva está muy arraigada. Deshacerse de la presunción implica que la persona se concentre en el hecho de que está realizando el acto de adoración únicamente para la complacencia de Allah, no para complacer a la gente.





Un musulmán debe tener mucho cuidado para asegurarse de que las intenciones comiencen con pureza y permanezcan puras siempre que se realicen actos de virtud. Para garantizar esto, pronunciar el nombre de Allah antes de cualquier acto importante, es una exigencia en el Islam. Una serie de plegarias informales (du’as) también han sido prescritas por el Profeta antes y después de todo hábito cotidiano con el fin de convertirlos en actos de adoración y desarrollar en la persona la consciencia de Allah.





Ejemplos cotidianos de shirk


Astrología y horóscopos 


Predecir el futuro por medio de la comparación de las posiciones de las estrellas y las constelaciones, junto con la época del año en que nació una persona, es un tipo de shirk. Solo Allah conoce el futuro, de modo que es imposible predecir los eventos venideros a través del estudio de las estrellas. Esto es una forma de shirk porque la creencia en la astrología atribuye a los astrólogos el conocimiento del futuro, además de atribuir ciertos poderes a los objetos creados, como las estrellas, a las cuales ni Allah ni la ciencia les ha asignado algo así.





Adivinación


La lectura de las palmas de las manos, mirar dentro de una bola de cristal, y otras formas empleadas para predecir el futuro son formas de shirk por la misma razón antes mencionada.





El número 13


Un ejemplo común de shirk es la creencia de que el número 13 es de mala suerte, especialmente en Occidente, donde es común que los edificios altos no tengan un piso 13. ¡Es shirk porque atribuye la capacidad de atraer la mala suerte a un simple número!





Criaturas de buena o mala suerte


Ha sido una costumbre común que ciertos animales u objetos sean asociados con la buena o la mala suerte durante muchos siglos en muchas partes del mundo. Por ejemplo, se cree que los gatos negros, las urracas, las patas de los conejos y las herraduras traen buena suerte. Todos estos ejemplos son shirk, puesto que la capacidad de traer buena o mala suerte se le asigna aquí a la creación de Allah.





Los musulmanes deben evitar todas las formas de shirk, y la única manera de asegurarse de hacerlo es si estudian sus distintas formas y comprenden bien el concepto de Tawhid. El shirk es el más grave de los pecados en el Islam, más grave que otros pecados mayores, como el homicidio y el adulterio, puesto que rivaliza con el derecho único de Allah de ser adorado. En consecuencia, vale la pena que los musulmanes den lo mejor de sí para evitar el shirk y se conviertan personas elegibles para entrar en los Jardines del Paraíso.





Creer en los mensajeros es un artículo requerido por la fe islámica.





“El Mensajero [Muhammad] y sus seguidores creen en lo que le fue revelado por su Señor [al Mensajero]. Todos creen en Dios, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros [diciendo]: "No hacemos diferencia entre ninguno de Sus mensajeros’” (Corán 2:285).





Allah transmite Su mensaje a la humanidad a través de mensajeros. Ellos forman un vínculo entre los seres humanos y el Cielo, en el sentido de que Allah los ha escogido para entregar Su mensaje a la humanidad. Los mensajes divinos fueron transmitidos a los seres humanos a través de los mensajeros, este es el sistema de comunicación entre el Creador y Su creación. Allah no envía ángeles para cada individuo en particular ni "abre los cielos" de modo que la gente pueda subir para recibir el mensaje. Su forma de comunicación es a través de mensajeros humanos, quienes reciben el mensaje a través de ángeles; Allah solo envió hombres como profetas y mensajeros, no hubo ángeles enviados con un mensaje para la humanidad. Él, Exaltado sea, dice:





"Ellos dicen: '¿Por qué no hizo descender un ángel junto a él?'. Pero si hubiese enviado un ángel el asunto habría quedado decidido, y no se les habría dado ningún plazo de espera [para creer]. Y si hubiera enviado a un ángel [en lugar de un hombre], le habría dado apariencia humana y estarían en una confusión similar a la que tienen contigo" (Corán 6:8-9).





¿Qué implica la creencia en los mensajeros?


La fe en los mensajeros es creer firmemente que Allah escogió a hombres moralmente rectos para portar Su mensaje y transmitirlo a la humanidad. Benditos fueron aquellos que los siguieron; desdichados fueron quienes se negaron a obedecer. Ellos entregaron fielmente el mensaje, sin ocultarlo, alterarlo o corromperlo. Rechazar a un Mensajero es rechazar a Quien lo envió; desobedecer a un Mensajero es desobedecer a Aquel que ordenó obedecerlo.





No creer en un Mensajero es como no creer en ninguno de los mensajeros. En el siguiente verso, Allah, Glorificado sea, dice que la gente de Noé no creía en ninguno de los mensajeros, a pesar de que solo se les ordenó seguir a Noé:





"El pueblo de Noé desmintió a los mensajeros" (Corán 26:105).





Más específicamente, creer en los mensajeros significa:





(1)  Creer que Allah envió a cada nación un Profeta de entre su gente, para invitarlos a adorar a Allah exclusivamente y para descartar los falsos dioses.





“Y pregunta [a los pueblos que] les envié Mensajeros antes de ti: ‘¿Acaso les autoricé que adorasen a otro fuera del Misericordioso?’” (Corán 43:45).





Ellos no añadieron ni omitieron nada al Mensaje Divino.





“Pero los Mensajeros solo tienen la obligación de transmitir el Mensaje con claridad [y Dios será Quien los juzgará]” (Corán 16:35).





(2)  Creer en aquellos que han sido específicamente nombrados, como Muhammad, Abraham, Moisés, Jesús y Noé (que la paz sea con todos ellos). Y mantenemos una creencia general en todos los que no fueron mencionados por nombre, puesto que Allah dice:





“Envié otros mensajeros antes de ti, de algunos de ellos te he relatado su historia, y de otros no te relaté su historia” (Corán 40:78).





Creemos que el Mensajero final fue nuestro Profeta Muhammad y no hay profeta ni mensajero después de él, como lo ha dicho Allah en el Corán:





“Muhammad no es el padre de ninguno de sus hombres, sino que es el Mensajero de Dios y el sello de los Profetas. Dios lo sabe todo” (Corán 33:40).





El Profeta afirmó categóricamente:





“No habrá Profeta alguno después de mí” (Sahih Al Bujari, Sahih Muslim).





Los profetas anteriores fueron enviados con leyes y mandamientos específicos para las personas de su tiempo. Sin embargo, el Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) fue enviado con un mensaje aplicable para todos las épocas, personas y lugares; por lo tanto, no hay necesidad de que vengan más profetas. Otra razón importante es que a algunas naciones se les envió más de un Profeta debido a los cambios que introdujeron en la religión. Como Dios ha prometido que las enseñanzas del Profeta Muhammad nunca sufrirán cambio alguno y siempre se conservarán en el idioma original en sus fuentes principales ―el Corán y la Sunnah―, no hay necesidad de otro Profeta. En los casos de profetas anteriores, las Escrituras se perdieron o su mensaje se corrompió hasta el punto de que la verdad difícilmente podía distinguirse de la falsedad. El mensaje del Profeta Muhammad es claro y estará preservado hasta el final de los tiempos.





(3)  Creer en los reportes confiables que se han narrados de los mensajeros. Por ejemplo, las enseñanzas del Profeta Muhammad ―la Sunnah― están preservadas en los libros de Hadiz.





(4)  Seguir las leyes del Mensajero que nos ha sido enviado, el último, el Profeta Muhammad, quien fue enviado para toda la humanidad. Allah dice:





“Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán [realmente] a menos que te acepten como juez de sus disputas, y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente” (Corán 4:65).





El propósito


¿Cuál es el propósito de enviar mensajeros?





(1)  Llevar a la gente de la adoración a otros seres creados a la adoración del Creador, de la servidumbre hacia la creación a la libertad de adorar a Su Señor.





(2)  Esclarecer a la gente el propósito de su creación: adorar y servir a Allah, su Creador. No hay otro modo definitivo de encontrar el verdadero propósito de la creación.





(3)  Establecer pruebas contra la humanidad mediante el envío de mensajeros, para que la gente no tenga excusas cuando sean interrogados en el Día del Juicio. No podrán decir que no sabían lo que debían hacer en esta vida.





(4)  Desvelar algo del "mundo de lo oculto" que está más allá de los sentidos y del universo físico, como el conocimiento de Allah, la existencia de los ángeles, la realidad del Día del Juicio.





(5)  Proveer a los seres humanos de ejemplos prácticos para llevar vidas moralmente correctas, virtuosas, con un propósito determinado, libres de dudas y confusión.





(6)  Purificar el alma de materialismo, el pecado y la negligencia.





El Mensaje


 El mensaje más importante de todos los profetas y mensajeros para sus respectivos pueblos fue adorar a Allah única y exclusivamente y a nadie más, sometiéndose a la voluntad de Allah. Todos ellos ―Noé, Abraham, Isaac, Ismael, Moisés, Aarón, David, Salomón, Jesús, Muhammad, y aquellos que no conocemos― invitaron a la gente a adorar a Allah y rechazar los falsos dioses.





Moisés declaró:





"Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor" (Deuteronomio 6:4).





Esto fue repetido 1.500 años después por Jesús cuando dijo:





"El más importante de los mandamientos es: 'Oye, Israel. El Señor nuestro Dios, el Señor es Uno" (Marcos 12:29).





Finalmente, la invitación de Muhammad, unos 600 años después, resonó a través de las colinas de La Meca:





“Su Dios es un Dios Único, no hay divinidad [con derecho a ser adorada] salvo Él, el Compasivo, el Misericordioso” (Corán 2:163).





El Corán establece este hecho claramente:





“No envié en el pasado a ningún Mensajero, excepto que recibiera la misma revelación que tú: 'Nada ni nadie merece ser adorado excepto Yo, ¡Adórenme solo a Mí!’” (Corán 21:25).





Las leyes que ellos trajeron diferían, cada una acorde a su propio tiempo y gente:





“A cada [comunidad religiosa] le he dado una legislación y una metodología [norma]” (Corán 5:48).





Pero el mensaje básico y central fue la Unicidad (Tawhid) y la adoración de Allah: esto es el Islam en su sentido amplio y general de sumisión a Allah.





“Para Dios la verdadera religión es el Islam” (Corán 3:19).



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