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Dios dice: "Él es el Primero y el Último, el Manifiesto y el Oculto. Él conoce todas las cosas" (Corán 57:3). 





Dios precede todas las cosas, Él no tiene comienzo. Él permanece después de todas las cosas sin llegar nunca a un final.





El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo, dirigiéndose a Dios en súplica: "Eres el Primero, de modo que nada Te antecede. Eres el Último, de modo que nada viene después de Ti. Eres el Manifiesto, de modo que nada viene por sobre Ti. Eres el Oculto, de modo que nada viene debajo de Ti. Paga nuestras deudas y enriquécenos para que no seamos pobres"[1].





Dios dice: Di: "Él es Al-lah, Uno. Al-lah es el Absoluto. No engendró ni fue engendrado. Y no hay nada ni nadie que sea semejante a Él" (Corán 112:1-4).





"No engendró ni fue engendrado" expresa un aspecto fundamental de la perfección de Dios. Todo en nuestra limitada experiencia humana debe tener un inicio y un final. Nosotros mismos nacemos y finalmente morimos. Este es el caso con nuestros padres y antepasados, así como con nuestros hijos y descendientes. Dichas relaciones permean la creación.





Así que Dios dice: "Al-lah es el Absoluto. No engendró ni fue engendrado", y de inmediato continúa con: "Y no hay nada ni nadie que sea semejante a Él". No podemos comparar a Dios con nada en nuestra experiencia. Igualmente, encontramos que Dios nos ordena: "No comparen a Dios" (Corán 16:74). Así debe ser nuestra fe en Dios.





Dios es el Primero, Quien no ha sido precedido por ninguna otra cosa. Aunque nuestra imaginación no puede captar esta idea de algo que no es precedido por nada más, nuestros corazones y mentes lo aceptan con facilidad. Del mismo modo, Dios es el Último, cuya existencia se mantiene sin fin. Como tal, Dios es el verdadero Heredero: "Cuando [el Profeta] Zacarías rogó a su Señor: ‘¡Oh, Señor mío! No me dejes solo [sin hijos]. Tú eres el Mejor Heredero’" (Corán 21:89)





Dios es atemporal y eterno, sin principio ni fin. En contraste, todas las cosas creadas tienen un principio y un fin.





Dios dice acerca del Sol: "El Sol orbita como le fue designado" (Corán 36:38). El Sol y otros cuerpos celestes son, de lejos, mucho más antiguos que las cosas vivientes en la Tierra, pero al igual que las fugaces vidas de los seres terrenales, las estrellas nacen y mueren; todas las cosas en el universo deben llegar a un final.





Dios no puede ser entendido según los términos de la existencia material. Él no está limitado por las leyes de la física que son, en sí mismas, parte de la naturaleza que Él ha creado.





No es de sorprender que la mente no pueda comprender completamente al Creador, ya que la mente misma es creada y está sujeta a las limitaciones de su naturaleza creada. La mente solo puede caer en confusión y autoengaño si trata de racionalizar lo que está más allá de sus capacidades. En lugar de ello, debemos aplicar nuestros esfuerzos mentales en asuntos que nuestras mentes son capaces de abordar, como el universo que Dios creó y los vastos horizontes de conocimiento que presenta. Dios nos ha dado la capacidad de desvelar las leyes físicas de la naturaleza, y podemos aprovechar dicho conocimiento para beneficiar a la humanidad en formas que agradan a Dios.





Beneficios de conocer estos nombres





Saber que Dios es el Primero y el Último, nos hace darnos cuenta de que las mejores cosas en las que podemos invertir para nosotros mismos en este mundo y el próximo, son las que agradan a Dios. Lo que hacemos por la causa de Dios es lo que perdurará. Dios dice: "Todo cuanto existe en la Tierra perecerá, y solo el rostro de tu Señor perdurará por siempre, el Majestuoso y el Noble" (Corán 55:26-27)





Este mundo llegará a su final; sin embargo, retornaremos a nuestro Señor, y las obras que hicimos en nuestras vidas mundanas, buscando Su complacencia, nos servirán en ese momento. Este es uno de los puntos que el versículo resalta cuando dice: "… y solo el rostro de tu Señor perdurará por siempre, el Majestuoso y el Noble". Nuestras palabras y acciones son por las que Dios nos recompensará, en Su infinita generosidad, cuando todo lo demás se haya ido.





Debemos esforzarnos por mantener la complacencia de Dios siempre en nuestras mentes, y ser conscientes de la otra vida a medida que avanzamos en nuestra vida diaria. No debemos esforzarnos solo por obtener ganancias materiales, sino hacer del Más Allá nuestra prioridad. Dios dice: "Pero [muchos] prefieren la vida mundanal, aunque deben saber que la vida del más allá es superior y eterna" (Corán 87:16-17)





Saber que Dios es el Primero y el Último también nos ayuda a enfrentar nuestra propia muerte, y también todo estado que experimentamos en la vida hasta que esta llegue a su fin. Disfrutamos de un periodo de juventud; si no morimos mientras somos jóvenes, con certeza sufriremos la pérdida de nuestra juventud. Envejecemos y luego morimos, no hay escape de la muerte en ningún caso. Este es el fin que Dios ha ordenado para toda la gente. Él nunca muere, solo Él es eterno, sin principio ni final.





Sin embargo, en Su infinita gracia, Él ha prometido a los creyentes que son sinceros y verdaderos, una vida eterna en el Paraíso que Él otorgará: "Los piadosos estarán entre jardines y ríos, en un lugar honorable, junto al Soberano Todopoderoso" (Corán 54: 54-55).





Que Dios nos bendiga para que estemos entre los justos.





En 1966 la revista Time publicó un artículo de portada titulado: ¿Dios está muerto? Muchos han aceptado la narrativa cultural de que Él es obsoleto, pues a medida que avanza la ciencia, cada vez hay menos necesidad de una divinidad para explicar el universo. Sin embargo, hay rumores de que el anuncio de la muerte de Dios era prematuro. Lo más sorprendente es que las evidencias relativamente recientes de Su existencia, provienen de un lugar insospechado: la ciencia misma.





Esta es la historia: El mismo año en que la revista Timepresentó el título ahora famoso, el astrónomo Carl Sagan anunció que había dos criterios importantes para que un planeta pudiera soportar vida: el tipo correcto de estrella, y que el planeta esté a la distancia correcta de esa estrella. Habiendo en el universo mil cuatrillones (uno seguido de 27 ceros) de planetas, debería haber alrededor de un cuatrillón (uno seguido de 24 ceros) de planetas capaces de soportar la vida





Con posibilidades tan espectaculares, la búsqueda de inteligencia extraterrestre, una enorme y costosa colección de proyectos públicos y privados iniciados en la década de 1960, seguramente arrojaría resultados pronto. Los científicos escucharon con una vasta red de radiotelescopios en búsqueda de señales que se parecieran a la inteligencia codificada y no fueran meramente aleatorias. Pero pasaron los años, el silencio del resto del universo era ensordecedor. El Congreso de los Estados Unidos retiró los fondos para el instituto SETI (búsqueda de vida extraterrestre, por sus siglas en inglés, Search for ExtraTerrestrial Intelligence) en 1993, pero la búsqueda continúa con fondos privados. Hasta el día de hoy, los investigadores no han encontrado nada.





¿Qué ocurrió? A medida que nuestro conocimiento aumentó, quedó claro que hay muchos más factores necesarios para la vida que los que supuso Sagan. Sus dos parámetros crecieron a 10, luego a 20 y luego a 50; por lo tanto, el número de planetas que potencialmente podrían soportar la vida disminuyó en consecuencia. El número cayó a unos cuantos miles de planetas y siguió desplomándose.





Incluso los partidarios de SETI reconocieron el problema. Peter Schenkel escribió en 2006 en un artículo para la revista Skeptical Inquirer: "A la luz de los nuevos hallazgos y percepciones, parece apropiado poner a descansar la euforia… Debemos admitir con calma que los primeros estimados… puede que ya no sean sostenibles".





A medida que se siguen descubriendo factores, el número de planetas posible llegó a cero, y la tendencia continúa. En otras palabras, las posibilidades se volvieron en contra de que cualquier planeta del universo pueda albergar vida, incluyendo el nuestro. Las probabilidades dicen que ni siquiera deberíamos estar aquí.





En la actualidad se cuentan más de 200 parámetros necesarios para que un planeta albergue vida, cada uno de los cuales debe cumplirse con exactitud, de lo contrario todo se desmorona. Sin la cercanía de un planeta masivo como Júpiter, cuya gravedad atraiga a los asteroides, mil veces más cuerpos celestes golpearían la Tierra. Las posibilidades en contra de la vida son simplemente asombrosas.





Y, sin embargo, aquí estamos. No solo existimos, sino que hablamos sobre la existencia. ¿Qué puede explicar esto? ¿Cada uno de esos muchos parámetros se ha ajustado perfectamente por mero accidente? ¿Sería justo admitir que la ciencia sugiere que no pueden ser el resultado de fuerzas aleatorias? ¿Acaso asumir que una inteligencia creó esas condiciones perfectas no requiere mucha menos fe que creer que una Tierra que alberga vida simplemente venció todas las posibilidades inconcebibles en contra de su existencia?





Hay más. El equilibrio armónico necesario para que exista vida en un planeta, es insignificante comparado con el equilibrio armónico necesario para que el universo entero llegue a existir. Por ejemplo, los astrofísicos saben ahora que los valores para las cuatro fuerzas fundamentales (gravedad, fuerza electromagnética, y las fuerzas nucleares "fuerte" y "débil") fueron determinados menos de una millonésima de segundo después de la Gran Explosión (el Big Bang). Altera cualquiera de esos valores y el universo no existiría. Por ejemplo, si el radio entre la fuerza nuclear fuerte y la fuerza electromagnética se hubiera reducido siquiera en una parte entre cien mil billones (uno seguido de 17 ceros), ninguna estrella se hubiera podido formar. Siéntete libre de pasar saliva.





Haz lo mismo con cualquiera de las otras condiciones necesarias, y mientras más de esos parámetros alteres en fracciones tan diminutas, las probabilidades en contra de la existencia de este universo se hacen tan astronómicas, que la idea de que todo "simplemente ocurrió" se estrella contra la lógica más básica y el sentido común. Sería como lanzar una moneda y que salga cara 10 trillones de veces (uno seguido de 19 ceros) seguidas. ¿Azar, en serio?





Fred Hoyle, el astrónomo que acuñó el término "Gran Explosión" dijo que su ateísmo se ha visto "muy sacudido" por estos hallazgos. Más adelante escribió que "una interpretación de mero sentido común de los hechos, sugiere que un súper intelecto ha hecho de las suyas con la física, así como con la química y la biología… Los números que uno calcula a partir de los hechos me resultan tan abrumadores, que ponen esta conclusión casi fuera de toda duda".





El físico teórico Paul Davies ha dicho que "el aspecto de diseño es sobrecogedor"; y el profesor de Oxford Dr. John Lennox ha dicho que "mientras más conocemos nuestro universo, más hipótesis hay de que existe un Creador… que gana credibilidad como la mejor explicación de por qué estamos aquí".





El milagro más grande de todos los tiempos es el universo. Es el milagro de todos los milagros, uno que ineludiblemente apunta, con el brillo combinado de todas las estrellas, hacia algo (o Alguien) más allá de sí mismo.





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Acerca del autor:  Mr. Metaxas es el autor de "Milagros: Qué son, por qué ocurren y cómo pueden cambiar tu vida". Dutton Adult, 2014.





 





Fuente de este artículo: http://www.wsj.com/articles/eric-metaxas-science-increasingly-makes-the-case-for-god-1419544568?mod=trending_now_1



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