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Escrito por Maria Zain





 





El perdón es un sentimiento liberador, especialmente si proviene de Dios.





Ha sido un tema recurrente en todo el ámbito de la creación.





El hecho de que Dios hable del perdón muestra cuán deficientes son realmente los seres humanos. Los seres humanos cometen errores y se involucran en acciones incorrectas, pero hay una faceta importante de este defecto en nuestro propio ser, que podemos completar volviéndonos a Dios y pidiendo Su perdón.





Tampoco hay medida en cuanto a cuánto error se puede cometer, ya que Dios, siendo Al-Ghafur (el que todo lo perdona), promete que perdonará a aquellos que pidan perdón.





Parte del ser humano incluye cometer malas acciones e incurrir en pecado. Sin embargo, solo porque fuimos creados de esa manera, con la gran posibilidad de seguir el mal, no justifica tomar decisiones activas para participar en malas acciones sin ningún esfuerzo consciente por arrepentirnos.





El lado positivo de una mala acción es el hecho de que existe la oportunidad de hacer ese cambio y pedir perdón a Dios.





Quien obre mal o sea injusto consigo mismo, pero pida perdón a Dios, encontrará que Dios es Perdonador, Misericordioso. (4: 110)





En particular, la mitad del Ramadán abarca los 10 días del Perdón, y es aquí cuando a los musulmanes se les ordena pedir perdón con mayor frecuencia. Lo importante a tener en cuenta sobre el perdón es que su raíz proviene de Dios. Dado que Dios es Al-Ghafur (el que todo lo perdona), los musulmanes prestan atención al poder de Dios para perdonar.





Sin el perdón de Dios, la admisión al Paraíso sería imposible. El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo que quienquiera que esté en adoración con fe sincera y con la esperanza genuina de obtener recompensa, sus pecados serán perdonados.





Pregúntate, ¿qué he hecho mal? ¿Realmente quiero cambiar?





De hecho, a quien ayune con sinceridad y con éxito de un Ramadán a otro se le perdonarán sus pecados. Entonces, obviamente, el mes de Ramadán es uno de perdón total, y para solidificar esto, el Profeta Muhammad dijo:





El olor de la boca de una persona que ayuna es más dulce a los ojos de Allah que el olor fragante del almizcle. El paraíso se decora todos los días para la persona que ayuna; Satanás está encadenado; y en la última noche de Ramadán, todos sus pecados son perdonados. (Ahmad)





PERO, ¿DE QUÉ SE TRATA TODO ESTO?


El perdón es dejar ir la necesidad de retribución, cualquier sentimiento de amargura o resentimiento y dejar ir el pasado. Si bien Dios hace esto con perfección, de hecho es más difícil para nosotros perdonarnos a nosotros mismos primero y pedir perdón. Pero para que podamos pedir el perdón de Dios, debemos comenzar por perdonarnos a nosotros mismos.





Pregúntate, ¿qué he hecho mal? ¿Realmente quiero cambiar? ¿Cuáles son los malos hábitos o los errores que cometí habitualmente? ¿He pensado mucho en cambiarlos? ¿Estoy bien al ver esos cambios? Si quiero cambiar y ser perdonado, necesito hacerlo por el amor de Dios.





La mayoría de las cosas que hacemos que requieren el perdón de Dios son realmente malas para nosotros en primer lugar. Así que mientras cometemos un error ante los ojos de Dios, también nos hacemos daño a nosotros mismos.





¿Nos decimos a nosotros mismos por qué está mal? ¿Cuán brutalmente honestos somos en nuestras malas acciones? ¿Hemos considerado comprobar si lo que estamos haciendo es correcto?





A veces es fácil olvidar lo que dice el Corán y la Sunnah cuando estamos tan ocupados tratando de ser nosotros mismos. Quizás es hora de darnos cuenta de nuestras prioridades con respecto a nuestra religión. ¿Realmente nos estamos comprometiendo con las buenas obras o las estamos haciendo con malas intenciones?





Sea lo que sea, primero aprende a perdonarte a ti mismo. Una vez que hayas hecho esto, te darás cuenta de lo importante que es realmente pedir perdón. Y aquí es cuando realmente puedes abrir tu corazón y pedirlo a Dios. Esto te ayudará a sentirte verdaderamente liberado.





Si hacen públicas sus buenas obras o si las esconden, o si perdonan una ofensa, sepan que Dios es Perdonador, Poderoso. (4: 149)





Otra dimensión del perdón es perdonar a los demás y pedir perdón también. El Ramadán es el momento perfecto para hacer eso, ya que durante los días del perdón, pedir perdón se vuelve más fácil que lo habitual.





[¡Oh, Muhammad!] Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante. (7: 199)





Además, Dios dice:





La ofensa debe ser retribuida por una pena equivalente, pero quienes sepan perdonar serán recompensados por Dios. (42: 40)





Incluso si los asuntos no se resuelven entre dos partes, siempre esta la misericordia de Dios a quien recurrir.





El Ramadán llega solo una vez al año, y en medio de él se encuentran los días del perdón.





El perdón deja una historia reveladora en los corazones de los creyentes, ya que creer en Dios implica que Dios perdonará nuestras malas acciones, si se lo pedimos.





Y Dios proporciona estos 10 días especiales para seguir adelante y arrepentirnos de nuestros pecados a fin de ser perdonados. Desde el momento de la creación, hasta los recordatorios finales a través del Profeta Muhammad, se nos recuerda que el perdón es una de las gemas que construye una relación sólida entre un creyente y Dios.





El Arcángel Gabriel apareció una vez ante el Profeta Muhammad, diciendo:





¡Ay de aquel que encontró el bendito mes de Ramadán y lo dejó pasar sin obtener el perdón! El Profeta Muhammad respondió: Amén. (Al-Bujari)





Al entrar en mitad del Ramadán, todo se trata de perdonar.





A medida que avanza el Ramadán, encuentra tiempo para perdonarte a ti mismo, perdonar a los demás, disculparte con aquellos a quienes puedes haber ofendido y pedir perdón siempre a Dios, el Más Perdonador, quien, por Su propio decreto, puede perdonar todos tus pecados este Ramadán.





 





Fuente: About Islam



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