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“Él era ciertamente un hombre único y especial, que demostró con su propia vida las virtudes de la humanidad, la compasión, la obediencia, y la sed de justicia, y el llamado para todos los hombres para que adoren a uno y Único Dios de todas las creaciones… El mensaje de Muhammad era –y permanece hasta hoy día– un mensaje de paz, misericordia y compasión”. William W. Baker, ex Profesor de Historia Antigua y Estudios bíblicos, miembro del Instituto de Oriente Próximo y Arqueología, y de la Sociedad Filosófica de Oxford, en “More in Common Than You Think”. Defenders Publication, 1998, p. 6-7.


Cronología de la vida del Profeta (saw):


 570 eC el Profeta Muhammad (saw) nació.





610 eC Recibió la primera revelación del Corán.





612 eC El Profeta Muhammad (saw) comenzó a predicar públicamente.





615 eC La comunidad de musulmanes es perseguida por los ricos y poderosos de Meca.





622 eC Hégira – Setenta familias musulmanas migraron a Medina, seguidas por el Profeta Muhammad (saw).





624 eC La Batalla de Badar – Los musulmanes tuvieron una dramática victoria en contra de las fuerzas de Meca.





625 eC La Batalla de Uhud – Las fuerzas musulmanas sufrieron pérdidas luego de tener una victoria inicial.





627 eC La Batalla de la Trinchera – Los musulmanes se contuvieron y vencieron el asedio del ejército de Meca.





628 eC El tratado de paz entre Meca y Medina fue firmado.





630 eC Meca violó el tratado de paz. El Profeta Muhammad (saw) y su ejército entraron en Meca sin impedimentos.





632 eC El Profeta Muhammad (saw) murió.





Los musulmanes creen que Dios envió profetas a cada civilización y a cada nación. Algunos están mencionados en el Corán por su nombre, otros no. Como se menciona en la Parte 1, en: “los Seis Artículos de Fe”, los profetas trajeron el mismo mensaje: adorar a Dios únicamente y seguir al profeta enviado. Los musulmanes creen que el Profeta Muhammad (saw) fue el último de los profetas envidos a la humanidad. Él es un descendiente del profeta Ismael, el hijo del profeta Abraham. Él nunca dijo ser Dios o tener los poderes de Dios. No pidió que se le hiciera ninguna reverencia o reconocimiento a sí mismo. Su mensaje es preservado totalmente y será tratado en la Parte 4. También creen que su venida ya había sido anunciada en la Biblia en numerosos versos, por ejemplo:





“Les mandaré un Profeta de entre sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandaré”.[i]





“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”.[ii]





Muhammad (saw), cuyo nombre en árabe significa “el elogiado”, nació en el pueblo y centro del comercio de Meca, el cual está situado en la actual Arabia Saudita. Él era el hijo de una joven pareja de los de la tribu de los Quraysh. Su padre, Abdullah, murió dos meses después de su nacimiento, y su madre, Aamina, murió cuando él tenía seis años. Ambos padres provenían de una humilde pero respetable familia. Su abuelo, Abdul-Muttalib, era la cabeza la comunidad de Meca y el custodio de la Kaba (la construcción en forma de cubo, en Meca, construido por el profeta Abraham para la adoración de Dios). Tras la muerte de su abuelo, Muhammad (saw) fue adoptado por su tío, Abu Talib, quien era un hombre generoso y benévolo, pero no era rico. El joven Muhammad (saw) tuvo que ganarse la vida. Primero, trabajó como cuidador de ovejas, luego como asistente de su tío en el comercio de las caravanas, viajó al norte de Arabia y Siria. Fue en uno de esos “viajes de negocios” en los que adquirió las habilidades para los negocios. Estas habilidades fueron reconocidas tiempo después por Khadija, una viuda adinerada y mujer de negocios. Contrató a Muhammad (saw) para realizar sus negocios. Se casaron cuando ella cumplió 40 y él 25 años. El matrimonio le concedió seis hijos, dos hijos que murieron siendo niños, y cuatro niñas. Él permaneció casado con ella durante 25 años, hasta que ella falleció, a pesar de que estaba culturalmente permitido el tener más de una esposa.





Durante muchos años él practicó la meditación y la contemplación en una cueva en el monte Hira, en las afueras de Meca. Fue allí, a la edad de 40 años, cuando escuchó la voz decirle:








{¡Lee! En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas. Creó al hombre de un cigoto. ¡Lee! Que tu Señor es el más Generoso. Enseñó con el cálamo. Y le enseñó al hombre lo que no sabía} 





(Corán 96: 1-5).





Y así comenzaron las revelaciones de Dios, a través del ángel Gabriel, a Muhammad (saw), el Profeta de Dios.





Los líderes de Meca estaban inconformes con el nuevo mensaje, el cual rechazaba la adoración a sus ídolos. La mayoría de los primeros creyentes eran los de clase más baja de la sociedad, que fueron capturados por el mensaje sobre la igualdad humana y justicia. Los poderosos de Meca los torturaron. Luego de años de abusos, el Profeta Muhammad (saw) mandó a algunos de los musulmanes con un justo y equitativo rey Cristiano en África.





En el año 620, cuando él cumplió 50, fue marcado por el dolor y la tristeza, ya que ambos, su esposa y su tío Abu Talib, fallecieron en el mismo año. Así que, sin la protección de su tío, el Profeta Muhammad (saw) buscó refugio y protección en otras ciudades. Finalmente, la gente de Medina invitó a los musulmanes a su ciudad y los trató como familia.





En Medina, el Profeta Muhammad (saw) escribió una carta a la ciudad garantizando sus derechos a los ciudadanos y haciendo tratados con las tribus y ciudades vecinas. Nadie estaba forzado a convertirse al Islam. En los siguientes años, varias batallas sobrevinieron hasta que fue establecida una tregua en Hudaibiya. Cuando el tratado fue violado, el Profeta Muhammad (saw) concedió la amnistía. La gente de Meca, por su parte, aceptó el Islam.



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