Cómo puede lograrse la fe en la unidad absoluta de Dios, y cuál es la recompensa prometida por Dios?

Pregunta

¿Cómo puede lograrse la fe en la unidad absoluta de Dios, y cuál es la recompensa prometida por Dios?

Texto de la respuesta

Relacionado

Alabado sea Dios.

, que la paz y las bendiciones de Dios sean con el Profeta Muhámmad. 

Lo que has preguntado es un asunto muy importante, y que sólo es fácil para quien Dios se lo facilita. Le pedimos a Dios que lo facilite para ti, para nosotros y para todos nuestros hermanos musulmanes, para que alcancen esta gran fuente de bendiciones. 

Debe señalarse que lograr una verdadera fe en la unidad absoluta de Dios es algo que puede lograrse adoptando esta creencia y atestiguando que no hay divinidad excepto Dios, y que Muhámmad es el último de Sus mensajeros. El logro de esta fe tiene dos grados, uno que es obligatorio y el otro que es recomendable. 

El grado obligatorio de esta fe se logra por medio de tres cosas: 

1 – Abandonando toda forma de politeísmo, de idolatría, de superstición, o de asociación de cualquier cosa creada a la divinidad de Dios. 

2 – Esto implica considerar como religión solamente lo que Dios ha revelado en Sus textos auténticos, y por lo tanto abandonar toda forma de invento, tradición popular o innovación en la religión. 

3 – Abandonar lo que Dios ha prohibido y seguir el camino que nos ha señalado. 

El grado recomendable es aquel en el cual los musulmanes presentan más variaciones, y básicamente es no tener en nuestro apego interno apego a ninguna cosa de este mundo, sino poner toda nuestra mente en Dios de tal manera que nuestro corazón esté completamente concentrado en Él y no nos dejemos arrastrar por nada más; consagrarle nuestras palabras hablando solamente por la causa de Dios, consagrarle nuestros actos actuando solamente por la causa de Dios, y concentrando todos nuestros pensamientos en Él, glorificado y exaltado sea. Algunos eruditos describen este grado como abandonar algo que es permisible para alejarse aun más de lo prohibido, lo cual incluye un involucramiento de nuestra mente, nuestra lengua y nuestras facultades físicas. 

Para lograr estos dos grados de fe hay ciertas cosas que son esenciales: 

1 - Conocimiento, de otra forma no se puede lograr una verdadera fe en la unidad absoluta de Dios y actuar en consecuencia. Es imprescindible conocer y comprender lo que esto significa. Todo musulmán adulto responsable debe aprender acerca de la unidad absoluta de Dios y creer en ella, haciendo que sus creencias, sus palabras y sus actos sean consecuentes con esta fe. 

2 – Creer en la misión de nuestro Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y que esta misión fue exitosa, porque de esta forma prestaremos crédito a los textos auténticos que nos han llegado a través de él como Mensajero de Dios. 

3 – Cumplir con los deberes que se nos encomienda en estos textos y abandonar las cosas que se nos han prohibido en estos textos. 

Cuanto más se apega una persona a estas cosas, mayor será su fe y conocimiento de la unidad absoluta de Dios, y mayor será su recompensa. 

El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nos ha explicado que aquellos que logren los más altos niveles de fe en la unidad absoluta de Dios serán los 70000 que ingresarán al Paraíso sin atravesar la rendición de cuentas, por la misericordia de Dios. 

En la obra Sahih Al-Bujari (5705) y en Sahih Muslim (220) se narró que Ibn ‘Abbás (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Se me mostraron las naciones y vi a un profeta con un grupo de personas, a un profeta con una o dos personas, y a otro profeta que estaba solo, sin ninguna persona con él. Luego se me mostró una inmensa multitud, y yo pensé que eran mi comunidad, pero un ángel me dijo “Este es Moisés y su gente. Pero mira en el horizonte”. Miré y allí había otra enorme multitud. El ángel me dijo “Mira otra vez hacia el horizonte”, y allí había otra inmensa multitud. El ángel me dijo “Esta es tu comunidad y entre ellos hay 70000 que ingresarán al Paraíso sin que comparezcan para rendir cuentas ni serán castigados”.

Luego el Profeta Muhámmad se levantó e ingresó a su casa y la gente comenzó a discutir sobre aquellos que entrarían en el Paraíso sin rendir cuentas y que no serían castigados. Algunos de ellos dijeron “Quizá son aquellos que acompañaron al Mensajero de Dios”. Otros dijeron “Quizá son aquellos que nacieron en el Islam y no asociaron nada con Dios”, y mencionaron así varias ideas. Luego el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) salió y preguntó “¿Sobre qué están discutiendo?”. Entonces ellos le contaron y él respondió: “Son aquellos que no recitaban oraciones para curar ni pedían a otros que las recitaran, no creían en augurios, no cauterizaban las heridas, y siempre ponían su confianza en Dios”. ‘Ukáshah Ibn Mihsán  se puso de pie y dijo: “Oh, Mensajero de Dios, pídele a Dios que me haga uno de ellos”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “Serás uno de ellos”. Otro hombre se puso de pie y dijo: “Oh, Mensajero de Dios, reza para que yo sea uno de ellos”. Y él respondió: “’Ukaashah te ha ganado de mano en esto”. 

La frase ‘No recitaban oraciones para curar ni pedían a otros que lo hagan’, significa que no pedían a otros que reciten oraciones como las que recitamos los musulmanes en ocasiones en momentos de enfermedad, como el capítulo Al-Fátihah. Aunque tanto recitarla como pedir a otro recitarla sobre nosotros es permisible, esto es contrario a lo que es mejor. 

La frase ‘No creen en augurios’ significa que no tenían supersticiones, sean cuales fueren las supersticiones que sean comunes en cada época y lugar. La superstición está prohibida en el Islam, es una forma de paganismo y de idolatría menor. 

La frase ‘No cauterizaban las heridas’ significa que no tomaban medidas drásticas y dolorosas para tratar las enfermedades, como quemar las heridas con fuego, aun cuando se ha probado que en ocasiones puede detener un sangrado o desinfectar una herida. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) reprobó la cauterización de las heridas, y dijo que el único que castiga con fuego es el Señor del fuego, es decir Dios. 

Lo que tienen en común estas tres actitudes en las personas que las realizan, es que todas ‘ponen su confianza en Dios’, es decir que no tienen miedo a la enfermedad, ni al destino ni al dolor, porque han puesto su confianza en Dios en un altísimo grado, y por lo tanto se apartan de estos medios para buscar alivio, buscando depender de Dios solamente. 

La confianza en Dios es el pináculo de la fe, como Sa’id Ibn Habib y Wahb Ibn Munábbih (que Allah tenga misericordia de ambos) afirmaron. 

En la pregunta No. 4203 encontrarás una discusión más detallada sobre este reporte, por favor léelo. 

Debemos señalar también que una verdadera fe en la unidad absoluta de Dios no es algo que pueda lograrse solamente por el mero deseo o la pretensión ni tampoco llenándose la boca hablando de ella, sino que más bien es algo que se logra haciendo que la certeza de esta unidad penetre e influencie todas las esferas de nuestra vida, tanto las acciones privadas como públicas, tanto nuestras palabras como nuestras acciones y pensamientos, etc. El musulmán debe por lo tanto apresurarse a aprovechar los mejores momentos de su vida para hacer buenas obras y actos de culto para tomar conciencia de esta unidad, y debe ignorar todo lo que lo distraiga de ella, porque la recompensa que está con Dios es preciosa: es ciertamente el Paraíso. 

Ver Al-Qawl as-Salid ‘ala Maqásid Kitab at-Tawhid, por el shéij ‘Abd er-Rahmán as-Sa’di (que Allah tenga misericordia de él), pág. 20-23. 

Y Allah sabe más.

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