Alabado sea Alá, el poseedor de la majestuosidad y generosidad, el Real y el Guía, el que sólo merece nuestra adoración. Que la paz y las bendiciones de Alá sean con Muhammad Ibn Abdullah, su familia, sus compañeros y aquellos que los sigan con rectitud hasta el Día del Juicio final. Has de saber – que Alá tenga misericordia de ti – que Alá nos creó para adorarle, dice en el Corán: Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren1 una vez que has entendido esto, debes saber que el único camino para que se acepte la adoración es a través del monoteísmo y como Alá lo ha legislado. Alá nos enseñó este camino a través de los mensajes que trajeron Sus Profetas. El último de estos mensajes, que abroga los anteriores, es el Islam: Ciertamente para Alá la religión es el Islam [el sometimiento a Él].2 Y el último de los Profetas es Muhammad: Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino el Mensajero de Alá y el sello de los Profetas3.