PRÓLOGO A LA PRESENTE EDICIÓN Las alabanzas son para Alläh, el Único, el Sin par y Eterno, El que no engendró ni fue engendrado, ni tiene a nadie que se le parezca. Doy mi testimonio que no hay más divinidad que Alläh, sólo y sin asociado. Todo es perecedero excepto Su faz, para Él es el Reino y la alabanza, y Él es Poderoso sobre todas las cosas, Creador y Dueño absoluto de todo, el Productor y el Diseñador de formas. A Él le pertenecen las criaturas y su mandato. En Su mano está el bien y a Él será el retorno. Y atestiguo que Muåammad es Su siervo y Su Mensajero, enviado como una misericordia para todos los mundos, sello de los profetas y enviados, intercesor de los pecadores, y conductor de los de rostro blanco resplandeciente hacia los Jardines de las Delicias. ¡Oh Alläh bendice y saluda a nuestro maestro Muåammad, a su familia y compañeros, y a todos cuantos le hayan seguido con bien de aquí al Último Día! Ämïn.