La Paciencia del Profeta ante las Ofensas de Sus Esposas
En cuanto a la paciencia del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, ante las ofensas de sus esposas, es el más majestuoso ejemplo humano, de tal modo que no se conoce de nadie que haya sido más indulgente con sus esposas como lo fue él, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, siendo como era, de una grandiosa personalidad, una altísima valía y de un elevadísimo estatus ante Al·lâh y la gente, y ya hemos mencionado bastantes pruebas de ello hablando sobre su paciencia y su afabilidad, pero me gustaría añadir a continuación pruebas más ilustrativas y contundentes:
1- Relatado de ‘Omar Ibn Al-Jattâb - que Al·lâh esté complacido con él- quien cuenta: "cuando estábamos en Qoraysh teníamos dominio sobre nuestras mujeres y cuando emigramos a la tierra de los Ansâr (los auxiliadores) en medina, he aquí que encontramos gente a quienes sus mujeres les dominaban, y empezaron nuestras mujeres a contagiarse de sus modales". Y sigue: "un día alcé mi voz sobre mi mujer y ella me replicó. Entonces me opuse a que ella me replicase. Me dijo: ؟por qué te opones a que te conteste? Por Al·lâh, que las mujeres del profeta, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, le contestan, y algunas de ellas incluso lo ha ignorado el día entero hasta la noche".
Continúa: "entonces, me escandalizó eso y le dije: con seguridad está perdida la que de ellas haga eso" y sigue: "así que, me rodeé con mi atuendo, me dirigí a Hafsa y le dije: eh Hafsa, ؟alguna de vosotras se enfada con el profeta (saaws) el día entero hasta la noche? Dijo: si. Entonces le repliqué: estás perdida y acabada, pues, ؟acaso crees estar a salvo de que Al·lâh se enoje debido al enojo de su Mensajero (saaws) y termines fracasando?" Hadîz relatado por al-Bujârî.
2- Y lo más sorprendente de todo esto es que, los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, a pesar de todo eso las cortejaba con dulces palabras, como si de ellas no se originase nada digno de resaltar. ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, dijo: "me dijo el profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él: yo sé cuándo estás satisfecha conmigo, y cuándo estás enfadada, y yo le dije: ؟y cómo lo sabes?, y el respondió: si estás satisfecha, cuando vas a jurar dices: juro por el dios de Mohammad, y si estás enfadada de mí dices: juro por el dios de Ibrâhîm (Abraham). Entonces le dije: sí, pero sólo abandono la pronunciación de tu nombre (no tu propia persona)" -Relatado por al Bujârî.
3- Relata Anas, que Al·lâh esté complacido con él, quien dijo: "el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, estaba en casa de una de sus esposas, y otra esposa envió una bandeja de comida, entonces la mujer en cuya casa estaba el profeta empujó la mano del criado que llevaba la bandeja, y ésta cayó al suelo y se rompió. Entonces el profeta, que los rezos y la paz sean sobre él, reunió las partes rotas de la bandeja y puso en ellas la comida que estaba en la bandeja, y dijo a sus compañeros que estaban presentes: "un simple ataque de celos de vuestra madre", después pidió al sirviente que trajera una bandeja en buen estado para entregársela a su otra esposa y dejó la bandeja rota en la casa de la que rompió la bandeja". Relatado por al Bujârî.
Fijaos hasta qué punto llega la paciencia del profeta con sus esposas, hasta el punto de que alguna de sus esposas deja de hablarle durante todo el día, o deja de mencionar su honrado nombre, y a pesar de todo ello, él perdona, se muestra paciente y todo esto, teniendo la posibilidad de separarse de ellas, siendo que Al·lâh se las habría reemplazado por otras mejores… ((musulmanas, creyentes, devotas, obedientes, de fácil arrepentimiento, adoradoras fervientes y ayunantes, ya hubieran estado casadas antes o fueran vírgenes)) tal y como se lo prometió Al·lâh, glorificado y enaltecido sea, pero el Profeta era piadoso y misericordioso, perdonaba y exculpaba y cuanto mayor era el daño que la gente le producía, él era aún más afable.
El Mensajero de Allâh Era muy Agradable en su Convivencia
No ha conocido ninguna mujer una convivencia tan agradable como la del Profeta Mohammad, que los rezos y la paz de Al·lâh sean con él, quien reflejaba el Corán en todas sus situaciones, en sus dichos y en sus actos. Pues, era muy amable en su trato con ellas, siempre era agradable, bromeaba con su familia, incluso una vez compitió en una carrera con ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, en el campo, dijo ella: "el mensajero de Allah compitió conmigo y le gané; eso fue antes de que yo ganara algo de peso. Luego de eso competí con él, y él me ganó y me dijo: esta es por la primera vez".
El Profeta reunía a sus mujeres en la casa de la cual iba a dormir la noche, cenaban juntos y cada una regresaba a su casa. Y después de la oración de la noche (al ‘Ishâ´) se quedaba con su familia antes de dormir para hacerles pasar un buen rato. (Lo relató al Hâfedh Ibnu Kazîr)
Además el Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, dejó sentado que el mejor prototipo de hombre es aquel que mejor sabe convivir con su esposa. Dijo: "el mejor de vosotros es quien mejor se comporta con su esposa, y yo soy el mejor de vosotros con mis esposas". Lo relató at·Tirmidî.
Ello es debido a que la persona que simula tener buen comportamiento y ser amable, cuando siente que tiene poder sobre alguien, este buen comportamiento se debilita o desaparece, mientras que la persona que realmente tiene un buen comportamiento y buenos modales y educación siempre permanecerá estable en su relación con los demás.
Y si el Profeta es el mejor en su relación con su familia y esposas, su convivencia con ellas por fuerza debe ser ejemplar, con todo el alcance de esta palabra en cuanto a esmero en los comportamientos y en las relaciones morales; en su relación de amor, cortejo, justicia, misericordia y fidelidad, y todo lo necesario para establecer la relación matrimonial en todas las situaciones, en el tiempo y en el espacio, tal y como demuestran los libros de tradición del Profeta, de biografía con un estudio pormenorizado de sus cualidades y comportamiento en los que se resalta un trato exquisito con sus mujeres.
En cuanto al amor del Profeta hacia sus esposas, cuenta Anas Ibnu Mâlik – que Al·lâh esté complacido con él:
Dice el mensajero (saaws): "han sido engalanadas para mí de este mundo las mujeres y el perfume; y se ha hecho que la oración sea para mí el mejor motivo de sosiego" relatado por Ahmad y otros.
‘Amr ibn Al-Aâs preguntó al Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, diciendo: "Mensajero de Al·lâh! ؟cuál es la persona a la que más quieres?", respondió el Profeta: "‘Âisha", dijo ‘Amr: "؟y de los hombres?", entonces respondió: "al padre de ella (Abû Bakr)". Relatado por at·Tirmidî.
En cuanto a su galantería con sus esposas, relató ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella:
"A veces jugaba con las chicas, en casa del Profeta (saaws), y eran unas amigas con las que solía jugar, y cuando entraba él (saaws) se apartaban ante su presencia, y entonces las instaba a permanecer y se quedaban a jugar conmigo" Narrado por al·Bujârî en " La Ética".
Y cuenta ‘Âisha: "el mensajero de Al·lâh estuvo conmigo observando desde la puerta de mi casa a los abisinios que estaban realizando una danza en la mezquita del mensajero y permaneció ahí conmigo ocultándome con su indumentaria para que yo pudiese verlos, y les gritó ‘Omar- que Al·lâh esté complacido con él – y el Profeta (saaws) le replicó: déjalos que ellos son hijos de Arfida". Narrado por Albujârî.
Y en otra versión: "he visto al Profeta (saaws) de pie a la puerta de mi habitación, mientras los abisinios danzaban con espadas en mano, en la mezquita del Profeta (saaws), y él (saaws) me ocultaba con su indumentaria a fin de que pudiera contemplar su danza, y así permaneció hasta que yo misma decidí marcharme, y fue considerada mi conducta como propia de mi edad, interesada por el entretenimiento" Narrado por Muslim.
Ya hemos relatado cuando compitió el Profeta con ‘Âisha. Todo esto demuestra la gran gentileza y amabilidad del Profeta en su relación con sus esposas, luciendo siempre un trato afable, gracias a su generosidad, buen talante y trato misericordioso en su convivencia.
Y otra prueba de su buena convivencia y su delicado trato, nos lo hace llegar también ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella: "cuando yo estaba en mi periodo de menstruación, cuando terminaba yo de beber, el Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean con él, bebía del mismo lugar del vaso del que yo había bebido, colocando su boca sobre el mismo lugar en el que yo había colocado mi boca, y eso a pesar de que sudaba mucho estando en periodo". Narrado por Muslim.
En otra versión: "sudaba mucho estando en mi periodo de menstruación y cuando le daba de beber al Profeta (saaws) de mi vaso, colocando su boca sobre el mismo lugar en el que yo había colocado mi boca". Narrado por Abû Dâwûd.
El Arte de Forjar el Amor
Algunas de las artes de forjar el amor por parte del mensajero de Al·lâh, que los rezos y la paz de al·lâh sean sobre él:
La elegancia y el embellecimiento ante la esposa:
Fue preguntada ‘Âisha: "؟Con qué empezaba primero el Mensajero de Al·lâh al entrar en su casa?", respondió: "Con el siwak (una rama de árbol que se utiliza para limpiar los dientes)". Relatado por Muslim.
Algunos sabios argumentaron "Quizá el Profeta, paz y bendiciones sean con él, hiciera esto para recibir a sus esposas con besos".
El imam al- Bujârî relata que ‘Âisha dijo: "Yo perfumaba al Mensajero de Al·lâh con el mejor perfume que tenía hasta que encontraba las gotas del perfume en su cabeza y su barba". Al- Bujârî también relata que ‘Âisha dijo: "Yo peinaba al Mensajero de Al·lâh estando con la regla"
Todos estos dichos y otros indican el interés del Mensajero de Al·lâh por el embellecimiento y el engalanamiento conforme a la norma que Al·lâh quiere, al contrario de lo que hacen los hombres actualmente con la exageración en el ornato así como con la exageración en el atavío y embellecimiento de las mujeres.
Sin embargo, a pesar de esta exageración en el embellecimiento, observamos, por ejemplo, las contradicciones que viven los hombres; pues tienen un mal olor que viene del tabaco que fuman, ؟entonces, cómo puedes considerarte bien ataviado? Y por otro lado, encontramos a otros hombres que tratan el asunto del adorno con toda desatención descuidándose en su ropa, cabello, uñas, bigotes, barba y axila y oliendo muy mal, sin embargo, lo mejor es seguir la tradición profética en lo relacionado con el embellecimiento y la preocupación por la forma exterior, lo que se considera un derecho legítimo para la mujer y una razón indiscutible para ganar su amor, pues, Al·lâh creó el alma con una inclinación hacia lo más puro y lo más bello.
Observemos ahora el comportamiento de nuestros antecesores, que Al·lâh esté complacido con ellos, en este sentido…
Dijo ibn ‘Abbâs: "yo me atavío para mi mujer como ella lo hace para mí y no me gusta excederme en conseguir los derechos que yo tengo para que ella tampoco lo haga con respecto a mí. Dice Al·lâh, enaltecido sea: [y ellas tiene tantos derechos como deberes]". Un día vino al califa ‘Omar, que Al·lâh esté complacido con él, un hombre con una apariencia muy sucia y muy desalineada, con su mujer que le dijo: "¡No quiero quedarme con él!". Omar supo que la mujer no aguantaba a su marido. Entonces mandó al hombre para que se duchara y se cortara el pelo y las uñas. Y cuando regresó el hombre, su mujer se quedo sorprendida y no lo reconoció al principio, pero tras asegurarse de que era su marido, se acercó a él, lo besó y cambió de opinión. Anuló su petición de divorcio. Entonces, dijo Omar: "¡Hombres! Engalanaos para las mujeres, pues juro que a ellas les gusta que os engalanéis tanto como os gusta a vosotros verlas engalanadas."
Dice Yahyâ Ibnu ‘Abd Ar·Rahmân Al-Handhalî: "Fui al encuentro de Mohammad Al-Hanafî y salió a mí en una capa roja, con la barba goteando de Alghâliyya (una mezcla de los mejores perfumes). Cuenta Yahyâ: "le dije: ؟Qué es eso" me contestó Mohammad: esta capa la arrojó sobre mí mi mujer y me ha untado con perfume, pues a ellas les place de nosotros lo que a nosotros nos place de ellas". Esto lo relató Al-Qurtubî en su interpretación "Compendio de las sabidurías del Quran"
Entonces, la mujer quiere que te adornes y te embellezcas para ella tal como te gusta que lo haga para ti. Aprendamos las artes en el forjamiento del amor de nuestro querido mensajero, de sus mujeres, de sus compañeros y seguidores!
La Delicadeza y la Galantería con sus Esposas
Uno de los actos de delicadeza y galantería, es llamar a la esposa con los nombres que ella prefiere, o llamarla con su nombre en diminutivo, para hacerlo más llano y harmonioso, o sea, más familiar y tierno.
Y el profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al-lah sean sobre él, estaba diciendo a ‘Âisha: "،‘´esh!, Yibrîl (as) (el ángel Gabriel) está aquí, y te da los saludos (te saluda)"hadîz correcto con concordancia. Además, solía llamar a ‘Âisha "Homayrâ´". Y "Homairâ´"es el nombre diminutivo de Hamrâ´, con el que se suele significar "mujer blanca" como dijo [Ibn Kazîr] en "El Fin Último".
Y Ad·Dahabiyy dijo: al-Hamrâ´ en el dialecto / la lengua de la gente de al-Hiÿâz significa la mujer blanca con rojez, lo que era raro entre ellos. Así pues, el Profeta (saaws), que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, mostraba su ternura a ‘Âisha llamándola con aquellos nombres diminutivos y harmoniosos.
Y en Sahîh Muslim se recoge el hadîz de ‘Âisha sobre el ayuno en el que cuenta: "el Mensajero De Al·Lâh (saaws), que los rezos y la paz de al·lâh sean sobre él, besó a una de sus mujeres mientras estaba en ayuno, y ella se puso a reír, que Al-lah esté complacido con ella." También en el hadîz de ‘Âisha en el que dijo: "el Mensajero de Al-lah (saaws), que los rezos y la paz de Al-lah sean sobre él, cuenta: "…Entonces mencionó unas palabras que significan que el más completo creyente, es el que tiene mejores virtudes morales y es más tierno con su familia / su esposa". A través de estos hadices queda de manifiesto cuán tierno era el profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al-lah sean sobre él, con sus esposas y , concretamente, el delicado comportamiento que tenía con ella – es decir con ‘Âisha, que Al-lah esté complacido con ella - y lo bien que la trataba.
También, otra muestra de galantería y delicadeza era ofrecer alimento, pues el profeta (saaws), paz y bendiciones sean con él, dijo: "ciertamente, cualquier cantidad que gastes de tu dinero, se considera una limosna, incluso el trozo de comida que pones en la boca de tu mujer." Ese trozo de comida que llegas a introducir en la boca de tu mujer con tus manos, no es sólo algo con el que te ganas su corazón, y una forma de cooperación con la esposa, sino también, se considera una limosna con la que te ganas la recompensa de Al-lah, alabado y ensalzado sea.
Entonces, ofrecer alimento a la esposa es una forma de galantería y un gesto tierno. Y esto tiene un buen efecto psicológico en la esposa.
Y voy a preguntarte, hermano... Y a cualquier hombre… ؟Qué requiere de ti semejante trato? Nada, solo un buen talante, un buen referente, una demanda de recompensa, una cooperación buena, y una construcción del alma. Y es que la ley islámica te ordena ser galante y tierno, dado el papel que ello desempeña en unir los corazones y estrechar los vínculos.
Es muchísimo lo que hemos leído sobre la biografía del amado Mohammad (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, en el campo de la educación, la fe, la política, lo militar, o sobre la economía... Pero hay pocos libros y ediciones sobre la biografía del profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, que hablen de su hogar y cómo era su relación con sus esposas.
Todo aquel que se fije con rigor en el campo de las relaciones familiares en la vida del amado Mohammad (saaws), paz y bendiciones sean con él, observará que hay muchas cosas que necesitamos de una manera imperiosa en nuestra realidad actual, y que si las lleváramos a la práctica, conducirían a estabilizar nuestros hogares, y a fortalecer nuestras relaciones matrimoniales.
Vamos a dar algunos ejemplos en este trabajo acerca del respeto del profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, a los sentimientos de la esposa y su apreciación, y cómo manifestaba su amor a sus mujeres. Y así, la señora ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, preguntó al profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, ؟Cómo es tu amor hacia mí? Entonces dijo, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, "Como el trenzado de una cuerda" entonces le preguntó: "؟Como es el trenzado de una cuerda?" Le dijo: "es invariable"...
Es decir, no se altera. Y el Profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, describió a ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, describió su amor como el trenzado de la cuerda, es decir, el amor seguía estando entrelazado en su corazón, y aquellas palabras, sin duda, han hecho que la esposa sintiera felicidad al saber los sentimientos de su marido, con la descripción mencionada.
E imaginamos los sentimientos de ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, y la felicidad que sintió cuando oyó aquellas palabras, a pesar de que ella supiera de antemano que para el amado Mohammad (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, ella era su amor preferido. También, ella le oyó muchas veces diciendo que ella es la favorita entre todas las mujeres, como la preferencia de las gachas de avena sobre las otras comidas.
El hombre tiene una manera especial de expresar sus sentimientos, que es diferente a la de la mujer dada su particular naturaleza, ya que la mujer cuando quiere expresar sus sentimientos, los manifiesta verbalmente diciendo "te amo"… "te extraño".... "te necesito", y repite estas palabras muchas veces a su marido. En cambio, cuando el hombre quiere expresar sus sentimientos, entonces lo hace con el trabajo y produciendo algo, y rara vez lo expresa con palabras. Por ejemplo, si el hombre quiere hacer llegar a su esposa que él la quiere, le compra lo que necesita, o comprando ciertas comidas o bebidas para la casa, o muebles... Esto es, para el hombre, una forma de expresar su amor.
Por supuesto, éste es un hábito negativo en el hombre del que el noble mensajero se desmarcó. El hecho de que el Profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, describiera su amor y sus sentimientos a ‘Âisha, significa que él se mostraba tierno con ella, que se mostraba galante y le hacía llegar a su esposa lo que ella esperaba oír de su esposo y amado, y esta es una manera maravillosa en el trato entre parejas. En relación con esto, "Ibn ‘Asâker" narró de la señora ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, que el Mensajero, paz y bendiciones sean con él, le dijo: "No me importa la muerte, después de saber que tú serás mi esposa en al-Yanna (el Paraíso)"...
¿ Cómo debió ser el ánimo de ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, y sus sentimientos al oír esas palabras que le hicieron sentir seguridad y esperanza en el amor y en el afecto, tanto en la vida mundana, como en la última?
Tenemos el caso de Al-’Âs Ibn Ar·Rabî‘, el marido de Zaynab la hija del Profeta (saaws), paz y bendiciones sean con él, cuando salió de la Makka huyendo del Islam, ella le envió un mensaje instándole a volver a Makka y entrar en el Islam. Entonces él le envió un mensaje en el que le dijo: "te juro por Al·lâh que para mí, tu padre no es culpable y no hay mayor deseo para mí, mi querida, que recorrer un mismo camino contigo. Sin embargo, odio que digan de ti que tu marido decepcionó a su gente, por eso espero que perdones y comprendas."
Es evidente que el mensaje viene a decir que él, Al-’Âs, quería a Zaynab, y la prueba de esto es que quería recorrer con ella el mismo camino, no importa cuál fuera ese camino, y que además él odiaba oír a la gente decirle aquello que fuera a entristecerla, y al final le pide que le perdonara y le comprendiese. Por ese amor, Zaynab pudo ir en su busca, y traerlo con ella convertido al Islam.
Algunos escritores argumentan que occidente respeta a la mujer, poniendo como ejemplo el hecho de que el marido abra la puerta del coche a su mujer, a pesar de que eso aparentemente pueda serlo, sin embargo, pero una persona madura descubrirá fácilmente que en muchas otras vertientes, dan un trato humillante a la mujer y le faltan al respeto. Y nosotros los musulmanes, no nos planteamos la cuestión de la lucha entre el hombre y la mujer, sino que cada uno de ellos completa al otro, y en consecuencia, decimos que el respeto debe producirse por ambas partes.
Y tenemos un ejemplo sobre esto, en nuestro amado Mohammad (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, cuando su esposa, la señora Safía, lo visitó durante su devoción nocturna en la mezquita en los últimos diez días de ramadán, y habló con él por una hora y después, cuando se incorporó para irse, el profeta (saaws), que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, se incorporó y la acompaño hasta la puerta en su despedirla. Y existe otra narración en la que le dijo: "espera a que te acompañe", y su casa estaba en Dâr Osâma, y entonces salió en su compañía. Nuestra aspiración, con estos ejemplos, es que el respeto reine en la pareja, porque el respeto es el secreto de la continuación del amor matrimonial, y la continuación de la estabilidad familiar.
¡Qué bonita sería la vida matrimonial, si las parejas se tratasen de esta manera،y cuanto necesitados estamos de abrir las páginas de la historia profética e islámica para descubrir las teorías más hermosas en las artes matrimoniales!