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Recopilación: Dr. Naji Ibrahim





Dedicatoria





Quisiera dedicarle este pequeño folleto a los musulmanes y a todos los seres humanos en general. Le pido a Allah, el Único y Verdadero Dios, el Creador, el más Capaz, el más Poderoso, el más Misericordioso, el más Compasivo y más Amable, que nos conceda a todos la creencia en Él y con esto, la felicidad, alegría y seguridad, así como también la protección y la prevención contra toda preocupación, todo mal, toda epidemia y toda pandemia (como la enfermedad del Coronavirus) que golpee al mundo.


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Introducción


Hace muchos siglos, incluso antes de la aparición de lo que hoy conocemos como medicina preventiva, el Profeta del Islam, Muhammad  ( ص ) (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), nos dio una guía a través de sus acciones y dichos (hadiths), los cuales están en consonancia con el Noble Corán, el cual Allah describe como aquello que contiene una guía divina, piadosa, ligera y sanadora. Esta guía asegura felicidad y tranquilidad, así como también la protección y prevención ante preocupaciones, males, epidemias y pandemias tales como la del COVID-19!


En un artículo de la Newsweek, del 17 de marzo del 20201, el profesor Craig Considine pregunta: “¿Saben quién más recomendó la buena higiene y guardar cuarentena durante una pandemia?”. Él responde: “Muhammad, el Profeta del Islam, hace más de 1300 años. Si bien él no era de ninguna manera un especialista ‘tradicional’ en materia de enfermedades mortales, Muhammad de todas formas dio consejos útiles a fin de prevenir y combatir un desarrollo tal como el del COVID-19”.


El Dr. Considine hace referencia a los siguientes dichos del profeta Muhammad  ( ص ):


“Si escuchan sobre un brote de peste en algún lugar, no vayan a ese lugar; pero si el brote se propaga hasta donde ustedes estén, entonces no deberán salir de allí” (Sahih, Bukhari).


“Aquel que esté enfermo no deberá ser puesto junto a aquel que está saludable” (Sahih, Muslim).


1 Para leer el artículo completo, haga clic aquí: htts://bit.ly/2UvpFEc


El Islam también ofrece guías que son ampliamente recomendadas en la actualidad para minimizar las infecciones. Por ejemplo, los musulmanes deben mantener sus uñas cortas y lavar sus manos meticulosamente cuando hacen la ablución; es decir, antes de las cinco oraciones diarias, antes y después de comer, después de usar el baño y en otros momentos.


El profeta Muhammad  ( ص ) dijo que “La limpieza es la mitad de la fe” (Sahih, Muslim).


Y él  ( ص ) dijo: “Quien se levante después de dormir, deberá lavar sus manos antes de colocarlas en el agua que usará para la ablución, pues nadie sabe dónde las tuvo mientras dormía” (Sahih, Bukhari).


El Dr. Considine mencionó que el profeta Muhammad


 ( ص ) “incentivaba a la gente a buscar siempre tratamientos y medicinas”.


Algunos beduinos preguntaron en algún momento si ellos debían recibir tratamientos médicos y el profeta Muhammad  ( ص ) respondió: “Reciban tratamientos médicos, pues Allah no ha hecho ninguna enfermedad sin indicar un remedio para ésta, con la excepción de sólo una enfermedad: la vejez” (Sahih, Abu Dawood).


En resumen, el profeta Muhammad  ( ص ) nos enseñó que cualquiera que busque protección, seguridad y felicidad deberá creer con sinceridad en el Único Dios Verdadero (Allah), el Creador; alabándolo y rezándole sólo a Él. Dios (Allah) es el Único que tiene el control definitivo y el poder. Es Él, el Creador, quien es totalmente capaz de protegernos y sanarnos según sea Su Voluntad. El Noble Corán expone: {“Cuando enfermo, Él es Quien me cura”.} [26:80]


De hecho, es a través de esta firme creencia en Allah que alcanzamos la sumisión sincera, el verdadero tawheed (la creencia en la Unicidad de Allah) y la confianza absoluta en Él, Quien tiene todo el poder y habilidad para beneficiarnos o hacernos daño, así como también proveernos de una vida buena y sustentable.


El Noble Corán nos enseña: {“Diles [¡oh, Mujámmad!]: “Solo nos sucede lo que Dios decretó para nosotros. Él es nuestro Protector, y a Dios se encomiendan los creyentes”.} [9:51]


Adicionalmente a la creencia absoluta en Allah y a la confianza en Él, el profeta Muhammad  ( ص ) nos indicó que hiciéramos lo necesario para mantener nuestra salud y el bienestar.


A continuación presentaremos una selección minuciosa de súplicas y dichos del profeta Muhammad  ( ص ):


El Mensajero de Allah, Muhammad  ( ص ), dijo: “Aquel que recite los dos últimos versos de la Sura Al-Baqarah [Corán, 2:285-286] en la noche, estará protegido” (Sahih, Bukhari).


El profeta Muhammad  ( ص ) también dijo: “Reciten la Sura Al-Ikhlas [capítulo 112] y Al-Mu‛awwidhatain (Sura Al-Falaq y Sura An-Nas [capítulos 113 y 114]) tres veces al amanecer y al anochecer y obtendrán lo suficiente en todos los aspectos” (Sahih, Abu Dawood).


El Profeta  ( ص ) nos habló en diversos hadiths sobre la virtud de leer Ayat Al-Kursi, tal como en el hadith reportado por Abu Hurayrah: “Cuando vayan a la cama, reciten el Ayat Al-Kursi [Corán, 2:255], {¡Dios! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él, el Viviente…} hasta el final del verso; entonces Allah los protegerá contra Satanás hasta que despierten” (Sahih, Bukhari).


Él  ( ص ) también dijo: “Quien diga tres veces cada mañana y cada noche ‘En el nombre de Allah el cual no perjudica nada en su nombre así en la tierra como en los cielos, Él es quien todo lo oye y todo lo sabe’, nada podrá perjudicarlo” (Sahih, Tirmidhi).


El Mensajero de Allah  ( ص ) no olvidaba estas súplicas (du‛as) en la noche y en la mañana: “Oh, Allah, ciertamente solicito Tu indulgencia y el bienestar en esta vida y en la otra. Oh, Allah, ciertamente ruego Tu perdón y el bienestar en mis asuntos religiosos, mundanales, mi familia y mis bienes. Oh, Allah, cubre mi debilidad y conforta mi miedo. Oh, Allah, protégeme por delante y por detrás, a mi derecha e izquierda, por encima mío, y me refugio en Tu grandeza de ser engullido por la tierra” (Sahih, Ibn Hibban).


En esta gran súplica encontramos el fortalecimiento total y la protección para nosotros por todos los costados con el permiso de Allah Todopoderoso, Inshaa’Allah.


El profeta Muhammad  ( ص ) solía decir: “Oh, Allah, en Ti me refugio de la lepra, la locura, la mutilación y de las malas enfermedades” (Sahih, Abu Dawood).


Esta súplica comprensible incluye la búsqueda del refugio en Allah, fortaleciendo tanto la prevención como la protección ante las preocupaciones, males, enfermedades, epidemias, pandemias y desórdenes mentales o psicológicos en el pasado, presente y futuro.


Y él  ( ص ) dijo: “Cuando una persona sale de su casa diciendo ‘En el nombre de Allah, me encomiendo en Allah no hay poder ni fuerza salvo en Allah’, se le dirá: ‘Esto te bastará, te protegerá y te guiará; y se alejará de él Shaitan diciendo uno al otro: ¿Qué podrás hacer con un hombre que ha sido guiado, compensado y protegido?” (Sahih, Abu Dawood).


Y él  ( ص ) también dijo: “A quien diga diez veces al final de cada oración del Fayr (amanecer), mientras sus pies permanecen doblados y antes de hablar de cualquier otra cosa, ‘Nadie tiene el derecho de ser adorado excepto Allah. Él es Único y no tiene copartícipe en su reino. A Él le pertenece la soberanía, y para Él es toda la alabanza. Él da la vida y ocasiona la muerte, y Él es poderoso sobre todas las cosas’, se le anotarán diez buenas acciones, se le quitarán diez malas acciones, será elevado diez grados, estará a salvo todo ese día de cualquier cosa desagradable y estará protegido contra Satanás” (Sahih, Tirmidhi).


Aishah (que Allah esté complacido con ella), la esposa del Profeta, dijo que cada noche cuando el Profeta  ( ص ) se iba a la cama, él solía juntar sus manos como formando una copa y soplaba sobre ellas después de haber recitado la Sura Al-Ikhlas, la Sura Al-Falaq y la Sura An-Nas [Capítulos 112-114] y luego frotaba sus manos sobre cualquier parte de su cuerpo que pudiese, comenzando con su cabeza, su rostro y la parte frontal de su cuerpo. Él solía hacer eso tres veces (Sahih, Bukhari).


En el campo de la medicina curativa, conseguimos que hay indicaciones sensatas y recomendaciones nobles en la guía del Profeta, así como su aprobación cuando sus Compañeros recitaban la Sura Al-Fatihah como ruqyah2 y sus instrucciones para emplearla con la finalidad de pedir por la sanación del que esté enfermo, herido o adolorido.


En una historia sobre una ruqyah para alguien que estuvo adolorido, Abu Said dijo: “Entonces vine y le leí Al-Fatihah [Capítulo 1] del libro. Él despertó y había sanado. Cuando acudimos al Mensajero de Allah  ( ص ), le comenté la novedad y él  ( ص ) dijo: ‘¿Cómo supiste que eso era una ruqyah?’” (Sahih, Abu Dawood).


Otro ejemplo de la guía del Profeta fue narrado por un noble Compañero:


Uthman Ibn Abi Al-Aas (que Allah esté complacido con él) se quejó con el Mensajero de Allah  ( ص ) de un dolor en su cuerpo y entonces el Mensajero de Allah  ( ص ) le dijo: “Coloca tu mano en tu cuerpo donde te duele y di ‘En el nombre de Allah’ tres veces, y luego di siete veces ‘Me refugio en Allah


2 Una Ruqyah es un tratamiento a través de la recitación de versos selectos del Corán, dichos auténticos del profeta Muhammad  ( ص ), y súplicas, con la certeza de que cualquier sanación vendrá únicamente de Allah.


y en Su poder contra el mal que me aflige y al que temo” (Sahih, Muslim).


Una vez un hombre acudió al Mensajero de Allah  ( ص ) y dijo: “Mensajero de Allah, me ha picado un escorpión durante la noche”. Él  ( ص ) respondió: “Si hubieses recitado estas palabras en la noche ‘Me refugio en el Mundo perfecto de Allah contra el mal de aquello que Él creó’, no te habría hecho ningún daño” (Sahih, Muslim).


La esposa del Profeta, Aishah, reportó que él  ( ص ) solía tratar a algunos de los miembros de su familia pasando su mano derecha sobre el lugar donde estuviese el malestar y decía: “Oh, Allah, Señor de los humanos, quita el dolor y cura al paciente, pues verdaderamente Tú eres El Sanador. Ninguna sanación beneficia, sino la Tuya y Tu sanación no dejará ninguna enfermedad sin sanar” (Sahih, Bukhari).


El Compañero del Profeta, Thabit, dijo: “Oh, Abu Hamza (Anas), ¡estoy enfermo!”. Anas dijo: “¿Debería tratarte con la ruqyah del Mensajero de Allah  ( ص )?”. Thabit respondió: “Sí”. Anas recitó: “Oh, Allah, Señor de los humanos, Eliminador de dolencias, sana (a este paciente), pues ciertamente eres Tú El Sanador. Nada sana más que Tú y Tu sanación no dejará ninguna enfermedad sin sanar” (Sahih, Bukhari).


Conclusiones


Un verdadero creyente en el Único y Verdadero Dios (Allah), el Creador, cree firmemente en que Allah es el genuino protector ante todos los males y epidemias, por lo tanto debemos confiar en Él solamente y volver hacia Él arrepintiéndonos, pidiendo perdón (Istighfar), suplicando (du‛a), entregándonos a Él y siguiendo la guía que nos trajo el profeta Muhammad  ( ص ) y las revelaciones (el Noble Corán) que se le enviaron para prevenir la depresión, las preocupaciones, los males, las enfermedades, las epidemias y las pandemias, con la voluntad de Dios.


Como conclusión, el Corán nos dice:


“Ya había enviado Mensajeros anteriores a ti a otras comunidades, pero [por haberles desmentido] las castigué con miseria y enfermedades, para que así fueran humildes”. [6:42]


“Pidan perdón a Dios por sus pecados, ¡oh, creyentes!, que así alcanzarán el éxito”. [24:31]


“Pidan perdón a su Señor y arrepiéntanse, porque mi Señor es Misericordioso, Afectuoso”. [11:90]


Referencias


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