El Islam construye una familia en la que prevalece el respeto y el cuidado mutuo. En el Islam, la unión entre padres e hijos está basada en obligaciones mutuas y arreglos recíprocos. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Que ni la madre ni el padre utilicen a su hijo para perjudicarse mutuamente} [Corán 2: 233].
El Corán ordena que los hijos traten a sus padres con la mayor bondad y piedad:
El musulmán debe tratar con humildad y clemencia a sus padres mientras estos vivan. Existe solamente una excepción a esta regla, y es que si los padres piden a sus hijos que asocien algo con Al-lah (idolatría) y/o que cometan pecados, entonces estos no deben obedecerlos. En todos los casos, los hijos deben mostrar amor y gratitud con sus padres. Siempre deben hablarles suave y respetuosamente. Deben hacer su mejor esfuerzo para hacerlos felices, siempre que no desobedezcan a Al-lah en el proceso.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Si vuestros padres se esfuerzan por hacer que Me asociéis copartícipes no les obedezcáis, pues es sabido que carecen de fundamento válido, pero tratadles con respeto} [Corán 31: 15].
Ser paciente y tolerante con los padres:
Los hijos deben tener mucho cuidado para no reaccionar negativamente ante lo que sus padres tienen que decir. Si dicen o hacen algo que no es del gusto o aprobación de los hijos, entonces estos deben mostrar paciencia y tolerancia en lugar de manifestar su cólera. Los hijos deben tratar de abstenerse escrupulosamente de desobedecer a sus padres puesto que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mencionó que es uno de los pecados más graves (Kaba’ir).
Suplicar por ellos:
Lejos de mostrar señales de desagrado, los hijos deben rogar por ellos diciendo, tal y como Al-lah nos Enseña en la aleya: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño.} [Corán 17: 24].
Debemos continuar suplicando por ellos incluso después de su muerte. Tal súplica será considerada por Al-lah como una caridad continua según lo que nos informó el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
El derecho de la madre es mayor:
Los hijos deben ser más amables y agradecidos con sus madres pues ellas se esforzaron más en su crianza. Es por este motivo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, enfatizó que la madre tiene más derecho al cuidado y atención que deben brindar los hijos.
En una ocasión uno de sus discípulos, que Al-lah esté complacido con él, le preguntó al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, respecto a quién merecía su mejor trato. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, respondió: "Tu madre". Él discípulo preguntó quién venía después y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, respondió otra vez: "Tu madre". Él preguntó nuevamente y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, respondió: "Tu madre". Cuando el compañero, que Al-lah esté complacido con él, preguntó por cuarta vez, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, respondió: "Tu padre".
Hay que reconocer su elevada posición:
El musulmán debe reconocer el estatus de sus padres y saber sus deberes para con ellos. El Islam ha elevado la posición de los padres a un nivel desconocido por la humanidad. Al-lah Ha puesto el respeto a los padres inmediatamente después de la orden de creer en Él y adorarlo en verdad.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Tu Señor Ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto.}[Corán 17: 23].
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, puso la bondad y el respeto hacia ellos inmediatamente después (en importancia) de la oración ofrecida en su tiempo, siendo que la misma es uno de los fundamentos del Islam.
‘Abdul-lah ibn Mas‘ud, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Le pregunté al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, cuál es el acto más querido por Al-lah. Él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "La oración realizada en su tiempo" Le pregunté:" ¿Y luego cuál? Dijo: "La bondad y el respeto hacia los padres" [Al Bujari y Muslim].
Conocer nuestros deberes para con ellos:
También es deber de los hijos mantener a sus padres, si tienen la posibilidad de hacerlo. El Corán resume este asunto en un concepto general llamado Ihsan, el cual denota lo que es correcto, bueno y hermoso (por ejemplo, mostrarles generosidad, compasión, gratitud, reverencia y respeto, rezar por ellos y respaldarlos económicamente si es necesario).
Para concluir, citaremos una aleya que nos muestra la importancia de la obediencia y la gratitud que se debe a los padres: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Le Hemos ordenado al hombre ser benevolente con sus padres. Su madre le lleva [en el vientre] soportando molestia tras molestia, y su destete es a los dos años. Sed agradecidos conmigo y con vuestros padres; y sabed que ante Mí compareceréis.} [Corán 31: 14]
Si bien abordaremos el tema de la celebración del “Día de la madre”, que no se entienda que estas palabras tienen algo que ver con el apoyo a este tipo de celebraciones; pues esta celebración es una práctica ignorante de la que Al-lah nos purificó como musulmanes ya hace mucho. Y nosotros no aceptamos otro estilo de vida que no sea el del Islam. Fue Al-lah mismo Quien escogió el Islam para nosotros y se complació con él como religión. Así pues, nosotros estamos contentos y complacidos con el Islam como religión y forma de vida.
Nuestro objetivo es corregir un concepto mal entendido acerca de este tema. Y no es nuestra intención exagerar ni rayar en el extremismo, sino colocar las cosas en su debido lugar. La celebración del Día de la madre es, en realidad, una forma de desvalorizar a la madre. Al-lah, alabado sea, le dio un valor muy elevado a la madre; y nosotros, al celebrar un día en particular, le hemos quitado lo que Al-lah le dio y le hemos dado un solo día a cambio.
Hasta la mínima expresión de irrespeto es condenada por Al-lah
En el Corán, Al-lah nos informa que el respeto y el buen trato a los padres viene inmediatamente después de creer en Su calidad de Único Dios verdadero. Qué gran posición, qué gran honor. Dice Al-lah en el Corán (lo que se interpreta en español): {Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto. Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño.} [Corán 17:23-24]. Observemos la precisión de las palabras Al-lah, Quien Dice (lo que se interpreta en español): {…y ni siquiera les digáis: ¡Uf!...} [Corán 17:23] Dijo “Uf”, y no dijo: “y no los maltrates, ni los golpes”, etc. Porque el sólo decir esta expresión es lo mínimo que un hijo puede proferir para expresar su descontento. Y Al-lah prohibió hasta lo más mínimo. Debemos ser humildes con ellos y tratarlos con amor, así como amamos a Al-lah y nos portamos humildes ante Él en la oración o en nuestras súplicas. El humillarnos ante Al-lah es en realidad ennoblecernos, y el humillarnos ante nuestros padres es en realidad ennoblecernos también.
Al-lah ordena que tengamos clemencia con ellos, y uno realmente se extraña cómo algunos musulmanes abandonan esta guía divina y siguen las ideas de los hombres, sabiendo que ellas están basadas en sus pasiones y egos.
Celebraciones con fines comerciales
Todas estas celebraciones inventadas por los hombres, incluyendo el día de la madre, tienen como objetivo el beneficio comercial. Son los mercaderes quienes las inventan y las promueven para poder ganar más dinero. Y no nos estamos refiriendo a los comerciantes musulmanes, lógicamente, pues el comerciante musulmán sabe que eso no es honesto.
Que no nos confundan ni engañen los falsos benefactores de los padres o los maestros; si realmente quisieran honrar a ambos, se preocuparían por educar a las nuevas generaciones en el respeto y valorización de los mismos. Eso es lo que en verdad vale. De nada sirve una celebración donde lo único que hacen es bailar y cantar. ¿De qué le sirve a la madre todo eso? ¿De qué le sirven unos cuantos regalos de su hijo que no se acordó de ella todo el año? ¿De qué le sirve a un padre los regalos que le dan el día del padre, cuando sus hijos lo tienen olvidado en un asilo de ancianos?
Celebraciones banales, regalos expiatorios…¡Qué pena!… Qué lejos están estos sustitutos humanos de la educación y pedagogía del Corán. Es como el cerdo, un animal que prefiere los alimentos inmundos a los alimentos buenos. Dice Al-lah en el Corán (lo que se interpreta en español): {…Lo malo y lo bueno jamás podrán equipararse, aunque te guste la abundancia de lo malo…}[Corán 5:100]
Enseñanzas sobre el respeto a los padres en el Corán y la Sunnah
Al-lah nos habla sobre los derechos de los padres en siete capítulos del Corán. Dos de ellos en especial son muy elocuentes. Y es el mismo caso si buscamos en la Sunnah del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. El Islam ha definido los derechos de todas las personas. Los derechos de los padres, de los hijos, de los hermanos, etc.
Al-lah ordenó que tratemos bien a nuestros padres, y en el Islam esta orden es conocida como “Birr Al Waalidein”. Esta orden de Al-lah ha estado presente desde los inicios de la humanidad y estará vigente hasta el fin de la misma.
Y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, al igual que el Corán, utiliza uno de los mejores métodos de enseñanza: el de mencionar los beneficios y perjuicios del asunto en cuestión. Después de mencionar en muchos Hadiz la gran recompensa que recibirá el hijo respetuoso con sus padres, nos menciona el castigo que recibirá el insolente e irrespetuoso. Dijo, sallallahu ‘alayhi wa sallam: “Que el hombre que no trata bien a sus padres haga cuantas obras de bien quiera, pues no le serán aceptadas y no entrará al Paraíso”. Imagínense, sus acciones serán rechazadas. En este caso, las acciones se encuentran en espera de recibir el visto bueno de los padres para así ser aceptadas o rechazadas. ¡Qué grandioso que es Al-lah, qué grandioso que es! ¡Cómo honró a los padres!
El Islam ordena el respeto por los padres sin importar sus creencias
Al-lah es tan misericordioso que ordenó tratar bien a los padres aún si ellos no comparten nuestras creencias religiosas, y aún si son enemigos de éstas. Imagínense unos padres ateos y enemigos de las enseñanzas del Islam o, peor aún, enemigos de Al-lah; y aún así Él ordena al hijo musulmán respetarlos y tratarlos con cariño. Dijo Al-lah en el Corán (lo que se interpreta en español), educando a la comunidad de creyentes: {Le hemos ordenado al hombre ser benevolente con sus padres. Su madre le lleva [en el vientre] soportando molestia tras molestia, y su destete es a los dos años. Sed agradecidos conmigo y con vuestros padres; y sabed que ante Mí compareceréis. Si vuestros padres se esfuerzan por hacer que Me asociéis copartícipes no les obedezcáis, pues es sabido que carecen de fundamento válido, pero tratadles con respeto. Seguid el camino de los piadosos, pues ante Mí compareceréis y os informaré de lo que hacíais.}[Corán 31: 14-15]
La única situación en que el musulmán tiene permiso de Al-lah para no obedecer a sus padres, es cuando estos le ordenan desobedecer a Al-lah. Y un ejemplo de esto lo encontramos en la siguiente situación que enfrentó uno de los discípulos del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Cuando la madre de Sa‘d Ibn Abî Uaqqâs le reprochó a su hijo el haber abrazado el Islam, ella le dijo: “Abandona el Islam, de lo contrario dejaré de alimentarme hasta que me alcance la muerte, y entonces sentirás vergüenza ante los árabes cuando digan: ‘¡Él mató a su madre!’” Sa‘d le dijo: “Te juro por Al-lah que aunque tuvieses cien almas, y las viera salir de tu cuerpo una por una, jamás dejaré el Islam”. Entonces Al-lah reveló un versículo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recitó delante de los musulmanes, y en el que Sa‘d es reprendido por contestarle de esa manera descortés a su madre: {Si vuestros padres se esfuerzan por hacer que Me asociéis copartícipes, no les obedezcáis, pues es sabido que carecen de fundamento válido, pero tratadles con respeto...} [Corán 31:15] Al-lah se encargará de castigarlos por ordenarle a su hijo desobedecerle, pero el musulmán debe tratarlos con respeto. El hijo no tiene derecho de pedirles cuentas a sus padres.
Dijo el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam: “El hijo que mire a sus padres con un rostro de enojo y desdén, tendrá su rostro consumido por las llamas del fuego del Infierno”.
Criar a los hijos según las enseñanzas del Corán y la Sunnah
Es este tipo de conceptos que nuestros hijos deben entender y manejar, y no viles bailes y canciones sin contenido real. Es por esto que en nuestros días difícilmente encontramos un joven que respete a sus padres como se debe, o que conozca los derechos que ambos tienen sobre él. Y como no domina estos conceptos ni vive según los mismos, es que se ve en la necesidad de celebrar un día en especial, en el que por lo menos encuentren una excusa psicológica que los haga olvidar lo injustos que han sido todo el año.
Si los criáramos según las enseñanzas del Corán, aún veríamos esos hijos que conocieron nuestros abuelos: respetuosos con sus padres. Pero luego vinieron nuevas generaciones criadas e influenciadas por las vanidades de los hombres. Generaciones que abandonaron la oración, no pagaban su Zakat, consumían bebidas alcohólicas, etc., las cuales dieron lugar a las generaciones actuales. De nada les sirvió lamentarse, pues simplemente estaban cosechando lo que habían sembrado. No cumplieron con el consejo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien dijo a uno de sus compañeros: “…enséñales a tus hijos el temor a Al-lah, que ellos te respetarán”. Es verdad, si nuestros hijos saben los derechos que Al-lah tiene sobre ellos, sabrán también los derechos que sus padres tienen sobre ellos.
Enseñanzas de verdad grandiosas, pero que la gran mayoría de los no musulmanes desconocen, pues hemos sido incompetentes en enseñarles lo bueno que tenemos. Peor aún, muchos olvidamos nuestras buenas costumbres islámicas de nuestros países de origen, y nos asimilamos tan bien a las sociedades que nos acogieron que simplemente perdemos nuestra identidad. Ignoramos que el Islam es una religión que no se ve limitada por el tiempo ni el lugar. Nuestro comportamiento islámico nos debe acompañar a donde vayamos. Gracias a Al-lah, nuestra religión es hermosa y no hay nada en ella que nos deba avergonzar. Pero…henos ahí, celebrando “el día de la madre” con más fervor de lo que celebramos nuestro Ei'd, nuestra fiesta religiosa. Los musulmanes tenemos solamente dos celebraciones. Sólo dos. Y el afirmar esto no es ser extremista o exagerado, estamos simplemente diciendo la verdad. Pero…henos ahí, celebrando cuanta celebración han inventado los hombres, sin importarnos sus orígenes ni objetivos. Y como todos sabemos, el Islam respeta las creencias de los demás, de eso no hay duda; pero esto no significa que comprometamos nuestras creencias propias, nuestras costumbres y cultura, abandonándolas para adoptar las ajenas. Esto es algo realmente peligroso y debemos estar consientes de ello. Los musulmanes somos una comunidad libre e independiente, con una identidad ya definida por la guía del Corán y la Sunnah (Enseñanzas del Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam).
Debemos crear conciencia, tanto padres como hijos. Debemos tener paciencia e ir de poco en poco, pues estamos ya tan mal acostumbrados que se hace difícil destruir esquemas que llevan años contaminando nuestras mentes. Pero no hay que desfallecer; pues si lo hacemos, poco a poco nuestros hijos perderán la identidad islámica que poseen y finalmente llegará una generación de musulmanes que no celebran los Ei'd islámicos, sino que solamente celebrarán las fiestas no islámicas. Que Al-lah nos proteja y a nuestros hijos de ese día aciago. Debemos preocuparnos por darle vida a nuestras celebraciones, si nosotros no lo hacemos, ¿quién lo hará por nosotros?