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Cuando llegó el mensaje del Islam, los incrédulos se le enfrentaban y luchaban contra él.





La confrontación era muy limitada al principio, pero día tras día y mes tras mes comenzó a empeorar, hasta que Quraysh comenzó a perjudicar demasiado a los musulmanes, les perseguían y les causaban mucho daño, y la Meca se les hizo muy pequeña para permanecer allí. La vida con este conflicto continuo se convirtió en un infierno insoportable. Por eso, los musulmanes empezaron a buscar un lugar seguro al cual dirigirse, y para que el castigo y la persecución de los incrédulos cesara.





Mientras ocurrían estas persecuciones que hacían sufrir a los musulmanes, descendió la Sura de Al Kahf, que informó sobre la historia de los jóvenes que escaparon por su religión de la injusticia de su rey, y que acudieron a una cueva para protegerse del castigo que les esperaba. Esta historia ilusionó mucho a los musulmanes, y era como la guía hacia el camino que debían tomar para salir de esa nefasta situación. Pues la historia de los compañeros de la cueva era un ejemplo de la presencia de fe en las almas sinceras, que demuestra cómo estas pueden lograr la paz con ella, prefiriéndola sobre las atracciones de la vida mundana y sus placeres; y cómo Al-lah, Glorificado Sea, Cuida estas almas sinceras y las Protege de la tentación y las Cubre con SuMisericordiaAl-lah, Glorificado Sea, Dice (lo que significa): {Una vez que os hayáis* apartado de ellos y de lo que adoran fuera de Al-lah, refugiaros en la caverna y vuestro Señor os cubrirá con Su misericordia y resolverá vuestro asunto favorablemente.} [Corán 18:16]





Esta historia les aclaró a los creyentes el camino de la verdad y la falsedad, y les demostró que era imposible para estas juntarse de cualquier modo, y que la única salida era a través de la emigración y el escape por la religión y la doctrina.





Desde esta visión coránica, el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, ordenó a los débiles emigrar a Al Habashah. Cuando la Madre de los Creyentes Umm Salamah, que Al-lah esté complacido con ella, la mujer del Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, describió este hecho, dijo: "Cuando la Meca no era segura para que permaneciéramos en ella, y los Compañeros del Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, estaban siendo perseguidos y asesinados, al ver que sufrieron grandes castigos y tentaciones en su religión, y al ver también que el Mensajero, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, no podía protegerles de eso, además que el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, mismo era protegido por su tío y por su clan, y no era perjudicado como sus compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos; entonces el Mensajero de Al-lah , sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, les dijo que en la tierra de a Al Habashah había un rey que nunca perjudicó a nadie, por eso debían dirigirse a su pueblo para que Al-lah les Sacara de esa situación. Entonces nos dirigimos a ese rey en grupos hasta llegar allí, y así, salimos de la mejor casa hacia la mejor vecindad. Allí estuvimos seguros en nuestra fe y sin temer injusticia alguna por ella". (Narrado por Al Baihaqi, que Al-lah le dé Su Perdón, con una buena cadena de narradores).





 Al-lah, Glorificado Sea, Dice (que significa): {A los que emigraron por Al-lah después de haber sido tratados injustamente les prepararemos en esta vida una hermosa recompensa, y la recompensa de la Última es mejor, si supieran.} [Corán: 16:41].





Qatadah, Que Al-lah le dé su Perdón, dijo que la Aleya quiere decir que los Compañeros del Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, que fueron oprimidos por los incrédulos en la Meca y que escaparon por culpa de ellos Que se dirigió un grupo de ellos a Al Habashah; y allí Al-lah les concedió una buena residencia y les Hizo encontrarse con quienes les ayudaron  de entre los creyentes.





Lo que motivó a los Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, para esta emigración fueron varias causas, entre ellas está el gran castigo que recibieron los Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, de parte de los incrédulos, ya que los incrédulos utilizaban diversos tipos de castigo para sacar a los Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, de su religión; además la difusión de la Da’wah fuera de la Meca y el hecho de establecer una base que protegiera la Aquida (creencia) eran otras causas principales para esta emigración.





Así emigró el primer grupo de los Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, a Al Habashah tras el quinto año de la profecía de Muhammad, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam,. Este grupo constaba de doce hombres y cuatro mujeres, que fue encabezado por ‘Uzman ibn ‘Affan, que Al-lah esté complacido con él, y con él, su mujer Ruqayyah, que Al-lah esté complacido con ella, la hija del Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam. El viaje fue durante la oscuridad de la noche para que nadie les viera, y salieron al mar mediante el camino de Yeddah, allí encontraron dos barcos comerciales que les llevaban a Al Habashah. Cuando Quraysh fue informado de su salida salieron detrás de ellos, y cuando llegaron a la playa, encontraron que habían partido a Al Habashah, donde encontrarían la paz y la seguridad, la buena acogida y la amabilidad de su rey Al Nayashi, que nunca oprimió a nadie, como el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, informó.





Lo que se obtuvo de beneficio de la emigración a Al Habashah fue lo siguiente:







  1. La paciencia ante la aflicción y las dificultades en el camino de Al-lah ya que el Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, y sus Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, padecieron en la Meca tortura y dolor que nadie podría soportar.


  2. La firmeza de los creyentes respecto a su Aquida y a su religión, sin someterse a las presiones de los enemigos.


  3. La piedad del Profeta, sallAl-lahu ‘alayhi wa sallam, para con sus Compañeros y su misericordia con ellos, ya que les ordenó emigrar a Al Habashah.






Así Al-lah Suministró a sus Siervos creyentes y débiles el refugio y la protección contra el daño de Quraysh y Protegió a su religión y a sus personas. También, en esta emigración a Al Habashah había un gran bien para los musulmanes, ya que pudieron, aparte de proteger su religión y a ellos mismos, difundir su Da‘wah ganando una nueva tierra que iba a ser la base de su Da‘wah. Quien está con Al-lah, Al-lah Está con él.





 Los preparativos





Algunas personas observan la Hégira como buenos recuerdos que se renuevan cada año, mientras que los sabios y los juiciosos ven que este acontecimiento es una victoria que se agrega a la cuenta de los creyentes, escapando de la vida de la injusticia y la opresión hacia la vida libre y noble, y convirtiéndose en el comienzo de una nueva etapa del conflicto entre el Islam y la incredulidad y entre la verdad y la falsedad, hasta llegar a ser un acontecimiento con el que los musulmanes cuentan sus días y su historia.





Para destacar la importancia del suceso, y para comprender sus dimensiones, debemos regresar más de diez siglos atrás, precisamente al año 13 del inicio de la profecía, cuando los grupos de creyentes pudieron salir de la Meca, y vencer las dificultades y los obstáculos que Quraysh les había puesto para impedirles llegar a la tierra de Medina, con el fin de encontrarse con sus hermanos Al Ansar,que les recibieron con mucha alegría y magnanimidad. Éstos les abrieron sus corazones antes que sus casas, y desde luego este hecho provocó satisfacción en sus almas. Sólo permanecieron en la Meca un pequeño grupo de creyentes, entre ellos estaban los débiles, los indecisos y los prisioneros.





En ese momento la gente de Quraysh sintió los peligros que le esperaban, reconociendo que no había podido controlar la situación ni podría revertirla a su primer estadío, excepto parando de cualquier modo la Hégira del Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam.





Por eso, realizaban conspiraciones en clandestino para matar al Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam, pues un jueves del mes de Sáfar los incrédulos se reunieron en la casa de An-Nadwah para elegir la manera perfecta de realizar su objetivo. Algunos decidieron matar al Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam, otros creyeron que lo mejor era apresarle y atarle, y otros preferían alejarle y expulsarle. Finalmente, acabaron por elegir la opción de matarle, pero de tal manera que los hijos de Hashim fueran incapaces de vengarse.





Entonces seleccionaron a los mejores jóvenes de cada tribu de Quraysh, para matar al Profeta todos a la vez y así su sangre se dividiría entre las tribus. Así el clan de los hijos de Hashim no podría combatir al resto de la tribu por la deuda de sangre, y no tendrían sino sólo una opción que sería la de aceptar la indemnización. Al-lah, el Exaltado, Dice (que significa): {Y cuando los que se niegan a creer urdieron contra ti para capturarte, matarte o expulsarte. Ellos maquinaron y Al-lah también maquinó, pero Al-lah es el mejor de los que maquinan.} [Corán: 8:30]





Pero Quraysh no supo que Al-lah, Glorificado Sea, Había dado el permiso a Su Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam, para llevar a cabo la Hégira a Medina, pues mientras planificaban y perfeccionaban su conspiración, el Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam, se preparó para viajar, yendo a escondidas, algo que él no acostumbraba, a la casa de Abu Bakr al mediodía, que Al-lah esté complacido con él, para informarle sobre la decisión de salir de La Meca.





Cuando Abu Bakr, que Al-lah esté complacido con él, tuvo miedo de no alcanzar el honor de este viaje bendito, pidió el permiso del Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam, para acompañarle y el Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam, lo aceptó. Entonces Abu Bakr, que Al-lah esté complacido con él, se puso a llorar por el exceso de alegría, y había ya preparado dos camellos estando listo para la Hégira. Cuando el Profeta, sallallaahu  ‘alayhi wa sallam, le informó del horario de la salida, se levantó inmediatamente y contrató a un hombre incrédulo de Banu Al Dail llamado ‘Abd Al-lah ibn  Uraiqit, para darle los dos camellos de viaje para que los guardara, y acordaron encontrarse en la cuervade Zawr después de tres noches. Por otra parte, ‘Aa’ishah y su hermana Asma’, que Al-lah esté complacido con ellas, prepararon el equipaje, la comida y la bebida poniéndolas en una bolsa. Asma’, que Al-lah esté complacido con ella, cortó su ropa en dos partes para atar con una parte la comida y con otra la botella de agua, y desde ese momento fue denominada con Dhat An-Nitaqain (que tiene dos cintos)





Cómo era Arabia antes del nacimiento del Profeta Muhammadsallallahu ‘alayhi wa sallam?





Arabia es una península y está rodeada de agua por tres lados, pero la mayor parte de su territorio es desierto. La península arábiga está habitada por pueblos de origen semita llamados árabes. Antes del nacimiento del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, había algunos árabes cristianos en el sur de la península y algunos judíos en el oeste; pero la mayoría de los árabes adoraban a los ídolos, o sea que eran idólatras.





La Meca 





La principal ciudad de la península era La Meca (Makkah). En ella se encontraba la Ka’ba, que fue el primer lugar construido en la Tierra para adorar a un solo Al-lah. La Ka’ba fue construida por el Profeta Adam (Adán), la paz sea con él, y fue reconstruida por el Profeta Ibrahim (Abraham) junto con su hijo Isma’il (Ismael), la paz sea con ambos. Isma’il era también profeta y le enseñó a la gente de La Meca a adorar a un solo Al-lah, según la religión de Ibrahim, su padre.





La idolatría 





Mucho tiempo después de la muerte de Isma’il, la paz sea con él, un hombre de nombre ‘Amer bin Luhai trajo por primera vez una estatua a La Meca, y convenció a la gente que adorara a ese ídolo. Así empezó la adoración de los ídolos, y en poco tiempo la mayoría de los árabes ya estaban adorando más de 300 ídolos (Asnam) colocados en la Ka’ba.





La moral de los árabes antes del Islam 





Los árabes eran gente muy inteligente, pero el adorar a estatuas los hacía hacer cosas malas y horribles. Cada grupo de personas tenía su propio ídolo y tenían sus propias ideas de lo que era bueno y lo que era malo. También luchaban todo el tiempo entre sí y, en la mayoría de los casos, era por asuntos sin sentido. A pesar de todas estas cosas horribles, los árabes practicaban la generosidad, el respeto por los juramentos, tenían sentido del honor y no les gustaba la injusticia; tenían una voluntad fuerte, tenían paciencia, vivían una vida sencilla y respetaban fuertemente los lazos familiares.





Los Hunafa’ 





Había un pequeño grupo de árabes en La Meca que sólo adoraban a Al-lah, tal y como había enseñado Ibrahim, la paz sea con él, y eran conocidos con el nombre de Hunafa’. Los Hunafa’ no participaban en los actos idólatras que realizaban sus paisanos, pero tampoco predicaban sus propias creencias.





Los Qurashitas 





La ciudad de La Meca estaba gobernada por una tribu de descendientes de Isma’il, la paz sea con él, conocida con el nombre de Quraish. Los Qurashitas eran comerciantes y se aprovechaban de los peregrinos idólatras -como ellos- que venían a La Meca para visitar a los ídolos en la Ka’ba, obligándolos a comprarles mercancías que no necesitaban. Los Qurashitas estaban a cargo de la Ka’ba, y de darles de comer y beber a los peregrinos. Los Qurashitas eran considerados por los demás árabes como la tribu más honorable y poderosa de Arabia, y por eso los respetaban mucho.





Los Banu Hashim 





El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pertenecía a una familia respetada, pero pobre, de los Qurashitas de nombre Banu Hashim. El líder de los Banu Hashim era el abuelo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y su nombre era ‘Abdul Muttalib. Los Banu Hashim eran descendientes de Ibrahim, la paz sea con él, y vivían todos juntos en un solo barrio de La Meca. ‘Abdul Muttalib era un hombre generoso, noble y honrado; pero adoraba a los ídolos, y a Al-lah no le gusta la idolatría.





El año del elefante (‘Am Al-Fil) 





En el año 571 d. C., un hombre etíope de nombre Abraha conquistó el Yemen, que queda al sur de la península arábiga. Abraha era muy intolerante y quería que todos los árabes se hicieran cristianos, así que construyó una gran iglesia en la capital del Yemen para que todos los árabes abandonaran a la Ka’bah y peregrinaran a su iglesia. Pero su plan no resultó; Abraha se llenó de soberbia e ira y decidió destruir la Ka’ba. Marchó con un ejército de más de 60 mil soldados y varios elefantes. Cuando llegaron a las afueras de La Meca, sus habitantes escaparon despavoridos ante semejante ejército y tan gigantescos animales. Solamente el abuelo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, decidió salir a entrevistarse con Abraha. ‘Abdul Muttalib le dijo a Abraha que le devolviera sus ovejas, pues se ejército se las había robado. Asombrado, Abraha le dijo: “¿Sabes que vengo con este ejército y los elefantes para destruir la Ka’ba, y en lo único que piensas en el tus ovejas? ‘Abdul Muttalib respondió con tranquilidad: “La Ka’ba tiene un Señor (Al-lah) que la protegerá; yo sólo soy el dueño de mis ovejas, así que dámelas”. Abraha le devolvió las ovejas y ‘Abdul Muttalib se marchó. Al día siguiente, Abraha marchó con su ejército contra la Ka’ba; pero, milagrosamente, sus elefantes se resistían a continuar caminando. Finalmente, Al-lah envió unos pequeños pajaritos a los que llamó Ababil; ellos cargaban unas bolitas de arcilla, las cuales dejaron caer sobre el ejército de Abraha destruyéndolo por completo. Los pocos soldados que sobrevivieron escaparon, pero murieron luego, lo mismo le pasó a Abraha. Debido a lo maravilloso de este acontecimiento, los árabes decidieron llamar a ese año “el año del elefante”.





El nacimiento del Profeta Muhammadsallallahu ‘alayhi wa sallam 





El padre del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se llamaba ‘Abdullah; y su madre, Ámina. ‘Abdullah murió antes que naciera el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, así que nació huérfano de padre. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nació un lunes por la mañana, el día nueve del mes lunar de Rabi’ Al‑Awwal, el mismo año que tuvo lugar el incidente del elefante, un 20 ó 22 de abril del año 571 d. C.





La madre del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, relató que cuando él nació, una luz intensa salió de ella que iluminó los palacios de Siria y se podían ver los cuellos de los camellos en Irak.





Su madre mandó inmediatamente a informarle a su abuelo, ‘Abdul Muttalib, tan alegre suceso, quien Muy feliz se acercó a ella, tomó al bebé y lo llevó a la Ka'ba, donde alabó y agradeció a Al-lah. ‘Abdul Muttalib lo llamó Muhammad, un nombre que no era común entre los árabes de esa época. Le realizó la circuncisión en su séptimo día, como era costumbre entre los árabes.





El nombre completo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, es: Muhammad hijo de ‘Abdula hijo de ‘Abdul Muttalib, descendiente de Ibrahim, la paz sea con él.



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