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Son muchas las personas que se quejan de un mal enorme cuyo daño se extiende tremendamente, un peligro tan grave y que amenaza la tranquilidad y estabilidad del ser y la mente. Es uno de los más grandes misterios y secretos destructivos que hay, de cuya oscuridad y perdición solo se salvan muy pocos, porque en este asunto se involucran hombres y mujeres, pobres y ricos, iletrados y profesionales, enfermos y saludables, dirigentes y gobernados, es decir, que ha logrado arraigarse muy profundamente en todos los campos de nuestras vidas: la política, la economía, la cultura, la educación y hasta el deporte; solo se libran de caer en el engaño de este mal quien recibe la misericordia de Al-lah.





Es un mal que acaba con la alegría, destructor y divisor de hogares, pues cuántas mujeres no han sido divorciadas y niños despojados del calor de sus padres por su causa. Cuántos y cuántos son los que han perdido su tranquilidad, su estabilidad e incluso hasta sus bienes por su causa. Entonces, estamos hablando de un peligro que amenaza al individuo, la familia y la sociedad por completo. ¿Se imaginan a qué nos estamos refiriendo? Así es, es la brujería, la cual por medio de hechizos, brebajes, amuletos, trabajos, nudos, etc., tiene un efecto destructivo para el cuerpo, la mente y el alma. La brujería enferma y mata, y divide y destruye, hace que el embrujado vea lo beneficioso como perjudicial y viceversa.





La brujería en el Islam es sinónimo de incredulidad, es un mundo oscuro y extraño; en su exterior es llamativo y cautivador, pero en su interior es todo lo contrario, es putrefacción y porquería. No hay una sola persona que se dedique a este perverso oficio sin que su corazón muera, y no hay una sociedad en la que se haya esparcido este mal sin que haya sido destruida o vaya camino hacia la perdición.





Al-lah, Altísimo sea, Envió a Su Profeta Muhammad,  Sallallahu ‘alayhi  wa sallam , con la religión verdadera y la guía recta para acabar con los vestigios de la ignorancia, el politeísmo y la idolatría, y purificar las mentes y los corazones de los malos hábitos a los que estaban acostumbrados y que les tenía sumidos en la confusión. En el tiempo del Yahiliah (la ignorancia, época preislámica) la gente era supersticiosa y se aferraban de símbolos, amuletos, fetiches y talismanes esperando que los beneficiaran y trajeran suerte; pero cuando llegó la creencia, que establecía la confianza única y absoluta en Al-lah, fueron liberados por completo de los agüeros y supersticiones. Con esta creencia se creó una barrera protectora contra la brujería, sus practicantes y todas las mentiras, ilusiones y desviaciones, y se expuso la verdad de este mal ante todo el mundo, mostrando que los brujos solo pretenden beneficiarse materialmente a costas del mal de la gente y la sociedad entera; por lo tanto, no se puede pensar que la brujería traiga algún bien o asegure el progreso.





En el tiempo en el que nos encontramos, el de la tecnología, el adelanto científico y la modernidad, se supone que creer en supersticiones y todo lo que la brujería promueve es rechazado; sin embargo, esto no sucede, pues aún en los países más desarrollados hay mucha gente que sigue creyendo en hechizos y utilizando amuletos para la suerte, para cuidarse de un mal. Con todo el conocimiento que tenemos a nuestra disposición hoy en día, sigue habiendo gente que creen en el “poder” de los brujos, ¡pese a que ven que estos hechiceros no pueden protegerse a sí mismo de los accidentes y mucho menos pueden librarse de la muerte!





Todo aquel que se dedique a la brujería y hechicería debe saber que ha incurrido en el desagrado de Al-lah y se expone a su castigo, consecuencia de su desobediencia e incredulidad, además todas las obras que haya realizado le serán rechazadas y las habrá anulado; porque para ser brujo hay que adorar a otro que no sea Al-lah, en este caso al Shaitan (el demonio), debe ofrecerle actos de devoción que solo corresponde a Al-lah, como la obediencia, las oraciones, la confianza, la solicitud de ayuda y las súplicas. Llegan a casos extremos como el hacer cosas horribles con el Corán: hacer sus necesidades fisiológicas sobre él, escribir algunas de sus aleyas con inmundicias, etc.; si son capaces de hacer esto con la palabra de Al-lah, imagínense qué más hacen: incesto, homosexualismo, y toda conducta enfermiza. Este tipo de conductas de incredulidad son una prueba clara de que la relación que ha establecido el brujo con el demonio es muy fuerte, y que cree firmemente que él le responderá a cualquier petición y llamado que le haga. Satanás, al ver que su alumno le ha jurado fidelidad por completo, hace que sus secuaces, los demonios de los Yin (genios), les ayuden en sus fechorías aprovechando las facultades sobrenaturales con las que han sido dotados, para crear confusión entre la gente y hacerla pensar que el brujo en realidad tiene poderes; Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¿Queréis que os informe sobre quién descienden los demonios? Descienden sobre todo mentiroso pecador [que dice ser adivino]. Ellos [los demonios] se esfuerzan por oír [las revelaciones a los Ángeles en el cielo], pero le transmiten [a los hombres] mentiras.} [Corán 26:221-223]





 





Entre más actos de incredulidad cometa el brujo más obedientes serán los demonios que los ayudan y más rápida serás sus respuestas, por lo que no cabe duda que la brujería y su práctica son actos que contradicen por completo la creencia y la fe en Al-lah, lo que significa que es una de las razones que hacen que la persona que caiga en esta horrible desobediencia no se considere más como musulmán. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {…eran los demonios quienes enseñaban a los hombres la brujería y la magia que transmitieron los Ángeles Harut y Marut en Babel. Pero éstos no le enseñaban a nadie sin antes advertirle que se trataba de una tentación, y que quien la aprendiera caería en la incredulidad.} [Corán 2:102] El Profeta Muhammad,  Sallallahu ‘alayhi  wa sallam , dijo: “… y quien hace brujería ha caído en la idolatría” [An-Nasai’], y: “No es de los nuestros quien tiene agüeros o los enseña, ni el que pide que se le adivine su suerte o es adivino, ni el brujo ni el que pide que hagan brujería por él”. [Tabarani]





El veredicto de la Ley Islámica sobre la brujeria





El Mensajero de Al-lah,  Sallallahu ‘alayhi  wa sallam , contó la brujería y la hechicería entre los siete pecados más graves, dijo: “Evitad los siete pecados mortales”. Dijeron: “¡Mensajero de Al-lah! ¿Cuáles son?” Dijo: “Asociar iguales a Al-lah (Shirk o la idolaría), la brujería, quitar sin causa justa una vida que Al-lah prohibió, alimentarse de la usura y el interés, alimentarse de la propiedad del huérfano, huir del campo de combate durante un enfrentamiento y calumniar a las creyentes castas e inocentes”. [Bujari]





 





Los musulmanes que van en búsqueda de los adivinos, brujos y hechiceros, son personas cuya fe en Al-lah es muy débil y su confianza en Él igual, por lo que han preferido perderlo todo y alejarse del perdón de Al-lah y Su misericordia, además, se exponen a caer dentro de lo que el Profeta Muhammad,  Sallallahu ‘alayhi  wa sallam , mencionó cuando nos dijo: “Quien vaya donde un adivino y le consulte algún asunto, su oración no le será aceptada por 40 días; pero si cree que lo que le dice es verdad, entonces ha dejado de creer en lo que le fue revelado a Muhammad” [Muslim]; y en otro Hadiz nos dice: “No entrará en el Paraíso un alcohólico ni quien crea en la brujería ni quien rompa relaciones con sus familiares”.





 





La brujería –hacerla o pedir que se haga contra alguien– es una acción que reúne tres perjuicios a la vez: la incredulidad en Al-lah, el daño a la gente y la corrupción en la tierra. Los brujos se dedican a corromper y hacer daño por dinero pagado por gente sin escrúpulos, que no tienen el mínimo sentir a la hora de desear un mal para su prójimo, por su envidia y odio hacia los demás. No les importa perjudicar a quien va a sufrir los efectos del conjuro y de su maldad, así signifique la ruina de una persona o la destrucción y división de un hogar. ¿Esta gente que busca a los brujos para que les hagan daño a los demás no tienen temor de Al-lah, de Su ira y castigo? ¿Es que no tienen miedo que el daño que le hacen a la demás gente se devuelva en contra de ellos? ¿Es que acaso no son conscientes de que Al-lah y Su Profeta,  Sallallahu ‘alayhi  wa sallam , han condenado severamente a toda persona que quiera hacerle daño a un creyente, y lo han prohibido cortantemente?





 





Vivimos en una época en que todo está al revés, quieren hacer ver la creencia en Al-lah como mala al igual que a los creyentes, mientras que la brujería y los brujos se destacan y se esparcen por todas partes, apoyados por los medios de comunicación de forma directa e indirecta. La forma directa es bien clara; pero en cuanto a la indirecta, en muchos canales de televisión, periódicos y revistas la disfrazan con la máscara que llaman como ciencia, saber o medicina popular, recomendando pócimas para la salud, para incrementar el amor entre esposos, para cancelar deudas y para solucionar todos los problemas que la gente tenga. Esto, por supuesto, no es verdad, pues la gente que recomienda estos brebajes no son más que los brujos que amenazan a todo el mundo con su mal… Por tal motivo, no debe haber la más mínima duda de que esta gente es peor que el mismo cáncer, por lo que hay que erradicar de raíz el mal que estos incrédulos están sembrando en nuestro mundo.





 





Una de las formas más comunes que utilizan estos facinerosos para esconder sus malas intenciones ante el público, es la astrología. Alegan que por medio de este “saber” pueden conocer el futuro o recomendar qué debe hacer la persona que los consulta; dijo el Profeta Muhammad,  Sallallahu ‘alayhi  wa sallam “Quien aprenden la astrología, está aprendiendo una de las formas de la brujería, por más que la llame de otra manera”. Su influencia sobre las personas de todas las clases y condiciones sociales es muy grande, tanto así que muchos no toman una decisión, grande o pequeña, sin consultar con un astrólogo o por lo menos leer lo que dice el horóscopo sobre su día. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y creían [los judíos] lo que inventaron los demonios acerca del reinado de Salomón [diciendo que había llegado al mismo por medio de la brujería]. Sabed que Salomón no cayó en la incredulidad [la brujería] y que eran los demonios quienes enseñaban a los hombres la brujería y la magia que transmitieron los Ángeles Harut y Marut en Babel. Pero éstos no le enseñaban a nadie sin antes advertirle que se trataba de una tentación, y que quien la aprendiera caería en la incredulidad. Aprendían de ellos cómo separar al hombre de su esposa, pero en verdad no podían engañar a nadie si Al-lah no lo Permitía. Aprendían lo que los perjudicaba y no los beneficiaba, y sabían que quien accedía a la magia y la brujería no tendría éxito en la otra vida. ¡Qué mal hicieron en vender sus almas!} [Corán 2:102]





 





Una de las razones por las cuales este mal se ha extendido tanto es la debilidad en la fe y en la confianza que se le debe tener a Al-lah, el Todopoderoso, por la incursión en el pecado y la desobediencia a las órdenes de Al-lah, y porque se ha abandonado la lectura del Corán y de las enseñanzas del Profeta Muhammad,  Sallallahu ‘alayhi  wa sallam . Por lo que se hace necesario que nos protejamos a nosotros mismos y a nuestras familias, fortaleciendo su fe y enseñándoles lo que la Shari’ah ha establecido para que la brujería no llegue a nuestros hogares.



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