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El sendero recto es el Islam (el sometimiento a la voluntad de Al-lah), el Corán (la Palabra de Al-lah) y la Sunnah (las enseñanzas del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam). Este sendero o camino, conduce al Paraíso y a la felicidad en esta vida y en la otra. El sendero recto es claro y uno solo, todos los demás caminos llevan a la desviación.





{Guíanos}





La guía (Al Huda) sólo proviene de Al-lah; no está en manos de las personas guiar a quienes quieren o aman, si Al-lah no lo desea así. Dice Al-lah en el Corán (lo que se interpreta en español): {Por cierto que tú no puedes guiar a quien amas, sino que Al-lah guía a quien Él quiere. Él sabe quiénes seguirán la guía y quiénes no} [Corán 28:56]. Esto no quiere decir que el creyente debe quedarse callado esperando que Al-lah guíe a la gente; sino que debe enseñar e invitar a los demás hacia la verdad y la religión, haciendo su mejor esfuerzo por compartir el bien.





El buen creyente no se conforma con haber sido guiado y ya; sino que todos los días le pide a Al-lah, humildemente, que aumente su fe y que lo mantenga firme en el buen camino.





{El sendero de quienes agraciaste}





Se refiere a aquellos que creyeron en Al-lah y obedecieron a Su Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, con fe verdadera y no sólo de palabras, hipócritamente. Entre estas personas sinceras tenemos a los profetas, aquellos que dieron su vida por la causa de Al-lah (Shuhada’), las personas confiables y veraces, y los virtuosos y rectos siervos de Al-lah.





{No el de aquellos que son motivo de tu enojo, ni el de los extraviados}





Aquellos con los que Al-lah está molesto, son las personas que conocen la religión, conocen la Palabra de Al-lah y las enseñanzas de Sus profetas, pero no actúan de acuerdo con lo que saben. Sino que, hipócritamente, andan aconsejando a los demás hacer lo que ellos mismos no hacen; o simplemente si ven algo malo no lo corrigen, escondiendo su conocimiento de los otros para que así no los critiquen por hipócritas.





Los desviados son aquellos que adoran a Al-lah con buena intención, pero no de la forma que Él quiere y ordena; sino de acuerdo a sus propias ideas y gustos, debido a su ignorancia. Este versículo es bien claro sobre dos puntos:





a)  El creyente debe tratar de aprender lo más que pueda de su religión, para así no adorar a Al-lah incorrectamente.





b)  El creyente debe tratar de practicar todo lo que conoce y cree en su corazón, aunque esto signifique que los demás hablen mal de él y lo critiquen. 





[Amén]





Esta palabra no es parte del Fatiha, sino que es una plegaria que significa: “Oh Al-lah, responde a nuestras plegarias”.





 Algunas virtudes (fada’il) de Surah Al Fatiha





El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo sobre esta Surah del Corán: “Suratul Fatiha es el capítulo más grandioso del Corán”.





Uno de los discípulos del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo sobre esta Surah: “Suratul Fatiha equivale a un tercio del Corán (debido a las importantísimas enseñanzas que tiene)”.





Como podemos ver, este capítulo del Corán es muy importante y valioso para el creyente debido a las muy útiles enseñanzas que contiene; y es por esto que los musulmanes la repiten por lo menos 17 veces al día en sus diferentes oraciones (salat).





 Algunas enseñanzas de este capítulo del Corán





1) {Señor de los mundos}, Al-lah es el único Creador y Sustentador del universo, por esto merece ser nuestro Señor.





2) {Sólo a Ti adoramos}, Al-lah es el único merecedor de la adoración (‘ibadah) de Sus criaturas. Por esto, el verdadero creyente, cuando realiza una buena acción, sea cual sea, lo único que busca es complacer y adorar a Al-lah, no a la gente.





3) {Clemente, Misericordioso} y {Soberano absoluto}, Al-lah posee varios nombres y atributos (características), los cuales son perfectos y sólo le pertenecen a Él (por ejemplo, “El que todo lo ve”, “El que todo lo oye”, “El que nunca muere”, “El Soberano absoluto”, etc.). Al-lah no posee atributos negativos o imperfectos, tales como: tacaño, mentiroso, envidioso, etc.





4) El verdadero creyente no debe ser presumido ni engreído, sino que debe agradecerle todo el tiempo a Al-lah por haberlo guiado hacia la verdad y la fe. También debe pedirle constantemente a Al-lah que lo mantenga en el camino recto y que le dé firmeza para soportar las pruebas de la vida y la fe.





5) El creyente debe siempre buscar las buenas compañías, los amigos sanos y sinceros de los cuales pueda aprender algo beneficioso; y no debe tomar a alguien por amigo simplemente porque es divertido, o porque lo hace reír o lo incita a hacer cosas malas.





6) El creyente debe aprender sobre su religión y no debe confiarse en que los demás van a responder por él en el Día del Juicio, o que las personas que saben sobre el Islam estarán siempre a su lado para responder a sus dudas o preguntas. La ignorancia es el peor enemigo del creyente; mientras que el conocimiento y el saber son sus dos mejores aliados. Todo musulmán debe conocer, como mínimo, las bases o fundamentos de su religión, ya que el que los ignora se desvía fácilmente del buen camino.





7) {Soberano absoluto del Día del Juicio}, confirma que seremos recompensados o castigados en esta vida y en la otra por nuestras acciones. No importa cuán poderosos, ricos y fuertes nos sintamos en esta vida, el Día del Juicio Al-lah estará por encima de nosotros y por encima de todas las cosas.





8) {El sendero recto}, nos enseña que está completamente prohibido inventar cosas sobre Al-lah y la religión, hablando sin conocimiento o evidencia; practicando del Islam sólo lo que nos conviene o nos gusta y diciendo que lo demás no es obligatorio para nosotros, o que sólo debemos empezar a practicarlo cuando seamos viejos. El camino que conduce al Paraíso es uno solo y no tiene curvas. Es recto y claro; Al-lah lo hizo así, claro, para que todo aquel que desee entrar en el Paraíso sepa qué camino tomar. Al-lah nos informa en el Corán, que el Día del Juicio habrá muchísimas personas que, al ver lo que les espera en el Infierno, desearán volver a la tierra para portarse bien y obedecer a Al-lah; pero ya no habrá más oportunidades. ¡La gente que pasó toda su vida jugando, siguiendo sus deseos y pasiones, deseará volver a la vida en la tierra, aunque sea por un día, para adorar a Al-lah lo más que puedan y así poder entrar al Paraíso! Pero de nada servirá. En el Día del Juicio ya no podremos hacer nada con nuestro dinero, ni con el dinero de nuestros padres; ya no habrá cosas para comprar, ni juegos que jugar, sólo habrá arrepentimiento y temor. Ya no habrá tiempo para chismes o mentiras, para ropa cara ni fiestas de lujo. En ese Día, desearemos cambiar todo lo que teníamos en la tierra por una nueva oportunidad, pero ya no habrá vuelta atrás. No importa cuántas veces nos mintamos a nosotros mismos o le mintamos a nuestros amigos pensando que no nos pasará nada ese día. Por lo tanto, la persona inteligente de verdad, es aquella que sabe equilibrar todos los asuntos de su vida y sabe organizarse para obedecer a Al-lah y divertirse sanamente. La persona inteligente de verdad, se prepara en esta vida para la próxima, y no deja todo para el último momento



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