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Es cierto que hay mucha gente rica que aparentemente es feliz, pero cierto es que mucha gente que es pobre también es feliz. Así que la última palabra sobre la felicidad no la tengo yo ni la tienes tú, sino que la encontramos en estas cortas frases expresadas por el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Cuando una persona se conforma con lo que Al-lah le ha concedido, le basta y siente que es suficiente. Además, protege su corazón de ser contagiado con la envidia, la avaricia y la tacañería. Cuánta gente rica, que tiene más de lo que podría necesitar para vivir cómoda y lujosamente durante toda su vida, no está conforme con lo que tiene sino que quiere más. Si ve que su vecino, su amigo o hasta su hermano, compraron algo nuevo, él quiere más y el doble si es posible, pero sobre todo, se incomoda si ve que alguien compró algo antes que él. Siente como si le faltara todo y se olvida de todo lo que tiene. Así mismo, cuántos pobres hay que por andar viendo lo que no tienen y comparándose con los que están mejor que ellos, viven llenos de complejos, odios y recelo hacia los demás.





El musulmán agradece lo mucho o poco que tenga; si tiene demasiado lo usa con prudencia y sin despilfarro, tiene en cuenta la sensibilidad de sus hermanos menos favorecidos, por lo que no exhibe sus bienes indiscriminadamente. Por otra parte, usa todos sus bienes para agradar a Al-lah, paga su Zakat, y los pone a disposición de Su causa, sabiendo con certeza que todo lo que gaste por Al-lah, Él se lo retribuirá doblando sus ganancias y recompensa en esta y la otra vida. Y si es el caso que no tiene bienes o le hace falta, tiene paciencia y se esfuerza por conseguir lo que necesita para sobrevivir. El musulmán cree firmemente que por más que quiera, se esfuerce y trabaje, sólo obtendrá lo que el favor de Al-lah ha dispuesto.





 Detengámonos un momento en la siguiente cualidad recomendada por el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, misma que es una de las menos aplicadas en la actualidad:





“Sé bueno con tu vecino y serás un creyente verdadero” .





Subhan Al-lah (Glorificado sea Al-lah), la creencia está claramente relacionada, enlazada y unida al buen comportamiento hacia los vecinos. Lastimosamente, hoy en día son muy pocos los que tienen en cuenta esta recomendación, es más, o más bien, es triste ponerse a pensar, que ni sabemos quién es nuestro vecino, pues no nos interesa relacionarnos en nada. Algunos piensan que es mejor estar lejos de ellos para evitarse problemas o que como no son de la familia, para qué preocuparse por establecer algún tipo de relación.





El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, mencionó al vecino de forma general, no especificó si era musulmán o no. Con su ejemplo enseñó que este comportamiento abarcaba a los no musulmanes, porque él mismo se preocupaba por sus vecinos, siendo muchos de ellos judíos. Se menciona incluso que había un vecino judío que todos los días lo molestaba e incomodaba, y un día que no lo hizo el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, fue a visitarlo para ver si le había pasado algo, porque no lo había molestado ese día.





En los dos Sahih, Bujari y Muslim, encontramos registrado que ‘Ai’shah, que Al-lah esté complacido con ella, reportó que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “El Ángel Gabriel me recomendó con tanta insistencia cuidar y preocuparme por el vecino, que pensé que Al-lah iba a decretar que se incluyera como uno de los herederos que tienen derecho a la herencia” .





Los Ulama de la Shari’ah, en base a estas directrices, han establecido un reglamento que se debe tener en cuenta en las relaciones entre vecinos. Todas estas leyes son importantes y buscan fortalecer los lazos de amistad y hermandad entre los vecinos, pero una de las que nos llama bastante la atención es aquella que establece que si uno de los vecinos trae una fruta, sus hijos no deben salir a fuera a la vecindad, a comerla en frente de los otros niños, pues puede ser que ellos no tengan esta fruta o sus padres no tengan los medios para comprarla, etc.; así que para no provocarlos, o más bien, para ser considerados con los vecinos, esto no se debe hacer. Claro, este es un ejemplo que se puede aplicar en la modernidad a los juegos de videos portátiles, juguetes, teléfonos celulares, etc.





Por último, recordemos que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, aceptaba las invitaciones que le hacían sus vecinos, musulmanes y no musulmanes, comía de la comida que ellos le mandaban y preparaban, también recibía los regalos que ellos le hacían, y él, en respuesta, los invitaba, compartía su comida con ellos y les hacía regalos también.





La cuarta cualidad recomendada por el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, fue:





“Desea para las demás personas lo que quieres para ti mismo y así serás un musulmán verdadero” .





Esta enseñanza viene a complementar lo que relató Anas ibn Malik, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “No es un creyente completo quien no quiere para los demás lo que quiere para sí mismo” . [Bujari y Muslim]





El Islam es un sistema que busca ordenar todos los asuntos de sus seguidores de modo que su relación con el Creador sea cada vez mejor y más fuerte, para que así logren alcanzar la paz y tranquilidad que los llevará a encontrar la felicidad en esta vida y la otra. Pero al mismo tiempo, pretende promover y fortalecer las relaciones entre la gente, para que de esta manera el amor fraternal y la armonía reinen en la sociedad. Pero para que la sociedad alcance los niveles a los que pretende llevar el Islam a la humanidad, cada uno de sus individuos deben esforzarse de todas las formas posibles por que cada uno de los demás miembros de esta sociedad logre alcanzar su beneficio e intereses, como si se tratara de sus propios beneficios e intereses. Esta es la única manera en que se pude construir una sociedad sobre bases sólidas y establecer lazos irrompibles entre sus miembros. Por esto nos encontramos con que el mismo Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, va más allá de los simples deseos de bien hacia los demás y querer el bienestar de los demás. Él estableció que uno de los principios que hacen que la fe se establezca en el corazón es desear para el otro lo que uno quiere para sí mismo.





 





Y la última de estas maravillosas enseñanzas nos dice:





“Y no te rías exageradamente, pues reír exageradamente mata el corazón” .





La alegría y la felicidad es uno de los objetivos que busca el Islam que sus seguidores alcancen en esta vida y la otra. Además, nuestra religión es la religión de la armonía y el balance total, por lo que nunca se inclina hacia ningún extremo. Así como ha elogiado el llanto en algunos asuntos, en otros calla y en otros lo condena. Igualmente sucede con la risa, la cual no es prohibida ni considerada como pecaminosa, pero sí pone límites para que el ser humano no se deje llevar por sus pasiones y de esta manera se pierda a sí mismo y sea la causa de que otros se extravíen.





La risa es prohibida mientras se ora, mientras se escucha un sermón o enseñanzas, a menos que el orador mencione algo que sea gracioso. También cuando esta se debe a la burla y el menosprecio de la gente. Por esto es que Al-lah, Glorificado sea, dijo (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! No os burléis de vuestros hermanos, pues es posible que sean mejores que vosotros. Que las mujeres no se burlen de otras mujeres, pues es posible que sean mejores que ellas. No os difaméis ni os pongáis apodos ofensivos. ¡Qué malo es comportarse como un corrupto [difamando y poniendo apodos ofensivos] luego de haber sido agraciado con la fe! Y sabed que quienes no se arrepientan [de sus pecados] serán inicuos} [Corán 49:11].





La risa prohibida es la que se origina en lo que es Haram, como la difamación, la burla y los apodos, tal como es indicado por Al-lah Mismo. También es prohibida cuando la persona descuida sus obligaciones religiosas por andar detrás de las cosas que la hacen reír.





La risa en el Islam NO es pecado ni es prohibida fuera del contexto que mencionamos con anterioridad, el Mismo Al-lah, Enaltecido sea, dijo (lo que se interpreta en español): {Sabed que Él es Quien hace reír y hace llorar} [Corán 53:43]. Y en las palabras del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, que estamos analizando, no encontramos que él haya prohibido la risa, sólo que previno al musulmán de no exagerar, porque el hacerlo puede llevarlo a que su corazón muera, es decir, que se desvíe y salga de él la fe.





El Islam establece todo en término medio, no hay que ser serio de tal manera que la gente se asuste de nosotros, pero tampoco demasiado a legres, al punto que nos tomen como payasos. El mejor ejemplo de comportamiento lo encontramos en el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, por eso Al-lah nos dijo (lo que se interpreta en español): {Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Al-lah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Al-lah, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Al-lah.} [Corán 33:21]. Él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, era moderado en todos sus asuntos, así como se afectaba por los momentos de tristeza, se agobiaba por las penas que sufrían él y sus Sahabah, era alegre, sonreía y reía al punto que se podían ver sus muelas. Bromeaba con sus discípulos, era alegre y jugaba con los niños.





El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, siempre recibía a la gente con una sonrisa en su rostro, y además, enseñó que una forma de hacer caridad a uno de nuestros hermanos en la fe o la humanidad es sonriéndole.





“Aléjate de las cosas que Al-lah ha prohibido y serás el mayor de los adoradores de Al-lah entre la gente. Confórmate con lo que Al-lah te ha provisto y serás el hombre más rico. Se bueno con tu vecino y serás un creyente verdadero. Desea para las demás personas lo que quieres para ti mismo y así serás un musulmán verdadero. Y no te rías exageradamente, pues reír exageradamente mata el corazón” .





Pocas palabras con las que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos trazan el camino para ser mejores personas, ser felices con lo que tenemos, disfrutar de lo poco o mucho que poseamos, de lograr la unidad de todas las personas de la sociedad y de salvar nuestros corazones de la perdición.



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