Esta es, por cierto, considero a esta sura, la sura de los frutos, los beneficios de la fe. La primer parte de esta sura es sobre la práctica de la fe, y la parte que sigue son los beneficios de ser un creyente: “qué bien trae a tu vida porque eres un creyente”. No voy a compartir con ustedes esta parte, pero quiero dejar en claro la primera.

Allah describe una de las razones más comunes por las que la gente rechaza la guía de Allah, una de las razones más comunes, no todas las razones, pero una de las más comunes, y esta es…

ذذَٰلِكَ بِأَنَّهُ كَانَت تَّأْتِيهِمْ رُسُلُهُم بِالْبَيِّنَاتِ

Daalika bi’annahu kaana ta’tihim rusuluhum bil-bayyinat  – Los Mensajeros se presentaban ante ellos con las evidencias, (64:6)

Ellos, los mensajeros, continuamente llegaron a ellos, con las pruebas más claras.

فَقَالُوا أَبَشَرٌ يَهْدُونَنَا

Faqalu abasharu iahdunana –  pero (la gente) decía: «¿Acaso un mortal [igual que nosotros] nos ha de guiar?»

Decían en respuesta: “¿carne y huesos?, ¿este ser humano? Este tipo que luce como nosotros, ¿él nos va a guiar? ¿Quieren que le escuche a él? ¿Acaso lo has mirado? ¿Has visto su casa? ¿Han visto la gente con la que se suele juntar, esa gente de la pobreza, esos que se han convertido en musulmanes? ¿Acaso sabes a quien le estás hablando? ¿Quieres que me vuelva un creyente y escuche a este tipo?”

Así es como hablaban acerca de los Profetas.

Faraón decía de Musa (AS), Moisés: “mírenlo, ni siquiera puede hablar bien, está tartamudeando, no puede ni abrir la boca, ¿quieren que le escuche a él?”

La gente de Nuh (AS), Noé, se sacudirían sus ropas cada vez que él pasaba al lado de ellos, y se apartarían con una actitud de “No me toques anciano, estas sucio”, así es como le hablaban a Nuh (AS)

La gente a la que iban los Profetas a predicar les dirían: “Me encantaría escucharte, pero soy un millonario, tengo cierta imagen que mantener y tú te juntas con estos sin hogar, esta gente pobre, estos son los que te creen.  ¿Por qué no te apartas de ellos? entonces así vas a poder tener una reunión conmigo en mi oficina, porque no quiero ver esta clase de gente cerca de mí. Deshazte de ellos y quizá yo te escuche”.

Las críticas son siempre las mismas: “¿otro ser humano me va a guiar?”, “él es como nosotros”

En otras palabras, una de las razones más comunes por las que la gente rechaza la guía es porque ellos no ven que están desobedeciendo a Dios, ellos dicen “¿por qué hay un Mensajero en el medio? ¡Él es como yo!”, “Yo puedo tener una relación directa con Dios, no necesito un Mensajero en el medio”. Y Allah dice que esa es la fuente de la arrogancia.

A Iblis no se le pidió que haga postración ante Allah, a él se le pidió que haga postración ante Adam (AS), Adán. Porque era una prueba para la arrogancia, él no mostró arrogancia directamente a Allah sino que mostró arrogancia directa hacia Adam (AS)

Él dijo: “Él (Adam) está hecho de arcilla, yo estoy hecho de fuego, yo soy mejor que él”. Nadie va a decir “soy mejor que Allah”, pero puede que digan “soy mejor que x, y, y Z”, “yo soy mejor que estos Mensajeros, no tengo que seguirlos”, “son solo seres humanos, cometen errores, hacen esto, hacen aquello”. La fuente de la arrogancia está en el comienzo de la creación, desde el comienzo.

Incluso Iblis dijo: “¿Un ser humano?”, “¿estas bromeando?”, “¿Has visto mi currículo?”, “¿Voy a seguirlo a él?, de ninguna manera”.

Ese es el mismísimo orgullo, la raíz de ese orgullo esta todavía entre nosotros.

Alguien está tratando de darme un consejo. La primera cosa que viene a mi cabeza: “¿Quién eres  tú para aconsejarme?”, “¿quién te crees que eres?”.

Hoy yo soy el jatib, lidero la oración, después de la oración viene un hermano y me dice “hermano, no me gustó lo que dijiste”, acaso le voy a decir “¿sabes con quién estás hablando? Estoy en YouTube, ¿sabes?”…esa es la definición de arrogancia. Esa es la definición de negar la guía.

Allah dice que naciones en el pasado fueron destruidas porque no quisieron tomar la guía desde otro ser humano. Si el Mensajero no está hoy en día con nosotros, sus palabras, sus instrucciones, sus enseñanzas están presentes. Los eruditos están hoy, los que invitan al Islam están hoy, los que aconsejan están: tu padre que te aconseja, tu hermano que te aconseja. No los mires y digas “padre, tú siempre dices lo mismo, déjame solo, no entiendes”, “Hijo, ¿quién eres? ¿Acaso tú me vas a enseñar a mí? Yo te cambiaba tus pañales, no puedes aconsejarme, vete”.

Esta es la misma arrogancia que mantiene a la gente rechazando la guía: rechazar los consejos de los demás porque el orgullo se mete en el camino.

Que Allah quite el orgullo de nuestros corazones, y nos haga de la gente que verdaderamente cree por amor a Allah y ponen su ego a un lado especialmente cuando un consejo es dado.

-Nouman Ali Khan