En la primera página de la traducción árabe del Génesis, en el Antiguo Testamento, encontramos la palabra *Allah* *الله* diecisiete (17) veces.
Sin embargo, en la traducción al inglés, esta palabra se cambió a God.
▪︎En arameo, la palabra para Dios es generalmente "Alaha" (ܐܲܠܵܗܵܐ), que está estrechamente relacionada con la palabra árabe "Allah" (الله), que significa "Dios".
Es decir: *Allah* = es el nombre del Dios Todopoderoso.
*Allah*, el nombre de Dios, es utilizado por todos los hablantes de árabe de todas las religiones, incluyendo cristianos y judíos árabes.
▪︎Esto significa que Jesús oró a Alaha/Allah/Elah, el mismo Dios de Moisés, Abraham y Mahoma, la paz sea con todos ellos.
Bueno, antes que nada: quiero mencionarles un hecho importante: cada profeta a lo largo de la historia fue enviado con la lengua de su pueblo para que pudiera transmitirles el mensaje con claridad.
Esto se menciona en el versículo 14:4 del Corán.
Según muchos eruditos árabes del pasado, la palabra «Alá» es un nombre propio que se designa exclusivamente para la Divinidad, no para ninguna criatura. A lo largo de la historia,
nadie ha sido llamado con este nombre excepto Dios Todopoderoso.
El árabe es una de las lenguas más ricas, si no la única, que conserva todas sus palabras y significados, y no ha sufrido la extinción ni la desaparición como otras lenguas semíticas.
El hebreo, por ejemplo, desapareció durante siglos y luego resurgió muchos siglos después.
No tenía vocales, pero estas se añadieron recientemente. Esto pone en duda la autenticidad de las palabras pronunciadas antes de su incorporación.
Al comparar la palabra "Allah" en árabe con sus equivalentes en otras lenguas semíticas, se descubrió que se usaba igual que "Eloh" en hebreo, "Elah" en arameo, "Aloha" en siríaco y "Ellaah" en árabe meridional.
La palabra "*Allah*" es muy similar a estas.
Esto demuestra que todas son la misma palabra o que derivan de ese nombre, con diferencias de pronunciación en los manuscritos hebreos y arameos escritos antes del uso de las vocales.
Esto tiene mucho sentido, amigo, porque en diferentes idiomas un nombre se mantiene prácticamente igual, con ligeras variaciones en la pronunciación debido a las diferencias lingüísticas. Tomemos como ejemplo uno de los nombres del profeta, "Abraham"; se pronuncia como Abraham, Efraín y Ebrahim en diferentes idiomas, pero sigue siendo el mismo nombre.