
El comportamiento ideal del
musulmán : El musulmán y el
matrimonio
- El matrimonio en el Islam
El matrimonio en el Islam es considerado como tranquilidad para el alma y
sosiego para la mente. El Islam exhorta mediante el matrimonio a que el hombre y la
mujer puedan vivir juntos en una atmósfera de amor, misericordia, armonía,
cooperación, consejo mutuo y tolerancia, estableciendo las bases para la construcción
de una familia musulmana dentro de un ámbito legítimo.
El Sagrado Corán ha descrito, de la forma más elocuente, esta eterna relación
natural entre el hombre y la mujer, la cual está repleta de tranquilidad, seguridad,
amor, comprensión y compasión:
Y entre Sus signos está haberos creado esposas de entre vosotros para que
encontréis en ellas sosiego, y puso entre vosotros amor y misericordia... [30:21]
El matrimonio es una unión entre dos seres, en el sentido más profundo. Allah
une estas dos almas para que puedan disfrutar con tranquilidad y estabilidad la vida
conyugal llena de amor sincero y misericordia.
En el Islam, la mujer creyente y virtuosa, es considerada una de las alegrías de
esta vida, y una gran bendición para el hombre, porque cuando regresa al hogar ella
contribuye para que se relaje después de haber enfrentado los avatares de la vida, y
encuentra en ella una paz incomparable, consuelo y placer. El Profeta dijo: "Este
mundo es un placer transitorio, y el mayor placer que existe en él, es una mujer
virtuosa”. Transmitido por Muslim - La esposa musulmana ideal
Basándose en las enseñanzas islámicas sobre el matrimonio y la mujer, el
musulmán no se ve atraído por una mujer superficial, sino que por el contrario
prefiere una musulmana con una personalidad islámica definida, independiente y
que practica el Islam por decisión propia; por eso el musulmán toma su tiempo para
escoger a su compañera para toda la vida, buscando la que tenga características
islámicas correctas que contribuirán a una vida conyugal estable y feliz. Por
consiguiente el musulmán no está interesado únicamente en la belleza física, lo que
es en realidad la preocupación de los jóvenes superficiales. Aunque no ignora el
2
aspecto físico, también busca la religiosidad, inteligencia, intelectualidad y buen
comportamiento, siguiendo el consejo del Profeta cuando dijo:
"Se buscan cuatro características en una mujer con objetivos de matrimonio:
Riqueza, linaje, belleza física o religión. Escoge por religiosidad, pues es más
probable que sea un matrimonio estable". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim
Aunque el Profeta aconsejó al joven musulmán buscar una esposa religiosa,
esto no significa que debe ignorar su belleza física, ya que el Profeta indicó la
necesidad de conocer personalmente a la mujer antes de contraer matrimonio, para
que el musulmán no se encuentre casado sorpresivamente con una mujer que
encontrará poco atractiva.
Al-Mugîrah Ibn Shu‘bah dijo: Cuando me comprometí con una mujer en la época
del Profeta , él me preguntó: "¿La has visto?" Yo le contesté: No. Entonces me dijo:
"Ve y conócela, pues es más probable que encontréis amor y afinidad entre ambos".
Transmitido por An-Nasâ'i con un Isnâd Sahîh
Un hombre que se había comprometido con una mujer de los Ansâr fue a ver al
Profeta , quién le preguntó: "¿La has visto?" Y él respondió: No. Entonces el Profeta
le ordenó que vaya a conocerla. Transmitido por An Nasâ'i e Ibn Mâyah con un Isnâd
Sahîh
El Profeta enfatizó esto en más de un Hadîz, de hecho la belleza es una de las
características que un hombre busca en una mujer, además de la moral y la
religiosidad. El Profeta le dijo a Ibn ‘Abbâs: "¿Quieres que te informe sobre lo más
valioso que un hombre puede tener? Una esposa virtuosa. Que cuando la mira se
deleita, cuando le solicita algo ella lo realiza y cuando está ausente ella le es fiel".
Transmitido por Al-Hâkim, que dijo: Es Sahîh según los requisitos y las condiciones de Al
Bujâri y Muslim
Abû Hurairah dijo: El Profeta fue preguntado: ¿Cuál es la mejor mujer?
Respondió: "Aquella que cuando su esposo la mira se deleita, cuando le solicita algo
ella lo realiza, y no hace algo que él deteste". Transmitido por el Imâm Ahmad en Al
Musnad con un Isnâd Sahîh
3
Éstas son las características dadas por el Profeta con respecto a la mujer con la
cual se puede alcanzar felicidad, tranquilidad y estabilidad, y con la cual constituir
un hogar agradable y seguro para criar hijos piadosos, sanos e inteligentes. El Profeta
insistió en que el matrimonio sea edificado sobre sólidas bases, con un equilibrio
en lo físico, mental, espiritual y emocional, evitando conflictos y diferencias. Por
consiguiente el musulmán correcto que se basa en el Corán y la Sunnah en todos sus
asuntos, no cae en la frivolidad de considerar únicamente lo físico. - El esposo musulmán ideal
Una de las formas en la cual el Islam ha honrado a la mujer es concediéndole el
derecho a elegir a su marido. Sus padres no tienen derecho a forzarla a casarse con
alguien que no le agrade.
Existen muchos textos que apoyan a la mujer en este tema sensible, por ejemplo
el relato citado por el Imâm Al Bujâri de Al-Jansâ' Bint Jidâm:
"Mi padre me casó con un primo que no me gustaba, por eso me quejé ante el
Mensajero de Allah . Él me aconsejó en un principio: `Acepta lo que tu padre te
aconseja'. Dije: `Yo no deseo aceptar lo que mi padre ha dispuesto'. Me dijo:
`Entonces ese matrimonio es nulo. Tienes el derecho a casarte con quien desees'. Le
dije: `Ahora acepto lo que mi padre dispuso, pero quería que las mujeres conozcan
que los padres no tienen derecho en las decisiones de sus hijas (es decir, que no
tienen derecho a forzarlas a casarse con quien no desean)". Ver Fath Al Bâri', 9/194
En primer lugar, el Profeta le aconsejó a Al-Jansâ' que obedeciera a su padre,
porque la preocupación de los padres por el bienestar de sus hijas es algo innegable.
Pero cuando el Profeta se dio cuenta de que su padre la había forzado a un
matrimonio que ella no deseaba, le dio la libertad para elegir, salvándola de la
opresión de un padre que quería forzarla a un matrimonio no deseado.
El Islam no oprime a la mujer, forzándola a casarse con un hombre que le
desagrada, porque quiere un matrimonio exitoso, basado en la compatibilidad entre
los cónyuges. Debe existir una similitud entre ellos, en términos de físico, actitudes,
hábitos, inclinaciones y aspiraciones. Si algo va mal, y la mujer siente que no puede
amar a su marido sinceramente, entonces puede pedir el divorcio. Esto fue
4
confirmado en un relato, cuando la esposa de Zâbit Ibn Qais Ibn Shammâs, Yamîlah,
hermana de `Abudllah Ibn Ubai, se presentó ante el Profeta y le dijo: "¡Mensajero de
Allah! No tengo nada contra Zâbit Ibn Qais con respecto a su religión o
comportamiento, pero odio cometer un acto de incredulidad siendo una musulmana
(en otra narración dice: Yo no culpo a Zâbit de nada, con respecto a su religión o su
comportamiento, pero no lo quiero)". El Profeta le preguntó: "¿Le devolverás su
jardín?" - su dote había sido un jardín. Ella contestó: "Sí." Entonces el Mensajero de
Allah le envió un mensaje a él: "Toma de vuelta tu jardín, y concédele a ella una
declaración de divorcio." Fath Al Bâri', 3/395
El Islam ha protegido la dignidad de la mujer, y ha respetado sus deseos con
respecto a la elección de un marido, con quien pasará el resto de su vida. No es
aceptable para nadie, (no importa quién sea el pretendiente), forzar a una mujer a un
casamiento con un hombre a quien no quiere.
No hay una indicación más precisa de esta situación que la historia de Barîrah,
una joven esclava etíope que fue casada con otro esclavo cuyo nombre era Mugíz, a
pesar de que ella jamás lo hubiera elegido como marido si hubiera estado en control
de sus propios asuntos. `Â'ishah se apiadó de ella, la compró y la liberó. Cuando la
joven se sintió libre, en control de sus propios asuntos, y pudo tomar una decisión
sobre su matrimonio solicitó el divorcio. Su marido, solía seguirla llorando, mientras
ella lo rechazaba. Al-Bujâri cita a Ibn `Abbâs para describir a esta mujer liberta, quien
insistía en la anulación de su matrimonio con alguien a quien no amaba.
Ibn `Abbâs dijo: "El esposo de Barîrah era un esclavo conocido como Mugîz. Casi
puedo verlo, corriendo tras ella y llorando con lágrimas sobre su barba. El Profeta
le dijo a mi padre: `¡`Abbâs! No te sorprendes de cuánto ama Mugîz a Barîrah, y de
cuánto desprecia Barîrah a Mugîz'. El Profeta le dijo a Barîrah: `¿Por qué no regresas
con él?' Ella dijo: `¡Mensajero de Allah! ¿Acaso estás ordenándome hacer eso?'. Él le
dijo: `No. Sólo estoy tratando de mediar en su favor'. Ella dijo: `No tengo interés en
él’” Fath Al Bâri', 9/408
El Profeta estaba sumamente conmovido por esta demostración de amor por
parte del marido y un igualmente enérgico desprecio por parte de la esposa. Él no
5
pudo ayudar, pero intentó mediar preguntándole por qué no regresaba con su
esposo y padre de su niño. Esta mujer creyente le preguntó si le estaba ordenando
hacerlo, pero el Profeta le contestó que solamente estaba tratando de interceder
para promover una reconciliación. Él no estaba tratando de forzar a nadie a hacer
algo que no deseara.
La musulmana que comprende las enseñanzas de su religión tiene criterios
prudentes y correctos cuando elige a su marido. No sólo se preocupa por la
apariencia y la posición social, etc, sino que examina su nivel de compromiso
religioso, su actitud y comportamiento, porque éstos son los pilares de un
matrimonio exitoso. La enseñanza islámica señala la importancia de estas cualidades
en un potencial esposo, dijo el Profeta :
"Si se os presenta alguien con cuya religión y actitud estáis satisfechos, entonces
concretad el matrimonio…" Hadîz hasan narrado por At-Tirmidhi, 2/274
La musulmana guiada por su religión no se siente atraída por superfluos
estereotipos de "playboy". Por el contrario, se siente atraída por un hombre serio,
educado y creyente; aquel de vida honesta y corazón puro, cuyo comportamiento es
bueno y cuya comprensión de la religión es íntegra.
Esto no significa que la musulmana deba ignorar completamente el tema de la
apariencia física, y soportar a alguien sin atractivo y desagradable a sus ojos. Es su
derecho - como se expresó anteriormente- casarse con un hombre que su corazón
ame, y que la complazca tanto en su apariencia como en su conducta. La apariencia
no debe ser desatendida a expensas de la naturaleza interior, ni viceversa. La mujer
debe escoger a un hombre atractivo para ella, en todos los aspectos, alguien que gane
su admiración y respeto. La verdadera musulmana no se deja deslumbrar por las
apariencias exteriores, y nunca deja que estas apariencias, la distraigan de percibir la
esencia de un potencial esposo. - Cumplir con los preceptos islámicos en la vida conyugal
El musulmán correcto se relaciona con su esposa de la mejor manera, siendo
siempre amable y correcto. Respetando siempre su integridad emocional y física; dijo
el Profeta hablando a los hombres:
6
"Traten correctamente a las mujeres, porque la mujer fue creada de una costilla.
La parte más encorvada es la cima. Si tratas de enderezarla la quebrarás; si la dejas
permanecerá (en su esencia) curva. Compórtense amablemente con las mujeres".
Transmitido por Al-Bujâri y Muslim
Según otro Hadîz transmitido por Muslim, el Profeta dijo: "La mujer fue creada
de una costilla. Nunca se enderezará (abandonando su esencia). Si te relacionas con
ella, tendrás que aceptarla (como ella es) curva (arqueada), porque si intentas
enderezarla la romperás. Romperla significa el divorcio".
Esta descripción del Profeta elocuentemente describe la esencia y la naturaleza
de la mujer. Ella no podrá cambiar para ser lo que su marido desea, sino que el
marido musulmán debe entender que esa es su naturaleza, y así es como ella ha sido
creada. No debe intentar enderezarla de la manera que está convencido que es
correcta, sino que debe respetar su naturaleza femenina y debe aceptarla como Allah
la creó, teniendo en cuenta que ser "curva (arqueada)" significa que ella no será como
él lo desee en algunos aspectos ni tendrá la misma visión y concepto que él. Si insiste
en enderezarla y amoldarla a sus deseos, será como intentar enderezar una costilla:
terminará partiéndola con sus manos, y la ruptura de la costilla en esta imagen
metafórica significa el divorcio.
Cuando el marido musulmán sigue concientemente la guía del Profeta
Muhammad basada en un entendimiento profundo de la psicología y naturaleza
femenina, acepta las diferencias con su esposa y tolera las discrepancias, y
reconociendo que esa es su naturaleza. De esta manera el hogar conyugal podrá ser
un ambiente de armonía, felicidad y realización personal para todos sus integrantes.
Podemos encontrar este concepto en el Hadîz citado anteriormente, donde el
Profeta dijo "Compórtense correcta y amablemente con las mujeres" y, después de
analizar la naturaleza de la mujer, finalizó diciendo: "Compórtense amablemente con
las mujeres". ¡Qué significativa era la preocupación del Profeta por la mujer, y qué
profunda era su comprensión de su naturaleza, esencia y psicología! El marido
musulmán debe aferrarse a esta guía, poniéndola en práctica en todo momento.
7
La preocupación del Profeta por los derechos de la mujer alcanzó tal magnitud
que no olvidó recordarles a los musulmanes el trato amable y considerado a la mujer
en su sermón de despedida (Jutbah Al-Uadâ‘). Éste es el sermón en que el Profeta
reiteró los puntos esenciales del Islam durante la Peregrinación, cuando comprendió
que iba a ser la última vez que se dirigiera a los musulmanes. En esta situación no
omitió aconsejarles a los musulmanes los derechos de la mujer al buen trato y el
respeto a su integridad emocional y física: “Compórtense correctamente respetando
a vuestra mujer..." Transmitido por At-Tirmidhi, que dijo: Es un Hadîz Sahîh
Todo marido musulmán encuentra en este consejo la sabiduría del Profeta
definiendo el deber del marido hacia su esposa en una convivencia de tolerancia,
misericordia y compasión.
El Profeta dio muchas recomendaciones para con las mujeres, al extremo de
considerar al hombre que trata bien a su esposa como el mejor de la nación Islámica
(Ummah):
"El creyente que tiene la fe más completa es aquel de mejores modales, y el mejor
de entre ustedes es quien mejor trata a su esposa". Transmitido por At Tirmidhi, que
dijo: Es un Hadîz Sahîh
Algunas mujeres fueron a ver a la familia del Profeta y se quejaron del trato de
sus maridos. Entonces el Profeta dijo: "Algunas mujeres han visitado a la familia de
Muhammad quejándose de sus maridos. Ciertamente que esos hombres no son los
mejores de entre vosotros". Transmitido por Abû Daûd, An Nasâ'i e Ibn Mâyah. Ibn
Hayar dijo en Al-Isâbah: Su Isnâd es Sahîh
El Islam exhorta a los musulmanes a tratar amablemente y con respeto a las
mujeres, y recomienda a los maridos tratarlas correctamente aun cuando existan
disputas y discusiones. Allah dice en el Corán:
Tratad bien a vuestras mujeres en la convivencia. Y si algo de ellas os disgusta,
es posible que Allah haya decretado a pesar de esto un bien para vosotros. [4: 19]
Este versículo toca el corazón del musulmán, apaciguando su enojo ante las
diferencias y enseñándole a convivir agradablemente aunque existan diferencias. De
esta manera el Islam protege al sagrado matrimonio de exponerse al peligro de las
8
emociones turbulentas y ánimos exacerbados. Cuando un hombre le dijo a ‘Umar Ibn
Al-Jattâb que quería divorciarse de su esposa porque esta ya no le atraía, le dijo:
‘¡Ay de ti! ¿Acaso piensas que las familias se basan únicamente en la atracción
(física)? ¿Has olvidado la consideración y el cuidado?’
El musulmán correcto es cortés, paciente, generoso y medido ante situaciones o
actitudes que le disgusten de su esposa. Y jamás tiene comportamientos perversos y
perjudiciales hacia su esposa.
El musulmán correcto obedece de buen grado a su Señor, por eso trata
cortésmente a su esposa aun cuando encuentre aspectos que le desagraden de ella,
porque entiende las palabras del Sabio Señor del Universo sobre las muchas cosas
que le están ocultas. La persona puede detestar algo e intenta distanciarse de ello, sin
embargo eso es una bondad y bendición para él. El musulmán es moderado y
equilibrado incluso en el amor por las personas.
El Profeta explicó que aunque al marido le pudiese disgustar algo de su
esposa, ella tiene otras características favorables que seguramente le agradan. Por eso
no debe ignorar su lado positivo, siendo injusto al enfocar únicamente los aspectos
negativos. Dijo:
"Ningún creyente debe detestar a una creyente. Si le desagrada alguna de sus
características, seguramente habrá otras que le agradarán". Transmitido por Muslim - El musulmán correcto es buen marido
El musulmán hace su mejor esfuerzo por cumplir de la mejor manera los
esclarecedores e inequívocos textos del Corán que le ordenan tratar justa y
decentemente a su esposa. El musulmán intenta concientemente ser el marido ideal
para que su esposa disfrute de su compañía dócil y agradable. Cuando retorna al
hogar saluda a su esposa y a sus hijos con una sonrisa, y no olvida el bendito saludo
del Islam, dice el Corán:
Y cuando entréis en una casa, saludaos unos a otros con la salutación bendita
[que Allah ha prescripto: As Salâmu ‘Aleikum]... [24:61]
9
El Profeta exhortó a Anas a usar ese saludo: "¡Hijito! Cuando entres a tu
hogar saluda a tu familia con el saludo de paz (As Salâmu ‘Aleikum), porque será una
bendición para ti y para tu familia". Transmitido por At-Tirmidhi, que dijo: Es un Hadîz
Hasan Garîb
Es una gran bendición para el hombre reencontrarse con su familia con un
saludo agradable, que contribuya a una feliz, armoniosa y placentera atmósfera.
El musulmán debe colaborar con su esposa en los quehaceres del hogar siempre
que ella lo necesite, y debe contenerla emocionalmente ante cualquier dificultad.
Debe hacerla sentir que ella está viviendo con un marido generoso y tolerante, que la
protege y la cuida, y se preocupa por ella satisfaciendo sus necesidades dentro de sus
posibilidades.
El musulmán también debe satisfacer su feminidad presentándose atractivo ante
ella -dentro de los límites islámicos- y debe dedicarle tiempo y demostrarle interés.
No debe permitir que su estudio, trabajo, ocupaciones, responsabilidades o amigos le
tomen todo su tiempo y lo mantengan alejado de su hogar. El Islam le garantiza a la
mujer el derecho a disfrutar de su marido a tal magnitud que le exige al hombre que
no emplee todo su tiempo en la adoración, que es el mejor y más honorable de los
actos, sino que sea equilibrado y moderado. Narró ‘Abdullah Ibn ‘Amr Ibn Al-‘Âs ,
que cuando el Profeta se enteró de su exagerada dedicación a la adoración, le dijo:
"He oído que ayunas todos los días y que oras toda la noche" ‘Abdullah le respondió:
Así es Mensajero de Allah. Entonces el Profeta le dijo: "No hagas eso. Ayuna y
aliméntate, duerme y despiértate para rezar. No olvides que tu cuerpo tiene derecho
sobre ti, tus ojos tienen derecho sobre ti, tu esposa tiene derecho sobre ti y tus
huéspedes tienen derecho sobre ti". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim
Jaulah Bint Hakîm, que era la esposa de ‘Uzmân Ibn Madh‘ûn , visitó a una
esposa del Profeta llevando un vestido harapiento y desaliñado. Le preguntó: ¿Qué
sucede contigo? Ella le dijo acerca de su marido: Por la noche reza, y durante el día
ayuna. Ella le contó al Profeta lo que había oído, y cuando este vio a ‘Uzmân Ibn
Madh‘ûn, lo reprendió diciéndole: "¿Acaso no tienes un ejemplo en mí?" ‘Uzmân dijo:
Por supuesto. ¡Qué Allah me permita sacrificarme por ti! "¡Oh, ‘Uzmân! El monacato
10
no se ha prescrito para nosotros. Juro por Allah que yo soy el más temeroso de Allah
y el que mejor respeta sus límites". Al tiempo, Jaulah se presentó otra vez, pero ahora
vistiendo ropa fina y con un aroma perfumado muy agradable.
El Profeta solía infundirles esta guía a sus Compañeros y mostrarles como
lograr el bienestar y el equilibrio entre la vida espiritual y la vida en la intimidad de
la familia. Las mujeres siempre podían recurrir al Profeta para quejarse ante el
maltrato o si uno de sus esposos sobrepasaba los límites del ascetismo y la devoción.
El Imâm Al-Bujâri narró en su libro As-Sahih que Abû Yuhaifah dijo: El Profeta
estableció la hermandad entre Salmân y Abû Ad Dardâ'. Cierto día, Salmân visitó a
Abû Ad Dardâ' y vio que su esposa, Umm Ad Dardâ', estaba desaliñada. Él le preguntó
el motivo de su aspecto y ella le respondió: Tu hermano Abû Ad Dardâ' no tiene
ningún interés en esta vida. Cuando llegó Abû Ad Dardâ' a la casa, preparó comida y
le dijo a Salmân: Come tú, porque yo estoy ayunando. Salmân le dijo: No comeré a no
ser que tú comas. Entonces comieron juntos. Esa noche Abû Ad Dardâ' quiso pasarse
toda la noche rezando pero Salmân le pidió que durmiera. Luego quiso levantarse
para rezar pero Salmân le dijo de nuevo que durmiera. En la última parte de la noche
Salmân le dijo: Ahora levántate, y rezaron juntos. Luego Salmân le dijo: Tu Señor tiene
derecho sobre ti, tu persona tiene derecho sobre ti, tu esposa tiene derecho sobre ti,
así que otórgale su justo derecho a cada uno. Cuando Abû Ad Dardâ' se encontró con
el Profeta le dijo sobre lo que había sucedido, y el Profeta exclamó: "Salmân tiene
razón".
El musulmán debe siempre tener buen humor, ser afable y simpático. El Profeta
cuya vida es el más sublime ejemplo de ser humano aunque siempre estaba
ocupado con la tarea de enseñar los fundamentos del Islam, la edificación de una
sociedad musulmana, la dirección del ejército y otras numerosas actividades, esto no
le impedía ser un marido ideal, con el mejor carácter, un trato amable y cálido, un
rostro sonriente, y un humor sano y divertido.
‘Â'ishah dijo: Fui a ver al Profeta con algo de Harîrah (un plato preparado
con harina y leche) que yo había cocinado para él, y le dije a Saudah , y el Profeta
estaba sentado entre ella y yo: ¡Come! Y ella se negó a comer. Le dije: Come o lleno tu
11
cara con esto. Pero ella se negó. Entonces introduje mi mano en la Harîrah y
embadurné su cara. El Profeta se rió, puso algo de Harîrah en la mano de Saudah, y
le dijo: "Hazle lo mismo a ella". Hadîz Hasan
¡Qué ejemplo de tolerancia, buen carácter y sentido del humor tenía nuestro
Profeta Muhammad !
‘Â'ishah narró que una vez, cuando viajó junto al Profeta , compitieron en
una carrera y ella ganó. Después, pasado un tiempo, cuando ella tenía algo mas de
peso, compitieron nuevamente pero esta vez él ganó, y entonces le dijo riendo: "Esta
es en compensación de aquel día". Hadîz Sahîh transmitido por Ahmad y Abû Daûd
Al Profeta le agradaba divertirse sanamente disfrutando de distintos
entretenimientos junto a su esposa ‘Â'ishah . Ella narró lo siguiente: El Profeta
escuchó ruidos fuera de la casa. Había un grupo de personas reunidas alrededor de
unos abisinios que estaban haciendo una demostración gimnástica. Dijo: "¡‘Â'ishah!
Ven a ver". Apoyé mi mejilla en su hombro y pude ver. Luego de un tiempo me dijo:
"¡‘Â'ishah! ¿has visto suficiente? Le dije: no, sólo para ver cuánto significaba para él.
Entonces cambió su peso de un pie al otro. (Es decir que estaba cansado, pero estaba
deseoso de quedarse para que siguiera mirando el espectáculo) Transmitido por An
Nasâ'i de Iazîd Ibn Rûmân de ‘Â'ishah. Ver también los diferentes relatos en Fath Al-Bâri',
Bâb Al-‘Îdain (Capítulo sobre las dos festividades)
El musulmán correcto no se irrita ni se enfada por razones insignificantes, como
tantos maridos ignorantes hacen, creando alboroto si sus esposas les ofrecen comida
que no es de su gusto, o si la comida llega un poco tarde, o cualquier otras razón
inaceptable. El musulmán correcto rememora aspectos del carácter del Profeta , y
ello le recuerda ser generoso, amable y tolerante. Una de las características del
Profeta es que nunca criticó una comida. Si le gustaba, la comía, y si no le gustaba,
simplemente la dejaba. Transmitido por Al-Bujâri y Muslim
El Profeta una vez pidió a una de sus esposas alguna comida simple que
pudiese comer con pan, y ella le dijo: No tenemos más que vinagre. Entonces él le
pidió que lo trajeran y exclamó: "¡Qué rico es untar el pan con vinagre! ¡Qué rico es
untar el pan con vinagre!" Transmitido por Muslim
12
Que escuchen estos hadices aquellos maridos que se enojan por insignificantes
errores de sus esposas, cuando la comida llega un poco tarde o no es de su agrado,.
Sus pobres esposas pueden tener excusas perfectamente aceptables, pero ellos se
enfadan sin interesarse por ello, basándose en un incorrecto entendimiento de que
los hombres están a cargo de las mujeres, el Qawamah.
El marido musulmán no se limita a mostrar bondad y generosidad hacia su
esposa, sino que también extiende su respeto y bondad hacia las amigas de ella.
‘Â'ishah narró: Una mujer anciana vino a ver al Profeta y él le sonrió, le mostró
respeto, y le preguntó: "¿Cómo está usted?" Ella le contestó: ¡Estoy bien Mensajero de
Allah alhamdulillah! Cuando esta se marchó, ‘Â'ishah le preguntó: ¿Por qué le das la
bienvenida a esta mujer anciana tan deferentemente, de una manera que no te he
visto hacer con nadie más? El Profeta contestó: "Ella nos venía a visitar cuando
Jadîyah vivía ¿Acaso no sabes que honrar los lazos de amistad es parte de la fe?"
Transmitido por Al-Hâkim en Al-Mustadrak, que dijo: Es Sahîh según los requisitos de Al
Bujâri y Muslim
Una esposa puede enfadarse por cualquier razón y apartarse de su marido
haciéndole notar su enojo. En este caso, el marido musulmán debe responder con
tolerancia y bondad, basado en su visión profunda de la psicología y naturaleza
femenina, como hacía el Profeta cuando su esposa estaba enfadada con él y se
apartaba de él todo el día hasta la noche.
‘Umar Ibn Al-Jattâb dijo: Nosotros los de Quraish teníamos el control sobre
nuestras mujeres. Pero cuando llegamos a Al-Madînah encontramos a unas personas
cuyas mujeres tenían el control sobre ellos, y nuestras mujeres empezaron a aprender
de ellas. Yo vivía en el barrio Al-‘Auâli, entre los Banû Umaiiah Ibn Zaid. Un día mi
esposa estaba enfadada conmigo, y me empezó a discutir. No me gustó, pero ella me
dijo: ¿No te gusta que discuta contigo? Por Allah, que las esposas del Profeta
discuten con él. Ellas se enfadan y se alejan todo el día de él, hasta la noche. Entonces
fui a ver a Hafsah (su hija y esposa del Profeta ) y le pregunté: ¿Discutes con el
Profeta? Me respondió: Sí. Le pregunté: ¿Te enojas con él y te alejas de él todo el día
hasta la noche? Me respondió: Sí. Le dije: ¡Condenado quien lo haga! No discutas con
el Mensajero de Allah, y no le pidas nada. Pídeme a mí lo que necesites. Entonces
13
‘Umar fue donde el Profeta y le comentó lo que había sucedido en su casa y la
conversación que había mantenido con Hafsah, y el Profeta sonrió. Transmitido por
Al-Bujâri, Muslim, At Tirmidhi y An-Nasâ'i
El musulmán debe desarrollar esta actitud tolerante, para así seguir al Profeta
en su comportamiento y actos. Recién entonces será la prueba viviente de que el
Islam es un estilo de vida superior; y que la miseria, la división, la confusión y la
ansiedad que azotan a los individuos, las familias y las sociedades son causadas por
el hombre que ignora los conceptos y los valores nobles que enseña el Islam. Éstos
son los elevados principios que, si son adoptados por el marido traen paz,
estabilidad, felicidad y seguridad al hogar. - El musulmán es un marido exitoso
El musulmán es un marido exitoso, porque logra el amor de su esposa debido a
su adhesión a la guía del Islam. Tiene un entendimiento profundo y compasivo de la
naturaleza y la psicología femenina, y transita con su esposa por el camino recto del
Islam, religión que está en completa armonía con la naturaleza del ser humano.
Reconoce sus inclinaciones, deseos y humores, e intenta conciliar la vida ideal y el
comportamiento que esperan uno del otro. Además nunca se olvida que ella fue
creada de una costilla, y que enderezar una costilla es imposible, por lo que debe
aceptar y respetar su esencia y persona íntegramente. - Entiende a su esposa y respeta sus sentimientos
El musulmán correcto comprende a su esposa y respeta sus sentimientos. No
critica a su familia ni sus amistades, en respeto por sus sentimientos. No divulga
ningún secreto que ella le haya confiado, porque el descuido en estos asuntos a
menudo terminan en conflictos entre los cónyuges y extinguen el amor entre ellos. - La contiene y ayuda ante dificultades y fracasos
El marido sincero aconseja respetuosamente a su esposa si detecta que ella está
faltando a algún deber religioso; de la manera más delicada, amable y positiva. Si no
concuerdan, siempre se dirige a ella con cortesía, humanidad e inteligencia, evitando
la crítica ruda o reprenderla delante de la gente, no importa cual sea la razón, irrita
14
mucho a una mujer ser humillada en público. El musulmán es sensible y respetuoso
de los sentimientos de la mujer. - El musulmán correcto sabe conseguir equilibrio entre
complacer a su esposa y tratar a su madre con bondad y respeto
Hemos mencionado anteriormente las obligaciones del musulmán hacia sus
padres, en especial hacia la madre, y por eso el musulmán utiliza su inteligencia,
ingenio, compasión y fortaleza de carácter en su relación con su esposa y su madre,
de tal manera que no ofende a ninguna de las dos. No puede ser desobediente con su
madre y opresivo con su esposa. Reconoce los derechos de su madre y la trata de la
mejor manera, sin olvidar los derechos de su esposa. Cuando cumple su deber hacia
su madre y cuida de ella; no lo hace en detrimento de su relación matrimonial.
Comportándose con piedad y devoción (taqwa) y siguiendo las enseñanzas del Islam,
que determinan que se debe tratar a ambas, madre y esposa, con amabilidad y
consideración. - La musulmana correcta trata a la madre y a la familia de su
esposo con amabilidad y respeto
La musulmana correcta encuentra una posibilidad de alcanzar la complacencia
de Allah honrando y respetando a la madre de su marido. La musulmana que
realmente comprende las enseñanzas del Islam sabe que la persona que tiene
mayores derechos sobre un hombre es su madre.
`Â'ishah le preguntó al Mensajero de Allah : "¿Quién tiene los mayores
derechos sobre un hombre?" Le respondió: "Su madre". Relatado por Al- Bazzâr con
un isnâd hasan. Ver Mayma` Az Zauâ'id, 4/308.
Por eso, la esposa musulmana ayuda a su esposo a honrar y respetar a su madre.
De ese modo se hará un favor a sí misma y a su marido, porque estará ayudándolo a
realizar buenas obras y al mismo tiempo ella ganará la complacencia de Allah, como
fue ordenado en el Corán. Además, sin duda alguna se congraciará con su esposo
quien la apreciará por el honor y respeto dispensado hacia su familia en general, y
hacia su madre en particular. Nada complace más a un esposo musulmán, justo y
respetuoso, que ver vínculos sólidos de amor y respeto entre su esposa y su familia.
15
Y nada podría ser más detestable que ver éstos vínculos destrozados por el ego, la
indiferencia y los celos enfermizos. La familia musulmana guiada por su fe en Allah,
y el seguimiento de las enseñanzas puras del Islam, no cae en este comportamiento
que habitualmente florece en un ambiente apartado de las verdaderas enseñanzas
islámicas, donde predomina el ego y los caprichos.
La esposa musulmana puede ser puesta a prueba con una suegra difícil y otros
parientes políticos si estos no tienen buen carácter ni se atienen a la ética de
comportamiento islámico. Si esa situación se presenta, ella debe tratarlos de la mejor
manera, lo cual requiere de una gran dosis de ingenio, cortesía y paciencia.
Apartando todo lo perjudicial y atrayendo para sí y su familia la mejor de las
situaciones posibles. De ese modo, mantendrá un equilibrio entre la relación con sus
parientes políticos y la relación con su esposo e hijos. Además, se protegerá a sí
misma y a su matrimonio de cualquier efecto adverso que pueda resultar de la
carencia de dicho equilibrio y malas influencias de la familia. - ¿Qué sucede cuando la familia propia o política son no
musulmanes?
En este caso la relación está regida por dos importantes principios:
Primer principio: La importancia de honrar a los padres, propios o políticos, ya
sean estos musulmanes o no musulmanes, porque el Profeta mostró el más
sublime ejemplo de tolerancia y aceptación cuando exhortó a los musulmanes a
tratar con cortesía y bondad a sus padres, aunque profesasen una religión diferente
al Islam. Esto está claramente registrado en el Hadîz narrado por Asmâ' Bint Abî Bakr
, quién dijo: Mi madre vino a visitarme, y ella era idólatra durante la vida del
Profeta . Entonces le pregunté al Profeta : Mi madre ha venido a visitarme y
necesita mi ayuda ¿Acaso debo ayudarla? Y él respondió: "Sí, relaciónate con tu
madre de la mejor manera y ayúdala". Transmitido por Al Bujâri y Muslim Por lo que
debemos honrar y obedecer a los padres propios y políticos aunque no sean
musulmanes, pero, ¿Cuál es el límite de esta obediencia?
Segundo principio: La obediencia absoluta es debida únicamente a Allah, dice en
el Corán:
16