En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
Las alabanzas son para Dios Único. La paz y las bendiciones sean sobre quien no hay otro profeta después de él.
Ciertamente, Dios (Glorificado y Exaltado sea) creó a las criaturas –los genios y los humanos por una gran razón y un gran propósito que es adorarlo (Glorificado y Enaltecido sea), la evidencia de eso es el dicho de Dios el Altísimo: «No he creado a los yinnes y a los seres humanos sino para que Me adoren» (Corán, 51:56), y dijo Dios, Enaltecido sea: «¿Acaso creían que los creé sin ningún sentido? ¿Creían que no iban a comparecer ante Mí? ¡Exaltado sea Dios! El único Soberano real, no hay otra divinidad salvo Él, Señor del noble Trono» (Corán, 23:115-116), y dice Dios, Exaltado sea: «¿Acaso cree el ser humano que no será responsable de sus actos?» (Corán, 75:36). Es decir, ¿acaso cree el ser humano que se dejará abandonado, sin órdenes ni prohibiciones, y sin rendir cuentas ni castigarse?
Aquí hay una pregunta que algunos pueden plantear: ¿Por qué Dios nos creó para adorarlo? ¿Él necesita de nuestra adoración?
Se responderá: Dios es autosuficiente de la creación. Y de los atributos de Dios, “el Opulento”. Dios dice de Sí mismo en el Corán: «… Él es el Opulento, Le pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra» (Corán, 10:68) y ciertamente Dios nos creó por grandes razones entre ellas: es que la adoración es Su derecho (Glorificado y Exaltado sea), porque Él es el Creador, el Sustentador y el Administrador de este universo, por eso únicamente Dios merece la adoración y nadie más merece ser adorado aparte de Él, ni profeta, ni ángel, ni estatua, ni cruz, ni nada de la creación.
Si el ser humano adora a su Señor como le ordenó, Dios lo recompensará en el Día de la Resurrección con la mejor recompensa que es introducirlo al Paraíso. Porque Dios hizo para el bienhechor la morada de Su generosidad (el Paraíso), y al malhechor, quien se aparta de adorar únicamente a Dios la morada de Su castigo (el Infierno).
Esto es de la justicia de Dios (Glorificado y Exaltado sea), que quien establece el derecho de Dios (que es adorarlo a Él, Único sin asociado), Dios lo recompensará en la otra vida ingresándolo al Paraíso, mientras que quien se aparta de la adoración de Dios, Dios lo castigará ingresándolo al Infierno, nos refugiamos en Dios de eso.
La razón por enviar a los Mensajeros:
Dios envió a los Mensajeros para transmitir a la gente este Mensaje (adorar únicamente a Dios) porque los Mensajeros son intermediarios entre Dios y Su creación. Dios, Enaltecido sea, dijo: «No envié en el pasado a ningún Mensajero, excepto que recibiera la misma revelación que tú: “Nada ni nadie merece ser adorado excepto Yo, ¡Adórenme solo a Mí!”» (Corán, 21:25). Entonces, los Mensajeros transmiten este Mensaje a la gente y les instruyen también los detalles de la Shari’ah (la ley) que Dios reveló a ese Profeta, y que gira entorno a seis puntos:
Primero: el derecho de Dios Único de ser adorado, pues todos los Mensajeros invitaron a un solo asunto, que es, adorar únicamente a Dios y abandonar la adoración de cualquiera que no sea Él, siendo estos: estatuas, personas, profetas, piedras u otra cosa.
Con esta consideración, la religión de los Profetas es una y es la adoración únicamente a Dios.
Segundo: la creencia, y es la fe en Dios, en Sus ángeles, en Sus Libros, en Sus Mensajeros, en el Último Día y en el Destino tanto agradable como desagradable.
Tercero: la forma de adoración, pues, les enseñan la manera de rezar, ayunar y demás actos de adoración.
Cuarto: entre lo que fue incluido en dichas legislaciones, la orden de los buenos modales y la prohibición de los malos modales. Por ejemplo, ordenaban ser bondadosos con los padres, preservar los lazos familiares, ser generosos con los huéspedes, ser bondadosos con los pobres y necesitados, las buenas palabras, la buena proximidad, la justicia, la equidad, etc., también prohibían las prácticas del mal, como la injusticia, la agresión, la desobediencia a los padres, la violación del honor, las malas palabras, mentir, robar, etc.
Quinto: las legislaciones celestiales ordenaban preservar las cinco necesidades y son: la religión, la razón, los bienes, el honor y el alma.
Sexto: recordar a la gente el Día de la Recompensa y del Juicio, que es el Día de la Resurrección. En ese Día la gente será resucitada de sus tumbas para rendir cuentas de sus acciones; por lo tanto, quien seguía al profeta que le fue enviado será de la gente del Paraíso, y quien lo desobedecía será de la gente del Infierno. Dios, Exaltado sea dijo: «[Sepan que] después de haber sido creados, han de morir, pero el Día de la Resurrección serán devueltos a la vida». (Corán, 23:15-16).
Concepto de la adoración en el Islam:
La adoración es la sumisión a Dios (Exaltado y Majestuoso) con amor y veneración, cumpliendo con Sus órdenes y evitando sus prohibiciones de la forma con la que vinieron Sus legislaciones, como dijo Dios, Enaltecido sea: «… en la que únicamente se les ordenaba que fueran monoteístas adorando solo a Dios con sinceridad, que realizaran la oración y pagaran el zakat, pues esa es la verdadera religión» (Corán, 98:5). Es decir, en todas las legislaciones, las personas no fueron ordenadas sino adorar únicamente a Dios, y que fueran monoteístas, reacios a tomar socios con Dios en la adoración, y ser sinceros en todos los actos de adoración, establecer la oración, pagar el Zakat (la contribución social obligatoria) a quienes las merecen de los pobres y necesitados y ésta es la religión verdadera, es decir, la religión de la integridad que es el Islam.
El Islam es la sumisión a Dios con el monoteísmo, la sujeción a Él con la obediencia y la negación de la idolatría y su gente.
Y que la paz y las bendiciones de Dios sean sobre nuestro Profeta Muhammad, sobre su familia y compañeros.