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Narraciones ilógicas del nacimiento de Jesús en la Biblia





Hoy en día, los cristianos de todo el mundo celebran el nacimiento de Jesús, más conocida como “Navidad”. Cada religión abrahámica tiene su propia narración de tan controvertido nacimiento.





Se considera que el Antiguo Testamento hace mención del nacimiento de Jesús más de una vez. Por ejemplo, leemos el siguiente versículo:





“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. (Miqueas 5: 2)





Sin embargo, los antiguos judíos atribuían a Jesús un nacimiento ilegítimo. Con el paso del tiempo, los rabinos judíos se han vuelto más indulgente ya que creen que Jesús pudo haber sido un buen maestro, pero no podría haber sido Dios, Hijo de Dios, ni siquiera profeta de Dios.





El Nuevo Testamento hace mención de la historia del nacimiento de Jesús en dos evangelios (Lucas 2 y Mateo 1). Sin embargo, cuando se lee cuidadosamente la historia del nacimiento de Jesús en el Nuevo Testamento surgen muchos interrogantes que ponen en duda la exactitud de dicha historia como un todo.





En este artículo, voy a tratar solo dos preguntas intuitivas que surgen rápidamente cuando leemos la historia del nacimiento de Jesús en la Biblia.





La primera pregunta: ¿Cómo sobrevivió María a una acusación tan verosímil de adulterio?


El Nuevo Testamento nos dice que María, que estaba comprometida con José, concibió y dio a luz a un niño. Pero, ¿cómo su gente, tan conservadora, aceptó una situación en la que una mujer comprometida dio a luz a un hijo fuera del matrimonio?





Mientras que el Nuevo Testamento nos dice que la gente pensaba que el niño era de José, ¿cómo lo aceptaron? ¿cómo podría un hombre justo haber fecundado a su prometida fuera del matrimonio? ¿era esto aceptable en ese momento? Este es un problema para el cual las narraciones del Nuevo Testamento no encontraron una solución razonable.





A juzgar por la situación externa, esto debería haber sido visto como un crimen. Esto debería haber sido considerado adulterio. Es de destacar que el Nuevo Testamento no prestó ninguna atención a este asunto. No se narra que a las personas se les dijo que Jesús era el Hijo de Dios. A pesar de la entrada de los ángeles, las personas se quedaron con la falsa convicción de que Jesús era el hijo de José. ¡Aquí todavía existe un problema! ¿Cómo puede la gente aceptar la idea de que José se acostó con María antes del matrimonio? ¿Puede un bebé santo nacer como hijo ilegítimo?





La segunda pregunta: ¿Por qué Jesús no se llama “Hijo de Dios” en la historia del Nacimiento?


También es curioso que a Jesús no se le llama “el Hijo de Dios” en la historia de su nacimiento. ¡Esta es también una cosa muy extraña! Si Jesús es realmente el Hijo de Dios, ¿no es más lógico declarar el nacimiento del Hijo de Dios a la gente?





¿Cómo podía un incidente muy histórico como el nacimiento del Hijo único de Dios pasar tan desapercibido? ¿Cómo pudo Dios permitir que la gente creyera que Jesús era el hijo de José a pesar de que era supuestamente su propio hijo? ¿Por qué a la gente no se les dijo que Jesús era el Hijo de Dios desde el principio? ¡En ninguna parte de esta historia se conoce a Jesús como el Hijo de Dios!





La única conclusión que podemos llegar es que la historia del nacimiento de Jesús en la Biblia no es lógica, razonable ni aceptable.





De hecho, los relatos coránicos de la historia del nacimiento de Jesús son mucho más lógicos, razonables y agradables al paladar, simplemente porque son coherentes y consistentes. Encontramos la respuesta a las dos preguntas principales anteriores en el Corán.





En lo que respecta a la probable acusación de adulterio sobre María, el Corán nos dice cómo María sobrevivió a tal acusación en un capítulo independiente que lleva el nombre de María. En el Corán, leemos los versos siguientes:





“Llegó a su gente llevándolo en sus brazos, dijeron: ¡Maryam! Has traído algo muy grave. ¡Hermana de Harún! Tu padre no ha sido un hombre de mal ni tu madre una fornicadora. Entonces hizo un gesto señalándolo, dijeron: ¿Cómo vamos a hablar con un niño de pecho?…” (Maryam 19: 27-29)





El Corán relata que a María se le ordenó que guardara silencio después de dar a luz a Jesús y dejara que Dios actuara en su nombre. El discurso milagroso de Jesús en la cuna solo sirvió como el medio para salir del probable problema de la acusación de adulterio.





De hecho, en más de una ocasión, el Corán nos hace saber que cuando a María se le dijo que iba a dar a luz a un niño sin padre, ella misma temía la potencial acusación de adulterio. Ella preguntó:





“Dijo: ¡Señor mío! ¿Cómo voy a tener un hijo si ningún hombre me ha tocado? Dijo: Así será, Allah crea lo que quiere; cuando decide un asunto le basta decir: ¡Sé! Y es”. (Aal ‘Imran 3:47)





“Dijo: ¿Cómo habría de tener un niño si ningún mortal me ha tocado y no soy una fornicadora?”


 (Maryam 19:20)





En realidad, el miedo de María a la acusación de adulterio y la reacción del Corán a su preocupación suenan bastante lógicos.





En lo que se refiere a la situación de Jesús, el relato coránico es muy lógico también. El Corán dice que Jesús habló en la cuna y defendió el honor de su madre con el permiso de Dios. En sus primeras palabras en esta vida terrenal, Jesús declaró su condición para toda la humanidad. El Corán cita a Jesús diciendo:





“Dijo: Yo soy el siervo de Allah. Él me ha dado el Libro y me ha hecho profeta. Y me ha hecho bendito dondequiera que esté y me ha encomendado la Oración y la purificación [El salat y el zakat.] mientras viva. Y ser bondadoso con mi madre; no me ha hecho ni insolente ni rebelde. La paz sea sobre mí el día en que nací, el día de mi muerte y el día en que sea devuelto a la vida”. (Maryam 19: 30-33).





Podría ser de esperar que un bebé, en un caso así, haga saber a la gente quién es, de esta manera se hace claro el nacimiento milagroso. Por desgracia, a pesar de este gran milagro, muchas personas todavía no entienden el lugar de Jesús. Por lo tanto, el Corán comenta y concluye la historia del nacimiento de Jesús con los siguientes versos:





“Ese es Isa, el hijo de Maryam, la palabra de la Verdad, sobre el que dudan. No es propio de Allah tomar ningún hijo. ¡Gloria a Él! Cuando decide algo, sólo dice: Sea, y es. Y verdaderamente Allah es mi Señor y el vuestro, adoradlo pues. Este es un camino recto. Pero los partidos que había entre ellos discreparon. ¡Perdición para los que no creyeron porque habrán de comparecer en un día transcendente!” (Maryam 19: 34-37)





Por último, ahora, según la narración del Corán, podemos entender bastante lógicamente cómo nació Jesús, cómo María sobrevivió a la acusación de adulterio, así como al castigo probable, y cómo Jesús se presentó a la humanidad. En una palabra, es seguro decir que los versículos del Nuevo Testamento en este sentido son ilógicos, irrazonables y desagradables.



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