Después del nacimiento de un bebé se aconseja a las madres amamantarlo. La leche materna fue diseñada por Dios para satisfacer específicamente las necesidades de cada bebé en particular. La ciencia moderna ha comprobado las cualidades notables de la leche materna. La leche materna contiene células que combaten las enfermedades, llamadas anticuerpos, que ayudan a proteger a los niños de los gérmenes, las infecciones, e incluso del síndrome de muerte súbita infantil[1].
El calostro, la espesa leche amarilla producida durante el embarazo y justo después del nacimiento, les da a los bebés el mejor comienzo en la vida. La leche cambia con el tiempo para satisfacer las necesidades del bebé. Entre el tercer y quinto día después del parto, la leche materna tiene la cantidad precisa de grasa, azúcar, agua y proteínas necesaria para el crecimiento del bebé.
"Las madres podrán amamantar a sus hijos dos años si desean completar la lactancia". (Corán 2:233)
Sin embargo, Dios no puso a los creyentes en una situación que no pudieran manejar, ya que si el amamantamiento no es posible hay alternativas, como utilizar una nodriza y, más comúnmente, alimentar al lactante con una fórmula especialmente diseñada para cubrir sus necesidades.
"Dios no quiere imponerles dificultades, solo quiere purificarlos y completar Su favor sobre ustedes para que sean agradecidos". (Corán 5:6)
Tan pronto como sean lo suficientemente grandes para entender, se les debe enseñar a los niños a amar a Dios. Esto usualmente es fácil porque los niños tienen una disposición natural para conocer y amar a Dios, es fácil para ellos entender que Dios es el Creador. Es responsabilidad de los padres o cuidadores enseñarles a los niños que Dios es Uno, y que no existe nada ni nadie digno de adoración excepto Él.
"[Recuerda] cuando Luqmán exhortó a su hijo diciéndole: "¡Oh, hijito! No dediques actos de adoración a otro que Dios, pues la idolatría es una gran injusticia". (Corán 31:13)
Padres, tutores y cuidadores son responsables de enseñarles a sus niños los deberes del Islam, se les debe enseñar la forma correcta de adorar a Dios, y la mejor forma de hacer esto es con el ejemplo. Desde el momento en que pueden interactuar con su entorno los niños están aprendiendo, incluso un niño muy pequeño escucha el llamado a la oración y sabe que es el momento de detener todas las actividades mundanales mientras los creyentes enfocan su atención en Dios. Los niños aprenden esto observando el comportamiento de quienes están a su alrededor.
De las tradiciones del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) aprendemos que es obligatorio para nosotros enseñarles a nuestros hijos a rezar cuando tienen siete años de edad, y amonestarlos por no rezar cuando llegan a la edad de diez años[2]. La realidad es que los niños que viven en un hogar donde la oración y la adoración correcta son visibles, están dispuestos a orar y a menudo se les puede ver inclinándose y postrándose desde muy temprana edad, al lado de sus padres.
A los siete años de edad, se les debe enseñar a los niños a rezar correctamente. Para la edad de diez años, se los debe amonestar por no rezar. Sea cual sea la disciplina que se utilice, debe ser tal que el niño entienda que la oración es importante. Golpear al niño no es una opción.
Se debe enseñar a los niños y se les debe hacer observar a quienes están a su alrededor realizando todas las demás obligaciones que tiene un creyente en la Unicidad de Dios. Los niños deben ser capaces de ver a aquellos a su alrededor ayunando y realizando otros actos de adoración como leer el Corán, también deben observar a sus cuidadores mostrando buenos modales y buena moral. Los compañeros del Profeta Muhammad narraron que a los niños se les enseñaban las bases del Islam a edad temprana.
"Solíamos observar este ayuno después de eso, y acostumbrábamos hacer que nuestros hijos ayunaran e hicieran juguetes de madera; si uno de ellos lloraba por comida, le dábamos ese juguete hasta que fuera el momento de romper el ayuno"[3].
"Fui llevado a hacer el Hayy con el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) cuando tenía siete años de edad[4]".
El Islam es una religión integral, por lo tanto, las necesidades físicas que atañen a este mundo no deben ser descuidadas. Los niños tienen el derecho a vivir con tranquilidad y seguridad, y a tener cubiertas todas sus necesidades físicas. El reconocido erudito islámico Imam An-Nawawi dijo: "El padre[5] debe criar a sus hijos con buenos modales en todas las cosas, comer, beber, vestirse, dormir, salir de la casa, entrar a la casa, andar en vehículos, etc. Él debe inculcar en ellos los atributos de una buena persona, como el amor al sacrificio (personal), poner a los demás primero, ayudar a otros, la nobleza y la generosidad. Él debe alejarlos de las características malas como la cobardía, la mezquindad, la falta de nobleza, la falta de ambición, etc. Los niños deben ser protegidos del daño físico y de cualquier cosa que pueda conducirlos hacia el pecado".
El Islam brinda a los niños muchos derechos y se preocupa por su bienestar espiritual, físico y emocional. En la parte siguiente y final de esta serie de artículos hablaremos de justicia, equidad y cuestiones de custodia.
En los cuatro artículos anteriores, expusimos lo que dice el Islam acerca de los niños, particularmente en relación con los derechos de los niños. En este artículo final hablaremos de algunos temas concernientes a los niños que, a primera vista, no parecen estar relacionados con los derechos de los niños. Estos temas son: la custodia, la entrega de regalos y la igualdad entre hermanos. Descubriremos que los derechos de los niños y sus intereses superiores están integrados en todos los temas relacionados con la infancia.
Custodia
El asunto principal en disputas de custodia es: ¿Qué es lo mejor para el niño? Ibn Qudamah Al Maqdisi, erudito islámico del siglo XII, dijo: "La custodia tiene como objetivo velar por el niño, por lo que no se la debe dar en una forma que sea perjudicial para su bienestar y su compromiso religioso"[1].
Si un matrimonio se termina y está en disputa quién debe tener la custodia de los hijos o quién debe mantenerlos financieramente, entonces las soluciones pueden hallarse dentro de las enseñanzas del Islam. Hasta que el niño alcanza la edad del discernimiento, la madre es quien tiene más derecho a la custodia que el padre; esto a menos que él acuerde con ella algo que sea mejor para el niño. Los eruditos islámicos a lo largo de los siglos han diferido en sus opiniones acerca de la custodia de los hijos; sin embargo, todos han estado de acuerdo en que el interés superior del niño debe ser la principal preocupación.
Una mujer divorciada, cuyo exmarido estaba reclamando la custodia de sus hijos, acudió al Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y le dijo: "Mi vientre fue el buque de este hijo mío, mis pechos le dieron de beber y mi tronco ha sido refugio para él; pero su padre me ha divorciado y quiere alejarlo de mí". El Profeta Muhammad le dijo: "Tienes más derecho que él, siempre y cuando no te cases de nuevo"[2].
Según el Islam, el período del discernimiento es alrededor de la edad de siete u ocho años, en cuyo momento termina el período oficial de custodia y comienza el período de kafalah o patrocinio, este período dura hasta que el niño alcanza la pubertad, momento en el que el niño es libre de elegir con qué padre quiere residir. Sin embargo, la elección está dictada por la necesidad de que ciertas condiciones sean cumplidas.
Esas condiciones incluyen que el padre o tutor sea un musulmán capaz de rendir cuentas (es decir, un adulto en uso pleno de sus facultades mentales, etc.), que tenga buen carácter y que sea capaz de cumplir con todas las obligaciones para con el niño.
La manutención, sin embargo, es obligatoria para el padre, independientemente de que la madre sea rica o pobre, él es responsable de la vivienda, comida, bebida, ropa y educación, y otras necesidades cotidianas; sin embargo, la cantidad monetaria está basada en las circunstancias y los medios del padre, cada situación es distinta.
"Que el adinerado mantenga de acuerdo a su abundancia, pero aquel cuyo sustento es escaso que lo haga acorde a lo que Dios le ha provisto. Dios no exige a nadie por encima de sus posibilidades. Dios hará que luego de toda estrechez venga la prosperidad". (Corán 65:7)
Equidad y entrega de regalos
El Islam nos dice que es importante tratar a los niños con justicia. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Teman a Dios y traten a sus hijos con justicia"[3].
En relación con el gasto, esto significa darle a cada niño lo que él o ella necesiten. Por ejemplo, un niño puede necesitar un uniforme de colegio valorado en $200, mientras que el uniforme del otro niño puede costar solo $100. Otro ejemplo sería si un hijo se va a casar y los padres organizan todo, deberían hacer lo mismo para los otros hijos cuando ellos deseen casarse.
No está permitido mostrar preferencia con ningún género por sobre el otro ni con ningún hijo sobre los demás, pues esto puede llevar a rivalidades de hermanos, celos y malos sentimientos en la familia, y en casos extremos puede llevar incluso a la ruptura de los lazos de consanguinidad.
Algunos de los eruditos opinan que es permisible mostrar preferencias por algunos hijos en lo que respecta a dar regalos bajo ciertas circunstancias específicas. Por ejemplo, sería permisible si uno de ellos es discapacitado o tiene una familia grande o está preocupado con la búsqueda del conocimiento, o si hay alguna otra razón que implique que él o ella necesiten ayuda financiera adicional. También sería permisible negarle regalos a un hijo si se involucra en acciones prohibidas[4].
El Shaij Ibn Uzaimin, reconocido erudito islámico del siglo XX, dijo: "Si un padre le concede a uno de sus hijos remuneración financiera para cubrir una necesidad, tal como un tratamiento médico, el costo de un matrimonio o de iniciar un negocio, etc., entonces tal concesión no debe categorizarse como un acto de injusticia e inequidad. Tal regalo entra dentro del derecho a gastar en las necesidades esenciales de los hijos, lo que es un requisito que un padre debe cumplir".
"Sean justos y equitativos, porque eso es lo más cercano a la piedad. Y tengan temor de Dios, porque Dios está bien informado de lo que hacen". (Corán 5:8)
El Islam es una religión que se preocupa por la justicia y el respeto, es una religión que hace énfasis especial en los derechos y las responsabilidades; es una religión preocupada por las necesidades individuales, siempre que no afecten las necesidades de una comunidad cohesionada. Los niños tienen ciertos derechos, y el más importante de ellos es que puedan conocer y amar a Dios. Es responsabilidad de los padres (tutores y cuidadores) alimentar, vestir, educar y criar a los niños que han sido puestos bajo su cuidado.