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LO QUE DICE EL ISLAM ACERCA DE LOS NIÑOS





El Islam es una religión revelada por Dios para todos los pueblos, en todos los lugares y todas las épocas. Como tal, el Islam es accesible para toda persona y es particularmente consciente de la importancia del respeto, los derechos y las responsabilidades. Las palabras del Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) contienen los derechos y responsabilidades otorgados por Dios a la humanidad. Ellos no están sujetos a los caprichos y deseos de los hombres o las mujeres y, por lo tanto, no cambian. Estos derechos únicos mencionados en el Islam incluyen también los derechos de los niños. Los derechos de los niños no están garantizados por los actos de sus padres, sus comunidades ni sus gobiernos. Dios Mismo garantiza los derechos de los niños.





El Islam establece un marco jurídico y encarna un código de ética diseñados para proteger los derechos de un individuo, incluyendo su derecho a vivir en una sociedad segura. Para los niños, la seguridad es de suma importancia. Los derechos de los niños comienzan incluso antes de nacer; de hecho, ellos comienzan antes de la concepción. El Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad dejan en claro que dos personas no deben casarse de forma descuidada; se necesita una gran cantidad de reflexión y preparación antes de que un hombre y una mujer se comprometan el uno con el otro y con la familia que pueda resultar de su unión. Se escuchó al Profeta Muhammad decir: "Pueden casarse con una mujer por cuatro razones: su riqueza, su linaje, su belleza y su compromiso religioso. Cásense con la que esté comprometida religiosamente".





Si un hombre y una mujer dedican sus vidas a adorar y complacer a su Creador, entonces los derechos de los niños que tengan estarán automáticamente garantizados. Adorar a Dios significa obedecer Sus mandamientos, y Sus mandamientos incluyen asegurar los derechos de los niños. Al casarse en lugar de tener una relación ilícita, la pareja ya ha comenzado a asegurar los derechos de sus futuros niños. Un niño tiene el derecho a conocer y entender su linaje.





Una vez el bebé es concebido, tiene derecho a la vida, el Corán deja muy claro que toda vida es sagrada. No es permisible terminar un embarazo por temor a no ser capaz de mantener financieramente al niño o a otro hijo; es Dios Quien es el Proveedor y Sustentador de todas las vidas.





"...no matarán a sus hijos por temor a la pobreza, Yo me encargo de su sustento y el de ellos". (Corán 6:151)





Al tomar la decisión de terminar un embarazo, es importante recordar que tener un bebé es una bendición de Dios, y tales bendiciones deben ser aceptadas con alegría y gratitud. Hay mucha gente en el mundo actual que no es capaz de tener hijos; por lo tanto, cuando Dios bendice a una familia con uno, ello debe ser motivo de celebración y felicidad. Sin embargo, los niños no son juguetes ni posesiones, con ellos viene una gran responsabilidad.





El Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) hablan claramente acerca de la responsabilidad que viene con la crianza de un hijo. Es una obligación para los creyentes criar y cuidar a los niños formándolos como seres humanos morales y rectos, seguros en el conocimiento de que son miembros valiosos de la raza humana y de sus familias en particular. Descuidar este deber puede llevar potencialmente a una persona lejos del camino de la rectitud y lejos de Dios.





"¡Oh, creyentes! Protéjanse a sí mismos y a sus familias del Fuego [del Infierno], cuyo combustible serán los seres humanos y las piedras, y en el que habrá ángeles rigurosos y severos que no desobedecen a Dios en lo que Él les ordena, sino que ejecutan Sus órdenes". (Corán 66:6)





El Profeta Muhammad dijo: "Cada uno de ustedes es un pastor, y cada uno de ustedes es responsable de su rebaño. El gobernante es un pastor y es responsable de su rebaño. Un hombre es el pastor de su familia y es responsable de su rebaño. Una mujer es la pastora de la casa de su esposo y es responsable de su rebaño"[1].





Cuidar y criar a los niños de forma apropiada es un deber para los padres y no siempre es fácil, de hecho, Dios nos recuerda en el Corán que los niños pueden ser una gran prueba para sus padres. Los triunfos y tribulaciones de la vida son una prueba, y los niños no son una excepción. Ellos pueden brindarnos mucha alegría, y a veces pueden darnos mucha tristeza también. Dios, en Su sabiduría infinita, nunca deja a un ser humano solo e incapaz de enfrentar las pruebas de la vida.





"Sus bienes materiales y sus hijos son una tentación, pero Dios tiene junto a Sí una recompensa grandiosa". (Corán 64:15)





Seguir las enseñanzas del Islam le permite al creyente enfrentar todos los eventos de la vida, incluyendo las pruebas, las tribulaciones y los triunfos. El consejo islámico correcto para la crianza y la educación de los hijos cubre todos los aspectos de la vida, tal como el Islam en sí mismo, que es un consejo integral. El bienestar físico, emocional y espiritual son de igual importancia. Es interesante notar que el Islam siempre ha cubierto los derechos de los niños, la visión islámica de la infancia declara que ella es un período único en la vida del individuo[2]. Esto está en marcado contraste con la ideología occidental europea en la que el concepto de infancia no fue abordado hasta el siglo XVI[3]. No es que Occidente no tuviera niños o gente joven, sino que los consideraban como adultos pequeños, con las mismas necesidades y los mismos deseos que los adultos.





A lo largo de la historia islámica y en la literatura islámica, los derechos y responsabilidades relacionadas con los niños están muy claros. Los padres, familias y comunidades tienen ciertas responsabilidades hacia los niños. Muchas de ellas son obligatorias, y en el Día del Juicio Dios les preguntará a los adultos acerca de su trato hacia los niños.





El erudito islámico Shaij Uzaimin (Dios ello tenga en Su misericordia) describió a los niños como un préstamo que Dios les hace a los padres. También dijo que los niños deben estar bien alimentados, bien peinados y vestidos apropiadamente según la estación y para una buena apariencia. Los niños tienen derecho a la educación, el aprendizaje religioso y la guía espiritual. Sus corazones deben llenarse con fe y sus mentes entretenidas con guía, conocimiento y sabiduría apropiados. Con ello en mente, la siguiente serie de artículos nos guiará a través del cuidado de los niños en el Islam.





El Islam es una religión integral que cubre todos los aspectos de la vida. Las necesidades espirituales, emocionales y físicas son tratadas con equidad, una no es más importante que las otras; de hecho, para que una persona sea espiritualmente sana, debe preocuparse por sus necesidades emocionales y físicas. Esto no está restringido a los adultos, los derechos y necesidades de los niños son de suma importancia. Como descubrimos en el artículo anterior, los derechos de los niños entran en juego incluso antes de la concepción.





Cuando un hombre y una mujer toman la decisión de casarse y comenzar una familia, están asegurando los derechos de sus futuros hijos. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) aconsejó a sus compañeros y a todos los creyentes que hicieran la siguiente súplica antes de tener relaciones sexuales:





"¡Comienzo en el Nombre de Dios! ¡Oh, Dios! Protégeme de Satanás y protege lo que nos brindes (nuestra descendencia) de Satanás"[1].





Una vez es concebido un hijo, es importante recordar que se trata de un préstamo que nos hace Dios. A pesar de que el niño es, sin duda, una bendición, no es una posesión. Él o ella tienen derechos otorgados por Dios, que deben ser cumplidos. A lo largo del embarazo, los futuros padres deben tener cuidado en prepararse para la nueva llegada. La madre debe cuidarse de comer la comida correcta, tomar la cantidad requerida de descanso, y buscar ayuda médica cuando sea necesaria. Prepararse para el nacimiento también incluye alabar a Dios y buscar Su ayuda.





"¡Señor mío! Concédeme una descendencia piadosa, Tú escuchas los ruegos". (Corán 3:38)





"Él es Quien los creó a partir de un solo ser, del cual hizo surgir a su cónyuge para que encontrara en ella sosiego. Y cuando se unió a ella, quedó embarazada y llevó en su vientre una carga liviana con la que podía andar, pero cuando ésta se hizo pesada, ambos invocaron a Dios [diciendo]: "¡Oh, Señor nuestro! Si nos agracias con un hijo sano y virtuoso seremos agradecidos". (Corán 7:189)





"¡Oh, Señor nuestro! Agrácianos con cónyuges y descendientes que sean un motivo de alegría y tranquilidad para nosotros, y haz que seamos un ejemplo para los que tienen temor [de Dios]". (Corán 25: 74) 





Los musulmanes creen que todos los niños nacen sometidos a Dios, es decir, que nacen con una inclinación innata a amar y adorar solo a Dios. En sus tradiciones, el Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dejó esto muy en claro, él dijo que todo niño nace con su naturaleza verdadera (el Islam) y que puede que sus padres elijan para él o ella una religión diferente a la sumisión al Dios Único[2].





El nacimiento de un bebé es causa de mucha felicidad y celebración. En el Islam no hay preferencia por los niños ni las niñas. El Corán dice que tanto hombres como mujeres fueron creados de una sola persona (Adán) y que son iguales, excepto en términos de piedad y rectitud.





"¡Oh, seres humanos! Tengan temor de su Señor, Quien los ha creado de un solo ser [Adán], del que creó a su cónyuge [Eva] e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres". (Corán 4:1)





El Islam fue revelado en un momento en el que los árabes practicaban el infanticidio y a menudo enterraban a sus bebés de sexo femenino con vida. Esta era una práctica ignorante, y el Profeta Muhammad afirmó categóricamente que las niñas son una bendición y que criarlas para que sean creyentes piadosas es una fuente de gran recompensa.





"Cuando se le anuncia a uno de ellos [el nacimiento de] una niña, se refleja en su rostro la aflicción y la angustia por lo que se le ha anunciado, se esconde de la gente avergonzado y duda si la dejará vivir a pesar de su deshonra o la enterrará viva. ¡Qué pésimo es lo que hacen!" (Corán 16:58-59)





También hemos aprendido mucho sobre la visión islámica de los niños de la amada esposa del Profeta Muhammad, Aisha. Tradiciones narradas por ella muestran claramente que los niños no deben ser preferidos por sobre las niñas, y que criar hijas es una fuente de grandes recompensas.





"Una mujer con sus dos hijas acudió a mí (Aisha) pidiéndome limosna, pero me encontró sin nada más que un dátil que le di, y ella lo dividió entre sus dos hijas y no comió nada, luego se levantó y se fue. En seguida vino el Profeta y le conté esta historia. Él dijo: ‘Quien es puesto a prueba teniendo que criar hijas y las trata generosamente (con benevolencia), esas hijas le servirán de escudo del fuego del Infierno’"[3].





"Cuando un niño nacía entre ellos, Aisha nunca preguntaba si era niño o niña. En lugar de ello, preguntaba: ‘¿Es un bebé sano (y sin defectos)?’ Si se le decía que sí, decía: ‘Todas las alabanzas son para Al‑lah, Señor de todos los mundos’".





Cuando llega el gran día, una nueva vida se une al mundo imperfecto. El bebé es puesto en las manos de sus padres y se hace acreedor a más derechos. El Islam establece muy claramente que hay formas de darles la bienvenida y de tratar a los bebés y a los niños. Ellos tienen derecho a que sus necesidades físicas y emocionales sean satisfechas, y a que se les enseñe cómo adorar, amar y mantener una conexión con Dios.





A los padres, la familia extensa, los tutores y la comunidad musulmana en conjunto se les ha confiado una pequeña vida completamente dependiente de sus cuidadores para que la protejan y cuiden. Para muchos niños, el mundo está inmerso en el terror; el hambre, el dolor, el sufrimiento, la tortura, el abuso sexual y otros horrores son realidades de la vida. Cuando sus pequeños intentos de alcanzar la comodidad son rechazados o sus gritos son silenciados, Dios está observando y los ángeles están registrando.





En la tercera parte expondremos las formas de darle la bienvenida al mundo y al Islam a un recién nacido.





Una de las obligaciones más importantes en el Islam es que los padres amen y alimenten a sus hijos. Los niños tienen el derecho a ser protegidos y el derecho a aprender cómo adorar y obedecer a Dios. Como se expuso anteriormente, los derechos de los niños entran en juego incluso antes de su concepción y nacimiento, y Dios advierte a los seres humanos que se protejan a sí mismos y a sus familias del tormento del fuego.





"¡Oh, creyentes! Protéjanse a sí mismos y a sus familias del Fuego [del Infierno]". (Corán 66:6)





El nacimiento de un bebé, niño o niña, es causa de gran celebración. En el Islam existe cierta etiqueta establecida para dar la bienvenida al niño en la familia y en la comunidad. Hay una serie de rituales recomendados que se encuentran en las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) que deben realizarse para garantizar que el recién nacido sea apropiadamente recibido en la sociedad musulmana. Sin embargo, la ausencia de cualquiera o de todos estos actos recomendados no niega ninguno de los derechos del niño en el Islam.





Se recomienda que los padres o tutores hagan tahnik y recen por el recién nacido. Tahniksignifica poner algo dulce, como dátiles o miel, en la boca del niño. Uno de los compañeros del Profeta Muhammad, Abu Musa (que Dios esté complacido con él), dijo: "Tuve un hijo varón y lo llevé con el Profeta. Él lo llamó Ibrahim, hizo tahnik con un dátil y le pidió a Dios que lo bendijera, luego me lo regresó"[1].





El conocido erudito islámico Imam An-Nawawi dijo que está recomendado hacer tahnik con dátiles para el bebé cuando nace; si no es posible, utilizar entonces algún dulce similar. El dátil debe ser masticado hasta hacerlo lo suficientemente suave para que el bebé lo chupe con facilidad.





Las palabras del llamado a la oración (Adhan) a menudo son recitadas en voz baja en el oído derecho del recién nacido poco después del parto. La primera cosa que el niño escucha en este mundo son las palabras de sumisión al Dios Único. Está reportado que uno de los compañeros del Profeta Muhammad lo vio decir el llamado a la oración al oído derecho de uno de sus nietos recién nacido[2]. El bebé recién nacido tiene derecho a un buen nombre. Los nombres son importantes, el nombre de una persona transmite un mensaje y se convierte en símbolo de esa persona. Se recomienda que el niño sea nombrado al séptimo día de su nacimiento; sin embargo, el erudito islámico Ibn Al Qaiem dijo que el tema era "amplio en su alcance" y que es permisible darle nombre al niño al nacer o al séptimo día, o en cualquier momento antes o después de esos días[3].





 Es habitual que el padre sea quien dé nombre al niño, sin embargo los eruditos recomiendan que los padres elijan juntos el nombre. Más importante es que el niño reciba un buen nombre, como ‘Abdal-lah o ‘Abdur-Rahman. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Los más amados de sus nombres para Dios son ‘Abdal-lah (siervo de Dios) y ‘Abdur-Rahman (siervo del Más Compasivo)"[4]. También se recomienda que el niño lleve el nombre de algún Profeta o de alguno de los predecesores piadosos. El Profeta Muhammad nombró a su propio hijo Ibrahim por el Profeta Ibrahim (Abraham). Él dijo: "Un niño ha nacido para mí anoche, y lo he llamado con el nombre de mi padre Ibrahim"[5].





Está prohibido utilizar nombres que Le pertenecen solo a Dios, como Al Jáliq (El Creador) y Al Qudús (El Santísimo), o nombres que no son apropiados para nadie distinto a Dios, como Málikul Múluk (Rey de Reyes). También está prohibido utilizar nombres que impliquen servidumbre a cualquiera distinto de Dios, como ‘Abdal-‘Uzza (siervo de Al Uzza –una diosa pagana–), Abdal Kabah (siervo de la Kabah), Abdad-Dar (siervo de la Casa).





Debe evitarse usar nombres que tengan significados malos o desagradables, o que suenen extraño o causen que los demás se burlen de la persona o le causen vergüenza. También es mejor no utilizar nombres que estén asociados con pecadores o tiranos. Algunos eruditos también recomiendan no nombrar a los niños con nombres de ángeles o de capítulos del Corán. Los nombres tienen significados explícitos e implícitos, y tales significados tendrán un efecto en el niño para bien o para mal. Los padres deben tener mucho cuidado cuando elijan un nombre apropiado para su hijo recién nacido.





En el Islam se recomienda que los padres celebren el nacimiento del bebé con una ofrenda conocida como aqiqah. Cuando un niño nace, es común que la familia sacrifique una o dos ovejas e invite a parientes y vecinos a comer, a fin de permitir a la comunidad compartir el feliz evento.





Si bien la aqiqah no es obligatoria, contiene muchos beneficios. Ibn Al Qaiem dijo que la aqiqahes un sacrificio por medio del cual el niño es acercado a Dios tan pronto como llega a este mundo, es un sacrificio por el cual el recién nacido es rescatado tal como Dios rescató a Ismael con el carnero[6], y es la reunión de parientes y amigos para el walimah (festín).





Uno de los rituales relacionados con los bebés recién nacidos y que son parte de los derechos de los niños varones es la circuncisión, es obligatorio que los niños sean circuncidados. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo que hay cinco cosas que son parte de la naturaleza inherente de las personas, ellas son: la circuncisión, afeitarse el vello púbico, depilarse el vello de las axilas, cortarse las uñas y recortarse el bigote[7]. Estas cosas se relacionan con la pureza y las condiciones básicas para la oración, e implican la sumisión total a la voluntad de Dios.





Es parte de las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad que la cabeza de los bebés recién nacidos sea afeitada y que el peso del cabello en oro o plata sea dado en caridad[8]. Es suficiente estimar el peso y dar la cantidad equivalente en dinero.





Darle la bienvenida al recién nacido en la familia y en la comunidad es más que una celebración; los rituales realizados sirven para recordarles a los creyentes que los niños en el Islam tienen derechos. Si los padres están vivos o fallecidos, presentes o ausentes, son conocidos o desconocidos, el niño tiene derecho a ser cuidado y criado en la seguridad, rodeado por el amor y las leyes de Dios. En el próximo artículo descubriremos y exploraremos los derechos de los niños a medida que crecen hacia la adultez.





 





El Islam es una religión que se preocupa por la justicia y el respeto y, como tal, toma muy en serio los derechos y las responsabilidades. El Islam afirma que es responsabilidad de cada individuo tratar a toda la creación con respeto, honor y dignidad. El respeto comienza con amar y obedecer los mandamientos de Dios, y de este respeto fluyen todos los modales y los elevados estándares de moral que son inherentes al Islam. Dios espera de nosotros, creyentes adultos, que tratemos a los niños con respeto, los amemos, los alimentemos y eduquemos. Cuando los derechos y las responsabilidades son tomados en serio, ello le permite a uno amar y respetar a Dios.





"Quienes obedezcan a Dios y a Su Mensajero, tengan temor a Dios y sean piadosos, ellos serán los bienaventurados". (Corán 24:52)





Los niños pequeños necesitan comida, bebida, sueño, y también necesitan amor y compasión. Cuidar de sus necesidades físicas sin tener en cuenta sus necesidades emocionales y espirituales es inapropiado.



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