En mi pared, tengo una imagen de una mujer musulmana envuelta en una burka[1].
A su lado hay una imagen de una norteamericana participando en un concurso de belleza con nada puesto sino un bikini.
Una mujer está totalmente oculta del público; la otra está totalmente expuesta. Estos dos extremos dicen mucho acerca de la lucha de las así llamadas “civilizaciones.”
El papel de la mujer está en el corazón de cualquier cultura. Aparte de robar el petróleo árabe, la inminente guerra en el Medio Oriente está a punto de despojar a los árabes de su religión y cultura, intercambiando la burka por un bikini.
Yo no soy un experto en la condición de las mujeres musulmanas y yo amo demasiado la belleza femenina como para hacer aquí gestión por la burka. Pero estoy defendiendo algunos de los valores que la burka representa para mí.
Para mí, la burka representa la consagración de una mujer a su esposo y a su familia. Sólo ellos la ven.
Ella afirma la privacidad, la exclusividad y la importancia de la esfera doméstica.
El foco de la mujer musulmana es su hogar, el “nido” donde sus hijos nacen y son criados. Ella es la hacedora del “hogar”, el núcleo que sostiene la vida espiritual de la familia, alimenta y enseña a sus hijos, dándole refugio y apoyo a su esposo.
En contraste, la reina de la belleza norteamericana en bikini se pavonea prácticamente desnuda frente a millones de personas en televisión. Una feminista, ella se pertenece a sí misma. En la práctica, paradójicamente, ella es propiedad pública. Ella pertenece a nadie y a todos. Ella vende su cuerpo al mejor postor. Ella se está subastando a sí misma todo el tiempo.
En Norteamérica, la medida cultural del valor de una mujer es su atractivo sexual. (Como este valor se deprecia rápidamente, ella está neuróticamente obsesionada con la apariencia y plagada por problemas de peso.)
Como una adolescente, su modelo a seguir es Britney Spears, una cantante cuyo acto se aproxima al strip tease. De Britney, ella aprende que será amada sólo si ofrece sexo. De esta forma, ella aprende a “engancharse” en lugar de a exigir un cortejo paciente y el verdadero amor. Como resultado de esto, docenas de hombres la conocen antes que lo haga su esposo. Ella pierde su inocencia, lo cual es parte de su encanto. Se vuelve dura y calculadora. Incapaz de amar, ella no es apta para recibir la semilla de su esposo.
La personalidad femenina está fundada en la relación emocional entre la madre y el bebé. Está basada en la alimentación y el auto-sacrificio. La naturaleza masculina está fundada en la relación entre la cacería y la presa. Está basada en la agresión y la razón.
El feminismo le enseña a la mujer que la naturaleza femenina ha resultado en “opresión” y que ella debería entonces convertirse al comportamiento masculino. El resultado: una mujer confundida y agresiva con una gran carga sobre sus hombros, incapaz de volverse una esposa o una madre.
Esto, por supuesto, es la meta de los ingenieros sociales del Nuevo Orden Mundial: minar la identidad sexual y destruir la familia, crear disfunción social y personal, y reducir la población. En el “agresivo nuevo mundo”, no se supone que las mujeres sean hacedoras de “nidos” o progenitoras de la raza. Se supone que ellas deben ser criaturas autónomas, castradas, que se satisfagan en el sexo por placer físico, no por amor y procreación.
En una conferencia de prensa, Donald Rumsfeld dijo que las mujeres y la juventud iraníes estaban inquietas bajo el gobierno de los Mullahs. Él implicó que los Estados Unidos pronto los liberarían. ¿Para que imiten a Britney Spears? ¿Para que usen pantalones caídos “vean-mi-tanga”? ¿Para que se ocupen con la masturbación mutua que pasa por sexualidad en Norteamérica?
Ser padres es el pináculo del desarrollo humano. Es la etapa en la que nosotros finalmente nos graduamos de la auto-indulgencia y nos volvemos vice regentes de Dios, creando y alimentando una nueva vida. El Nuevo Orden Mundial no quiere de nosotros este nivel de madurez. La pornografía es el sustituto del matrimonio. Nosotros hemos de permanecer mal desarrollados: solteros, hambrientos de sexo y auto-obsesionados.
No estamos destinados a tener una vida “privada” permanente. Debemos permanecer solitarios y aislados, dependientes de productos de consumo para nuestra identidad, en un estado de perpetuo cortejo.
Esto es especialmente destructivo para la mujer. Su atracción sexual es una función de su fertilidad. Mientras la fertilidad declina, lo mismo pasa con su atractivo sexual. Si una mujer dedica sus primeros años a volverse “independiente”, es posible que no encuentre una pareja permanente.
Su realización y felicidad personal de largo plazo descansa en contraer matrimonio, y la familia es su principal prioridad.
El feminismo es otro cruel engaño del Nuevo Orden Mundial que ha pervertido a las mujeres norteamericanas y ha despojado a la civilización Occidental. Ello ha arruinado millones de vidas y representa una amenaza letal para el Islam.
Yo no estoy abogando por la burka sino en lugar de ello por algunos de los valores que ella representa, específicamente la consagración de una mujer a su futuro esposo y familia, y a la modestia y la dignidad que esto implica...[2]
Acerca del autor:
Henry Makow, es el inventor del juego de mesa Escrúpulos, y el autor del libro A Long Way to go for a Date. El recibió su doctorado en Literatura Inglesa de la Universidad de Toronto.
Lucy Berrington encuentra que la Fe musulmana está ganando admiradoras occidentales, a pesar de las mentiras de los medios de comunicación hostiles al Islam.
Existe un número exorbitante de personas británicas, casi todos ellos mujeres, que se están convirtiendo al Islam en un momento de divisiones profundas dentro de las iglesias anglicanas y católicas.
La proporción de conversiones ha incitado las predicciones respecto a que el Islam se volverá la religión más importante rápidamente en este país. “Dentro de los próximos 20 años el número de convertidos británicos igualará, o dará alcance, a la comunidad musulmana inmigrante que trajo la fe aquí”, dice Rose Kendrick, maestra de educación religiosa. Ella es la autora de una guía para maestros de religión sobre al Corán. Ella dice: “El Islam es tanto una fe mundial como lo es el Catolicismo romano. Ninguna nación o etnia puede decir que el Islam le es algo propio”. El Islam se está extendiendo rápidamente en el continente Europeo y Americano.
Muchas conversiones al Islam
Han tenido lugar, a pesar de la imagen negativa de la fe en la prensa Occidental. De hecho, el incremento de las conversiones se ha acelerado desde la publicidad sobre el asunto de Salman Rushdie, la Guerra del Golfo y la condición de los musulmanes en Bosnia. Es más, resulta muy irónico que la mayoría de los convertidos británicos son mujeres, dado que es una mentira extendida en Occidente que el Islam maltrata a las mujeres. En los Estados Unidos, las conversiones de mujeres superan en número a los hombres por cuatro a uno; y en Gran Bretaña, estimamos una suma de 10,000 hombres y 20,000 mujeres convertidas, formando parte de una comunidad musulmana de 1 a 1.5 millones de personas. Muchos británicos opinan que los “nuevos musulmanes” son algo diferentes a los provenientes de familias musulmanas. Ellos incluyen a Matthew Wilkinson, de Cambridge, y un hijo e hija del juez Scott.
Un estudio hecho por la Fundación islámica en Leicester dice que la mayoría de los conversos son personas de 30 a 50 años de edad.
Los musulmanes conversos más jóvenes aparecen debido a muchas conversiones entre los estudiantes, y resaltan el aspecto intelectual del Islam. Muhámmad dijo: “La luz del Islam subirá en Occidente”; “y yo pienso que eso es lo que está pasando en nuestros días”, dice Aliya Haeri, una psicóloga Americana, estadounidense de nacimiento, que se convirtió hace 15 años. Ella es consultora de Zahra Trust, escritora y una de las portavoces de la comunidad islámica más prominentes de Gran Bretaña. Ella agrega: “Los convertidos occidentales están llegando al Islam con los ojos frescos, sin los malos hábitos del Oriente, evitando mucho de lo que está culturalmente equivocado. La más pura tradición islámica se encuentra más fuerte en Occidente hoy en día”.
Algunos dicen que las conversiones se incrementan por la proliferación de la educación religiosa comparativa. Los medios de comunicación británicos, ofreciendo lo que los musulmanes describen como una mala prensa implacable en todos los asuntos referidos al Islam y lo islámico, también se dice que han ayudado. Occidentales que desesperan de su propia sociedad – donde sigue subiendo el crimen, la desintegración familiar, las drogas y alcoholismo - han comenzado a admirar la disciplina y seguridad del Islam. Muchos convertidos eran cristianos que encontraron una desilusión por la incertidumbre de la iglesia, el infeliz concepto de la Trinidad y deificación de Jesús.
Pero, ¿por qué cambia el converso?
Otros convertidos describen una búsqueda de una identidad religiosa. Muchos habían sido previamente los practicantes mas acérrimos del cristianismo, pero la satisfacción intelectual finalmente la encontraron en el Islam. “Yo era estudiante de teología, y fue el argumento académico lo que me llevó a la conversión”. Rose Kendrick, maestra de educación religiosa y escritora, dijo que ella encontraba ridículo el concepto de que pudiera existir un pecado original: “En el Islam, no se vuelcan los pecados de los padres en los hijos. La idea de que Dios no siempre está perdonando es blasfema para los musulmanes”.
Maimuna, de 39 años, se educó como anglicana hasta la cumbre de su devoción religiosa. “Yo me extasié por el ritual de la Iglesia y en esa época tenía el pensamiento de tomar los hábitos”. Su crisis comenzó cuando una oración no fue contestada. Ella cerró de golpe la puerta a los vicarios, pero viajó a los conventos para tener discusiones con algunas monjas. “Mi fe regresó más fuerte, pero no para la Iglesia, la institución o el dogma”. Ella investigó cada denominación cristiana, además del Judaísmo, el Budismo y la religión de la Conciencia de Krishna, antes de convertirse al Islam.
Muchos convertidos han abandonado el cristianismo y el sistema eclesiástico, enfatizando la relación directa de los musulmanes con Dios. Ellos se dan cuenta de una falta de dirección en la Iglesia de Inglaterra, y sospechan de su flexibilidad para adaptar sus posturas a las conveniencias políticas del momento. “Los musulmanes no cambian sus creencias según convenga”, dice Huda Khattab, de 28 años, autora del “Manual de La Mujer musulmana”, publicado este año por Ta-Ha publicaciones. Ella se convirtió al Islam hace diez años, mientras estudiaba idioma árabe en la universidad. El cristianismo cambia rápido su postura, por ejemplo: algunos clérigos importantes han dicho que el sexo pre-matrimonial es correcto si es con la persona con la que va a casarse. Parece un ir y venir para “adaptarse”. El Islam es constante sobre la salud sexual, o sobre orar cinco veces por día. La oración nos hace concientes de Dios en todo momento. Se es continuamente conciente de Dios.