Esta semana iniciaremos una serie de artículos breves sobre uno de los dichos tradicionales del Profeta Muhammad, la paz de Dios sea con él. En la segunda parte, nos enfocaremos en la gran necesidad que la humanidad tiene de Dios, mientras reconocemos que Dios no tiene necesidad de nosotros, ni de nuestras oraciones o nuestras alabanzas a Él. Él es el Todopoderoso. Sin embargo, antes que podamos entender esta verdad infalible, debemos tener en claro cuáles son las fuentes del conocimiento en el Islam y entenderlas. Este entendimiento significa que somos capaces de discutir temas inmensos e importantes de una manera integral. El conocimiento en el Islam deriva del Corán y de las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad, conocidas como la Sunnah.
El Corán, a veces llamado Sagrado Corán o Noble Corán, es la escritura divina o texto sagrado de la religión del Islam. Los musulmanes creen que es la palabra literal de Dios, tal como fue revelada por Dios al último Mensajero, Muhammad. Este sitio web contiene muchos artículos acerca del Corán, para todos aquellos que deseen obtener información más profunda al respecto. La Sunnah se refiere a tres cosas: los actos, las declaraciones y las aprobaciones tácitas del Profeta Muhammad. Se deriva de las tradiciones orales, conocidas como hadiz.
Entre los miles de hadices, hay algunos que pertenecen a una categoría especial. Se los conoce como hadices Qudsi. Son dichos que el Profeta Muhammad atribuye a Dios. Son el mensaje de Dios a la humanidad, pero en las palabras del Profeta Muhammad. Hay más de 100 hadices Qudsi y suelen tratar temas espirituales o éticos. Uno de los hadices más bellos y completos de entre los Qudsi es el siguiente, transmitido a nosotros de Dios al Profeta Muhammad y luego a través de generaciones por una cadena auténtica y confiable de narradores.
“¡Oh, siervos míos! Me he prohibido a Mí mismo la injusticia y se las he prohibido a ustedes, así que no sean injustos unos con otros. ¡Oh, siervos míos! Todos ustedes están desviados con excepción de aquellos a quienes he guiado, así que busquen de Mí la guía y Yo los guiaré. ¡Oh, siervos míos! Todos ustedes están hambrientos con excepción de aquellos a quienes he alimentado, así que busquen de Mí el alimento y Yo los alimentaré. ¡Oh, siervos míos! Todos ustedes están desnudos con excepción de aquellos a quienes he vestido, así que busquen de Mí la vestimenta y Yo los vestiré. ¡Oh, siervos míos! Ustedes cometen errores de día y de noche, y Yo perdono todos los errores, así que busquen de Mí el perdón y Yo los perdonaré. ¡Oh, siervos míos! Ustedes no alcanzarán perjuicio con el que puedan dañarme ni alcanzarán beneficio con el que puedan beneficiarme. ¡Oh, siervos míos! Si todos, desde el primero hasta el último de ustedes, humanos y yinnes juntos, fueran tan piadosos como el corazón más piadoso de entre ustedes, eso no aumentaría Mi reino en nada. ¡Oh, siervos míos! Si todos, desde el primero hasta el último de ustedes, humanos y yinnes juntos, fueran tan malvados como el corazón más malo de entre ustedes, eso no disminuiría Mi reino en nada. ¡Oh, siervos míos! Si todos, desde el primero hasta el último de ustedes, humanos y yinnes juntos, se reunieran al mismo tiempo en un lugar para pedirme, y yo les diera todo aquello que me pidieran, eso no disminuiría lo que poseo más de lo que una aguja puede disminuir el agua del mar si la ingresan y la quitan de él. ¡Oh, siervos míos! No son más que sus obras las que reconozco de ustedes y por las cuales los recompenso, así que quien halle el bien que alabe a Dios, y que quien encuentre lo contrario no culpe a nadie más que a sí mismo”[1].
Dios enfatiza la justicia, y el Islam condena y prohíbe toda forma de injusticia y de opresión. Dios Todopoderoso es el Más Justo, es de Él que emana toda justicia. Dios hizo ilícita la injusticia para Sí mismo y Su promesa es verdadera: muchos versículos en el Corán atestiguan esto.
“Tu Señor no es injusto con Sus siervos”. (Corán 41:46)
“Dios no oprime a ninguna de Sus criaturas”. (Corán 3:108)
“Dios no es injusto con nadie ni en el peso de la más ínfima partícula”. (Corán 4:40)
Dios también ha prohibido a la humanidad todo tipo de opresión. El Islam nos dice que hay tres tipos de opresión o injusticia. La primera es la injusticia hacia Dios, que consiste en asociar a otros con Él. La segunda es la injusticia hacia nosotros mismos, que es cometer pecados. Y la tercera es ser injusto hacia los demás (la humanidad u otras criaturas). El Islam es más que una religión, es un código de práctica. Seguir el Islam significa que los derechos otorgados a la humanidad por Dios son respetados y defendidos. El Islam busca justicia para todas las criaturas, grandes y pequeñas.
“Envié a Mis Mensajeros con las pruebas evidentes e hice descender con ellos el Libro y la balanza de la justicia para que la gente establezca la equidad…”. (Corán 57:25)
En este hadiz Qudsi, Dios comienza haciendo hincapié en la importancia de la justicia. Él condena la opresión y deja muy en claro que la opresión no forma parte de los principios del Islam ni es tolerada por los creyentes. Sin embargo, Él no se detiene allí. Luego dice que toda la humanidad está en el desvío, salvo aquellos a quienes Él (Dios) ha elegido guiar. Él pide que siempre que busquemos orientación la busquemos de Él, pues no podemos obtenerla en ningún otro lugar.
Sin guía estamos perdidos, buscando continuamente consuelo. Es el regalo más precioso de Dios. Saber esto y comprender los conceptos de justicia y perdón, inherentes al Islam, nos enriquece y completa. Saber que nuestro propósito es adorar a Dios, nos libera. La guía le permite a la persona aceptar y ser agradecido por las bendiciones que Dios le otorga en cada segundo de cada día. La humanidad depende de Dios; sin embargo, Dios no necesita de la humanidad. Este completo hadiz nos da un entendimiento claro de nuestra necesidad de Dios. En un proóximo artículo discutiremos este tema y aprenderemos que nada ocurre sino con el permiso de Dios.