Esta sura es famosa por su declaración sobre la Noche del Decreto o del Poder (Lailat ul Qáder), durante la cual fue revelado el Corán por primera vez. Es universalmente aceptado que esto ocurrió durante el mes de Ramadán, como se afirma en Corán 2:185. Los musulmanes sostienen que la Noche del Poder llega cada año. Muchos reportes dicen que esta noche ocurre durante las últimas diez noches de ramadán. La mayoría de los eruditos sostiene que ocurre en una de las noches impares de estas últimas diez.
Aleya 1: El comienzo de la revelación del Corán
Este capítulo habla acerca de la noche prometida, noche que el universo entero señala con alegría y oración. Es la noche de la comunión perfecta entre este mundo y el mundo que no podemos ver. Esa noche marca el inicio de la revelación del Corán a Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), un evento sin par en la historia de la humanidad por su esplendor y el significado que tiene para la vida de la humanidad en su conjunto. Su grandeza está más allá de la percepción humana. Las declaraciones coránicas que relatan este gran evento irradian con la luz clara y brillante de Dios.
Aleyas 2 a 5: Las virtudes de la Noche del Decreto
También está la luz de los ángeles y del Espíritu (el ángel Gabriel) moviéndose entre la Tierra y Dios, el Altísimo. Además, está la luz del amanecer que la sura representa como perfectamente armoniosa con la luz del Corán y de los ángeles, así como con su espíritu de paz. La noche en cuestión aquí es la misma noche a la que se hace referencia en Corán 44:3-6.
Su nombre, Lailat ul Qáder, o la Noche del Decreto, puede interpretarse como planeación, gestión y organización deliberadas, o puede significar valor, posición y rango. Ambos significados son relevantes para el gran evento universal de la revelación del Corán y la asignación del mensaje al Profeta. Es, de hecho, el evento más grande y significativo que el universo haya presenciado. Es el evento que explica con mayor claridad cómo la vida humana se beneficia de la planeación, administración y organización de Dios. Esta noche es mejor que mil meses.
Esta noche es demasiado sublime para que el ser humano tenga una percepción correcta de ella. Es grandiosa porque Dios la eligió para la revelación del Corán, para que su luz se extienda por todo el universo, y la paz divina pueda extenderse en la vida y la consciencia humanas. El Corán incluye una ideología, una base para valores y estándares, y un código holístico de comportamiento moral y social, todos los cuales promueven la paz dentro del alma humana y en el mundo en general. Es grandiosa porque descienden los ángeles, y Gabriel en particular, con el permiso de Dios, trayendo el Corán. Llenan todo el espacio entre el cielo y la Tierra en semejante celebración espléndida y universal, vívidamente retratada en esta sura.
La humanidad, por ignorancia y para su desgracia, puede pasar por alto el valor y la importancia de la Noche del Poder. Cuando la humanidad la ignora, pierde la señal de gracia más feliz y bella que Dios le otorgó. También sufre la pérdida de la paz y la felicidad verdaderas que le ha otorgado el Islam, a saber, la paz de consciencia, familia y sociedad. Lo que de otro modo ha obtenido de la civilización material es una compensación inadecuada por su pérdida. Los creyentes en el Islam tienen ordenado no olvidar ni descuidar este evento. El Profeta nos enseñó una forma sencilla y agradable de conmemorarlo, de modo que nuestras almas siempre estén en estrecha comunión con el mismo. Él nos ha urgido a pasar esta noche de cada año en devoción, y dijo: "Busquen la Noche del Decreto entre las últimas diez noches de Ramadán" (Bujari, Múslim). También dijo: "Aquel que pase la Noche del Decreto en adoración, con fe sincera y devoción, tendrá todos sus pecados pasados perdonados." (Bujari, Múslim).
El Islam no es mero formalismo; por lo tanto, el Profeta especificó que la consagración de esta noche debe estar motivada por la fe y la devoción. Esto hace de su consagración por parte de cualquier persona una indicación de su consciencia plena de los efectos de largo alcance de lo que ocurrió esa noche. El método islámico de educación y construcción del carácter vincula la adoración con la fe y establece la verdad en nuestros corazones y consciencias. Por este método, la adoración es considerada un medio de mantener total consciencia de esta verdad, su aclaración y su establecimiento firme en nuestras mentes, corazones y almas. Este método ha demostrado ser el mejor para la reactivación de esta verdad, de modo que tiene una influencia infalible en nuestro comportamiento.
