El capítulo 79 es titulado "los ángeles arrancadores". Es nombrado por la palabra árabe en el primer versículo, naziat. Esta palabra a menudo es traducida como ángeles, en particular aquellos ángeles encargados de extraer las almas de los muertos. Los ángeles arrancadores es una de las suras cortas, con solo 46 aleyas, que se encuentran hacia el final del Corán, y fue revelada en La Meca. Los mecanos de la época negaban enfáticamente la Resurrección, así que el tema de esta sura confirma el Día de la Resurrección tan enérgicamente como la sura anterior, la 78 (La noticia). Los mecanos, sin embargo, no negaban la existencia de los ángeles, así que Dios jura por los ángeles que la realidad del Día de la Resurrección no puede ser negado.
Aleyas 1 a 5: Juramento
Dios hace un juramento por los ángeles que arrancan las almas destinadas al Infierno y por los ángeles que retiran amablemente las almas destinadas al Paraíso. También por los ángeles que se deslizan como si nadaran y por aquellos que cargan rápidamente, compitiendo ansiosamente entre ellos para llevar a cabo los mandamientos de Dios. Y por los ángeles que organizan cada asunto de acuerdo con el decreto de Dios.
Aleyas 6 a 14: Advertencia severa
En el Día de la Resurrección habrá una fuerte estridencia de trompetazo que será seguida por un segundo trompetazo. El primer trompetazo destruirá la Tierra y todo en ella, mientras el segundo hará que la humanidad se levante de la tumba. Los corazones de aquellos que negaron la resurrección temblarán y latirán con terror. Sus ojos estarán abatidos.
En La Meca, en ese momento, se preguntaban unos a otros: "¿Realmente seremos devueltos a la vida, aunque nuestros huesos se hayan descompuesto?". De forma burlona, describían la Resurrección como un regreso "perdedor", una restauración inútil. Entonces, Dios les advierte con severidad que será un sonido único y se hallarán vivos una vez más, todos de pie, juntos en una llanura abierta. Esto es inevitable y no puede ser desviado por negación, escape ni burla.
Aleyas 15 a 25: Moisés y el Faraón
Dios llamó al Profeta Moisés al valle sagrado conocido como Tuwa. Ve ante el Faraón, le fue dicho a Moisés, pues él ha transgredido todos los límites. Pregúntale si quiere arrepentirse y purificarse. Ofrécele guiarlo hacia Dios mostrándole un gran milagro. Moisés convirtió su bastón en una serpiente, pero el Faraón negó el milagro y le dio la espalda al ofrecimiento de ser guiado a la fe.
El Faraón reunió de inmediato a su pueblo y proclamó que él era el señor más exaltado, el más supremo y altísimo. Dios lo sentenció al castigo en esta vida y en el Más Allá por autonombrarse deidad, por oprimir a su pueblo y por rechazar la oferta de Moisés. Esta es una lección y una advertencia para todos los que temen a Dios.
Aleyas 27 a 33: Dios el Creador
Dios le hace una pregunta a la humanidad: ¿Qué es más difícil de crear, ustedes o los cielos? El universo ha sido construido alto y en proporción perfecta. La oscuridad de la noche se extiende sobre la Tierra como si fuera un dosel, y en el día el Sol brilla intensamente en el firmamento. Dios creó la Tierra con fuentes de agua, vegetación de todo tipo y montañas firmemente asentadas en el suelo. Todas estas cosas fueron proporcionadas para beneficio de la humanidad y de todas las criaturas vivientes.
Aleyas 34 a 41: Una residencia permanente
El gran desastre golpeará. El Día de la Resurrección llegará y toda persona recordará con exactitud lo que ha hecho. El Infierno estará a la vista para que todos lo vean. Se convertirá en el hogar de aquellos que han transgredido, se han rebelado o han preferido la vida de este mundo. El Paraíso, en cambio, será el hogar y refugio de quienes fueron rectos, aquellos que se abstuvieron de los deseos básicos y temieron este Día trascendental.
Aleyas 42 a 45: Y preguntaron por la Hora
Los incrédulos de La Meca le preguntaron al Profeta Muhammad acerca de la Hora. Aunque no creían en la Resurrección ni en la vida después de la muerte, hicieron esta pregunta una y otra vez. ¿Cuándo vendrá?, preguntaron, pero el Profeta Muhammad no pudo responderles. Solo Dios conoce la respuesta. A Él Le pertenece el conocimiento supremo. El mensaje y la advertencia de Muhammad solo beneficiarán a aquellos que temen la llegada del Día.
Aleya 46: La vida es solo un momento
Cuando comience el Día de la Resurrección, la humanidad sentirá como si solo hubiera estado en esta vida durante la tarde de un día o una parte de la mañana. Aquellos que han arruinado su vida en el Más Allá se preguntarán como pudieron hacerlo en tan poco tiempo.