ESTO ES LO QUE DICE EL CORÁN SOBRE JESÚS PRESENTADO POR UN EXSACERDOTE CATÓLICO
Los artistas cristianos a lo largo de los siglos han mostrado a Jesús rodeado de nubes esponjosas o ángeles. Alrededor de su cabeza brilla un halo dorado de luz, mientras a sus pies siempre hay niños pequeños y corderos.
En la cruz, este Jesús artístico es mostrado sufriendo terribles agonías por los demás, pidiendo siempre que sus enemigos sean perdonados. El “Jesús amable, manso y apacible” de los himnarios cristianos, el Jesús de ojos azules y cabello ondulado, es el Jesús en la imaginación popular.
Tal vez sea porque el Islam siempre ha desalentado las representaciones de seres humanos en el arte que el Cristianismo ha logrado ganar el premio de publicidad por su representación de Jesús (la paz sea con él).
Además del arte, la Iglesia cristiana eligió cuatro de los muchos evangelios que fueron escritos para describir la vida de Jesús. San Lucas es quizás el más hermoso, siendo un Evangelio de oración, de los pobres y de las mujeres. La forma en que Lucas elabora sus palabras hace que Jesús sea tan atractivo.
JESÚS EN EL ISLAM
El Islam, por otro lado, no tiene artistas para elevar a Muhammad (la paz sea con él) al rango de una deidad. No tiene escritores de los Evangelios ni a Pablo para usar sus palabras para hacer de Muhammad algo más que humano. El Corán fue revelado a un hombre que no sabía leer ni escribir. Simplemente contó lo que le fue dicho tal como se le dijo a él.
UN PROFETA DE DIOS
El Jesús del que habla Dios en el Corán es bastante diferente del Jesús del Evangelio, aunque hay algunas similitudes. Especialmente en Navidad, cuando las representaciones del Profeta Jesús son más floridas, debemos recordarle a la gente quién era realmente Jesús. En el Corán leemos lo que significa:
Entonces [Jesús] habló: «Soy un siervo de Dios, Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta. Seré bendecido dondequiera que me encuentre, y me ha encomendado hacer la oración, dar caridad mientras viva, honrar a mi madre, y no ser arrogante ni insolente. La paz fue conmigo el día que nací, el día que muera y el día que sea resucitado». Ese es Jesús, hijo de María, la verdad sobre la que ellos discuten. No es propio de Dios tener un hijo. ¡Glorificado sea! Cuando decide algo dice: «¡Sé!», y es. (19:30-35)
En otras palabras, según el Islam, Jesús fue un Profeta de Dios. Perteneció a una larga línea de profetas, llamando a la gente a lo largo de la Historia a la adoración de un solo Dios. Estos incluyen nombres como Abraham, Moisés, David y Salomón (la paz sea con todos ellos) y, como ellos, es reverenciado y honrado por todos los musulmanes. Siempre que mencionen el nombre de Jesús, los musulmanes siempre dirán: “La paz sea con él”.
UN MILAGRO
Al igual que los relatos de los Evangelios de Mateo y Lucas, el Corán muestra que el nacimiento de Jesús fue milagroso:
Entonces los ángeles dijeron: «¡María! Dios te albricia con Su Palabra [¡Sea!] será conocido como el Mesías Jesús, hijo de María. Será noble en esta vida y en la otra, y se contará entre los próximos a Dios. Hablará [milagrosamente] a la gente desde la cuna, y predicará siendo adulto. Será de los virtuosos». Dijo [María]: «¡Señor mío! ¿Cómo he de tener un hijo si no me ha tocado hombre?» Le respondió: «¡Así será! Dios crea lo que quiere. Cuando decide algo, solo dice: ¡Sea!, y es. Él le enseñará la escritura, le concederá la sabiduría, le enseñará la Tora y el Evangelio. (3:45-48)
Jesús no solo tuvo un nacimiento milagroso, sino que el Corán también nos dice que nació de una madre virgen y que habló en la cuna, que hizo milagros, y que no murió en la cruz, ni volvió a la vida después de tres días.
Dios envió mensajeros a lo largo de los siglos para traer a los hombres y las mujeres de regreso a Él. Es parte de nuestra naturaleza humana, ¿no es así, que constantemente olvidamos y necesitamos que nos llamen de vuelta al camino recto?
Fueron enviados diferentes mensajeros con diferentes dones, ya que necesitaban hablar a su propia gente de una manera que los atrajera y los ayudara a comprender. Fue el don especial del Profeta Jesús el poder realizar milagros:
«Les he traído un milagro de su Señor. Modelaré para ustedes un pájaro de barro. Luego soplaré en él y, con el permiso de Dios, tendrá vida. Con la anuencia de Dios, curaré al que nació ciego y al leproso, y resucitaré a los muertos. Les revelaré lo que comen y guardan dentro de sus casas. Esos milagros son suficientes para que crean en mí, si es que son creyentes». (3:49)
Ser capaz de realizar milagros no hizo a Jesús igual a Dios. Todo lo que hizo fue con el permiso de Dios, para enseñar al pueblo de Israel acerca de Dios mismo. Sin embargo, incluso estos milagros no fueron suficientes para convencerlos.
Es la creencia del Islam con respecto a Jesús que nunca debemos confundir el mensaje con el mensajero. Su mensaje era hablar de Dios y mostrar el poder de Dios en este mundo y en el venidero, pero el mensaje no lo hizo igual a Dios. Sus milagros eran su forma de transmitir el mensaje.
De hecho, el Corán es bastante claro al respecto:
El Mesías hijo de María es solo un Mensajero, como los otros Mensajeros que le precedieron. Su madre fue una creyente devota. Ambos necesitaban alimentos [como el resto de los seres humanos]. Observa cómo les aclaré las evidencias, y cómo [a pesar de eso] rechazan la verdad. (5:75)
UN SER HUMANO
Jesús y su madre tenían que comer alimentos. Eran seres humanos, como tú y como yo. Se le encomendó la más elevada de las tareas al ser llamado a hablar el mensaje de Dios al mundo, pero siguió siendo solo eso: un hombre que comía.
Por un amor exagerado por Jesús, muchos de sus primeros seguidores, animados por los escritos de San Pablo, comenzaron a ver al Profeta Jesús como algo más que humano, un dios.
Confundieron el hermoso mensaje que traía con Aquel que lo envió. Vieron su don de poder calmar los vientos y los mares, o su don de curar a los enfermos, como una indicación de que él era más que un simple hombre.
El Corán es bastante claro al respecto, Jesús fue un gran profeta, pero no fue más que eso. No murió en la cruz, ni resucitó a los tres días, sino que era un hombre.
Uno de los hombres más grandes, sí. Un hombre con dotes muy especiales, eso sí. Un hombre al que reverencian como un gran profeta, sí, pero no como un dios. No hay dios más que Al-lah.
En resumen de todo esto, el Corán nos dice lo que Dios le dirá a Jesús en el Último Día, cuando Él Todopoderoso llame a todas las personas a Sí mismo:
[El Día del Juicio Final] Dios dirá: «¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Acaso tú dijiste a la gente: «Adórenme a mí y a mi madre como divinidades junto con Dios?» Dirá [Jesús]: «¡Glorificado seas! No me corresponde decir algo a lo que no tengo derecho. Si lo hubiera dicho Tú lo sabrías. Tú conoces lo que encierra mi alma, mientras que yo ignoro lo que encierra la Tuya. Tú eres Quien conoce lo oculto. No les transmití sino lo que Tú me has ordenado: ‘Adoren solo a Dios, mi Señor y el suyo’. Fui testigo de sus acciones mientras estuve con ellos; pero después de que me elevaste, fuiste Tú Quien los vigiló. Tú eres testigo de todas las cosas. (5:116-17)
Fuente: About Islam