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PRÁCTICAS PROAMBIENTALES EN LA CIVILIZACIÓN MUSULMANA


Por Marwan Haddad, Universidad Nacional An-Najah, Nablus, Palestina



 





Este documento es una descripción general de las prácticas, el comportamiento y las consideraciones proambientales según la influencia del Islam. Para una presentación y discusión más simples, las prácticas proambientales en este documento se dividen en técnicas y no técnicas/sociales. Las prácticas técnicas incluyen el abastecimiento de agua, el saneamiento, la eliminación de desechos, la urbanización, la vegetación y la jardinería. Las prácticas sociales incluyen la higiene, los servicios sociales, la atención médica, el buen comportamiento, el conocimiento, la ciencia y la educación. Las lecciones extraídas de las influencias islámicas en las prácticas de las personas están registradas en una sección separada. La evidencia en este artículo establece que las prácticas proambientales técnicas y sociales fueron influenciadas positivamente por el Islam a lo largo de la civilización musulmana. Las influencias claras sobre las personas son evidentes en los campos de las infraestructuras e invenciones de ingeniería, en las traducciones de libros científicos, la urbanización y en la conducta de los musulmanes, ya sea individual o colectivamente.








1. INTRODUCCIÓN


Los musulmanes perciben el Islam como creencias integrales relacionadas con todos los aspectos de la vida de un individuo según lo prescrito por el libro revelado, el Corán, y por las enseñanzas y la conducta del Profeta Muhammad (la paz sea con él).





Las tierras que abrazaron el dominio musulmán fueron influenciadas en muchas áreas. Esto incluía varios aspectos de sus vidas, como las costumbres y tradiciones, la Ciencia, la Medicina, la salud, la higiene, la educación, su desarrollo y prosperidad, y las prácticas proambientales.





Los historiadores han reconocido que la civilización musulmana contribuyó significativamente al avance de la Ciencia, la Medicina y la Filosofía. Will Durant, un escritor, historiador y filósofo estadounidense declaró en su libro The Age of Faith que1:





“Los musulmanes han hecho una contribución científica eficaz en todos los campos”.





También se puede ver que el surgimiento y el desarrollo de la civilización musulmana han influido positivamente en las prácticas ambientales, las interacciones y las percepciones de los individuos del mundo2.





Para aclarar el objetivo de este documento, los términos clave utilizados deben definirse y entenderse en su contexto. Las prácticas ambientales se entienden como las acciones y el compromiso de las personas con el medio ambiente que resultan en daño (efectos intangibles negativos) o ningún cambio o beneficio para el medio ambiente (efectos tangibles positivos). De ello se deduce que las prácticas proambientales son aquellas que producen beneficios al medio ambiente en forma de preservación, protección y desarrollo sostenible (efectos tangibles positivos). Hay cinco clases principales del entorno en el que las personas viven y practican sus actividades: natural, social, cultural, económico y de salud.





El estudio de la práctica ambiental proporciona un foro multidisciplinario para la discusión y análisis de temas de amplio interés para la comunidad de profesionales ambientales, con la intención de desarrollar soluciones innovadoras a los problemas ambientales para la implementación de políticas públicas, la práctica profesional o ambas3.





Se presentan dos preguntas con respecto a la formación de civilizaciones. ¿Fue el medio ambiente (agua, aire, tierra, suelo, etc.) lo que influyó en la formación, o fueron las prácticas del hombre? La mayoría de los historiadores están de acuerdo con la segunda hipótesis, que las prácticas del hombre dieron forma a las civilizaciones4.





La protección del medio ambiente y la conservación de los recursos es una preocupación global en el mundo de hoy. Los musulmanes representan una cuarta parte5. Por lo tanto, es importante aprender cómo la gente de la civilización musulmana se preocupó, protegió y sostuvo el medio ambiente.





Las prácticas proambientales impactaron las condiciones sociales, económicas, políticas y morales de las personas y condujeron a la sostenibilidad ambiental en tierras musulmanas. Asimismo, las prácticas proambientales son consideradas un indicador de calidad moral y ética en la sociedad. Las investigaciones han indicado que la calidad ambiental está asociada con el comportamiento y las prácticas humanas; por lo tanto, es necesario e importante identificar prácticas proambientales6. En un mundo en el que la población musulmana supone el 24,9% del total7, es necesario investigar sus contribuciones medioambientales. Este estudio pretende enriquecer este campo y es particularmente vital y oportuno.





Finalmente, es desafortunado que aunque las prácticas ambientales de la civilización musulmana tienen su propia expresión única, no son todas visibles hoy en día, incluso en los países musulmanes. La fragmentación del mundo musulmán desde el colapso del califato otomano en 1924 condujo a la pérdida del liderazgo centralizado y unificado, lo que llevó a países subdesarrollados con economías pobres.





Este documento es una descripción general de las prácticas, el comportamiento y las consideraciones proambientales en la civilización musulmana. Se espera que esta investigación proporcione lecciones para ser aprendidas y aplicadas en el mundo de hoy.








Figura 1. Población religiosa predominante por país (Fuente)


2. EL CONCEPTO ISLÁMICO DEL MEDIO AMBIENTE Y SU GESTIÓN


Los conceptos islámicos sobre los diversos aspectos del medio ambiente y su gestión no se presentarán ni discutirán en este documento. Los lectores pueden consultar los artículos relacionados anteriores publicados por el autor en los que identificó, discutió y analizó el enfoque islámico de la gestión ambiental y la educación ambiental, y otras investigaciones islámicas relacionadas con el medio ambiente8 9 10 11 12 13 14.





3. PRÁCTICAS PROAMBIENTALES EN LA CIVILIZACIÓN MUSULMANA


Las prácticas y consideraciones proambientales incluyen la aplicación de la combinación más adecuada de medidas y estrategias de control ambiental en una amplia gama de temas ambientales de interés para la comunidad, como áreas de interés público, bienestar humano, manejo de desechos, suministro de agua, saneamiento, higiene, buen comportamiento y consideración, quitando algo nocivo del camino, cuidado y protección de los ecosistemas y la vida silvestre, uso y manejo de los recursos naturales, investigación y desarrollo ambiental, buena salud y Medicina, promoción del conocimiento, ciencia, educación, desarrollo, vegetación y producción de alimentos, y otros.





Las prácticas antes mencionadas se pueden clasificar de la siguiente manera:





Prácticas Técnicas/Físicas: instituciones públicas (hacienda, beneficencia y casas de beneficencia), servicios de abastecimiento de agua y saneamiento, gestión de residuos, seguridad, salud e higiene, aseo (baños públicos), urbanización y otros.


Prácticas no técnicas/sociales: conocimiento, ciencia y educación que establecen escuelas, universidades, bibliotecas, centros de investigación, centros de traducción y otros, comportamiento diario y asuntos relacionados con la vida, como preocuparse por los demás.


Las siguientes secciones presentarán y discutirán cada grupo por separado.








Figura 2. Portada del artículo “Producción de alimentos y gestión de la seguridad alimentaria en la civilización musulmana” (Fuente)


3.1 PRÁCTICAS TÉCNICAS/FÍSICAS


3.1.1 ABASTECIMIENTO DE AGUA


Los gobernantes de las tierras islámicas estaban muy preocupados por hacer que los servicios públicos estuvieran disponibles para todos sus súbditos, lo que incluía asegurar el suministro de agua a casas, mezquitas, hospitales y servicios de salud, bibliotecas públicas, jardines, fuentes y otros. El abastecimiento de agua para la agricultura era una preocupación primordial paralela.





En las ciudades se proporcionaba agua para beber, cocinar, abluciones, aseo e incluso para regar jardines y huertas. Estas prácticas mejoraron la calidad de vida de las personas e invitaron a personas de fuera del Islam a venir y vivir en ciudades musulmanas.





Los omeyas (661–750 e. c.) construyeron represas en ríos y valles para evitar inundaciones y asegurar el agua, pozos profundos para proporcionar suministro de agua y construyeron redes y canales de desvío de agua para permitir que el agua llegara a ciudades y tierras de cultivo a larga distancia. Usaron un sistema de canales subterráneos para traer agua de un acuífero distante (qanāt)15 16. Además, limpiaron los canales según la temporada y construyeron arcos sobre los ríos para facilitar el movimiento de pasajeros y mercancías, al tiempo que mejoraban el flujo de agua17 18 19 20 21 22 23. Construyeron ruedas hidráulicas o molinos para elevar el agua hasta la parte superior del canal; este suministro de agua estaba destinado a fines agrícolas y domésticos24.





Los complejos y avanzados sistemas e infraestructuras de abastecimiento hidráulico de agua creados por los árabes musulmanes para las ciudades, castillos y zonas agrícolas de Al-Andalus consistían principalmente en grandes aljibes que se abastecían con el agua de lluvia recogida en los patios de estas ciudades y castillos25. Los musulmanes establecieron muchas presas pequeñas y fueron construídas en el río Turia de 150 millas de largo, que desemboca en el Mediterráneo en Valencia26.





Los abasíes (750–1258 e. c.) trabajaron en la expansión agrícola para cultivar todo el espacio disponible en Irak y suministrar agua a las principales ciudades. Para ello, construyeron represas en el río Éufrates para controlar su agua y luego distribuirla mediante arroyos y canales para lograr el máximo beneficio y cubrir un área más amplia27. Excavaron y conectaron una densa red de canales con el sistema de canales de Nahrawan desde el río Tigris y construyeron una presa en el lado este del río Tigris al sur de la ciudad de Mosul para que el río se extendiera 150 millas al norte de Bagdad, luego se extendiera desde Bagdad al sur durante 100 millas hasta el norte de Wasit28. Otra contribución de la que fueron responsables los abasíes fue la construcción de un canal de agua en Damasco que partía del río Minin, al pie del monte Qassioun, hasta Deir Maran29.





En España, los abasíes regularon el uso del agua mediante el establecimiento de un tribunal de agua especializado por orden de Abd al-Rahman Nasir en el año 318 H., que creó la función de la agencia Sakia, representante de las tierras que son regadas por una rueda hidráulica particular y quien actuó como juez en el Tribunal de Aguas. Este fue el primer tribunal conocido en el mundo especializado en resolver disputas relacionadas con la asignación del agua y su justa distribución entre los beneficiarios30. Las características más importantes del Tribunal de Aguas de Al-Andalus fueron la sencillez de los artículos legales y su ejecución, las deliberaciones y decisiones, la celeridad en la emisión de sentencias y el bajo coste para las partes litigantes31 32 33. Vale la pena señalar que los abasíes en Bagdad establecieron una oficina para la gestión del agua a la que llamaron Diwan de al-Aqrah (que significa el departamento del agua)34.





Uno de los proyectos más monumentales emprendidos durante el gobierno abasí fue Ain Zubaydah, un modelo de ingeniería único en la época (ca. 800 e. c.) que aseguró un suministro de agua para la peregrinación musulmana en La Meca. Al-Ain desciende de Wadi Numan, debajo de las montañas del Hiyaz, a través de canales de agua hasta una profundidad de 40 metros bajo tierra; los canales se construyeron de manera precisa para que lleguen a los lugares sagrados de La Meca en la superficie de la tierra, lo que permite a los peregrinos saciar su sed directamente. Tomó 10 años construir el sistema e incluye 51 tanques de agua subterráneos35.





El suministro de agua era tan indispensable para los musulmanes que durante el período otomano (ca. 1669-1898), además del suministro de agua para los hogares, había un grifo de agua en cada mezquita. Los baños públicos o Hamams, también conocidos como baños turcos, desempeñaron un papel importante en la cultura otomana y sirvieron como lugares de reunión social y limpieza ritual, etc.36. Para este propósito, los otomanos construyeron (1) presas, embalses, pozos, cisternas y estanques para recolectar agua; (2) cursos de agua, canales, acueductos y escalas de agua para transportar agua; (3) tuberías y depósitos de agua en las vías fluviales para distribuir agua; y (4) fuentes, cascadas, llanuras aluviales y baños como instalaciones recreativas37. La ciudad de Estambul, anteriormente la capital del Imperio Otomano durante 470 años, sin duda tiene algunos de los sistemas de agua más importantes de la civilización musulmana38 39 40.





Las tierras islámicas se volvieron fértiles con los desarrolladores de tecnología mecánica de elevación de agua nueva, creativa e innovadora utilizando energía hidráulica. Desde el siglo VII al XIV (hasta la invasión de los mongoles), esta herencia se extendió por todo el imperio. Por ejemplo, ingenieros como Al-Jazari (1136 – 1206 e. c.) diseñaron maquinaria elevadora de agua impulsada por agua y gravedad por primera vez en la Historia. Simulando el principio de equilibrio (molinos de viento y ruedas hidráulicas, molino de acero, molino de puente, bombas de agua con principio de doble acción, árbol de levas, cigüeñal y manivela deslizante), su objetivo era llevar el suministro de agua directamente a la población local en las ciudades y mejorar la irrigación para mejorar la capacidad de cultivo41. Otros inventaron y/o mejoraron varios nuevos equipos mecánicos y tecnológicos de agua hidráulica para el bombeo, elevación o transporte de agua y para la molienda de granos, entre otros42 43.





Las ruedas hidráulicas operadas por bueyes estuvieron en uso en El Cairo hasta el siglo XII, donde elevaron agua verticalmente a una distancia de 80 pies desde el Nilo hasta un acueducto que abastecía a la ciudadela de El Cairo44. La noria de Albolafia es el último vestigio de un conjunto de molinos y presas construidos sobre el río Guadalquivir en Córdoba entre los siglos VIII y X45. Otro ejemplo de noria son las enormes ruedas hidráulicas del río Orontes en Hama, en el centro de Siria46.





Históricamente, el acueducto, al igual que el qanat, que era un sistema de suministro de agua en canales a lo largo de largas distancias, fue desarrollado por los persas a mediados del primer milenio antes de la Era Común y luego se extendió hacia la Península Arábiga y Egipto. En la civilización musulmana, los canales se convirtieron en uno de los métodos más efectivos para proporcionar agua en regiones que no tenían acceso directo a ninguna fuente de agua. La expansión del imperio islámico condujo a la difusión de los qanats en los países del Mediterráneo y Europa central47. El qanat fue ampliamente adoptado en las partes áridas de las tierras musulmanas y hasta la provincia de Sinkiang en China48 49.





También se instalaron fuentes públicas de agua, llamadas agua Sabil, en todas las tierras del Islam para proporcionar agua potable al público en las calles50 51 52.





El sistema Aflaj en Omán, incluidos los canales de agua subterráneos, implicó la extracción de valiosos recursos hídricos, como aguas subterráneas, manantiales o aguas superficiales, y su conducción a canales utilizando el flujo de gravedad solo para largas distancias hasta ciudades y pueblos donde se distribuían y utilizaban para fines domésticos y fines agrícolas53 54.





Desde principios de la civilización musulmana, los científicos idearon activamente las aguas subterráneas (las llamaron aguas ocultas). Idear o descubrir la ubicación de las aguas subterráneas se basó en experiencias de campo, sentido, imaginación y sabiduría. La profundidad del agua subterránea y su proximidad a la superficie de la tierra fue localizada por científicos y expertos utilizando (1) el olor del suelo, (2) el olor de las plantas en el área circundante y (3) el movimiento de un animal específico que se encuentra en el área55 56. Los eruditos llamaron a su conocimiento de diseño «la ciencia del campo»57.





Varios científicos musulmanes fueron pioneros en el campo de la purificación del agua, contribuyendo a la ebullición y filtración del agua58 59 60, la ebullición y el enfriamiento del agua, la destilación61 62, la filtración de la tierra63, la radiación solar64, el flujo de agua bajo el sol y el viento65, la ebullición con alcohol66, y el uso de la plata67.








Figura 3. Portada del artículo “Abastecimiento de agua, saneamiento, consideraciones y prácticas higiénicas en las civilizaciones musulmanas” (Fuente).


3.1.2 SANEAMIENTO Y ELIMINACIÓN DE RESIDUOS


Los musulmanes en el período medieval enfatizaron el aspecto funcional de la atención médica de los enfermos, el saneamiento y las enfermedades infecciosas68. Las ciudades musulmanas medievales como Bagdad, Córdoba (España), Fez (Marruecos) y Fustat (Egipto) tenían sistemas sofisticados de eliminación de desechos y alcantarillado con redes de alcantarillado interconectadas. La ciudad de Fustat también tenía edificios de viviendas de varios pisos (hasta seis pisos) con inodoros conectados a un sistema de suministro de agua, que fluía de cada piso y transportaba los desechos a canales subterráneos [16]. Córdoba, Al-Andalus, también contó con los primeros contenedores y vertederos para la recogida de basura69 70 71.





La existencia de redes de alcantarillado-drenaje en el entorno urbano junto con la presencia de un retrete dentro de los espacios domésticos demuestra que el saneamiento en tierras musulmanas medievales estaba mucho más avanzado en comparación con las ciudades europeas contemporáneas72.





En Al-Andalus durante la dominación musulmana, aunque el agua de los ríos se consumía para las necesidades humanas, los cursos de los ríos se utilizaban como alcantarillas y desagües y como vertederos de basura. Sin embargo, el empleo de cursos de agua como alcantarillas y desagües abiertos era común en todo el imperio islámico, incluso en ciudades como Damasco o Basora73.





El trabajo de científicos como al-Kindi, Qusta ibn Luqa, al-Razi, Ibn Al-Jazzar, al-Tamimi e Ibn al-Nafis abarcó varios temas relacionados con la contaminación, como la contaminación del aire, la contaminación del agua, la contaminación del suelo, mal manejo de residuos sólidos municipales y evaluaciones de impacto ambiental de ciertas localidades74.





3.1.3 LA PROTECCIÓN Y PRESERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EN EL ISLAM


El enfoque en la preservación del medio ambiente en la civilización musulmana se originó a partir de la defensa del Islam de la responsabilidad ambiental y la administración, lo que significaba que la protección del medio ambiente era una preocupación primordial. Varios hadices (informes del Profeta) enfatizan que no solo los árboles existentes necesitan protección, sino que también alientan la plantación de nuevos árboles fructíferos para una causa benéfica. Esto se debe a que los árboles y además de sus frutos, brindan santuario y protección a aves, insectos y son fuente de sombra para humanos y animales. A este respecto, el Profeta dijo75:





“Si el Día del Juicio estalla mientras estás plantando un árbol, continúa y plántalo”





También prohibió estrictamente la matanza de animales excepto para provisiones o en defensa propia y dio instrucciones especiales para evitar poner en peligro a las hormigas y no destruir los nidos de hormigas con el fuego76.





Otro aspecto vital relacionado con nuestra ecología es la protección y el buen trato a los animales ya sean domésticos o salvajes. El Profeta exhortó a los musulmanes a ser amables no solo con los humanos sino con todas las criaturas vivientes. Como tal, otro hadiz afirma que:





“Cualquiera que mate un gorrión sin una buena razón será llamado a cuentas por Dios en el Día del Juicio”





También enfatizó que ni los nidos de las aves deben ser dañados de ninguna manera, ni sus huevos deben ser robados.





Durante la era otomana, se pueden observar algunos destellos positivos de preservación ambiental:





El cuidado del medio ambiente no constituía simplemente un deber social derivado de motivos religiosos y morales, sino que los otomanos incluso legalizaron los asuntos ambientales y promulgaron leyes para protegerlos.


Durante el reinado del famoso sultán otomano Suleiman al-Qanuni, se emitió la primera ley para la preservación del medio ambiente en 153977.


Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX, debido al descubrimiento de los combustibles fósiles en el mundo musulmán, el medio ambiente ha sido descuidado y en consecuencia dañado. Por ejemplo, en los países musulmanes de Asia Central, la protección y conservación del medio ambiente no es una prioridad, ya que están más interesados por el desarrollo de yacimientos de petróleo y gas. Además, la amenaza de la deforestación en Indonesia está siempre presente, mientras que los bosques de Malasia están sometidos a una presión cada vez mayor. La destrucción del Mar de Aral es un problema importante para la mayoría de los ecologistas78.





3.1.4 JARDINES


Los jardines en la civilización musulmana estaban destinados al descanso de las personas, la reflexión y la contemplación. Un enfoque principal de estos jardines fue brindar una experiencia sensorial, que se logró a través del agua y las plantas aromáticas.





El Profeta ordenó la conservación del agua, evitando el consumo derrochador de recursos, el uso adecuado de la tierra, la administración de los árboles (la palabra se menciona más de dos docenas de veces en el Corán) y la compasión por los animales y las aves; incluso designó un parque boscoso especial cerca de una de las ciudades sagradas de La Meca y Medina79.





Varios hadices del Profeta apoyan las prácticas ecológicas:





“Aunque la Resurrección llegue mientras tienes un retoño en tu mano, plántalo”. (Musnad Ahmad)


“El mundo es hermoso y frondoso, y en verdad Dios, exaltado sea, los ha hecho sus administradores en él, y Él ve cómo se comportan.” (Muslim)


“Si un musulmán planta un árbol o siembra semillas, y luego un pájaro, una persona o un animal come de él, se considera un regalo caritativo (sadaqah) para él”. (Bujari)


“El que planta un árbol y lo cuida con diligencia hasta que madure y dé fruto, será recompensado”. (Musnad)


A principios de la civilización musulmana, la Bagdad de los abasíes contaba con varios jardines influenciados por el patrón persa (jardines regados por canales que extraían agua de riego y fuentes del río). El califa omeya Hisham I construyó el jardín Al-Ruṣāfa en la ciudad de Rusafa, al norte de Siria. Los gobernantes omeyas de Al-Andalus continuaron con las tradiciones romanas y españolas locales para desarrollar jardines exquisitos, algunos de los cuales han sobrevivido hasta el siglo XXI, como la Alhambra. Se construyeron varios jardines extensos durante el período mogol y han sobrevivido en Afganistán, India y Pakistán80. En Cachemira, los jardines Nishat (1633) siguen siendo un ejemplo de los jardines mogoles.





Los jardines en terrazas de Madinat al-Zahra en Al-Andalus, construidos en el siglo X bajo Abd ar-Rahman III, son los primeros ejemplos bien documentados de jardines cerrados y divididos asimétricamente en el califato. También se encuentra entre los primeros ejemplos de la civilización musulmana81 82.





En los tiempos modernos, para lograr el desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de las personas, se deben considerar enfoques exitosos de la civilización musulmana, como las prácticas verdes. Las prácticas verdes se pueden definir como cualquier forma de actividad que implique el desarrollo y la aplicación de productos, campañas, políticas, equipos y sistemas para preservar los entornos naturales. También implica minimizar o aliviar los efectos negativos de las actividades humanas como lo menciona el Ministerio de Energía, Tecnología Verde y Agua83. Sobre la base de esta definición, la conexión entre las prácticas ecológicas y el logro del desarrollo sostenible es evidente. Manakotla y Jauhari84 definieron «verde» como ser amigable con la naturaleza y responsable con el medio ambiente. Además, Divine y Lepisto85 definieron las prácticas verdes como un estilo de vida verde86.





Un ejemplo es el compromiso de Malasia durante la Conferencia sobre el Cambio Climático en Copenhague en 2010, cuyo objetivo era una reducción del 40% en las emisiones de carbono para 202087. Se adoptó un plan de ocho pasos, tres de los cuales estaban relacionados con la ecologización del país, la ecologización de la tecnología y la ecologización de los edificios.








Figura 4. Portada del artículo “Jardines del Islam” (Fuente).


3.1.5 CIVILIZAR, URBANIZAR, DESARROLLAR Y HABITAR LA TIERRA


Civilizar, urbanizar, desarrollar y habitar la tierra son conceptos enraizados en las enseñanzas islámicas que influencian a los musulmanes (Corán 7:74, 11:61, 22:82, 30:9 y 42:149).





La civilización musulmana temprana prosperó y floreció a través de la expansión de la urbanización. Se construyeron ciudades y se erigieron estructuras como mezquitas, instituciones de caridad, mercados y bibliotecas, difundiendo seguridad y protección88.





Las características distintivas y las prácticas integrales del Islam influyeron en la estructura social correspondiente y los hábitos de vida de los súbditos de las tierras musulmanas. Estos se reflejaron en ciertas preferencias especiales, diseño urbano básico y conceptos urbanos artísticos, que dieron forma a la apariencia física del entorno89.





Tres características de la civilización musulmana jugaron un papel importante en la expansión y continuidad de la urbanización; estos incluyen (1) Waqf (dotaciones) y su papel en la preservación y el mantenimiento de los edificios de la civilización islámica, (2) la libertad intelectual que proporcionó el Islam y (3) el aspecto moral de la civilización que se manifestó en la protección de los cristianos por parte de los musulmanes.





Bianca afirmó que el tejido urbano islámico está formado por la cultura islámica, que es formada por miembros de la comunidad (ummah). Dividió el entorno de vida de una ciudad musulmana tradicional en tres elementos: (1) la unidad residencial, (2) la mezquita y los edificios de bienestar relacionados, y (3) las estructuras comerciales y de producción. Sus hallazgos confirmaron que el Islam influyó en la cultura y la urbanización92 93.





La diversidad creativa en la cultura y el medio ambiente puede verse como el resultado del desarrollo de una variedad de identidades locales, cultivadas a lo largo de siglos de interacción entre la visión interior del hombre y su entorno natural y cultural en evolución94. Ejemplos de tales ciudades islámicas incluyen Isfahan, Kufa y Córdoba, cada una con características únicas pero también con claras similitudes95 96. La España musulmana estaba siglos por delante del resto de Europa en su estilo de vida; su capital, Córdoba, contaba con alumbrado público, alcantarillado subterráneo, agua corriente fría y caliente, baños públicos y otros servicios97.





Los artesanos urbanos producían alfombras, lujosas cerámicas y preciosas pinturas en miniatura. Magníficos edificios siguen siendo evidentes hasta el día de hoy en muchos lugares del mundo, como la Alhambra en España y el Taj Mahal en la India.





Existe un argumento polémico en torno a la extravagancia de los príncipes y sultanes en la construcción de palacios lujosos, ya sea en Al-Andalus, Damasco o Bagdad, mientras descuidaban la situación social y económica de los súbditos que vivían bajo su dominio. No cabe duda de que este punto constituye uno de los fracasos de la civilización musulmana, provocando el derrumbe del dominio musulmán en Al-Andalus y otras regiones.





3.2 PRÁCTICAS NO TÉCNICAS/SOCIALES


3.2.1 PRÁCTICAS DE HIGIENE


A lo largo del imperio islámico, casi todas las casas tenían un inodoro conocido como mustarah. El nombre de este difería de un dialecto a otro98. Se sabe por la información dispersada en diferentes fuentes que había dos formas de inodoros: (1) inodoros de pozo y (2) “inodoros de servicio”. Los baños de pozo, que eran más comunes, fueron creados a partir de pozos excavados y losas de piedra para sentarse99. Cuando se descubrió que los retretes eran estrechos y desagradables, el pozo se rellenó y se puso fuera de uso. Según Tanukhi, las personas acomodadas tenían sus retretes reservados para su uso exclusivo y no permitían que nadie más entrara en ellos100.





Además, la existencia de un grupo de personas conocido como kannas, hashshash, kannaf (limpiadores de retretes) indica que los retretes públicos estaban en uso101. El limpiador vendría a intervalos regulares para recoger los desechos humanos y transportarlos fuera de la ciudad. En Basora, había un grupo de personas que habían asumido el contrato de limpieza de retretes; cuando recogían los desechos humanos, los dejaban secar al sol para venderlos después en los mercados para quemarlos como combustible102.





Dado que los retretes se construían tradicionalmente en una esquina de la casa o al final del jardín de la casa, los limpiadores privados podían acceder fácilmente al retrete desde el exterior del edificio sin causar molestias a los habitantes103.





La gente adinerada construiría sus baños con gastos generosos104. Un comerciante de Bagdad tenía su retrete enyesado en la parte superior con yeso y en la parte inferior con mortero; el techo fue hecho plano, mientras que el suelo se pavimentó con mármol. Tenía una puerta de teca y marfil105.





En los tiempos modernos, los estudios han demostrado que en India, hay una tasa de mortalidad infantil más baja entre los musulmanes en comparación con los hindúes, lo que ha planteado la sugerencia de que el Islam y las prácticas higiénicas asociadas pueden ser factores importantes para la mortalidad infantil106. En apoyo de esta noción, Geruso y Spears107 atribuyeron la menor tasa de mortalidad infantil de los musulmanes, en relación con los hindúes (a pesar de que los padres musulmanes son más pobres y menos educados), a una mayor tasa de uso del baño entre los musulmanes, concluyendo que se debe a las diferencias en las creencias religiosas.





A las enseñanzas del Islam, que fomentan la pureza y la limpieza personal, se les atribuye el desarrollo del concepto del baño, que se convirtió en uno de los deberes del servicio público en el imperio musulmán, como la instalación de mezquitas, escuelas, hospitales y bibliotecas. El historiador español Américo Castro afirmó que el mapa de los pueblos de España con baños públicos es el indicio más fuerte de que la tierra fue moldeada por la civilización musulmana. Señaló además influencias higiénicas positivas al evidenciar que los baños públicos en el siglo XIII estaban administrados por reglamentos municipales que establecían como regla que el propietario del baño público debe proporcionar a quienes ingresan agua caliente, jabón y toallas108 109 110.





La propagación de enfermedades infecciosas también fue contenida con un enfoque sólido inspirado en el dicho del Profeta111:





“No dejes que los infectados transmitan su enfermedad a los que están sanos y si sabes que la peste está haciendo estragos en una tierra específica no entres en ella y si llega en una tierra donde estás, no la busques”





3.2.2 SERVICIOS SOCIALES: PREOCUPARSE POR LOS POBRES Y LOS NECESITADOS


Uno de los cimientos más importantes sobre los que se construyó la civilización musulmana fueron los recursos financieros que servían a los intereses públicos, como la Casa del Tesoro (Bait al-Mal), Waqf (dotación piadosa) y la caridad voluntaria.





La Casa del Tesoro se estableció a principios de la civilización musulmana como una institución de bienestar para los pobres, los necesitados, los ancianos, los huérfanos, las viudas y los discapacitados. Se institucionalizó por primera vez durante el Califato de Omar Ibn Al-Khattab para manejar la caridad regular junto con otros impuestos e ingresos estatales. Otros impuestos estatales incluían (1) al-kharaj, un impuesto territorial anual, (2) al-usher, un impuesto del diez por ciento, que también era un impuesto territorial sobre la producción o el rendimiento de la tierra, (3) al-yizieh, un impuesto sobre los no musulmanes que viven en el imperio islámico, (4) al-ganaem, botín de guerra, y (5) el impuesto del diez por ciento sobre las ganancias de las actividades comerciales112 113.





El historiador Abd al-Rahman ibn Jaldun (m. 808 H /1406 e. c.) mencionó en su libro The Muqaddimah (La Introducción) que los saldos del Bait al-Mal en el estado omeya en Al-Andalus en el año 350 H/964 e. c. eran el equivalente de alrededor de 2,5 billones de dólares estadounidenses en la actualidad. Después del califa (líder) Omar Ibn Al-Khattab, varios califas desarrollaron y construyeron la Casa del Tesoro114.





El califa omeya Omar ibn Abdul Aziz estableció una casa de caridad especial dedicada a alimentar a los pobres, necesitados y a los viajeros115. Durante su tiempo no había pobres, por lo que ordenó el cierre de la casa estatal, que impuso un impuesto al pueblo. Omar también otorgó préstamos a los agricultores para motivarlos a servir la tierra, una medida que resultó en que los agricultores volvieran a cultivar sus tierras y duplicaran la producción agrícola de alimentos116.





El Waqf (dotación piadosa) se refiere a un tipo de limosna en especies, como tierras, bienes inmuebles y bienes muebles, que se entrega como caridad una vez que el propietario la dedica a servicios caritativos. Uno de los hadices (informes) que proporcionan evidencia del waqf está tomado de Omar Ibn Al-Khattab, quien consultó al Profeta Muhammad, sobre su tierra en Jaybar, que era abundante en generosidad y frutos. El Profeta le aconsejó que hiciera la tierra intransferible y que diera el producto a los pobres y necesitados como caridad, lo cual hizo Omar117 118. Otro ejemplo se puede encontrar en la historia de Abu Talha que renunció a su amado jardín como una obra de caridad (Bujari), lo que demuestra que la generosidad fue la cualidad que dio forma a la civilización musulmana119.





Ha habido documentación respaldada con datos centrados en las experiencias del califato mameluco en la lucha contra la pobreza y el hambre que sacaron a la luz el papel de los waqfs (dotaciones piadosas) y la caridad en el sostenimiento de los pobres y sus necesidades de alimentación, educación y atención médica120.





Ciertamente, la función de la Casa del Tesoro, las casas de caridad y las dotaciones mejoraron la calidad de vida de las personas y redujeron, si no eliminaron, la pobreza, el hambre y la miseria.





3.2.3 ATENCIÓN MÉDICA


El establecimiento de hospitales en el imperio musulmán aseguró que se brindaran servicios gratuitos en forma de tratamiento, medicina, alimentos y asistencia a las familias de los pacientes. Los hospitales apoyaron a los pacientes al facilitarles el acceso a los recursos naturales y entornos pacíficos121.





El primer hospital fue construido por Al-Walid bin Abdul-Malik en el año 706 e. c. (88 H) en Damasco. A principios de la civilización musulmana, los califas siguieron con gran interés el establecimiento de hospitales de caridad y eligieron un sitio apropiado teniendo en cuenta la ubicación, un entorno adecuado para la hospitalización y la amplitud espacial lejos de las áreas residenciales. El primer hospital para leprosos se construyó en el año 707 e. c. en Damasco122.





Posiblemente, una de las características más llamativas de estos hospitales que indicaban que estaban adelantados a su tiempo era que el aire se enfriaba en los hospitales proporcionando agua o usando cucharas neumáticas. Esto significó que hubo una conciencia de la importancia de la calidad del aire, particularmente para los pacientes que estarían en peores condiciones de salud que otros. Apoyar a los grupos débiles y enfermos de la sociedad era de suma importancia y esto se logró creando un entorno pacífico para que sanaran123.





La construcción, el suministro, la operación y el mantenimiento de los hospitales fueron apoyados financieramente principalmente a través del waqf (dotación piadosa).





Sin embargo, fue en la civilización musulmana medieval cuando se instituyó lo que hoy llamaríamos “sanidad pública”. La extraordinaria provisión de baños públicos, los complejos sistemas sanitarios de drenaje (más extensos que las famosas infraestructuras romanas), los suministros de agua dulce y los grandes y sofisticados hospitales urbanos, todo ello contribuyó a la salud general de la población124.





3.2.4 EL COMPORTAMIENTO Y CONDUCTA ÉTICA DE LOS MUSULMANES


El comportamiento caritativo y la conducta ética forman un aspecto esencial de la fe musulmana. Este aspecto es interno y está plantado profundamente en los corazones de los musulmanes. Una creencia central que sustenta la conducta de los musulmanes es la noción de que incluso si no ves a Dios, Él te ve a ti; esto actúa como un recordatorio de que uno será responsable y cuestionado sobre lo que hace, incluida su responsabilidad como mayordomos en la Tierra. Por lo tanto, se enfatiza mucho la preservación del agua y los alimentos, no contaminar ningún elemento ambiental, no abusar de los recursos y preocuparse por los intereses de los demás, entre otras cosas.





Los musulmanes también creen que serán interrogados en el más allá sobre todas sus obras. Esto incluye cómo usan sus manos, piernas, mente, oídos, ojos, boca y otros órganos. El Corán les inculca que los usen en actos justos y beneficiosos (Corán, 28:77; 11:7; 11:61; 67:2; 94:4; 44:60; 39:18; 24:38; 16:90; 62:10; 10:26; 21:34; 7:168)125. Por lo tanto, es de suma importancia preservar los componentes del medio ambiente, incluidos los recursos hídricos, los recursos vegetales/agrícolas, los recursos animales, la atmósfera, la limpieza de las carreteras, las mezquitas, los hospitales, las escuelas y las bibliotecas, y garantizar la calma y la ausencia de desorden126.





El acto proambiental individual de los musulmanes está influenciado por el estímulo recibido de predicadores y gobernantes. Las calles limpias, las mezquitas y los patios de las casas, los jardines, los sabils limpios y en buen funcionamiento, el vecindario pacífico y amigable (nivel mínimo de criminalidad), son ejemplos de tal conducta.





Varios hadices del Profeta apoyan y enfatizan el buen comportamiento y la conducta ética:





“Dios es hermoso y ama la belleza. La arrogancia celebra la verdad y menosprecia a las personas”.


“El hombre más perfecto en su fe, entre los creyentes, es aquel cuyo comportamiento es el más excelente” (Bujari y Muslim).


“El mundo es hermoso y verde, y en verdad Dios, exaltado sea, los ha hecho Sus administradores en él, y Él ve cómo se comportan”, (Muslim).


“En verdad, Dios me ha revelado que se comporten con humildad. Así que nadie puede agraviar a otro y nadie puede ser desdeñoso y altivo hacia otro”, (Muslim).


“Cuidado con sentarse en medio de los caminos. Si es así, entonces dale a la carretera lo que le corresponde”. Dijeron: ¿Cuál es el camino correcto, oh Mensajero de Dios? Él dijo: «…detener el daño…»


La responsabilidad de la administración de la tierra, tal como la definen los eruditos islámicos, es que Dios faculta a los musulmanes para que se comporten con amabilidad, actúen con justicia y hagan buenas obras en la Tierra. Para los musulmanes, una responsabilidad esencial que se deriva del cargo encomendado como vicerregentes es el cumplimiento de ese derecho. Por lo tanto, los educadores, investigadores, desarrolladores, agricultores, industriales, banqueros y empresarios deben ejercer la responsabilidad social corporativa, comportándose moralmente y tratando con todas las personas, así como con los recursos naturales, con equidad y equilibrio127.





Los vecinos en la sociedad musulmana también son una capa importante de la sociedad. El Corán y el Hadiz instan a los musulmanes a cuidar y preocuparse por sus familiares y vecinos inmediatos y lejanos. Por ejemplo, se dice que el profeta Muhammad dijo:





“Quien crea en Dios y en el Último Día no debe lastimar (poner en problemas) a su prójimo” (Sahih Al-Bujari)





3.2.5 CONOCIMIENTO, CIENCIA, EDUCACIÓN Y DESARROLLO


Los califas de la era abasí (750–1258 e. c.), comprendiendo el valor del conocimiento en el Islam, ordenaron la recopilación y traducción de las obras de los romanos, griegos, indios y otros para aprender, construir y desarrollar teorías. Europa finalmente recogió el relevo que ostentó la civilización musulmana durante siglos, beneficiándose de la riqueza del conocimiento que se había cultivado. Esto enfatiza la importancia de compartir y difundir el conocimiento a otras naciones. Igualmente, demuestra la sabiduría de aprender de naciones anteriores para avanzar e incluso desafiar las teorías predominantes para resolver los desafíos presentes y futuros.





Entre el siglo VII y finales del siglo XVI e. c., Damasco, Alepo, Kufa, Bagdad, Kairouan, Córdoba, El Cairo, Marrakech y Fez fueron los centros científicos del mundo; sus universidades prosperaban, las industrias prosperaban y la ciencia se desarrollaba constantemente mientras aumentaba la urbanización. Las tierras islámicas se convirtieron en un peregrinaje para los buscadores de ciencia y en una maravilla de civilización sin precedentes. De hecho, este período estableció la ciencia en el mundo tanto que los científicos fueron respetados por la gente común y apreciados por los gobernantes128 129 130.





Durante la Edad de Oro islámica, se realizaron importantes contribuciones a varias ciencias, las más importantes de las cuales son:131





Medicina: Muchos médicos eruditos surgieron durante este período, cuyos libros impactaron en el desarrollo de la Medicina y la salud pública y aún se enseñan en universidades de Europa y Francia hasta la actualidad, tales como: (1) al-Rāzī (865-925), (2) al-Zahrāwī (936-1013), (3) ibn Sīna (980-1037), (4) ibn Rushd (1126-1198), (5) ibn Zuhr (1094-1162) y (5) ibn Nafīs (1213-1288)132 133 134.


Farmacología: la farmacología se originó temprano en las prácticas médicas beduinas y se desarrolló durante la Edad de Oro islámica (siglos VII-X) cuando se desarrollaron la Química y la Botánica, seguidas de la farmacología y la toxicología. Yohanna bin Masayh y Hunayn bin Ishaq estuvieron entre los pioneros en este campo135 136 137.


Matemáticas: un matemático persa, Muhammad ibn Musa al-Juarismi (ca. 780-850 e. c.) adoptó el cero y revolucionó aún más el mundo de las matemáticas al desarrollar el álgebra en su libro Compendio de cálculo por reintegración y comparación.


Geografía: Al-Idrisi (1100-1165) completó el primer mapa del mundo en el que etiquetó lugares y caminos, demostrando que la cartografía se originó en la civilización musulmana.


Comercio: el comercio y la navegación fueron vitales a medida que se expandía el imperio, razón por la cual la brújula, el astrolabio y los mapas se encuentran entre algunos de los principales inventos de la civilización musulmana. Los mercaderes, misioneros y peregrinos desempeñaron un papel importante desde el siglo I de la Hégira cuando introdujeron la civilización árabe-islámica en muchas regiones del este y sur de Asia y África138 139.


Química: La alquimia árabe despertó el interés de Occidente por el mundo natural, las propiedades de las sustancias químicas y cómo manipularlas para lograr los resultados deseados. Jabir ibn Hayyan (ca. 815 e. c.) fue conocido como el padre de la química árabe, y se le atribuyen unos quinientos libros. Abu Bakr Muhammad ibn Zakaria al-Razi, pasó de la alquimia teórica a la química práctica, como es evidente en su libro Al-Asrar. Las obras más famosas en el campo de la química después de eso se atribuyen a la erudita andaluz, Muslima bin Ahmed al-Majriti (ca. 1008 e. c), y luego al alquimista mameluco Izzie al-Din Aydamer al-Jildaki (ca. 1342 e. c.). Estos libros se convirtieron en la ciencia estándar aprobada estudiada en Europa durante gran parte de la era moderna140.


Agricultura: La civilización musulmana siguió técnicas de mecanización agrícola como el arado, la rueda hidráulica, los molinos de viento, el sistema de riego qanat, el shaduf, el nourj y la bomba de pistón inventada por Al-Razzaz Al-Jazari. La bomba de pistón era una máquina de metal impulsada por la fuerza del viento o por un animal que gira en un movimiento circular. Trajo cultivos y semillas a Al-Andalus desde el resto del imperio, lo que llevó a Europa a adoptar estas técnicas agrícolas durante la era andaluza141 142.


Los califas abasíes Harun al-Rashid y su hijo, al-Ma’mun, establecieron una Casa de la Sabiduría en Bagdad, un espacio dedicado a académicos y becarios. La Casa de la Sabiduría floreció durante el gobierno de al-Ma’mun (813 a 833) cuando hizo un esfuerzo especial para reunir a los mejores eruditos para trabajar en la Casa de la Sabiduría: musulmanes, cristianos y judíos colaboraron y trabajaron en armonía para desarrollar el conocimiento científico143.





Una forma en que la dinastía abasí pudo difundir el conocimiento escrito con tanta rapidez se debió a las mejoras en la tecnología de impresión que habían adquirido de los chinos. Algunos historiadores creen que los abasíes se enteraron de esta tecnología después de la batalla de Talas entre el califato abasí y la dinastía Tang en 751. Como resultado, la impresión, la distribución y las traducciones se generalizaron en todo el imperio, lo que resultó en los siguientes avances científicos:144


LOS ERUDITOS DE SEVILLA – MATEMÁTICAS Y ASTRONOMÍA


Por Salah Zaimeche





 





En Sevilla, los eruditos lideraron la ciencia de la Astronomía, criticando trabajos anteriores sobre la base de nuevas observaciones y la poesía fue utilizada para ayudar a las personas a memorizar los principios del álgebra.








Extractos resumidos de un artículo completo: Sevilla, de Salah Zaimeche





Por la pérdida de la Sevilla Musulmana no solamente se perdió una ciencia, sino todas las ciencias que prosperaron en esa poderosa ciudad, incluidas las ciencias exactas, como las Matemáticas. Uno de los matemáticos de Sevilla es Ibn al-Yasamin al-Ishbilli, uno de los tantos eruditos olvidados y sin embargo consumados, que tuvo un gran impacto en su campo.1 Ibn al-Yasamin (segunda mitad del siglo XII; m. 1204) proviene originalmente del norte de África, de ascendencia bereber y de piel negra, al igual que su madre. Fue según el historiador Ibn Said educado en Sevilla, incluso de la mano de Ibn Qasim al-Shalubin, quien le enseñó el álgebra y la ciencia del cálculo, educación que no se limitó a las matemáticas ya que sabemos que también se hizo famoso en la literatura y la poesía, y también era un experto legal. Según Ibn al-Abar, Ibn Yasamin escribió en Sevilla sus famosos poemas algebraicos, poemas que en 1190 utilizaba en su enseñanza.





La obra más conocida de Ibn al-Yasamin es un poema de cincuenta y tres versos en métrica rajaz titulado Al-Urjuza al-Yasminiya fi’l jabr wal Muqabala (Poema sobre álgebra y restauración). En él, Ibn al-Yasamin define el álgebra conocida en su época: número, raíz y secuencia, luego las seis ecuaciones canónicas de al-Juarismi con los procesos para resolverlas, y finalmente la operación del álgebra -la restauración, comparación, multiplicación y división de monomios. Esta obra ha sido muy leída no solo en España y el Magreb, sino mucho más allá.





El éxito de esta obra llevó a Ibn al-Yasamin a escribir una segunda sobre los números cuadráticos irracionales y quizás una tercera sobre el método de la falsa posición, y una cuarta obra titulada Talqih al-afkar bi rushum huruf al-ghubar (Fertilización de pensamientos a través de la ayuda de letras de polvo). Esta última obra es la más importante de todas tanto por su cantidad como por su calidad. Es un libro de doscientos folios que contiene capítulos clásicos de la ciencia del cálculo y la geometría, entre las obras del occidente musulmán, que nos han llegado, es la única que consolida estas dos disciplinas. Su importancia se debe también a la naturaleza de su material y de sus herramientas matemáticas, que lo convierten en un libro original y también totalmente representativo de este período de transición en el que se yuxtaponen tres tradiciones matemáticas: la oriental, la andalusí y la de Magreb, antes de que se mezclaran en el mismo molde.2





Hay algunos estudios modernos sobre Ibn al-Yasamin que requieren más exploración para comprender la situación y el papel de las matemáticas islámicas en España y su impacto más amplio.3





Sevilla es, con mucho, la mejor sucesora de su predecesora, Toledo, y superó a esa ciudad en todas las ciencias que heredó de ella. Así, en cuanto a Astronomía y construcción de instrumentos incluso la superó, especialmente en cuanto a Astronomía. Produjo dos de las más grandes figuras de la ciencia de la Astronomía, quienes sentaron las bases de la Astronomía tal como la conocemos hoy.








Retrato de Jabir ibn Aflah. Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, Eulogia Merle. Fuente.


Abu Muhammad Yabir ibn Aflah. El astrónomo Geber de los escritores latinos, que no debe confundirse con el químico Geber, Yabir ibn Hayyan (segunda mitad del siglo VIII). Yabir Ibn Aflah es un astrónomo y matemático hispanomusulmán, nacido o vivido en Sevilla; murió probablemente a mediados del siglo XII.





Yabir escribió un tratado sobre Astronomía, Kitab al-haiaa, también llamado Corrección del Almagesto, Islah al-Majisti, que pronto fue traducido al latín por Gherardo Cremonese con el título: Gebri filii Affla Hispalensis de astronomia libri IX in quibus Ptolemaeum, alioqui doctissimum, emendavit.4 Esta traducción fue publicada por Peter Apian en Nuremberg en 1534, junto con el otro tratado Instrumentum primi mobilis.5 Las traducciones posteriores de Yabir Ibn Aflah fueron hechas al hebreo por Moses ibn Tibbon en 1274, luego nuevamente por Jacob ben Mahir (segunda mitad del siglo XIII).6





En este trabajo, Yabir criticó severamente a Ptolomeo y afirmó correctamente que los planetas inferiores, Mercurio y Venus, no tienen paralajes visibles.7 Sarton señala lo siguiente, que Yabir criticó vigorosamente la teoría ptolemaica de los planetas pero no propuso una mejor, que los planetas inferiores (Mercurio y Venus) al menos deben tener una paralaje perceptible; Venus puede estar exactamente en la línea que une el sol y la Tierra.8 La crítica de Sarton a Yabir por no proponer algo mejor que Ptolomeo a pesar de ser severamente crítico con él pasa por alto el punto principal. El hecho es que la ciencia y la erudición avanzan sobre los méritos de aquellos que critican y muestran la debilidad de un argumento establecido. Aquellos entre los eruditos que resaltan y demuestran la debilidad y las deficiencias de una teoría anterior tienen el gran mérito de demolerla y preparar el terreno para que sus seguidores construyan sobre su trabajo. No necesitan hacerlo ellos mismos. Por lo tanto, Yabir, al destruir la astronomía ptolemaica y demostrar sus defectos, sentó las bases sobre las cuales sus sucesores construyeron y nos dieron la Astronomía moderna. Y a este respecto, merece mucho más que el comentario desdeñoso, que es, desafortunadamente, el caso de la mayoría de los estudios académicos musulmanes, incluso por parte de aquellos que supuestamente alaban los logros islámicos, siempre descartándolos al final como pálidos logros en comparación con sus homólogos griegos.



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