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Cuando la muerte le llega al incrédulo, comienza a sentir los azotes del fuego infernal, entonces desea una segunda oportunidad y ruega que se le permita volver a vivir para hacer obras buenas, pero su súplica será en vano.





« Aquellos que no creen en la Otra Vida, siguen engañándose a sí mismos, hasta que, cuando le llega a uno de ellos la muerte, implora: ‘¡Oh, Sustentador mío! ¡Déjame volver, déjame volver para que pueda obrar rectamente allí donde antes fracasé!’ » (Corán 23:99-100)





La Ira Divina se cierne sobre esta alma incrédula y se le presentan ángeles de aspecto tenebroso:





Recibe agua hirviendo, heridas y múltiples tormentos (relato recopilado por Ibn Kazir e Ibn Mayah)





El alma del incrédulo, no podrá contemplar a su Señor, como el Profeta explica:





“Cuando el momento de la muerte del incrédulo se aproxima, él recibe la noticia de que el tormento está cercano, y que le llegará la retribución procedente de Dios, entonces, odia lo que ha de venir, odia el encuentro con Dios, y Dios odia encontrarse con él. » (Sahih Al Bujari)





Dijo el Profeta:





« Quien ama encontrarse con su Señor, Dios ama encontrarse con él, y quien detesta encontrarse con su Señor, Dios odia encontrarse con él » (Sahih Al Bujari)





El ángel de la muerte se sienta a la cabeza del incrédulo, muerto en la tumba y dice: ¡Oh alma incrédula! ¡Marcha a encontrar la ira de Allah! Y arranca con violencia el alma del cuerpo.





“¿Y quien puede ser más perverso que quien inventa una mentira acerca de Dios, o dice: ‘Esto me ha sido revelado,’ cuando no le ha sido revelado nada?, ¿o quien dice: ‘También yo puedo hacer descender lo que Dios ha hecho descender?’





Si pudieras ver a tales malhechores cuando se vean en la agonía de la muerte, y los ángeles extiendan sus manos: ‘¡Entregad vuestras almas! ¡Hoy seréis retribuidos con el sufrimiento de la humillación por haber atribuido a Dios lo que no es verdad, y por haber despreciado arrogantemente Sus mensajes!’” (Corán 6:93)





« Y si tan solo pudieras ver cuando Él haga morir a los que insisten en negar la verdad: los ángeles les golpearán en la cara y en la espalda, y dirán: “¡Saboread el castigo del fuego! » (Corán 8:50)





El alma perversa deja el cuerpo con grandes dificultades, arrancada violentamente por ángeles rudos[1].  El Ángel de la Muerte toma el alma y la pone en una bolsa tejida de pelo que emite un hedor pútrido y repugnante como el de un cadáver pudriéndose (más desagradable que el más hediondo encontrado en la tierra). Los ángeles toman el alma entonces y la interrogan: ¿quién es esta alma malvada? Y son respondidos: tal, el hijo de tal, pronunciando los peores nombres, más ofensivos que aquellos de los peores con los que fue nombrado en la tierra. Luego llega al cielo más bajo, encuentra una puerta y pide que se le abra, pero su pedido es rechazado.





Cuando el Profeta hablaba de estos eventos, recitaba del Sagrado Corán:





« En verdad, para quienes desmienten Nuestros mensajes y se burlan arrogantemente de ellos, no se abrirán las puertas del cielo; y no entrarán en el paraíso, como no entra una soga trenzada por el ojo de una aguja: pues así retribuimos a quienes están hundidos en el pecado. » (Corán 7:40)





Dios dirá: Qué el libro con las obras de esta alma sea enviado a lo más bajo de la Tierra.





El Profeta también recitaba:





« Quien somete su ser por entero a Dios, y además hace el bien, se ha asido en verdad al soporte más firme: y a Dios se remite el desenlace de todos los asuntos. » (Corán 22:31)





Entonces el alma es devuelta a su cuerpo, y se le presentan dos ángeles de aspecto severo, llamados Munkar y Nakir que la interrogan:





Munkar y Nakir: ¿Quién es tu Señor?





El alma: ahhh, ahhh, no lo sé.





Munkar y Nakir: ¿Cual es tu religión?





El alma: ahhh, ahhhh, no lo sé.





Munkar y Nakir: ¿Qué nos dices de este hombre, Muhámmad que te fue enviado?





El alma: ahh, ahh, no sé.





Habiendo fallado en su interrogatorio, el alma malvada es golpeada con un martillo de hierro con una enorme violencia, cada golpe es como ser arrojado desde una alta montaña.





Entonces se escucha una voz desde el cielo:





Este ha mentido, preparad el infierno para él, abridle una puerta del infierno.





El suelo de su tumba se cubre del fuego del infierno y la tumba se achica hasta que lo deja triturado.





Entonces, un ser increíblemente feo, llevando los vestidos horrendos y emitiendo un olor apestoso viene al alma y dice: Eres afligido y degradado hoy por lo que antes negaste. El alma incrédula pregunta: ¿Quién eres tú, con tu aspecto horrible? Y el ser responderá: Yo soy tus malas acciones.





El incrédulo siente un terrible remordimiento, entonces se le muestra lo que habría sido su morada en el Paraíso, si hubiera vivido una vida virtuosa; un portal se abre para él todas las mañanas y por la tarde otro que le muestra su morada real en el Infierno.  Allah menciona en Su Libro cómo las personas perversas como el Faraón están, en este mismo momento, padeciendo tal exposición desde dentro del sus tumbas:





« El fuego que se les había hecho contemplar en vano, mañana y tarde: pues el Día en que llegue la Última Hora, Dios dirá: ‘¡Haced que la gente de Faraón reciba el más severo de los castigos!’ » (Santo Corán 40:46)





Desesperados los incrédulos en sus tumbas claman: “¡Señor, no traigas la última hora, Señor, no traigas la última hora!”





Zaid Bin Zabit, el compañero del Profeta, narró que en una ocasión, pasaron por un lugar donde había tumbas de politeístas, y deteniendo su caballo, el Profeta dijo:





« Esta gente está siendo torturada en su tumba, yo pediría a Dios que vosotros pudieras oírlos suplicar, como yo y este caballo podemos oírlos. » (Sahih Muslim)





Un gran terror se apoderará de las almas el día de la resurrección.





« Y no penséis que Dios está desatento a lo que hacen los malhechores: sólo les concede una prórroga hasta el Día en que sus ojos se quedarán fijos de horror. » (Corán 14:42)





El incrédulo será resucitado tal como lo describe Dios mismo:





“El Día en que salgan precipitadamente de sus tumbas, como corriendo hacia una meta, abatida la mirada, abrumados por la humillación: ese Día que les fue prometido una y otra vez... » (Corán 70:43)





El corazón estará atribulado, temeroso de la retribución que le aguarda.





« Y algunos rostros estarán ese Día cubiertos de polvo, ensombrecidos por la tristeza: ¡estos serán los que negaron la verdad y estaban sumidos en la iniquidad! » (Corán 80:40-42)





« Y no penséis que Dios está desatento a lo que hacen los malhechores: sólo les concede una prórroga hasta el Día en que sus ojos se quedarán fijos de horror, mientras corren confusos de un lado a otro, levantadas sus cabezas, incapaces de apartar los ojos de lo que contemplan, y en sus corazones habrá un vacío atroz. » (Corán 14:42)





Los incrédulos serán reunidos en una planicie, tal como nacieron (incircuncisos y desnudos) sus rostros estarán atónitos, confundidos, sordos y mudos.





« Y sólo aquel a quien Dios guía está en el camino recto; pero a quienes deja en el extravío, no encontrarás tú quien les proteja de Dios: y cuando les reunamos en el Día de la Resurrección, postrados sobre sus rostros: ciegos, mudos y sordos, y con el infierno por destino; cada vez que el fuego amengüe, atizaremos para ellos llamas abrasadoras. » (Corán 17:97)





« Pero quien se aparte de Mi recuerdo tendrá una vida de desdichas; y en el Día de la Resurrección le haremos comparecer ciego. » (Corán 20:124)





Tres veces intentarán excusarse ante Dios, la primera con mentiras evidentes, dirán “los profetas no vinieron a nosotros”. Pero Dios dice en su Libro:





“Quien elija seguir el camino recto, lo sigue sólo en beneficio propio; y quien elija extraviarse, se extravía sólo en detrimento propio; y nadie habrá de soportar la carga de otro. Además, no castigamos hasta haberles hecho llegar a un enviado.” (Corán 17:15)





“¡Oh, seguidores de la Biblia! Ahora, tras un largo intervalo sin enviados, ha venido a vosotros Nuestro Enviado para aclararos la verdad, no fuerais a decir: “No vino a nosotros ningún portador de buenas nuevas ni ningún advertidor”: pues ahora ha venido a vosotros un portador de buenas nuevas y un advertidor, y Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.” (Corán 5:19)





La segunda vez, intentarán excusarse reconociendo su culpabilidad, incluso los demonios intentarán excusarse por los hombres que extraviaron:





“Su compañero (su demonio que lo acompañó en vida) dirá: “¡Oh, Sustentador nuestro! ¡No fui yo quien empujó a su mente consiente al mal, sino que se hundió en un profundo extravío ella sola!” (Corán 50:27)





Pero Dios, El Sabio, no puede ser engañado y dirá:





“Él dirá: ‘¡No discutáis en Mi presencia, pues os dí un preaviso! ¡El juicio emitido por Mí es inmutable; pero no soy injusto en absoluto con Mis criaturas!’” (Corán 50:28-29)





La tercera vez, el alma malvada recibirá un libro con el registro de sus obras, donde no se omite nada.





« Y será presentado el registro; y verás a los culpables atemorizados por lo que ven en él; y exclamarán: “¡Ay de nosotros! ¡Qué registro es éste! ¡No omite nada, ni pequeño ni grande, sino que lo detalla todo!  Pues encontrarán frente a ellos todo lo que hicieron, y tu Sustentador no es injusto con nadie. » (Corán 18:49)





Luego de recibir el registro de sus obras, los perversos serán reprochados frente a toda la humanidad.





Y serán presentados ante tu Sustentador en filas, y dirá Él:





“¡Ahora, en verdad, habéis venido a Nosotros, tal como os creamos por primera vez a pesar de que decíais que no concertaríamos una cita con vosotros!” (Corán 18:48)





El Profeta Muhámmad dirá: Esta es la gente que no creía en Dios[1].





Esta gente negaba a Dios a pesar de las bendiciones que Él les concedía.





A cada uno Dios le preguntará: ¿Creías que nos encontraríamos? Y cada uno responderá “No”.





Entonces Dios les dirá: Hoy eres olvidado, así como antes te olvidaste de Mí[2]





Y como el incrédulo no dejará de mentir, Dios sellará su boca, y su cuerpo atestiguará contra él.





« Ese Día sellaremos sus bocas pero sus manos Nos hablarán, y sus pies dará testimonio de lo que se han ganado [en vida]. » (Corán 36:65)





Además de sus propios pecados, el incrédulo cargará con la culpa de aquellos a quienes él descarrió.





“…y, cuando se les pregunta, “¿Qué ha hecho descender vuestro Sustentador?” suelen responder, “¡Fábulas antiguas!” Por eso, en el Día de la Resurrección soportarán todo el peso de sus cargas, y también parte de las cargas de esos ignorantes a quienes han extraviado: ¡Ah, qué horrible carga les será impuesta!” (Corán 16:24-25)





Una sensación de profunda angustia, privación y tristeza se sumará al dolor físico.





« Ciertamente, quienes malvenden su pacto con Dios y sus compromisos por un precio insignificante no tendrán parte en las bendiciones de la Otra Vida; y Dios no les dirigirá la palabra ni les mirará el Día de la Resurrección, ni les purificará de sus faltas; y les aguarda un doloroso castigo. » (Corán 3:77)





Mientras tanto, el Profeta Muhámmad, que intercederá por los creyentes, no intercederá por los incrédulos aunque estos lo pedirán, ya que adoraron falsas deidades en lugar de al Único, al Verdadero Dios.





« …mientras que los malhechores no tendrán quién les proteja ni nadie que les auxilie [en el Día del Juicio]. » (Corán 42:8)





Sus santos y guías espirituales se desentenderán de los malvados, y desearán volver a la vida para desentenderse de aquellos.





“Entonces dirán sus seguidores: ¡Si tuviéramos otra oportunidad, nos desentenderíamos de ellos como ellos se han desentendido de nosotros!  Así les mostrará Dios sus acciones, tendrán un amargo remordimiento; pero no saldrán del fuego.” (Corán 2:167)





El sufrimiento del alma malvada será tan intenso, que rogará: ¡Oh, Señor! Apiádate de mí y ponme en el fuego. Él les preguntará: ¿Desearías poseer todo el oro de la tierra para pagarlo como tu rescate? A lo que el malvado responderá “si”; y Dios le dirá: Se te pidió antes algo mucho más fácil: que adores sólo a Dios sin asociarle nada[3].





« Y sin embargo, no se les ordenó sino que adoraran a Dios, sinceros en su fe en Él solo, apartándose de todo lo falso; y que fueran constantes en la oración, y gastaran en limosnas:pues ésta es una ley moral de probada solidez y claridad. » (Corán 98:5)





« Pero aquellos que están empeñados en negar la verdad, sus obras son como un espejismo en el desierto que el sediento cree agua, hasta que al acercarse, descubre que no era nada: en su lugar, descubre que Dios ha estado siempre con él, y Él le saldará íntegra su cuenta, pues Dios es rápido en ajustar cuentas. » (Corán 24:39)





« …pues Nos habremos vuelto hacia todas las obras que hayan hecho, y las habremos convertido en polvo disperso… » (Corán 25:23)





El malvado tendrá entonces en su mano izquierda el registro de sus obras, que escribieron los ángeles que lo acompañaron toda su vida terrenal.





« Pero aquel cuyo registro le sea entregado en su mano izquierda, exclamará: “¡Ojala no me hubiera sido mostrado mi registro, ni hubiera conocido mi cuenta! » (Corán 69:25-26)





« Y aquel cuyo registro le sea entregado detrás de su espalda, llegará a implorar la Aniquilación » (Corán 84: 10-11)





Finalmente, al malvado se le introducirá en el infierno:





« Y los que se empeñaron en negar la verdad serán conducidos en multitudes hacia el infierno hasta que, cuando lleguen a él, se abrirán sus puertas, y sus guardianes les preguntarán: “¿No vinieron a vosotros enviados, de entre vosotros, que os transmitieron los mensajes de Dios y os advirtieron de la llegada de este, vuestro Día?” Responderán: “¡Sí, en verdad!” Pero la sentencia de castigo se habrá hecho inevitable para quienes negaron la verdad. » (Corán 39:71)





Los primeros en ingresar al infierno serán los paganos, luego aquellos de entre los judíos y cristianos que corrompieron el mensaje que les trajeron sus Profetas[4].  Algunos serán empujados al infierno, otros serán introducidos y arrastrados por ganchos[5]. Entonces el malvado deseará que todas sus posesiones se hubiesen hecho polvo, antes de encontrarse allí cosechando los amargos frutos de sus obras.





“Realmente, os hemos advertido de un castigo próximo un Día en que el hombre verá lo que han adelantado sus manos, y el que haya negado la verdad diga: ‘¡Ay! ¡Ojala fuera tierra...!’” (Corán 78:40)





El infierno recibirá al infiel con furia y rugidos:





« Pero, ¡qué va! ¡Es la Última Hora lo que desmienten!  Sin embargo, para esos que desmienten la Última Hora hemos preparado llamas abrasadoras: cuando éstas les confronten desde lejos, oirán su rugido y su silbido. » (Corán 25:11-12)





Cuando el perverso va acercándose al infierno, le pesan sus grilletes y se le evidencia que será ya sólo combustible del fuego.





« …ciertamente, para esos que niegan la verdad hemos preparado cadenas y argollas, y un fuego abrasador. » (Corán 76:4)





« ¡Pues, en verdad!, junto a Nosotros les aguardan pesadas cadenas, y un fuego abrasador. » (Corán 73: 12)





Ángeles rudos lo introducirán con violencia en el infierno, cargado de cadenas.





« Entonces se dará la orden: ‘¡Cogedle y encadenadle, y luego hacedle entrar en el Infierno!’ » (Corán 69:30)





“Pero los que fueron débiles dirán a los que se habían mostrado altivos: ‘¡Qué va, nos apartó vuestra invención de argumentos engañosos, de noche y de día, cuando nos convencisteis para que blasfemáramos contra Dios y para que dijéramos que existen poderes capaces de rivalizar con Él!’  Y cuando vean el castigo, no podrán expresar su remordimiento: porque habremos puesto cadenas alrededor del cuello de quienes se empeñaron en negar la verdad. ¿Acaso no será esto sino la retribución por lo que hicieron?” (Corán 34:33)





« …y luego sujetadle a una cadena de pecadores como él, de setenta codos de largo… » (Corán 69:32)





Se les arrastrará encadenados:





« …cuando tengan que llevar al cuello las argollas y cadenas que ellos mismos han forjado; y sean arrastrados… » (Corán 40:71)





Y mientras se les introduce al infierno oirán recriminaciones:





« …pues, a quienes se empeñan en blasfemar contra su Sustentador les aguarda el castigo del infierno: ¡qué horrible destino! Cuando sean arrojados allí, oirán su fragor mientras hierve, a punto de estallar de furia; cada vez que un grupo es arrojado en él, sus guardianes les preguntan: “¿No vino a vosotros ningún advertidor? » (Corán 67:6-8)





Cuando sean conducidos a un gran llano, desnudos y hambrientos, rogarán por agua a la gente del paraíso.





“Y los ocupantes del fuego llamarán a los ocupantes del paraíso: ‘¡Derramad sobre nosotros algo de agua o algo del sustento con el que Dios os ha proveído!’ Responderán: ‘¡En verdad, Dios ha prohibido ambas cosas a los que rechazaron la verdad!’” (Corán 7:50)





Y mientras la gente del paraíso reside cómoda y confortablemente, colmada de felicidad, los del infierno pasarán enormes sufrimientos y privaciones constantes.





« …entonces, ciertamente, vosotros que os habéis extraviado y que llamasteis mentira a la verdad, comeréis del árbol de fruto mortal, y os llenaréis con él el vientre. » (Corán 56:51-53)





Este árbol se llama Zaqúm y sus frutos son horribles como cabezas de demonios y no calman el hambre.





« ¿Es el paraíso mejor acogida, o el árbol de fruto mortal?  Lo hemos puesto, ciertamente, como una prueba para los malhechores » (Corán 37:62-63)





Además del fruto de Zaqúm, los malhechores tendrán ahogos y arbustos espinosos para comer y sólo eso, que nunca los saciará.





« ¡Ni más comida que la porquería que nadie come sino los pecadores! » (Corán 69:36-37)





Y el agua que beberán será inmunda, mezclada con pus y sangre, será corrosiva y disolverá sus intestinos.



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