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Términos árabes





·       Shahadah: Testimonio de fe.





·       Alhamdulillah: "Toda la alabanza y el agradecimiento es para Allah". Al decir esto somos agradecidos y reconocemos que todo es de Allah.





·       Salatul Yumuah: La oración del viernes.





(1)  He aceptado recientemente el Islam, ¿necesito cambiarme el nombre?


No, usted no necesita cambiar su nombre a menos que su significado sea islámicamente reprobable. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) no ordenó a todos aquellos que aceptaban el Islam que cambiaran sus nombres. Puesto que los nombres árabes generalmente tienen significados, cambió aquellos nombres cuyos significados eran ofensivos o reprobables desde el punto de vista religioso. Pero si el nombre no es objetable desde el punto de vista islámico, es recomendable adoptar un nombre musulmán, pero no es obligatorio.





 Incluso si el nombre de pila contradice los principios islámicos, pero cambiarlo en los documentos oficiales le causa aflicción o conflicto, entonces es suficiente con cambiarlo entre familiares y conocidos.





 Y si usted cambia su nombre, no cambie ninguno de sus apellidos, aunque tengan significados reprobables. Allah dice en el Corán:





“Llámenlos [a sus hijos adoptivos] por el apellido de sus padres verdaderos, porque eso es lo más justo ante Dios” (Corán 33:5).





(2)  Soy hombre y no he sido circuncidado; acabo de aceptar el Islam, ¿tengo que hacerme la circuncisión?


Sí, es obligatorio hacerse la circuncisión después de aceptar el Islam. Sin embargo, si usted no cuenta con los medios para realizarla o si teme que pueda hacerle daño, entonces puede optar por no hacerla o aplazarla. Si usted decide proceder con este meritorio acto de adoración, no es necesario irse a los extremos apresurándose en llevarla a cabo. Asegúrese de encontrar un buen cirujano experto en este campo antes de dar el paso. La lesión en la piel toma aproximadamente una semana en sanar completamente. Uno de los beneficios de llevarla a cabo es que facilita la limpieza personal y el mantenerse limpio cuando hay paso de orina o emisión de semen, sustancias que deben ser eliminadas de la ropa y de la piel para poder rezar.





(3)  ¿Debo decir el testimonio de fe (Shahadah) frente a las personas?


No. Usted no necesita pronunciar los dos testimonios (La ilaha illa Allah, Muhammad-ur-Rasul Allah) frente a las personas para ser considerado un musulmán a los ojos de Dios, sino que puede pronunciarlos para usted mismo.





Lo que sí es importante es:





(i)   Conocer el significado del testimonio de fe. 





(ii)  Pronunciar verbalmente los dos testimonios.





(iii) Confirmarlo con el corazón, creer sinceramente en ello, y tener la intención de vivir de acuerdo esto tanto como sea posible. 





El Mensajero de Allah dijo:





“Doy testimonio de que no hay dios digno de adoración excepto Allah y que soy el Mensajero de Allah. Cada siervo que se encuentre con Allah sin dudar esto, será admitido en el Paraíso” (Sahih Muslim).  





También dijo,





“Quien diga 'La ilaha illa Allah' sinceramente desde su corazón y muera creyendo en ello, estará protegido del fuego del Infierno" (es decir que será admitido en el Paraíso) (Sahih Al Bujari).





Sin embargo, si pronuncia el testimonio en público, es perfectamente aceptable y beneficioso, por ejemplo, estando en una mezquita, ya que así la comunidad sabrá que usted es musulmán. En algunos países, la persona debe registrarse oficialmente como musulmana para que, en caso de muerte, se le dé un entierro islámico. También es recomendable obtener una carta del centro islámico local que estipule que usted es musulmán. Puede resultar útil en caso de querer ir al peregrinaje del Hayy, o para declarar oficialmente un matrimonio en un país musulmán.





(4) ¿Por qué es necesario decir los dos testimonios verbalmente?


Un testimonio es literalmente algo que se da verbalmente y que se anuncia, no que queda solo en el corazón. En consecuencia, el testimonio de fe debe ser anunciado, y el Profeta decía personalmente a quien deseaba aceptar el Islam que lo pronunciara. Además, debe decirse en árabe, puesto que esta declaración es una plegaria específica que es pronunciada en árabe.  





(5)  ¿Cuáles son las expresiones islámicas más comunes y que debo conocer para ocasiones sociales?


Las más importante son dos. Cuando usted se encuentre con otro musulmán, aquél que comienza el saludo dice: "As-salamu ‘alaikum". El otro responde: "Wa ‘alaikum us-salam". Los hombres se dan la mano entre ellos y las mujeres se dan la mano entre ellas. No deben darse la mano hombres y mujeres que no son mahram[1] entre sí.





También, un musulmán dice: "Alhamdulillah" (toda la alabanza y agradecimiento pertenecen a Allah) al estornudar y al recibir buenas noticias o al confirmar un estado agradable en cualquier asunto.





Si uno asegura que va a hacer algo en el futuro, debe decir: “In sha Allah (Dios mediante).





También, si uno elogia algo o a alguien, debe decir: “Baarak Allahu fih" (que Allah bendiga eso) o Barak Allahu fik (que Allah te bendiga), respectivamente.





Todos estos dichos fueron enseñados por el Profeta del Islam.





(6)  He aceptado recientemente el Islam. Me sentí eufórico en el momento, pero a veces me pregunto si el Islam me está acercando de Dios.


Sin lugar a dudas el Islam acerca a una persona a su Creador. Dios nos ama y quiere que seamos musulmanes. Debemos estar seguros de ello. El Islam crea un lazo entre el ser humano y su verdadero Señor a través de la creencia en la unicidad de Dios y de los diferentes actos de adoración. Cuanto más adoremos a Allah, más nos acercaremos a Él. Solo podremos acercarnos a Allah si cumplimos con los actos de adoración obligatorios, como dijo el Profeta:





"Dios Todopoderoso dijo: 'He declarado la guerra a todo aquel que muestre enemistad hacia un amado siervo Mío. Mi siervo no se acerca a Mí con nada que Yo ame más que realizar lo que he hecho obligatorio para él, y continúa acercándose a Mí con actos de adoración voluntarios hasta que lo amo. Cuando lo amo, Me convierto en el oído con el que escucha, el ojo con el que ve, la mano con la que toca y el pie con el que camina. Si llegase a pedirme algo, Yo se lo daría. Si llegase a pedirme refugio, Yo le daría refugio'" (Sahih Muslim). [Esta narración profética no debe tomarse literalmente, más bien lo que significa es que la persona deberá actuar en concordancia con lo que agrada a Dios. Por ejemplo, no mirará cosas que no sean permitidas, escuchará únicamente aquello que es útil y beneficioso. por ejemplo, escuchar Corán, conferencias islámicas, etc.]





Mantenga el rumbo. Sea paciente. Permítase un tiempo para crecer como musulmán. Aprender es importante, así como hacer buenos amigos musulmanes.





(7)  Soy nuevo en el Islam pero no conozco musulmanes y temo acercarme a una mezquita. ¿Hay alguien disponible para ayudarme?


Le invitamos a revisar el material de estudio de nuestro sitio web. También puede contactarnos a través de nuestra página de apoyo y estaremos complacidos de ponerle en contacto con musulmanes en su área. Pedimos a Dios que le bendiga y le mantenga firme y aferrado/a la verdad. Dios es Quien guía al camino de la luz y de la verdad.





(8)  Alguien me dijo que los musulmanes no pueden mantener ningún tipo de relación con los no musulmanes. ¿Es esto cierto? Toda mi familia está conformada por no musulmanes y no quiero cortar relaciones con ellos.


Cuídese de las falsas informaciones. Lo que le dijeron es incorrecto. Islam promueve que seamos amables y generosos con nuestros familiares, sean o no musulmanes, especialmente con los padres, pues ellos tienen importantes derechos sobre nosotros. Usted encontrará lecciones donde aprenderá más sobre esto.





(9)  Escuché que es obligatorio asistir al Salat ul Yumuah (la oración del viernes). ¿Qué ocurre si mi empleador no me da el tiempo libre para asistir?


No necesariamente tiene usted que decirle a su empleador que asistirá al Salat ul Yumuah. Esta oración dura aproximadamente entre 45 minutos y 1 hora, así que usted puede aprovechar de su hora de almuerzo. Si fuera necesario, haga arreglos para poder tomarse un poco más de tiempo para el almuerzo y luego reponer ese tiempo de trabajo. En cualquier caso, usted tiene derecho de pedir a su empleador un tiempo libre para la oración del viernes. Para solicitar un consejo legal sobre este asunto, comuníquese con los centros islámicos reconocidos en su país o con las entidades gubernamentales encargadas de asuntos sobre discriminación y leyes laborales.





La conversión al Islam suele ser uno de los mejores días en la vida de una persona. La vida adquiere brillo, la persona se siente más grande, mejor y más fuerte. Siente el cosquilleo de la emoción extrema. Muchos de nosotros solo queremos gritar en voz alta. Algunos tienen la suerte de estar rodeados de amigos y familiares, otros se convierten en la privacidad de su propia casa, incluso en su dormitorio. Otros más están perdidos, solos o sin hogar. Pero ahora que uno es musulmán, es parte de una hermandad mundial, parte de una familia. Para muchos es la primera vez que se sienten parte de algo. Por un momento fugaz, o por un preludio más largo a una nueva vida, todo es perfecto. Algún tiempo después, y esto es diferente para cada uno de nosotros, la realidad se restablece.





Junto con los triunfos vienen las pruebas y las tribulaciones. Por supuesto, es un gran paso, un cambio monumental, no solo para la persona que acepta el Islam sino también para sus amigos, familiares y colegas. Algunas veces puede parecer que todo está sucediendo demasiado rápido, y en otras ocasiones y para otros, puede parecer que no se está aprendiendo lo suficientemente rápido y que las pruebas y angustias parecen aplastar esta nueva felicidad. Una persona bien podría preguntarse por qué Allah sigue probándola cuando finalmente ha visto la realidad de la vida y ha abrazado a Allah y al Islam de todo corazón. En esta situación, es útil comprender por qué un creyente es afligido con pruebas y tribulaciones, y por qué, junto con la alegría abrumadora, pueden venir tristezas y problemas inesperados.





Nuestra existencia aquí en la Tierra no es más que una parada transitoria en el camino hacia nuestra morada eterna. Cuando uno comprende y abarca realmente todo lo que significa este hecho, brilla una luz distinta sobre nuestros problemas y angustias. Imagínese que está en un aeropuerto internacional en tránsito, esperando impaciente regresar a casa. A veces el tiempo pasa rápidamente, pero otras hay retrasos, vuelos cancelados, personal de servicio malhumorado, y comida terrible de aeropuerto. Cualquiera que sea su experiencia, el tiempo pasa y eventualmente llega a su casa. Cuando mira esa experiencia en retrospectiva, parece un problema pequeño en un viaje que, en realidad, fue suave; pero en ese momento se sentía como una gran molestia. La vida en esta Tierra es un poco así. Allah ha mencionado con claridad que este mundo que anhelamos no es más que un lugar de pruebas y, además, que en el gran esquema de la vida, es de muy corta duración.





“Los pondremos a prueba con algo de temor, hambre, pérdida de bienes materiales, vidas y frutos, pero albricia a los pacientes” (Corán 2:155).





“La vida en este mundo no es más que distracción y diversión, la vida del más allá es la vida verdadera. ¡Si supieran!” (Corán 29:64).





Hay sabiduría detrás de las pruebas y tribulaciones con que Allah nos pone a prueba, y es reconfortante saber que no son actos aleatorios en un universo cruel y desorganizado. Nuestra existencia es parte de un mundo bien ordenado, un mundo que Allah creó para nuestro disfrute. Sin embargo, es un lugar de algo más que meros disfrutes mundanos. Es aquí donde cumplimos nuestro verdadero propósito de adorar solo a Allah, tanto en los buenos tiempos como en los malos. Por ello, es importante entender que Allah no decreta para un creyente nada más que lo bueno. Lo que una persona percibe como malo, de hecho contiene mucho bien. El Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Qué maravillosos son los asuntos del creyente, pues todos son buenos. Si algo bueno le ocurre, es agradecido y eso es bueno para él. Y si algo malo le ocurre, lo soporta con paciencia, y eso también es bueno para él”[1].





Allah nos pone a prueba con dificultades y tribulaciones de la vida, y si las soportamos con paciencia, obtendremos una gran recompensa. Al cambiar las circunstancias y los tiempos difíciles, Allah pone a prueba nuestro nivel de fe, determina nuestra capacidad para ser pacientes, y borra algunos de nuestros pecados. Allah es el más Amoroso y el más Sabio y nos conoce mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos. No obtendremos el Paraíso sin Su misericordia, y Su misericordia se manifiesta en las pruebas y tribulaciones de esta vida. Allah quiere recompensarnos con la vida eterna, y si el dolor y el sufrimiento pueden ayudarnos a alcanzar el Paraíso, entonces las pruebas y angustias son una bendición. Estas no son exclusivas para los musulmanes nuevos, ni son un indicador de la complacencia ni del disgusto de Allah. Él sabe lo que cada persona puede soportar y lo que cada persona necesita para maximizar sus posibilidades de una recompensa celestial.





Hay muchos hadices que explican las razones por las que somos afligidos con penurias y angustias. El Profeta Muhammad dijo: “Si Dios quiere el bien para alguien, lo aflige con tribulaciones”[2]. También dijo: “Un hombre será puesto a prueba de acuerdo a su nivel de compromiso religioso, y las pruebas seguirán afectando al siervo de Dios hasta que comience a caminar sobre la faz de la Tierra sin la carga de ningún pecado”[3].





Debemos aceptar las pruebas y tribulaciones como parte del hecho de estar vivos, así como los momentos de triunfo y alegría. Desde los más altos hasta los más bajos, la condición humana es una bendición de Allah diseñada exclusivamente para cada persona en particular. En la siguiente lección tomaremos inspiración de los profetas y los sahabah, y aprenderemos cómo reaccionaron ellos frente a grandes pruebas y aflicciones.





Una de las cosas realmente reconfortantes sobre el Islam es que todo sucede por el Decreto de Allah. No cae una hoja ni canta un pájaro ni nace un niño ni es levantado un edificio sin el conocimiento y el permiso de Allah. Él es el Creador del universo y el autor de nuestras vidas. Él es el responsable de lo bueno y lo malo (como nosotros lo percibimos), los momentos de dificultad y los de facilidad. Es reconfortante saber con certeza que nuestra existencia es parte de un mundo bien ordenado, y que la vida se está desarrollando como debería; este es un concepto que trae serenidad y paz.





“Los pondremos a prueba con algo de temor, hambre, pérdida de bienes materiales, vidas y frutos, pero albricia a los pacientes” (Corán 2:155).





Los profetas de Allah fueron personas virtuosas llenas de taqwa, pero también enfrentaron pruebas y tribulaciones. Asumieron sus pruebas con paciencia e incluso con gratitud, y pudieron aprender de sus experiencias. Fueron perseguidos por sus propias comunidades y sufrieron. 





El Profeta Noé invitó a su pueblo a acercarse a Allah día tras días, año tras año, durante 950 años, y cada día soportó la mofa y las burlas hasta que, finalmente, ya no pudo más y Allah lo rescató a él y a los creyentes, no solo de las aguas del diluvio sino también del mal de la gente. 





El Profeta José fue abandonado por sus propios hermanos, tirado a un pozo, vendido como esclavo, y pasó muchos años en prisión injustamente. Como Noé, jamás permitió que su fe en Allah vacilara. Su taqwa era su escudo.





Como seres humanos sufrimos pruebas y angustias a menudo en forma de enfermedades, lesiones y condiciones médicas, pero nadie tanto como el Profeta Job. A pesar de todas las pérdidas que sufrió ―pérdida de riqueza, de propiedades y de familia― él se mantuvo paciente y continuó confiando en Allah. Finalmente, la salud le fue arrebatada, fue golpeado con una enfermedad de la piel y sufrió dolores severos día y noche, y todos los que lo conocían lo abandonaron, con excepción de su esposa, quien por la misericordia de Allah se quedó con Job incluso cuando no tenían un centavo. En ningún momento culpó Job a Allah, y su salud, riqueza y familia le fueron devueltas. Se puede encontrar un relato completo de la historia de Job aquí[1].





Adorar a Allah con total sumisión requiere paciencia. Es fácil adorar durante unos cuantos días o semanas, pero debemos ser consistentes. Orar día y noche requiere paciencia, ayunar requiere paciencia, y vivir con angustias y penas requiere paciencia. Es por ello que escuchamos a menudo que fulano tiene "la paciencia de Job". El Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) también sufrió enfermedad. Su amada esposa Aisha dijo: “Jamás vi a nadie sufrir tanto por una enfermedad como al Mensajero de Allah”. Para el creyente, el sufrimiento puede ser una bendición. Un creyente sabe que Allah, en Su misericordia, expiará algunos de sus pecados si se mantiene paciente. En la Sunnah encontramos que el Profeta Muhammad dijo: “Ningún musulmán es afligido con daño alguno debido a enfermedad u otra inconveniencia, sin que Allah le quite sus pecados como un árbol pierde sus hojas”[2].





Entre los sahabah hubo muchos que fueron duramente perseguidos o incluso asesinados después de hacerse musulmanes. El tío de 'Uzman lo envolvió en una estera de hojas de palma y encendió un fuego debajo de él. Cuando Umm Mus‘ab se enteró de la conversión al Islam de su hijo, se negó a alimentarlo, y luego lo expulsó de su casa. Bilal fue golpeado con severidad por su amo cuando este supo de su conversión al Islam. Algunas veces le pusieron una cuerda alrededor del cuello y obligaron a los muchachos a arrastrarlo por las calles, subiendo y bajando las colinas que rodeaban La Meca. A veces lo sometían a inanición, e incluso lo ataban y lo obligaban a tumbarse en la arena ardiente bajo la carga aplastante de piedras pesadas. Bilal sobrevivió y tiene el honor de ser la primera persona en llamar a los musulmanes a la oración. Su historia también se puede leer aquí[3].





Los problemas y las dificultades que surgen a veces después de la conversión al Islam no son un indicador del carácter de una persona ni del placer o descontento de Allah. Son una parte en extremo importante de la prueba que llamamos la vida de este mundo. Debemos soportarlos con paciencia y con gratitud, sabiendo bien que nuestras vidas reales aún no han comenzado. Allah es el único que conoce la sabiduría completa detrás de por qué les ocurren cosas buenas a personas malas y por qué les ocurren cosas malas a personas buenas. En general, todo lo que nos hacer regresar a Allah es bueno y debemos soportarlo con paciencia y estar agradecidos. En épocas de crisis, la gente se acerca a Allah porque Él es la fuente de todo consuelo y compasión. Allah nos quiere recompensar con la vida eterna, y si el dolor y el sufrimiento pueden llevarnos al Paraíso, entonces las pruebas y tribulaciones son una bendición. El Profeta Muhammad dijo: “Si Allah quiere hacer el bien a alguien, lo aflige con pruebas”[4].





Una persona típica en países desarrollados batalla diariamente contra la tristeza y la preocupación. Al mismo tiempo, frecuentemente estas personas hablan de cuán contentos y felices aparentan vivir los musulmanes en países subdesarrollados, aún en medio de la pobreza, el hambre y la miseria, ellos aceptan sus circunstancias sin quejarse. ¿Por qué ellos no sufren de estrés y ansiedad? Podríamos aceptar a primera vista que, por el hecho de enfrentar la muerte a diario, lo demás se hace insignificante; o podríamos mirar un poco más profundamente y preguntarnos acerca su relación con Allah. 





En el siglo XXI las creencias religiosas no dan el mismo consuelo que hubiéramos esperado hace cien, cincuenta o incluso veinte años. Tenemos todo disponible en la punta de nuestros dedos, con el toque de un botón, pero la tecnología no nos toma de la mano en la tranquilidad de la noche o calma nuestros miedos cuando nuestro corazón late erráticamente, y nuestras almas están llenas de irrazonables miedos y ansiedades. La religión del Islam se trata de tener y de mantener una conexión con Allah. El Islam nos instruye a lidiar con la tristeza y la preocupación dirigiéndonos a Allah con paciencia, gratitud y confianza. 





El gran erudito musulmán del siglo XIV, Ibn Al Qaiem, dijo que nuestra felicidad en esta vida y nuestra salvación en el más allá dependían de la paciencia. Explicó que tener paciencia significa tener la habilidad de abstenerse de quejarse o desesperarse, y también de controlarse en momentos de tristeza y preocupación.





La paciencia se trata de aceptar lo que está fuera de nuestro control. En tiempos de tristeza y preocupación, ser capaces de someternos a la voluntad de Dios es un descanso inmensurable.  Esto no significa que nos sentemos a ver como la vida pasa por delante sin que participemos. Se refiere a esforzarnos para agradar a Allah en todos los aspectos de nuestra vida y en todo tiempo, teniendo en cuenta que, si las cosas no salen de la manera que las planeamos o de la manera que queríamos, aceptamos lo que Allah ha decretado y continuamos luchando para complacerlo. Ser paciente es un trabajo arduo, no siempre llega natural o fácilmente, sin embargo, el Profeta Muhammad dijo: “A quien trate de ser paciente Allah le ayudará a ser paciente”.





La paciencia y la gratitud van de la mano. Sabr y shukr, son las palabras árabes para paciencia y gratitud. Ejercitar la paciencia se vuelve fácil si contamos las bendiciones y somos agradecidos por ellas. Frecuentemente olvidamos que las bendiciones de Allah incluyen el aire que respiramos, la lluvia que cae del cielo, el sol en nuestras caras o el resguardo de la lluvia y el frío.  





Hay muchas maneras de expresar la gratitud, pero la más fácil y la más útil es obedecer a Allah cumpliendo con nuestras obligaciones islámicas.  Simplemente siguiendo los cinco pilares del Islam expresamos nuestra gratitud para con Allah. Cuando testificamos que no hay dios digno de ser adorado sino Allah y que Muhammad es Su último Mensajero, estamos mostrando gratitud por haber sido bendecidos con el Islam. Cuando un creyente se postra ante Allah en medio de una oración, en calma y tranquilidad, está expresando gratitud. Durante el ayuno en Ramadán, nos volvemos agradecidos por la comida y la bebida al darnos cuenta de que Allah provee nuestro sustento. Si un creyente puede realizar la peregrinación a la casa de Allah en La Meca, esto es ciertamente una causa de agradecimiento. El viaje del Hayy puede ser largo y costoso[1].





Practicar el Islam de la manera establecida por Allah es una expresión de paciencia y gratitud. Si aceptamos y reconocemos como bendiciones las pruebas, triunfos y tribulaciones de la vida, abrimos el camino para la aniquilación de nuestras preocupaciones y dolores. Todas nuestras experiencias, desde las más elevadas hasta las menos importantes, son una bendición de Allah. Cuando nos gana la tristeza y la preocupación debemos volvernos a Allah, luchar por ser pacientes y agradecidos, y poner nuestra confianza en Allah, porque Él es el más Confiable. 





“Los creyentes son aquellos que, cuando les es mencionado el nombre de Allah, sus corazones se estremecen, y que cuando les son recitados Sus versículos les aumenta la fe y se encomiendan a su Señor” (Corán 8:2).





Esta confianza plena en Allah se denomina tawakkul. Significa que enfrentamos las pruebas de la vida y los triunfos sabiendo que, cualquiera sea la circunstancia, Allah sabe qué es lo mejor para nosotros. Nuestra confianza en Allah debe ser constante en todas las situaciones, buenas, malas, fáciles o difíciles. Lo que pasa en este mundo es con Su permiso. Allah provee el sustento y Él es capaz de retirarlo. Allah es el Dueño de la vida y de la muerte. Él es Quien determina si somos ricos o pobres, enfermos o sanos. Si somos conscientes de que Allah tiene control sobre todas las cosas y que finalmente quiere que vivamos para siempre en el Paraíso, podemos empezar a dejar atrás nuestra tristeza y preocupación. Si enfrentamos nuestros miedos y ansiedades con confianza total en Allah, y si mostramos paciencia y gratitud en toda circunstancia, la tristeza y la preocupación desaparecerán. 





El Profeta Muhammad dijo: "Es maravilloso el caso del creyente, pues todos sus asuntos son buenos, y esto es así solo para el creyente. Si algo bueno le pasa, es agradecido y esto es bueno para él; y si algo malo le pasa, lo enfrenta con paciencia, y esto es bueno para él"[2].





En la siguiente lección describiremos las maneras de acercarnos a Allah y así comenzar a eliminar la preocupación y la tristeza de nuestras vidas.





Para llevar una vida con completa confianza en Allah, es necesario crear una relación con Él. Para sobrellevar la tristeza y la preocupación, que parece ser parte de nuestra vida diaria en nuestro mundo desarrollado, necesitamos descansar en Allah. Si ponemos nuestra fe y confianza en Él y soportamos las pruebas y las tribulaciones que se cruzan en nuestro camino con sabr y shukr, nuestra visión de la vida cambia. Por supuesto, no podemos estar libres de preocupaciones, porque enfrentar obstáculos es parte de nuestra condición humana. Sin embargo, enfrentar los problemas armados con la confianza en Allah y contentamiento con lo que ha decretado para nosotros, hace la vida más fácil y feliz. 





Usted no puede confiar completamente en alguien sin conocerlo bien, y lo mismo se puede decir en cuanto a confiar en Allah. Antes de someternos a la voluntad de Allah debemos conocer a quién nos estamos sometiendo. Hay varias formas en las cuales una persona puede establecer su relación con Allah. Además, estar cerca de Allah nos ayudará a combatir los inevitables dolores y preocupaciones que forman parte de estar vivos. Examinaremos solo tres de las numerosas maneras en que una persona puede acercarse a Allah y sobrellevar los momentos de tristeza y estrés. 





Llamar a Allah por sus nombres más hermosos 


Se anima a los musulmanes a recordar a Allah y ser agradecidos con Él en todo momento, y esto puede ser de especial beneficio cuando estamos perdidos en la profundad del desespero o sintiéndonos estresados por el día o la semana. Se nos anima a aprender los hermosos nombres de Allah para que así podamos conocer al Creador y dirigirnos a Él por Sus nombres específicos de acuerdo a nuestras necesidades.   





El Profeta Muhammad nos animó a llamar a Allah por Sus nombres más bellos. Solía decir en sus súplicas: "Oh Allah, te pido por cada uno de Tus nombres, o por aquellos que has revelado en Tu Libro, o que has enseñado a alguna de Tus criaturas, o que has ocultado en el conocimiento no revelado que está Contigo"[1].





“¡Dios! No hay más divinidad que Él. A Él pertenecen los nombres [y los atributos] más sublimes” (Corán 20:8).





“A Dios pertenecen los nombres más sublimes, invócalo a través de ellos...” (Corán 7:180).





Contemplar los nombres de Allah puede traer una gran paz.  Nos hacen recordar Su grandeza e incrementar nuestra fe. Nos puede ayudar a concentrarnos en buscar la calma y la paciencia.  Es importante entender que al mismo tiempo que se anima al creyente a no sucumbir al dolor y la angustia y a no quejarse por el estrés y los problemas, se lo anima a acudir a Allah para suplicarle por alivio. Usar los nombres de Allah que corresponden a la necesidad propia, es un acto recomendado y trae calma.   





Haga du'a en cada oportunidad 


Si una persona se siente desesperada, es importante que recuerde que Allah está cerca y que una manera efectiva de alcanzarlo es haciendo du’a. Cuando alguien llama al más Misericordioso, Él (Allah) le responderá.  "Y si Mis siervos te preguntan por Mí [¡oh Muhammad!, diles] que estoy cerca de ellos. Respondo la súplica de quien Me invoca. [Entonces] que me obedezcan y crean en Mí, que así se encaminarán" (Corán 2:186).





El Profeta Muhammad enseñó a sus seguidores una du'a específicamente para aquellos que se sientan tristes y angustiados:  





“Quien se encuentre afectado por la desesperación y el dolor y diga: Allaahumma inni ‘abduka ibnu ‘abdika ibnu amatika naasiiati bi iadika, maadhin fiia hukmuka, ‘adlun fiia qadaa-uka. Asaluka bi kulli ismin huwa laka sammaita bihi nafsaka aw anzaltahu fi kitaabika aw ‘allamtahu ahadan min jalqika aw ista-zarta bihi fi ‘ilmil-ghaibi ‘indaka, ‘an tay-’alal-Qur-aana rabi’a qalbi wa nur sadri wa ialaa huzni wa dhahaaba hammi (Oh Allah, soy Tu siervo, hijo de Tu siervo, hijo de Tu sierva, mi frente está en Tu mano, tu orden sobre mí es por siempre ejecutada y Tu decreto sobre mí es justo. Te pido por cada uno de Tus nombres, o los que has revelado en Tu Libro, o que has enseñado a alguna de tus criaturas, o que hayas preservado en el conocimiento de lo oculto Contigo, que hagas del Corán la luz de mi corazón y la luz de mi pecho, el extinguidor de mi tristeza, y el aliviador de mi angustia), Allah quitará de él su tristeza y la reemplazará con alegría”. Le preguntaron: “Oh, Mensajero de Allah, ¿debemos aprendernos esto?”. Él dijo: "Por supuesto, todo aquel que lo escuche debe aprenderlo”[2].





El du’a incrementa la fe, da esperanza y alivio al afligido, y salva al suplicante de la desesperación y el aislamiento. Hacer du'a con sinceridad es, en efecto, un arma que puede combatir incluso el estrés y el dolor más graves. Hubo innumerables ocasiones en las cuales los profetas y nuestros predecesores virtuosos hicieron du’a y la respuesta de Allah los salvó del peligro, la calamidad o el dolor.





Entender la realidad de la vida de este mundo 


Frecuentemente el dolor y el sufrimiento llega a consecuencia de nuestras acciones. Nosotros decidimos pecar, y Allah nos purifica a través de la pérdida de riqueza, salud o de las cosas que amamos. En ocasiones, sufrir ahora, en este mundo, compensa el sufrimiento de la otra vida. A veces, todo ese dolor y angustia significa que alcanzaremos un lugar más alto en el Paraíso.  





Allah conoce la sabiduría suprema detrás del hecho de que le sucedan cosas buenas a la gente mala o cosas malas a la gente buena. En general, todo lo que nos hace recurrir a Allah es bueno. En tiempos de crisis la gente se acerca a Allah. Él es el proveedor y es el más Generoso. Él quiere recompensarnos con lo eterno, y si el sufrimiento y el dolor nos pueden acercar al Paraíso, entonces la enfermedad y sufrimiento son bendiciones. El  Profeta Muhammad dijo: “Si Allah quiere hacerle un bien a alguien, lo aflige con pruebas"[3].





Muchas personas que se convierten al Islam toman la decisión de cambiar su nombre para marcar el comienzo de una nueva vida, un nuevo punto de partida y una nueva religión. Sin embargo, debemos recordar que no es obligatorio que una persona cambie su nombre, excepto en circunstancias muy específicas. Una persona no está obligada a cambiar su nombre a menos que denote servidumbre a alguien o algo que no sea Allah o que tenga un significado prohibido. Sin embargo, el Islam nos dice que cada persona será influenciada por los significados y connotaciones asociadas con su nombre y, por lo tanto, debemos dar nombres "buenos" a nuestros hijos. Esto es igualmente cierto cuando una persona se convierte al Islam, por lo menos deberían considerar el significado de su nombre y lo que denota o recuerda. Nos guste o no, los nombres tienen un significado y evocan imágenes o preconceptos sobre la persona que lo posee. Esta fue la razón principal por la que el Profeta Muhammad sugirió que algunas personas cambiaran sus nombres. Por lo tanto, echemos un vistazo más de cerca al tema de la elección y el cambio de nombre tras convertirse al Islam.





Nombres prohibidos


Está prohibido elegir nombres que pertenezcan solo a Allah. Estos incluyen nombres como: Al Ahad (El Uno), As-Samad (Aquel de Quien todos dependen para su sustento), Al Jaliq (El Creador), Ar-Razzaaq (El Proveedor), y Al Yabbaar (El Compulsor)[1]. Está prohíbido usar cualquier nombre que implique servidumbre a algo o alguien fuera de Allah, como: ‘Abdul-’Uzza ("siervo de Al ’Uzza", una diosa pagana), ‘Abdul-Ka’bah (siervo de la Kabah), ‘Abdul-Ali (siervo de Ali), ‘Abdul-Husain (siervo de Husain). También está prohibido usar nombres que pertenezcan a ídolos o deidades o que tenga orígenes paganos.





Nombres desagradables


Hay una serie de categorías de nombres que son muy desagradables, aunque no estén totalmente prohibidos. Estos incluyen nombres que tienen significados malos o inapropiados, que suenan extraños o que causarían vergüenza. Nombres como estos son contrarios a la guía del Profeta Muhammad, quien nos enseñó a elegir buenos nombres. Tampoco se recomienda usar nombres que sean provocativos o sensuales, o que transmitan cualquier sentido de pecado y desobediencia a Allah. Hay diferencia de opiniones entre los eruditos del Islam en cuanto a si los creyentes pueden usar los nombres de los ángeles o las suras del Corán.





Nombres árabes y no árabes.


El Islam llegó a los árabes y a los no árabes, por lo que no es esencial que un nuevo musulmán tome un nombre árabe, sino que lo importante es que el nombre no sea feo o tenga un significado que vaya en contra del Islam. Si el nombre no árabe tiene un buen significado, no hay nada malo en usarlo. Muchos persas y bizantinos abrazaron el Islam y mantuvieron sus nombres, no los cambiaron. De hecho, muchos de los profetas tenían nombres que no eran árabes, porque ellos mismos no lo eran. Sin embargo, todos los Profetas tenían buenos nombres y dieron buenos nombres a sus hijos, los cuales tomaron de sus costumbres y tradiciones particulares. Algunos ejemplos son Ishaaq (Isaac), Musa (Moisés) y Harún (Aarón). 





Buenos nombres


El Profeta Muhammad dejó muy claro que los padres (y, por lo tanto, aquellos que cambian sus nombres al convertirse al Islam) deben escoger lo que él llamó "buenos nombres". Los padres deben elegir un buen nombre para su hijo, y no debe ser raro o extraño en la sociedad en la que viven, porque tener un nombre extraño podría causar burlas o su dueño podría ser ridiculizado. La amada esposa del Profeta Muhammad, Aisha, nos dijo que él solía cambiar los malos nombres[2] y contó que una hija del compañero del Profeta Muhammad, Omar, fue llamada 'Aasiiah (desobediente) y el Profeta cambió su nombre por Yamilah (bonita)[3]





Hay cinco categorías distintas de buenos nombres. En la primera se encuentran los nombres Abdullah y Abdur-Rahman. Se informó que el Profeta Muhammad dijo: "Los nombres más queridos para Allah son Abdullah y Abdur-Rahman"[4]. La segunda categoría son todos los nombres que expresan la sumisión y la adoración a Allah, tales como Abdul Aziz, Abdur-Rahim, Abdul Malik, Abdus-Salam, etc. La tercera categoría son los nombres de los Profetas, y la cuarta los nombres de los justos, particularmente los de los compañeros del Profeta Muhammad. Finalmente, la quinta categoría es cualquier otro nombre que tenga un significado bueno y agradable.  





Cambiar el nombre de manera oficial


Si cambiar el nombre de uno en documentos oficiales y registros implica una gran inconveniencia, es suficiente cambiarlo entre la familia y los conocidos. De esta manera, sus allegados lo llamarán por su nuevo nombre, pero los documentos oficiales mantendrán su nombre original. Esto no causa problemas y es perfectamente aceptable. Muchas personas se preocupan innecesariamente creyendo que un nombre no árabe o no musulmán será un impedimento para realizar el Hayy o la Umrah. Pero no es así, ya que la validez del Hayy o la Umrah de una persona no tiene nada que ver con su nombre. Cuando se aplica para la visa para el Hayy o la Umrah es suficiente con obtener un certificado de la mezquita local con el cual se pruebe que una persona ha abrazado el Islam[5].





Preservación del linaje


Es esencial que una persona atribuya su linaje a su padre biológico, sea musulmán o no. El Profeta Muhammad dijo: "A quien reclame de manera consciente pertenecer a otro que no sea su padre, le será negado el Paraíso“[6]. Por lo tanto, si una persona decide cambiar su nombre por uno que se ajuste más a su nueva religión, no debe cambiar su segundo nombre o lo que se conoce en Occidente como el apellido. 





Por supuesto, puede haber algunas desventajas de cambiarse el nombre, cada persona y sus circunstancias son diferentes; sin embargo, la religión del Islam está diseñada para ser fácil. Podemos ver que hay mucha flexibilidad en cuanto al cambio de nombre, y cada situación debe ser juzgada según sus propias características, excepto en el caso de un nombre que tenga un significado prohibido.





Se puede encontrar listas de nombres en Internet, como en los siguientes sitios:





Para hombre: http://www.islamicity.com/Culture/Names/default.htm





Para mujeres: http://www.islamicity.com/Culture/Names/female.htm 





Las dudas sobre lo que creemos y por qué lo creemos son naturales. De hecho, a menudo son esas dudas las que hacen que la gente acepte el Islam. Una duda sobre la validez de sus sistemas de creencias a menudo lleva a la gente a buscar algo que puedan entender y en lo que puedan creer. Pueden surgir dudas sobre la religión que escogimos o sobre algunos de sus aspectos, pero la diferencia es que el Islam nos permite estar prevenidos y preparados para lidiar con las dudas. El Islam se describe a menudo como un "conocimiento informado" en lugar de una fe ciega, por lo que, cuando surgen dudas, somos capaces de resolverlas. Las dudas son una enfermedad que puede causar un gran daño a nuestra salud espiritual si se deja que se enconen en vez de ser confrontadas por lo que son: trucos e ilusiones lanzadas como flechas desde el arco de Shaitan.





Shaitan es el enemigo declarado de la humanidad. Así como él es capaz de susurrar malos pensamientos en nuestros corazones, también es capaz de llenar nuestras mentes con dudas diseñadas para causar inquietud y confusión. A veces una persona es incapaz de distinguir entre lo que está plantado por Shaitan y lo que pensamos por nuestra propia voluntad. En otras ocasiones, los pensamientos son de naturaleza tan aterradora que tenemos miedo de repetirlos o examinarlos en caso de que nos condenen o nos revelen que somos hipócritas o que estamos lejos del Islam. Uno debería ignorar completamente tales pensamientos y dudas y no pensar ellos, y buscar refugio en Allah de Shaitan. Diga: "A'udhu billahi minash-shaitanir-rayim" (busco refugio en Allah del maldito Shaitan) y pida perdón.





De las tradiciones del Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) se nos dice que, si uno es afligido por la duda en su fe, debe buscar refugio en Allah, renunciar a lo que está causando la duda y decir: "Amantu billahi wa rusulihi", lo que significa: "Yo creo en Allah y en Su Mensajero"[1].





Solo Allah nos puede proteger de la destrucción que pueden acarrear estas dudas. Por lo tanto, cuando las dudas perturben su corazón, su mente o su alma, diríjase a Allah y busque consuelo en la obediencia a Él y en Su complacencia. Por lo tanto, cuando surjan dudas, busque la guía solo de Allah, reconozca su completa y total dependencia de Su misericordia y enfrente las dudas armado con conocimiento y buenas acciones. En la Sunnah del Profeta Muhammad encontramos una bella narración en la que Allah habla directamente a los creyentes:





“Oh siervos míos, he prohibido la opresión para Mí y la he hecho prohibida para ustedes, así que no se opriman unos a otros. Oh siervos míos, todos ustedes están extraviados, excepto aquellos a los que he guiado, así que busquen Mi guía y Yo los guiaré. Oh siervos míos, todos ustedes tienen hambre, excepto los que he alimentado, así que busquen alimento en Mí y Yo les daré de comer. Oh siervos míos, todos ustedes están desnudos, excepto los que he vestido, así que busquen ropa en Mí y Yo los vestiré. Oh siervos míos, ustedes pecan de día y de noche, y Yo perdono todos los pecados, así que busquen el perdón de Mí y Yo los perdonaré. Oh siervos míos, ustedes no me harán daño ni me beneficiarán. Oh siervos míos, si desde el primero hasta el último de ustedes, de los humanos y de los genios, fueran tan piadosos como el corazón más piadoso de cualquiera de ustedes, no aumentaría mi reino en nada. Oh siervos míos, si desde el primero hasta el último de ustedes, de los humanos y de los genios, fueran tan malvados como el corazón más malvado de cualquiera de ustedes, no disminuiría Mi reino en nada. Oh siervos míos, si desde el primero hasta el último de ustedes, de los humanos y de los genios, se reunieran en un solo lugar y Me pidieran algo, y si Yo les diera a todos lo que pidan, eso no disminuiría lo que Yo tengo más de lo que una aguja disminuye el mar si se mete en él [y luego se saca]. Oh, siervos míos, son sus obras las que Yo considero y luego los recompensaré; así que, el que encuentre el bien, que alabe a Allah; y el que encuentre otra cosa distinta, que no culpe a nadie más que a sí mismo”[2].





Lo que más le gusta a Shaitan es ser capaz de desviar a quien ha encontrado la verdad y sacarlo del camino que ha elegido. Hace todo lo posible por infundir dudas y la forma más fácil de hacerlo es llenando los espacios en la mente de una persona que no estén ocupados por el conocimiento auténtico. Por lo tanto, es importante seguir buscando el conocimiento desde la cuna hasta la tumba; o, en otras palabras, desde el momento en que comenzaste a reflexionar sobre la veracidad del Islam hasta el momento en que te enfrentes cara a cara con el ángel de la muerte.





Debido a nuestro conocimiento limitado, es posible que no entendamos ciertas declaraciones o la sabiduría de ciertos mandatos judiciales, y esto puede dar lugar a dudas. En una situación como esta, uno debería reafirmar su fe mirando los fundamentos del Islam pues, ya que los aceptamos intelectualmente, las pocas cosas sobre las que podrían surgir dudas no deberían ser un problema, porque creemos que Allah es Todopoderoso, Omnisapiente. 





Como musulmanes, creemos firmemente que todas las cosas tienen una sabiduría segura detrás de su creación; a veces, entendemos la sabiduría y otras veces no. Nuestra ignorancia sobre la razón detrás de algo no niega el hecho de que hay una razón. Es solo a causa de nuestros propios defectos que somos incapaces de comprender ciertos asuntos. Esto ha sido probado en el curso de nuestra historia natural; muchas cosas en el pasado eran relativamente desconocidas, misteriosas, y se pensaba que eran algo extraño, pero a medida que la ciencia ha progresado, la sabiduría detrás de esos asuntos se ha vuelto clara. Tomemos el apéndice como ejemplo; hace unos años, sólo se pensaba en él como un órgano inútil del cuerpo, pero ahora, gracias a los avances de la ciencia, la sabiduría detrás de su existencia se ha vuelto clara.





En resumen, no se nos ha dicho la razón ni la sabiduría de todas las cosas. Y si uno tiene dudas sobre los fundamentos del Islam, entonces debe mirar las pruebas del Islam en mayor detalle para fortalecer su fe.





 En estos tiempos podemos disfrutar de un acceso increíble al conocimiento de todo el mundo, pero tristemente esto incluye muchos sitios y fuentes que tratan de vilipendiar el Islam tergiversando los hechos, citando pasajes textuales fuera de contexto, citando hadices débiles y fabricados o simplemente inventando mentiras contra el Islam. Es importante que usted aprenda sobre el Islam de fuentes confiables.





Incluso los compañeros del Profeta Muhammad fueron afectados con pensamientos negativos y hay una gran cantidad de evidencia en la Sunnah que explica que es normal tener estas experiencias.





“Allah ha perdonado a mi Ummah aquello que le ha sido susurrado y aquello que cruza sus mentes, siempre que no actúen con base en eso o hablen de eso”[3].





Fue narrado que Abu Hurairah (que Allah esté complacido con él) dijo: “Algunos de los compañeros del Mensajero de Allah se presentaron ante él y le dijeron: ‘Encontramos en nosotros pensamientos terribles de mencionar’. Él dijo: '¿Están ustedes de verdad sufriendo a causa de eso?’.  Ellos dijeron: ‘Sí’. Él dijo: ‘Este es un signo claro de fe”[4].





Por lo tanto, si una persona que experimenta dudas se siente mal y angustiada por eso, entonces no debe estar demasiado preocupada o asustada, como dijo el Profeta Muhammad, ¡estos pensamientos son "signos de fe"! Los eruditos musulmanes han explicado que, así como un ladrón solo ataca en un lugar donde sabe que hay riqueza y que las defensas de ese lugar son débiles, de la misma manera Shaitan solo ataca y pone dudas en los corazones que contienen la riqueza de la verdadera fe.





Allah nos da un método claro y simple en el Corán para enfrentar las dudas. Él dice: 





“Pregunten a la gente de conocimiento si es que no saben” (Corán 21:7).





La presencia de dudas indica una forma de ignorancia que solo se elimina con el conocimiento. Cuanto más se eduque y se fortalezca la fe, más fuertes se volverá para repeler las dudas persistentes. 





¿Qué es un estereotipo?


Understanding-Media-Stereotyping.jpgUn estereotipo es una generalización que se usa para describir o distinguir a un grupo de personas, y no todos son malos. Sin embargo, el problema con los estereotipos es que normalmente exageran o simplifican en exceso, lo que lleva a algunas personas a juzgar a otras basándose en un conocimiento o comprensión inadecuados. Esto da lugar a que se acepte como verdadera la información distorsionada o incompleta.





Todos comenzamos con una mirada parcial ya que tenemos una sola visión del mundo; sólo podemos ver lo que tenemos frente a los ojos, escuchar lo que tenemos al rededor y leer aquello que está a nuestro alcance. Por lo tanto, cuando se nos presentan los mismos estereotipos, tendemos a ver lo que esperamos ver; y tenemos una tendencia a tergiversar y distorsionar las características de los demás hasta que se ajusten a nuestros estereotipos.





Los estereotipos pueden ser útiles a veces; nos ayudan a ubicarnos en el mundo y a determinar nuestra raza, clase social, género, religión, cultura, etc. A medida que crecemos, deberíamos dejar de lado los prejuicios y utilizar un pensamiento crítico para tener una opinión más balanceada. Siempre procesamos la información y sacamos conclusiones de la experiencia y el aprendizaje. El problema que presentan los estereotipos de los medios es que siempre estamos bombardeados con más información de la que podemos procesar, y se nos hace difícil separar los hechos de la ficción, porque recibimos la opinión parcial de otros como si fuera una verdad innegable. A los seres humanos nos gusta, queremos y necesitamos categorizar el mundo que nos rodea en pequeños grupos, porque esto nos ayuda a determinar nuestro lugar en el mundo, y los estereotipos de los medios de comunicación aprovechan esta necesidad.





Estereotipos de los medios de comunicación


Los medios de comunicación utilizan estereotipos para definir a las personas de maneras que son fáciles de categorizar para los espectadores o lectores. Estos estereotipos de los medios de comunicación reducen a los grupos de personas a una dimensión sin variedad, profundidad o complejidad reales. Al hacer esto frecuentemente, etiquetan a la gente en una forma que no refleja la realidad. El prejuicio formado hacia el Islam y los musulmanes desde el comienzo de la guerra contra el terrorismo ha sido descontrolado y los ha arrojado al frente de los medios globales. La cobertura mediática ha crecido exponencialmente y se ha mostrado el Islam y a los musulmanes de forma muy desfavorable. 





La retórica implementada en la guerra contra el terrorismo ha llevado a un aumento del temor y el odio contra el Islam, el cual causa un incremento de la cobertura mediática que muestra a los musulmanes como retrógrados o inclinados a la violencia, y el Islam como inherentemente problemático. De acuerdo al trabajo de un grupo que estudió la islamofobia en Estocolmo en 2014, la asociación regular del Islam y los musulmanes con el crimen y el terrorismo en los medios e Internet es vital para incrementar ese fenómeno[1]. Los estereotipos presentados por los medios le permiten a la audiencia asumir sin reflexión que los terroristas que alegan ser musulmanes de alguna forma representan a toda la gente de esta religión y a todo un modo de vida. Cuando estas generalizaciones se ven reflejadas sobre todas las diversas comunidades islámicas al rededor del mundo, se ve un sentimiento antiislámico resultante expresado en lenguaje que incita al odio, los crímenes y la discriminación. 





Hay una diferencia entre el Islam y las acciones de algunos musulmanes, y como musulmanes podemos ver y entender esto. Sin embargo, aquellos que no tienen interacción o relación con nosotros no pueden ver la diferencia, especialmente cuando los medios encuadran los eventos mundiales de tal manera que las palabras terrorista y musulmán se vuelven intercambiables. A menudo, se pinta a los musulmanes de forma negativa y el Islam como una religión violenta[2]. La elección de palabras es un aspecto fundamental de la categorización de los medios y contribuye a diseminar los prejuicios. El uso de un lenguaje desigual y el foco puesto siempre en referencias negativas nos presenta con una versión de la realidad que tiene poca relación con la verdad.   





¿Qué pueden hacer los no musulmanes para prevenir los estereotipos presentados por los medios?


1.     Verificar los datos. No creer todo lo que leemos o vemos. Investigar la información.





2.     Cuidar el lenguaje. No usar expresiones como "terrorismo islámico" o "musulmán terrorista".





3.     Estar informados. Hacer un esfuerzo para aprender lo más básico del Islam. 





4.     Conocer a un musulmán. Tratar de interactuar con un musulmán en el trabajo o el barrio.





5.     Desafiar los estereotipos. Cuando escuchamos un comentario islamofóbico, desacreditarlo.





6.     Respetar la diversidad. Evitar las etiquetas y permitir a la gente ser quienes son con una variedad de prácticas culturales o costumbres. 





Aprenda sobre el uso del lenguaje en los medios y cómo puede construir realidades sociales. 





¿Qué pueden hacer los musulmanes para contrarrestar los estereotipos de los medios?


1.     Ofrecer recursos para educar a los medios y el público en general.





2.     Distribuir panfletos y libros en centros comunitarios y bibliotecas.





3.     Organizar encuentros con los gobiernos locales y medios de comunicación.





4.      Escribir cartas y notas de opinión para diarios locales.





5.     Ayudar a organizar un día abierto en la mezquita local o centro islámico.





6.     Invitar a los no musulmanes a charlas sobre el Islam o a encuentros en la mezquita.





7.     Invitar a los vecinos no musulmanes a su hogar o celebraciones del Eid.





8.     Unirse a organizaciones caritativas locales para resaltar la dedicación del Islam por la justicia social.





9.     Utilizar las plataformas mediáticas. Publicitar las cosas extraordinarias que los musulmanes están haciendo en sus respectivas comunidades.





10.  Entrenar a los representantes musulmanes para que interactúen con los medios y asegurarse que los comentarios no sean tomados fuera de contexto.





Más de 1.000 jóvenes musulmanes de 15 años de edad o más en el Reino Unido, EEUU y Australia reportan en entrevistas que la información en los medios sobre el Islam es injusta, humillante, y frustrante[3]. Y es justo decir que los musulmanes de todas las edades sufren cuando ven cómo su forma de vida es vilipendiada, o cuando leen sobre la responsabilidad que se les atribuye por las muchas atrocidades perpetradas en todo el mundo. Ser fuerte frente a las adversidades es más fácil de decir que de hacer; las sugerencias que hemos dejado arriba ayudarán a derribar muchos de los mitos que circulan sobre el Islam, pero mientras tanto debemos ejercer la paciencia. Podemos reforzar nuestro bienestar espiritual y mental de la siguiente forma:  





1.    Fortaleciendo nuestra conexión con Allah, rezando en los momentos indicados, y reflexionando en los nombres de Allah.





2.     Tratando de emular la paciencia y la tolerancia de los Profetas, quienes ciertamente enfrentaron dificultades mucho peores que las que tenemos hoy en día.





3.     Aceptando que todo el poder y fuerza provienen solo de Allah; Él es el más Sabio y puede ver todo el panorama completo.





4.     Estando seguros de que si el Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) estuviera entre nosotros no estaría avergonzado de nuestra identidad y prácticas islámicas.



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