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Uno de los asuntos más retadores para las personas nuevas en el Islam es compartir la noticia de su nueva fe con los amigos y familiares. Aunque uno pueda estar muy feliz de embarcarse en esta nueva búsqueda, de comenzar una renovada y enriquecida vida espiritual, puede que este asunto resulte extremadamente difícil, pues se temen resultados negativos y rechazo por parte de los seres queridos. La persona debe estar segura de tomar este asunto con sumo cuidado, ya que de no hacerlo se pueden dañar relaciones importantes y herir los sentimientos.





Esta lección contiene algunos consejos prácticos y algunos recordatorios que podrán quizá disipar su ansiedad y ayudarle a manejar la situación con sus seres queridos en confianza.





Primero que todo, felicitaciones por aceptar el Islam. Es la decisión correcta y puede estar seguro de ello. Además, el hecho de que haya sido guiado al Islam es una prueba de que Dios le ama y le proporcionará la ayuda que anhela, pues el Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“A quien Allah le desea el bien, le da entendimiento de la religión” (Al Bujari).





      Segundo, lea el siguiente compendio de consejos y aplique de ellos lo que sea relevante para su situación personal.





Evaluar la situación 


A veces, un nuevo musulmán puede sentir que quiere que todos sepan que ha aceptado el Islam, empezando por su familia. Algunos pueden sentir que pueden adaptarse a cualquier tipo de respuesta, mientras que otros sienten que su familia no le dará importancia, y que incluso pueden apoyar la decisión que tomaron. La realidad puede ser muy diferente. Aunque algunos miembros de la familia pueden no ser religiosos, el hecho de que su ser querido haya elegido un camino diferente al de ellos, o simplemente porque temen por la persona debido a todas las malas impresiones que tienen sobre el Islam, pueden reaccionar de modo distinto al esperado. Esto puede ser perjudicial para el progreso de una persona después de aceptar el Islam y, por lo tanto, uno debe pensar con calma y serenamente para evaluar bien la situación. Después de aceptar el Islam, uno debe concentrarse en aprender los conceptos básicos de la creencia y de los actos de adoración, y dar a conocer la propia conversión demasiado pronto puede hacer que esto sea muy difícil. En lugar de que la primera etapa lo llene a uno de alegría e inspiración, esta puede convertirse en una etapa llena de argumentación y desagradables sentimientos.





Anunciar la propia conversión al Islam no es una condición para ser musulmán, y si uno siente que es preferible aplazar este anuncio hasta tener una fe y un conocimiento más firme o hasta ser independiente, está bien. Por otra parte, si la persona siente que su familia aceptará su nueva fe, entonces es mejor anunciarla, ya que esto facilitará la práctica de las enseñanzas del Islam.





Un ejemplo de esto es el gran compañero del Profeta (que la misericordia y bendiciones de Allah sean con él) Muawiah Ibn Abi Sufian, quien se hizo musulmán y ocultó su conversión a sus padres. Sus padres estaban muy en contra del Islam, y después de pensarlo mejor, y comprendiendo las consecuencias a las que podían conducir sus acciones, decidió no anunciar ni declarar públicamente que se había hecho musulmán; en lugar de ello, decidió postergarlo y anunciar su Islam en el momento adecuado. Ese momento llegó cuando el Profeta conquistó La Meca. Muawiah y su padre, junto con otras personas, fueron al encuentro del Profeta y declararon su Islam frente a él.





Cuando decida anunciarlo, tenga en mente las siguientes indicaciones.





Busque ayuda en la paciencia y la oración 


No entre en pánico. Busque la ayuda de Allah a través de la oración y la contemplación. Deje que Él sea su guía en esos momentos. Usted tiene dos "regalos" de parte de Dios: La paciencia y la oración para darle fuerza. Allah dice:





“Busquen socorro en la paciencia y la oración…” (Corán 2:45).





 Cualquier dificultad que usted pueda experimentar es solo una prueba a través de la cual incrementará su fe y confianza en Allah, aprenderá a confiar y buscar socorro en Él. Cualquiera que sea el resultado, sepa que al final será bueno para usted. Qué bello es el dicho del Profeta:





“¡Cuán sorprendente es la situación del creyente! Todos sus asuntos son buenos, y este [mérito] no es para nadie más sino para el creyente. Si algo bueno le ocurre, agradece y alaba a Dios, y eso es bueno para él. Si alguna dificultad le aflige, es paciente, y esto es bueno para él” (Muslim).





Pídale a Allah que facilite sus asuntos y le dé fuerza. Pídale que haga que sus padres acepten su anuncio tranquilamente, pídale que lo mantenga firme en la religión, pídale que haga de usted un medio de guía para ellos. Las siguientes son algunas plegarias especiales prescritas por el Profeta con las que puede suplicar para fortalecerse en la religión.





Plegaria 1


“¡Oh Allah! Es Tu misericordia lo que anhelo, no me dejes a cargo de mis asuntos ni siquiera por [el instante de] un parpadeo y rectifica todos mis asuntos. Nadie tiene derecho a ser adorado excepto Tú” (Abu Dawud).





Plegaria 2


“Nadie tiene derecho a ser adorado excepto Allah, el Conocedor de todo, el Predecesor. Nadie tiene derecho a ser adorado excepto Allah, Señor del magnífico Trono. Nadie tiene derecho a ser adorado excepto Allah, Señor de los cielos, Señor de la Tierra y Señor del noble Trono" (Al Bujari).





Plegaria 3


El Profeta nos dijo:





“Los corazones de los hijos de Adam son como uno entre los dedos del Misericordioso, y Él los dirige como Le place” (Ahmad).





Realice la frecuente súplica del Mensajero de Allah:





“Oh, Tú que cambias los corazones, haz mi corazón firme en Tu religión” (At-Tirmidhi).





Plegaria 4


Si usted duda de su fe en algún punto:





·       Busque refugio en Allah.





·       Recuerde que usted está en la religión de Jesús, de Moisés y del resto de los profetas, diciendo: "He creído en Allah y en Sus Mensajeros"[1].





Seguridad en sí mismo


No tema la desaprobación de sus seres queridos ni de extraños. Algunas personas sufren una severa desmoralización cuando son criticadas; otros se las arreglan para ganar nuevas fuerzas a partir de ello. El Islam trae una nueva actitud, una nueva vida social con una confianza renovada, seguridad en sí mismo y confort social. El Islam tiene de hecho la capacidad de cambiar la personalidad para bien. Tan pronto como la fe entre en las profundidades de su corazón, usted comprenderá que nada en el mundo se puede comparar con vivir por un instante con esta gran bendición que es el Islam. ¡Sea perdonador y paciente!





Hable con alguien en quien usted confíe


Hable con un amigo musulmán en quien usted confíe, preferiblemente alguien que tenga conocimiento y sabiduría. Encuentre un buen amigo en cuya vida usted vea lo mejor del Islam en práctica. El apoyo de un amigo amoroso hará mucho por usted. ¡Recuerde, el corazón cura el corazón! No permita que sus emociones se acumulen, hable al respecto; no hay sustituto para el cuidado y el amor humanos.





Maneras de informar a los seres queridos 


No todos los padres son iguales. Algunos son cercanos a sus hijos, otros son distantes. Las familias disfuncionales también son bastante comunes. Algunos padres apoyan cualquier religión o estilo de vida que su hijo elija, y otros pueden oponerse con vehemencia. En cualquier caso, puede ser una buena idea hacerles saber primero que usted ha estado leyendo sobre el Islam, quizá compartir algo de lo que aprende con ellos antes de darles la noticia, ya que puede ser un gran impacto para ellos. Tome las cosas paulatinamente. Al final, es su decisión, ya que usted conoce mejor la naturaleza de su familia. Lo más importante es que estudie bien la situación antes de hacer cualquier movimiento y que no tome ninguna decisión precipitada.





Como se mencionó con anterioridad, si la situación lo requiere, usted puede decidir no informarles sobre su decisión por el momento. Si vive con sus padres, puede rezar cuando ellos no lo ven, o puede informarles si siente que le serán de apoyo.





Si usted vive solo, esto puede resultar mucho más fácil. Puede encontrarse personalmente con sus padres, llamarlos, mandarles un correo electrónico o escribirles una carta. La mejor manera, hablando en términos generales, es hacerlo personalmente, puesto que otros medios de comunicación pueden generar un malentendido entre las partes. Si a usted le preocupa la molestia social que puede derivar de adoptar una religión distinta de la de ellos y se siente intimidado al hablarles sobre su religión, puede considerar como una mejor opción escribir primero una carta general. Esto le permitirá hilar sus pensamientos, darles tiempo para asimilarlo y quizá ahorrarles a ambos un encuentro embarazoso.





De cualquier modo, deberá encontrarse con ellos personalmente en algún momento, y este será el tema de la siguiente lección.





Derechos de los padres 


Primero, es una buena idea conocer los derechos de sus padres en el Islam, puesto que incluso los padres que no son musulmanes tienen grandes derechos sobre usted. Allah dice:





“Le he ordenado al ser humano hacer el bien a sus padres” (Corán 46:15).





¿Por qué son importantes los padres?


 Ser amable con los padres se ve en el Islam como obediencia hacia Allah y su Mensajero y, en consecuencia, esto tendrá su recompensa en el Más Allá. Respetarlos y obedecerles es una manera de mostrarles gratitud por los sacrificios que hicieron y el cuidado que tuvieron al criarlo a usted. Respetarlos y honrarlos desarrolla la amistad y el amor, lo que es extremadamente importante hoy más que nunca, puesto que pueden sentir que usted los ha excluido con su nuevo estilo de vida. Recuerde que obedecer y honrar a sus padres es un medio para entrar al Paraíso, y tratar bien a sus padres será una causa para que sus propios hijos lo traten bien a usted, Dios mediante.





¿Cómo puede ser amable con ellos? Obedézcales, respételos, baje su voz cuando esté cerca de ellos, sonría, sea humilde, no muestre su disgusto hacia ellos, sírvales, lleve a cabo sus deseos, consúlteles, escuche lo que dicen y no sea obstinado con ellos. Además, visítelos, pase tiempo con ellos, deles regalos, agradézcales por criarlo y tratarlo con amabilidad cuando era pequeño. Ante todo, rece por su guía.





Sin embargo, hay límites al obedecer a los padres. Allah dice:





“Si tus padres se esfuerzan por hacer que caigas en la idolatría de dedicar actos de adoración a otro que Dios, lo cual es algo que no te he enseñado, no los obedezcas, pero trátalos con respeto. Sigan el camino de los piadosos, pues ante Mí comparecerán y les informaré de lo que hacían” (Corán 31:14-15).





No se debe obedecer a los padres si le piden que usted desobedezca a Allah o a Su Mensajero y que viole las enseñanzas islámicas. Si se enfrenta a una situación en la cual se pueda ver involucrado en algo que no está permitido en el Islam, intente evitar esa situación. Si le sirven jamón para la cena, intente decirles que no tiene apetito o algo por el estilo; pero en todos los casos trate, en la medida de lo posible, de no ofenderlos.





Cuando usted sienta que es el momento adecuado y que quiere empezar un diálogo con sus padres sobre su aceptación del Islam, encuentre motivos por los cuales agradecerles, especialmente recuerdos del pasado. Coménteles sobre el niño terrible que usted debe haber sido y lo mal que se siente por haber sido semejante incomodidad para ellos. Explíqueles claramente por qué usted escogió el Islam. Déjeles saber que su relación con ellos está intacta.





 Sea cuidadoso de no entrar en un debate religioso del tipo "mi religión versus su religión", ni con los padres ni con cualquier persona. Si lo "juzgan" o lo insultan, o expresan sentimientos "antiislámicos", rechace sentirse avergonzado o humillado por su decisión de ser musulmán. Recuerde el "don" de la paciencia y deje que el momento pase. Gane fuerza haciendo las plegarias mencionadas anteriormente.





Si expresan temor o recelo, diríjase a ellos con base en lo que sabe del Islam hasta la fecha. Discúlpese si le hacen preguntas para las que no tiene respuestas. Comprenda que usted todavía está aprendiendo su religión. No intente "convertirlos" ni probar que usted está en lo cierto y que ellos están equivocados. Intente tanto como le sea posible disipar cualquier inquietud que puedan tener sobre el Islam o sobre su aceptación. Es bueno cerrar cualquier conversación haciéndoles saber que usted los ama y que orará por ellos. Algunos buenos regalos también serán un incentivo para que escuchen y un ejemplo de la generosidad musulmana, lo que podría inducirlos a contemplar la conversión por sí mismos. Tratarlos de la mejor manera los hará sentir que usted es la mejor persona de entre sus conocidos, y que sinceramente tiene buenas intenciones y les desea el bien.





Recuerde que el cambio llega gradualmente. Pocos son los que no se verán afectados con el tiempo y la mayoría recuperará su relación con usted tras la tensión que les causó su conversión. Algunos, por guía divina, se unirán a usted. Su relación evolucionará con el tiempo. Usted decide. Las acciones dicen más que las palabras, permítales ver optimismo, persistencia y auténtica calidez en su relación hacia ellos. Esta es una bella historia de uno de los compañeros del Profeta Muhammad, Abu Hurairah, quien dijo:





“Yo solía invitar a mi madre al Islam cuando ella todavía era politeísta. Un día la invité al Islam y ella dijo algo sobre el Mensajero de Allah que me molestó. Fui donde el Mensajero de Allah, llorando, y dije: ‘¡Oh Mensajero de Allah, he llamado a mi madre al Islam y ha rechazado. Hoy le hice la invitación y ella dijo algo sobre ti que me molestó. Ora a Allah para que guíe a la madre de Abu Hurairah’. Entonces, el Mensajero de Allah dijo: '¡Oh Allah, guía a la madre de Abu Hurairah!'.





Me retiré, sintiéndome esperanzado por la plegaria del Profeta. Cuando llegué a casa, al acercarme a la puerta, vi que estaba abierta. Mi madre escuchó mis pasos y dijo: ‘¡Quédate donde estás, Abu Hurairah!’. Pude escuchar el sonido del agua. Ella se bañó, se vistió y se puso su pañuelo en la cabeza. Entonces abrió la puerta y dijo: ‘¡Oh Abu Hurairah! Doy testimonio de que no hay dios digno de alabanza excepto Allah, y doy testimonio de que Muhammad es Su siervo y Mensajero’.





Regresé donde el Mensajero de Allah, llorando de alegría, y dije: ‘¡Oh Mensajero de Allah, buenas noticias! Allah ha respondido tu plegaria y ha guiado a mi madre’. Él alabó y agradeció a Allah, y dijo: ‘Eso es bueno’. Dije: ‘¡Oh Mensajero de Allah! Ora a Allah para hacer de mi madre y de mí de los queridos por Sus siervos creyentes, y que ellos nos sean queridos’. El Mensajero de Allah dijo: ‘¡Oh Allah! Haz de este siervo Tuyo y de su madre de los queridos por Tus siervos creyentes, y haz a los creyentes queridos para ellos’. No hay creyente que oiga sobre mí o que me vea, y que no me ame” (Sahih Al Bujari).





Varios ahadiz


Terminaré con algunas bellas narraciones proféticas que le darán la determinación para ser espiritualmente valiente frente a los desafíos de la vida real.





El Profeta usó el Paraíso para animar a sus compañeros a mantenerse firmes. El Mensajero de Allah pasó por donde Yaasir, la esposa de este y su hijo ‘Ammar cuando estaban siendo torturados por los paganos de La Meca, y dijo:





“Paciencia, familia de Yaasir; paciencia, familia de Yaasir, pues su destino es el Paraíso” (Al Hakim).





El Mensajero de Allah (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“Este mundo en comparación con el Otro es como quien pone su dedo en el mar y [al sacarlo] ve lo que ha quedado en él” (Sahih Muslim).





El Profeta solía decir:





“¡Oh Allah! No hay vida sino la vida del Otro Mundo” (Sahih Al Bujari, Sahih Muslim).





El Mensajero de Allah dijo:





“Uno de entre la gente del Fuego, quien fue la persona de mayor fortuna en este mundo, será llevado en el Día del Juicio, sumergido una vez en este y entonces se le preguntará: ‘¡Hijo de Adam! ¿Algo bueno te ocurrió alguna vez? ¿Alguna vez experimentaste una bendición?’. Dirá: ‘Por Allah, que no, mi Señor’. Otro de entre la gente del Jardín, quien fue la persona más miserable en este mundo, será llevado y sumergido una vez en él (el Paraíso) y entonces se le preguntará: ‘¡Hijo de Adam! ¿Alguna vez experimentaste alguna miseria? ¿Alguna vez sufriste alguna dificultad?’. Dirá: ‘Por Allah, que no. Nunca experimenté ninguna miseria y nunca sufrí ninguna dificultad’” (Sahih Muslim).





Parte de practicar el Islam es participar en la comunidad de los creyentes en la adoración comunal. Como cualquier comunidad de fe, esta tiene ciertas características, unas buenas y otras malas. El propósito de esta lección es ayudarle en el proceso de adaptación y formar parte de la comunidad musulmana.





En primer lugar, antes de congregarse con musulmanes, tenga en cuenta que el Islam es perfecto, pero los musulmanes no. Son, después de todo, seres humanos. Usted conocerá algunos musulmanes con los que le será fácil llevarse bien y hacerse grandes amigos, mientras que también se topará con otros a los que pueda sentir insensibles u ofensivos. Usted no tiene que hacerse el mejor amigo de cada musulmán que vea, aunque sean piadosos. Los musulmanes difieren unos de otros en su educación, conocimiento y práctica del Islam, sensibilidad cultural y prejuicios sociales. Entre ellos hay santos y criminales, gente sin hogar y millonarios, doctores y taxistas, racistas y drogadictos. Usted aprenderá muchas cosas que el Islam predica, pero verá compañeros musulmanes haciendo lo contrario. No todos los musulmanes son iguales. Ellos son imperfectos, este es un punto simple que vale la pena tener en cuenta. Escoja como amigos a aquellos musulmanes que son piadosos, que siguen activamente los principios de la religión y con los que también es fácil llevarse bien.





Segundo, la mayoría de las mezquitas y comunidades están social y racialmente integradas, pero hay otras que pueden encontrarse en lugares donde ciertos grupos étnicos son mayoría, bien sea que se trate de africanos, indios, pakistaníes, bengalíes, bosnios o árabes. Otras pueden haber sido construidas para suplir las necesidades de una cierta comunidad étnica, o por otras razones más culturales que religiosas. Las mezquitas de los institutos superiores de educación y de las universidades tienden a ser más integradas. Dada la falta de integración entre los variados grupos étnicos, es posible que encuentre que ciertos estereotipos pueden haberse desarrollado entre miembros de varias razas, tales como los blancos, los árabes, los negros, los asiáticos o los latinos. Muchas de estas opiniones estereotipadas se han desarrollado por varias razones, entre ellas la televisión y las películas. Además, los inmigrantes musulmanes provienen de diversas culturas y puede que no entiendan totalmente o que no se relacionen con musulmanes de otros países y, en consecuencia, con nuevos musulmanes.





Tercero, los nuevos musulmanes pueden tener expectativas tanto razonables como irracionales. Algunos acertadamente se quejan de aislamiento social, o falta de calidad en los programas educativos para aquellos que han aceptado recientemente la religión. Algunos, con problemas financieros, esperan inmediatamente ayuda monetaria de la comunidad musulmana, una demanda que es con frecuencia difícil de satisfacer. Es una buena idea encontrar una familia que "adopte" al nuevo musulmán y le ayude a crecer y desarrollar lazos sociales. Intente usted mismo involucrarse en varias actividades sociales, acepte invitaciones e invite a otros igualmente. En las reuniones sociales, esté preparado para repetir la historia de su conversión o reversión con frecuencia. Si le hacen una pregunta inapropiada, simplemente diga que no se siente cómodo discutiendo el tema. Muchos musulmanes no tienen experiencia en el trato hacia los nuevos musulmanes, y entonces pueden carecer de tacto frente a ciertas problemáticas o preguntas.





Cuarto, muchas veces usted recibirá consejo en asuntos de la creencia islámica y de la práctica, tal consejo podría islámicamente correcto o incorrecto... Usted debe comprender que no todo musulmán es experto en la Ley Islámica o en la creencia. Ser árabe no califica automáticamente a la persona para interpretar el Corán. La mayoría de los musulmanes no ha llevado a cabo un estudio formal al respecto y practican el Islam de acuerdo a lo que les fue enseñado en su juventud por los mayores en sus familias. Muchas prácticas de los musulmanes han sido influenciadas a través del tiempo por la cultura y, de hecho, muchas veces están en conflicto con los verdaderos principios de la religión. Algunos musulmanes pueden, sin saberlo, haber sido influenciados por algunas sectas consideradas heréticas o, lo que es mucho peor, algunos pueden atribuirse a ellas. Usted podría sentirse confundido por las múltiples opiniones que tal vez escuche; con el tiempo y algo de conocimiento, usted será capaz de distinguir entre ellas. Se hará la vida más fácil si ignora, por lo menos de momento, el consejo de una persona que falle en proveer alguna evidencia. Todas las creencias y prácticas en el Islam deben ser tomadas del Corán o de una Sunnah confirmada del Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él). También, intente conseguir algunos sitios web reconocidos y gente confiable de conocimiento como referencia. La lectura, la interacción y la oración le ayudarán a aprender, a crecer y a madurar. En pocas palabras, sea precavido con aquellos con buenas intenciones, pero poco conocimiento.





Quinto, no se desanime por musulmanes que sean demasiado agresivos al acercarse a usted. Algunas personas pueden intentar enseñarle todo lo que saben en una hora. De algún modo sienten que es su deber decirle cuál es el principal "haram" (acto prohibido) del que debe deshacerse en su vida. Carecen de sabiduría, paciencia y, posiblemente, de conocimiento. Pero no se desanime; encuentre un "maestro" con el que se sienta cómodo.





Sexto, muchas nuevas hermanas musulmanas solteras pueden sentir una intensa presión para casarse. No cabe duda de que el matrimonio es parte importante de la vida islámica, pero permítase un tiempo para adaptarse a su nueva fe y aprender los modales adecuados de la vida y el matrimonio islámicos. Encontrar un cónyuge compatible y practicante es probable que ayude al nuevo musulmán a aprender y practicar el Islam, ¡pero no hay necesidad de apresurarse con un matrimonio para terminar en un divorcio!





Séptimo, unas palabras sobre la Internet: Tiene algunos buenos sitios, algunos sitios que le pueden ser de utilidad, pero muchos otros sitios que pueden ser dañinos moral, financiera e ideológicamente. Usted puede encontrar excelentes fuentes para aprender el Islam en línea, pero es igual de fácil ser engañado con falsa información. Internet tiene su parte proporcional de pseudoexpertos con mucho tiempo libre a su disposición. Numerosos grupos de correo electrónico y salas de chat sirven a su audiencia con una combinación de información buena y mala. Muchos nuevos musulmanes se sienten tentados por el flirteo cibernético para encontrar cónyuge. La gente reporta rabia y frustración tras tener malas experiencias en línea. El mayor problema para un nuevo musulmán es identificar sitios con credibilidad. El mejor consejo sobre Internet es saber de quién se está obteniendo la información y acercarse con precaución.





La familia es una de las instituciones constitutivas centrales de la sociedad. En el Islam la familia se constituye a través del matrimonio, que es un compromiso legal y no un sacramento en el sentido cristiano, y se lo garantiza con un contrato escrito. El matrimonio se trata de estabilidad, lealtad, seguridad y madurez. La vida marital está marcada por la misericordia, el amor y la compasión, como Allah dice:





“Entre Sus signos está haber creado cónyuges de entre ustedes para que encuentren sosiego, y dispuso entre ustedes amor y misericordia.” (Corán 30:21).





Los sentimientos básicos de la vida familiar y que definen la naturaleza y el significado de esta institución social son el amor, el cuidado cariñoso y la confianza, en los que ambos esposos encuentran confort mutuo:





“Entre Sus signos está haber creado cónyuges de entre ustedes para que encuentren sosiego, y dispuso entre ustedes amor y misericordia. En ello hay signos para quienes reflexionan” (Corán 30:21).





“Ellas son su vestimenta, y ustedes la vestimenta de ellas” (Corán 2:187).





El propósito del matrimonio


1.    La atracción sexual es una emoción humana natural, el Islam no la bloquea ni la desprecia, sino que provee canales para satisfacer la necesidad sexual sin minar la responsabilidad social, y hace esto poniendo al matrimonio como límite para regular la sexualidad.





2.    Una persona sola es muy débil para ir por esta vida en sin compañía. Un compañero de vida, en la forma de un cónyuge, comparte los placeres y las cargas de la vida. El matrimonio provee al individuo el apoyo social que necesita, proporciona un conjunto de relaciones personales e íntimas en el contexto del mundo impersonal y burocratizado de la sociedad moderna.





3.    La familia se trata de continuidad y extensión. Al matrimonio le corresponde criar a la siguiente generación y transmitirle los valores y sabiduría de la generación anterior.





4.    El matrimonio es un medio para la preservación del linaje, el control de la reproducción, y asegura la inserción social de los niños que han nacido dentro de la unidad familiar. El Islam no hace que la madre sea la única responsable de criar a los hijos, sino que hace que el padre sea el primer responsable por ellos. Cada menor debe ser atribuido a su padre biológico para que los linajes no se confundan debido a una conducta sexual caótica en la sociedad. A través del matrimonio, los individuos se unen y reciben la venia de la sociedad y la ley para perpetuar su linaje y sus tradiciones a través de su descendencia.





Matrimonios interreligiosos


La fe es el factor más importante para un musulmán cuando elige a su pareja. La mujer musulmana no tiene permitido casarse con un hombre de otra religión. Los hombres musulmanes pueden casarse con mujeres judías o cristianas bajo ciertas condiciones, pero no tienen permitido casarse con mujeres de otras religiones, sino solo con las que se adhieren a la religión judía o la cristiana. Sin embargo, la castidad es una condición importante, por lo que solo se pueden casar con mujeres que sean vírgenes, divorciadas o viudas. 





La razón de que la permisión de casarse con gente de otras religiones sea solo para los hombres, es proteger la religión de la mujer musulmana. Si un esposo musulmán le exige a su esposa que evite vestirse inapropiadamente o que bese a sus amistades masculinas ―una práctica social aceptable en occidente―, ella puede cumplir con esto sin afectar su práctica religiosa. En cambio, si un esposo cristiano le pidiera a su esposa musulmana que compre alcohol, le sirva cerdo, use ropas reveladoras o bese a sus amigos, eso implicaría desobedecer a Allah y, por lo tanto, sería dañino para su práctica religiosa. Además, a los musulmanes se les recomienda fuertemente no casarse con judías o cristianas en un país el gobierno es no musulmán y los musulmanes son una minoría, ya que si este matrimonio termina en divorcio o el esposo muere, la corte le entregaría la custodia de los hijos a la madre, quien los criaría como no musulmanes.





Derechos maritales


El Islam establece claramente los derechos y responsabilidades de cada cónyuge para mantener la armonía marital. Este hecho es mencionado en el Corán:





“Ellas tienen tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos. Y los hombres tienen un grado superior [de responsabilidad] al de ellas” (Corán 2:228).





En general, los maridos tienen más derechos que las esposas debido a su rol en la familia, así como los padres tienen más derechos que los niños y los líderes más derechos que las masas, etc. El esposo está a cargo del bienestar de la familia.





Sin embargo, el liderazgo debe basarse en la mutua consulta y no debe ser de tipo dictatorial. Refiriéndose a uno de los asuntos de la vida marital ― el destete del niño―, el Corán recomienda la mutua consulta:





“Pero no incurren en falta si ambos [el padre y la madre], de común acuerdo, y tras consultarlo entre ellos, deciden destetar [al niño]” (Corán 2:233).





El Corán anima a los esposos a vivir con cariño y consultarse mutuamente:





“Tengan buen trato y lleguen a un acuerdo de buena manera” (Corán 65:6).





En resumen, los derechos de la esposa sobre su esposo son los siguientes:





(1) El mahr o dote matrimonial entregada por el esposo al momento de casarse.





(2) Mantenerla financieramente, incluyendo la vivienda, alimentación, vestimenta, y gastar en ella de acuerdo a lo socialmente aceptable.





(3) El buen trato y el cariño. 





(4) La satisfacción sexual.





(5) El divorcio: La esposa puede pedir el divorcio cuando su esposo insiste en desobedecer a Allah, o en casos de crueldad, abuso físico, incumplimiento de sus deberes o por cualquier otra razón válida.





Los derechos del esposo sobre la esposa son los siguientes:





(1)  La obediencia. El esposo tiene derecho a ser obedecido por su esposa en lo que él le ordena según lo que es razonable y está dentro de sus posibilidades, siempre que implique la desobediencia a Allah. Un musulmán no debe obedecer a nadie si se trata de cometer un pecado, aunque sea su cónyuge. 





(2)  El esposo tiene derecho a recibir buen trato y cariño.





(3)  La satisfacción sexual.





(4) El divorcio.





Derechos de los niños


El lazo matrimonial ayuda a reforzar la unidad familiar en la cual los niños serán protegidos y criados para convertirse en adultos socialmente productivos. Las familias son el entorno apropiado en el cual los niños son cuidados y educados. Los padres son las personas idóneas para proveer cuidados a largo plazo para sus hijos que dependen de ellos por los imperativos de amor y obligación. La procreación es vista como una bendición de Allah, una "señal" de Su parte que merece nuestra gratitud:





“Dios les ha creado cónyuges de su misma naturaleza, y luego les concede hijos y luego nietos. Dios les ha proveído todo lo bueno y beneficioso. ¿Acaso creen en las falsedades y reniegan de la gracia de Dios?” (Corán 16:72).





Los bienes materiales y los hijos son "encantos" de esta vida:





“Los bienes materiales y los hijos son parte de los encantos de la vida mundanal” (Corán 18:46).





Abraham, el siervo amado de Dios, suplicó a Allah para que le diera hijos:





“¡Oh, Señor mío! Concédeme un hijo justo” (Corán 37:100).





Zacarías rogó:





“Concédeme un hijo” (Corán 19:5).





El Corán nos relata cómo eran las plegarias de los piadosos:





“¡Oh, Señor nuestro! Agrácianos con cónyuges y descendientes que sean un motivo de alegría y tranquilidad para nosotros, y haz que seamos un ejemplo para los que tienen temor [de Dios]” (Corán 25:74).





Por lo tanto, los niños son el producto del matrimonio y criar a los hijos es uno de los objetivos principales del matrimonio musulmán. Los niños tienen algunos derechos sobre sus padres. Primero, el niño debe atribuirse a su padre biológico, un padre no puede negar a su hijo. Segundo, la madre debe amamantar a su hijo; si ella no puede hacerlo, el padre debe buscar una nodriza u otra alternativa, como el uso de una mamadera. Tercero, un niño tiene un derecho sobre su madre y es que ella lo cuide. Ambos padres son responsables por la educación, la formación religiosa y la enseñanza de buenos modales a los hijos. Cuarto, un niño tiene el derecho de ser tratado al igual que a los demás niños, de forma equitativa. Quinto, el niño tiene derecho a recibir un buen nombre.





Fin del matrimonio


El esposo y la esposa deben tratarse mutuamente con cariño y respetar mutuamente sus derechos para reducir los conflictos y sembrar el amor y el afecto en los corazones de ambos. Deben ser pacientes el uno con el otro para preservar su matrimonio:





“Y si algo de ellas les llegara a disgustar [sean tolerantes], puede ser que les desagrade algo en lo que Dios ha puesto un bien para ustedes” (Corán 4:19).





El matrimonio es para toda la vida, no existe el concepto de matrimonio temporal en el Islam. La base de un matrimonio duradero debe ser el afecto y la compatibilidad entre los esposos, y sin ello el matrimonio se hace imposible de sobrellevar. Por esto mismo el Islam anima a ambos esposos a ser cariñosos y flexibles, y tratar de resolver sus diferencias a través del arbitraje familiar. Los matrimonios contemporáneos están siempre al borde de la ruptura por la incompatibilidad de personalidades o por fuerzas sociales que actúan para causar fragilidad. En caso de que fallen todas las medidas para salvar el matrimonio, y el afecto es reemplazado por la animosidad permanente, haciendo que la vida marital sea imposible, entonces el Islam permite la separación como un último recurso. Cada uno de los esposos tiene permitido seguir su propio camino y buscar una mejor y más feliz solución. La separación se puede dar a través del talaq o el jul’.





Talaq es comúnmente conocido como divorcio. El divorcio en el Islam difiere en algunos aspectos del divorcio civil, es de dos tipos: revocable e irrevocable. El divorcio se debe pronunciar una vez después de que la mujer se haya purificado de la menstruación antes de volver a tener relaciones maritales con ella. En este periodo el esposo pronuncia el divorcio diciendo una vez: "Te divorcio". Después de pronunciado el divorcio debe haber un "periodo de espera" (Idda) durante el cual el esposo puede reflexionar sobre su decisión, revocar su divorcio y restablecer su relación marital. La separación momentánea de su compañera de vida puede hacer volver los mejores recuerdos de su matrimonio y hacerlo reconsiderar el divorcio. Si no es así, el arbitraje y conciliación de miembros de ambas familias está prescrito también para resolver la causa del conflicto marital.





“Si temen la ruptura del matrimonio, apelen a un mediador de la familia de él y otro de la familia de ella. Si tienen el deseo íntimo de reconciliarse” (Corán 4:35).





Mientras están aún dentro del periodo de espera, el esposo puede reanudar la relación después de revocar su divorcio; pero después que termina el periodo de espera, él pierde el derecho a revocar el divorcio requiriéndose un nuevo contrato matrimonial, una nueva dote y el consentimiento de la esposa para volver a casarse.





Jul’


Una mujer tiene derecho de pedir el divorcio por mal comportamiento del esposo o el incumplimiento de sus obligaciones económicas y, en un régimen islámico, ella puede recurrir a un juez que tenga potestad para separarlos. Jul’ es la figura legal en la cual una mujer procura divorciarse a cambio de retornar la dote al esposo.





El periodo de espera (Idda)


El Profeta Muhammad (que la misericordia y bendiciones de Allah sean con él) consideraba en todo caso el divorcio como la peor de las soluciones, y que se debía evitar casi siempre. Si uno se divorcia, el proceso se debe realizar durante un tiempo de espera llamado Idda. Esto es para asegurarse que la esposa no está embarazada y para darle al esposo la posibilidad de reconsiderar su decisión, para impedir la posibilidad que un matrimonio se vea destruido por la ira del momento. Idda es el periodo de tres ciclos menstruales que la esposa debe esperar para que el divorcio se haga efectivo. La idda de una viuda es de cuatro meses y diez días.





La Idda y el arbitraje familiar son dos de los métodos que usa la ley islámica para preservar el matrimonio.





La clave para una sociedad islámica prístina comienza con la familia, ya que esta es el núcleo de una sociedad saludable. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) enseñó pasos detallados para criar adecuadamente a una familia que, sin duda, es una gran responsabilidad. Él dijo:





“A quien tenga responsabilidad sobre otros, pero no cumpla con dicha responsabilidad apropiadamente, se le prohibirá la entrada al Yannah (el Paraíso)” (Sahih Muslim).





La crianza de los hijos es, de hecho, una labor inmensa, especialmente en Occidente. ¿Qué debe considerar un padre, cómo debe educar a sus hijos? En este artículo exploraremos algunos consejos prácticos que deberían estar en la mente de todos los padres.





Crear un ambiente hogareño adecuado


Los niños criados en un hogar "feliz" suelen convertirse en mejores musulmanes y más fuertes, adoptan más fácilmente los ideales islámicos y mantienen la cortesía y la etiqueta que deberían ser la norma para todo musulmán.





Para asegurarse de que un hogar es "feliz", los padres deben mantener una ética islámica apropiada. Además, los padres deben comunicarse entre sí de manera clara y abierta. Cuando los niños ven que sus padres se comunican de este modo, y que ninguno de ellos se agita, se enoja o se violenta, esto hace que los niños compartan sus sentimientos y pensamientos, y que se sientan seguros y protegidos. Este paso es absolutamente imprescindible, ya que una de las causas principales de los problemas es la carencia de esto. Si un niño siente que no puede comunicarse con sus padres, buscará atención en otra parte, como en los amigos, que pueden influenciarlo de manera muy negativa. Las adicciones a las drogas, las relaciones prematrimoniales ilícitas y otras cosas peores, pueden ser el resultado.





El siguiente paso que debe darse para garantizar este entorno es amar a los hijos y mostrarles ese amor. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) besó a su nieto Al Husain, en presencia de Al Aqra Bin Habis (que Allah esté complacido con ambos). Al Aqra dijo: “Tengo diez hijos y jamás he besado a ninguno de ellos”. El Profeta le dijo: “A aquel que no muestre misericordia, no se le mostrará misericordia alguna”[1].





Los niños que se sienten amados regresarán la compasión que reciben. Esto es evidente por la forma en que el Profeta trataba a los niños. Un día, mientras el Profeta rezaba, prolongó su prosternación y los compañeros comenzaron a preocuparse. Después de algún tiempo, el Profeta continuó con la oración normalmente. Por supuesto, luego los compañeros le preguntaron al Profeta acerca de la postración prolongada. Le dijeron: “Mensajero de Allah, has prolongado la postración y pensamos que habías recibido revelación o que te había ocurrido algo malo”. Él sonrió y dijo: “Ninguna de las dos cosas, sino que mi nieto subió sobre mi espalda y no quise acortar su disfrute”[2].





Otro paso para un hogar "feliz" es tener a ambos padres igualmente involucrados en la crianza de los hijos. A menudo vemos que uno de los dos se involucra más y el otro se distancia. Un hijo criado con el amor y el afecto de ambos padres prosperará mucho más a nivel mental y psicológico que uno que solo tenga un padre.





Tiempo de estudio


Un hogar sin conocimiento adecuado del Islam es un hogar sin guía ni esperanza. Estudiar el din ayudará a guiar y criar a los niños para que se conviertan en musulmanes rectos. Este "tiempo de estudio" debe incluir enseñanzas del Corán, la Sunnah e historias de los predecesores piadosos.





Si los padres no son muy versados en leer el Corán, pueden registrar a sus hijos en clases de Corán en una mezquita local. Si los padres tienen la suerte de encontrar una, no deben detenerse allí, ese es solo el comienzo. La familia debe esforzarse, en su conjunto y de forma continua, por estudiar el Islam juntos. Debido a la presencia de muchos recursos en la actualidad, esto no debería plantear ningún problema. Hay muchos sitios web (como newmuslims.com) que brindan enseñanzas importantes y fundamentales sobre el Islam de manera fácil y directa.





Es importante que los padres reserven una parte de su tiempo, cada semana, para que la familia se reúna y aprendan juntos, esto ayuda a solidificar la unión familiar. Los niños no sentirán que están "cargados" en el proceso de aprendizaje, ya que los adultos participan con ellos.





Debido a las muchas distracciones de nuestra sociedad, los métodos de enseñanza deben ser interesantes. Los padres deben diversificar y enseñar de manera divertida, ya sea a través del juego, o dando premios a quien tenga mayores logros.





Los padres siempre aspiran a que sus hijos sean mejores que ellos mismos; esta actitud es muy buena, pero no debería llevar a que los padres sean demasiado exigentes. La consistencia es la clave del éxito.





Escuche a sus hijos


En una sociedad occidental es absolutamente imperativo tener una línea de comunicación abierta con sus hijos. Los niños necesitan ser escuchados y comprendidos, y los padres deben escuchar lo que dicen sin llegar a juzgarlos.





Si los niños se sienten seguros para abrirse a sus padres cuando tienen problemas, si se sienten "bienvenidos" para formular preguntas cuando tienen dudas, eso fortalecerá el vínculo entre padres e hijos, y también distanciará las influencias negativas que puedan afectar a los niños en esta etapa crítica del crecimiento.





Muchos padres hablan con sus hijos, pero no los escuchan, dejándolos a su suerte y forzándolos a tomar sus propias decisiones cuando necesitan guía. Mientras más se involucre con sus hijos en casa, menos probabilidades habrá de que ellos se vayan por el camino equivocado, In sha Allah. 





Escuchar a los hijos es una herramienta muy importante a disposición de los padres, que sirve como "control de la realidad" ya que los hijos son un reflejo del comportamiento de sus padres.





Una de las mejores formas de consolidar esta relación entre padres e hijos es a través de la biografía del Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él). Se pueden leer historias antes de dormir y se les puede preguntar a los niños qué les gustó más de la historia. También, se les puede pedir que pongan en práctica en sus propias vidas las lecciones básicas de las historias. Ellos podrán tomar mejores decisiones por sí mismos, abstenerse de las malas acciones, y también podrán expresarse de manera efectiva





Encontrar buena compañía


Parenting2.jpgTener buenos amigos es imprescindible en la construcción de una familia fuerte. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“Una persona será influenciada por sus compañeros, así que uno debe estar atento a quién lo acompaña”[1].





Esto es cierto tanto para los padres como para los hijos. Los niños son fácilmente influenciados por quienes los rodean; si los padres mantienen buenas compañías, ello alentará a los niños a hacer lo mismo. En Occidente esto es absolutamente imperativo, ya que los amigos de uno pueden ser muy antiislámicos en su ideología y su comportamiento, así que los padres deben tener muy en claro que mantener buenas compañías y evitar las malas, ayudará a los hijos a distinguir entre lo que es permitido y lo que no. Ayudará a los niños a entender que, si bien hay personas que beben alcohol o hacen otras cosas ilícitas, estas no son cosas buenas y que existen alternativas lícitas.





Los padres deben ser activos en la elección de los mejores compañeros y amigos para sus hijos. Si los niños quieren llevar a sus amigos a la casa, sería prudente permitírselos, para que los padres puedan ver quiénes son y participar activamente con sus hijos.





Súplicas a Allah


Allah, Glorificado sea, dice:





“… Invóquenme, que responderé [sus súplicas]…” (Corán 40:60).





Pedirle a Allah que les conceda éxito a sus hijos es lo mejor que un padre puede hacer por ellos, la du’a de los padres es aceptada por Allah. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“Tres du’as son aceptadas por Allah, sin lugar dudas: la du’a de aquel que ha sido maltratado, la du’a de aquel que está de viaje, y la du’a de un padre por su hijo”[2].





Hasta aquí hemos discutido los puntos clave que deberían estar en la mente de todo padre. Ahora veremos un paso que es igualmente importante, pero que precede a tener una familia.





Elegir cónyuge


Este es el paso más importante para tener una familia exitosa. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“Elige al mejor cónyuge para comenzar tu familia”[3].





El Profeta fue más allá al explicar quién es el "mejor" cónyuge: una persona religiosa y que posea un buen carácter. Dijo:





“Cuatro son los motivos principales por los que un hombre puede elegir a una mujer para casarse: su riqueza, su linaje (reputación, estatus social), su belleza y su compromiso religioso. Elijan a la de mayor compromiso religioso para que tengan éxito"[4].





De estos dos textos queda claro que un musulmán debe elegir un buen cónyuge, y esto va para hombres y mujeres.





Si se toma una decisión con base solo en asuntos mundanos, esa relación no será fructífera en términos de formar una buena familia.





Tanto el esposo como la esposa deben ver más allá de la etapa inicial del matrimonio, hacia lo que está por venir: la familia. ¿De qué forma el ambiente que se creará a través de ese vínculo matrimonial favorecerá la formación de una buena familia? Esta es una pregunta muy importante que debe ser respondida. En una relación que funcione correctamente, ambos cónyuges trabajan juntos para formar una buena familia musulmana. Es una gran responsabilidad, una que el Profeta indicó claramente a través de sus palabras, cuando dijo:





“Cada uno de ustedes es responsable por quienes tiene a su cuidado. Un líder de una nación es responsable de los que están bajo su cuidado, un hombre es responsable por su familia, una mujer es responsable por aquellos que están bajo su cuidado”[5].





Existen algunos modales básicos que son importantes para ambos cónyuges al comienzo de su relación, y cuando estos son implementados, les aseguran un buen comienzo en su nueva vida. Uno de los modales sobre los que el Profeta nos habló, es que un hombre debería poner su mano en la frente de su novia y decir:





“¡Oh, Allah! Te pido por su bondad y por la bondad que hay dentro de su naturaleza, y busco refugio contigo de su maldad y de la maldad de su naturaleza”[6].





Hay muchos otros modales básicos que tanto el esposo como la esposa deberían aprender y poner en práctica.





Los niños


Después de la etapa crítica de elegir un buen cónyuge, ambos, marido y mujer, deben esforzarse por poner en práctica los modales mencionados en la Sunnah en la conformación de una familia.





El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“De hecho, serás llamado en el Día de la Resurrección por tus nombres y los nombres de tus padres, así que elige (para tus hijos) buenos nombres”[7].





Hoy día, algunos de los nombres que se les dan a los niños son realmente atroces. A veces, los padres eligen nombres que pertenecen a celebridades que no son musulmanas, o buscan en su cultura elegir nombres "únicos" que tienen una raíz cultural.





Los nombres dados a un individuo tienen un efecto profundo en su educación, deben evitarse los nombres que tenga malos significados. El Profeta nos dejó instrucciones claras sobre cómo elegir nombres: Una vez, uno de sus compañeros, Zaid Al Jail, fue renombrado por él como Zaid Al Jair; jail significa "caballos" mientras que Jair significa "bondad". Él también instruyó activamente a sus compañeros que evitaran usar nombres que tuvieran significados extraños. Este consejo es muy importante, en especial con el aumento del problema del acoso en las escuelas; si se elige un buen nombre, esto salvará al niño de esa experiencia negativa.





El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) se dirigió a nosotros diciendo:





“Los nombres más amados por Allah son Abdullah y Abdur-Rahman”[8].





Abdullah significa "siervo de Allah" y Abdur-Rahman significa "siervo del Clemente".   





No olvide estos detalles


Cada etapa de crecimiento que atraviesan los niños debe ser supervisada de cerca por los padres. Se les deben enseñar las habilidades necesarias a medida que progresan, por ejemplo, cuando los niños son más pequeños, se les debe inculcar la etiqueta y los modales adecuados; las historias que se les cuentan a esta edad rara vez se olvidan.





También, se debe instar al niño a memorizar du'a y el Corán. Si se lo educa con estos "detalles", de seguro podrá avanzar en su vida de la manera más sana.



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