Términos árabes:
· Jalifah (plural: julafa’): Califa. Es el jefe religioso musulmán y gobernante civil, considerado sucesor del Profeta Muhammad. Un Califa no es un monarca.
· Rashidun: Aquellos que están bien guiados. Más específicamente, término colectivo para referirse a los primeros cuatro califas.
· Sunnah: La palabra Sunnah tiene varios significados según el área de estudio; sin embargo, el significado que generalmente se le atribuye es: palabras, acciones y aprobaciones del Profeta.
· Kabah: La estructura en forma de cubo ubicada en la ciudad de La Meca. Sirve como un punto focal hacia el cual se orientan los musulmanes durante la oración.
· Ummah: Se refiere a la comunidad musulmana en su conjunto, independientemente del color, raza, idioma o nacionalidad.
RightlyGuidedCaliphsAbuBakr1.jpgAntes de su muerte, el Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) les pidió a sus compañeros que "se aferren firmemente a mi ejemplo (sunnah) y al de los califas bien guiados”[1]. Aquellos conocidos como los califas rectos o califas bien guiados (Al Julafa’ Ar-Rashidun) o los Rashidun fueron los primeros cuatro líderes de la nación islámica después de la muerte del Profeta Muhammad. Sus nombres probablemente resulten familiares, pues eran compañeros cercanos y familiares del Profeta Muhammad. Ellos son Abu Bakr, Omar Ibn Al Jattab, Uzman Ibn Affan y Ali Ibn Abi Talib. Estos hombres fueron conocidos por su rectitud, por su amor fiero y devoción al Islam.
Abu Bakr
El primer califa bien guiado fue Abu Bakr. Gobernó el califato desde 632 hasta 634 E.C. (era común), aproximadamente 27 meses.
El nombre completo de Abu Bakr era Abdullah Ibn Abi Quhafa, pero fue llamado Abu Bakr debido a que le encantaba criar camellos. Nació en lo que llamaríamos una familia acomodada de clase media, y en la edad adulta se estableció como comerciante y mercader exitoso. Era un hombre comunicativo y simpático, con una gran red social. En ese momento, los árabes se preocupaban mucho por la genealogía, y Abu Bakr era experto en ello. Su conocimiento, junto con su personalidad agradable, le permitieron mezclarse fácilmente con la sociedad de La Meca.
De la historia del Islam y la Sunnah aprendemos que Abu Bakr era unos dos años más joven que el Profeta Muhammad y que ambos nacieron en la tribu de Quraish, aunque en diferentes clanes. Deben haberse conocido a lo largo de sus vidas, pero su amistad de por vida se estableció cuando el Profeta Muhammad se casó con su primera esposa Jadiyah y se hicieron vecinos. Compartían muchas cualidades. Ambos eran comerciantes que dirigían todos sus asuntos con honestidad e integridad. Abu Bakr era conocido como As-Siddiq, el veraz. Fue el propio Profeta Muhammad quien le dio este título. Ellos fueron hombres de gran carácter, y sus lazos se hicieron aún más fuertes cuando el Profeta se casó con la hija de Abu Bakr, Aisha (que Allah esté complacido con ella).
La propia Aisha nos dice mucho sobre el carácter de su padre. Una de las historias que contó sobre su padre fue que jamás se postró ante un ídolo. En otras narraciones, el mismo Abu Bakr nos cuenta que, cuando era niño, su padre lo llevó al lugar donde se guardaban los ídolos y lo dejó solo. Él evaluó a esos ídolos y se preguntó qué beneficios daban en realidad. Se los preguntó y, por supuesto, estos no pudieron responderle. Abu Bakr supo instintivamente que las estatuas y los ídolos no merecían adoración. Esto le facilitó creer y abrazar la nueva religión que le presentó su amigo cercano, Muhammad.
Abu Bakr, el primero
· Él fue el primer hombre adulto en abrazar el Islam. Al escuchar al Profeta Muhammad decir que no había nada digno de adoración excepto Allah y que él (Muhammad) era el Mensajero de Allah, Abu Bakr aceptó el Islam de inmediato.
· Fue el primer vocero público del Islam. Cuando había menos de 40 musulmanes, Abu Bakr quiso proclamar el mensaje en público. El Profeta Muhammad se negó, creyendo que eran demasiado pocos para exponerse al riesgo, pero Abu Bakr insistió. El Profeta Muhammad finalmente recibió de Allah la orden de hacer público el mensaje, y él y Abu Bakr se dirigieron a la Kabah, donde Abu Bakr proclamó: “No existe nada ni nadie merecedor de adoración sino solo Allah, y Muhammad es Su siervo y Mensajero”.
· Él fue el primer musulmán en realizar buenas obras. Eso significa que no dudó, sino que aprovechó toda oportunidad para actuar con rectitud. El sobrino del Profeta, Ali Ibn Abi Talib, elogió a Abu Bakr como la primera persona en realizar buenas obras[2]. En el Islam, se nos anima a competir unos con otros en la realización de buenas obras.
· Él fue el primer Califa. Después de la muerte del Profeta Muhammad, los musulmanes estaban de duelo y desordenados; sin embargo, durante esa gran crisis eligieron a Abu Bakr como su líder.
· Él será la primera persona de esta Ummah en entrar al Paraíso. Aprendemos esto sobre Abu Bakr de la Sunnah del Profeta[3]. El Profeta Muhammad dijo: “El ángel Gabriel se me acercó, me tomó de la mano y me mostró la puerta por la que mi Ummah entrará al Paraíso”. Abu Bakr le dijo: “Desearía haber estado contigo para ver esa puerta”, a lo que el Profeta respondió: “Abu Bakr, debes saber que serás el primero de mi Ummah en entrar al Paraíso”[4].
Abu Bakr, el protector
· Tras el advenimiento del Islam, los líderes mecanos emprendieron una campaña de brutalidad que les hizo la vida muy difícil a los nuevos musulmanes, en particular a los débiles y vulnerables, incluyendo a muchos esclavos. La persecución y el abuso fueron diseñados para quebrantar la nueva religión, y podrían haberlo logrado de no haber sido por la fuerza y el coraje de hombres como Abu Bakr. Él era, en esa época, un comerciante rico e influyente, capaz de aliviar el sufrimiento de muchos esclavos comprándoselos a sus amos y liberándolos. Uno de esos esclavos fue Bilal, el hombre que se convirtió en el primero en hacer el llamado a la oración.
Abu Bakr, el protector (continuación)
· RightlyGuidedCaliphsAbuBakr2.jpgLos dos amigos, Abu Bakr y el Profeta Muhammad, se veían todos los días, y cada día su amistad y su comprensión del Islam crecía. Abu Bakr sintió que era su deber proteger al Profeta Muhammad. Un día, mientras rezaba en la Kabah, el Profeta Muhammad fue atacado. Un altercado que comenzó como una burla, se convirtió rápidamente en un abuso físico. Cuando se le informó a Abu Bakr, corrió a la Kabah y se lanzó al centro de la pelea gritando: “¿Matarán a un hombre por decir que Allah es su Señor?”[1]. Los mecanos quedaron aturdidos momentáneamente, pero luego cayeron sobre Abu Bakr y lo golpearon tanto que la sangre fluyó libremente y le enredó el cabello. Aunque golpeado hasta perder la conciencia, la Sunnah nos informa que las primeras palabras de Abu Bakr al despertar fue preguntar con urgencia sobre la condición del Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él).
· En otra ocasión, cuando el Profeta Muhammad estaba rezando en la Kabah, uno de los líderes de La Meca tiró un trozo de tela alrededor de su cuello y comenzó a estrangularlo. Había mucha gente observando, pero nadie tuvo el valor suficiente para detener el hostigamiento, excepto Abu Bakr, que se apresuró y combatió a la persona que atacaba a su querido amigo.
Abu Bakr emigra
· Un día, bajo el calor del sol de mediodía, el Profeta Muhammad visitó la casa de Abu Bakr. Le reveló a su amigo que Allah había dado permiso de dejar La Meca. Aisha narró que su padre lloró al escuchar que iba a ser el compañero del Profeta Muhammad durante el viaje. No lloró por temor, sino por alegría. Abu Bakr se sintió abrumado por la emoción de que él acompañaría y protegería al Mensajero de Allah.
Esa misma noche, el Profeta y Abu Bakr salieron al paisaje nocturno del desierto, y Allah los protegió a ambos con una red de engaños. Abu Bakr y el Profeta Muhammad se dirigieron a Yazrib (más tarde llamada Medina), pero sabían que los mecanos estarían furiosos y los buscarían por todas partes, por lo que se escondieron durante tres noches en una cueva al sur de La Meca. El grupo de búsqueda estuvo tan cerca, que Abu Bakr podía ver la parte superior de sus zapatos. Pero el grupo se quedó fuera de la cueva, no entraron pues Allah los cegó para que no vieran la entrada.
Abu Bakr, el guerrero
· La primera batalla en la que participó la nueva nación musulmana fue la Batalla de Badr. Los hombres se negaron a permitir que el Profeta Muhammad estuviera en el frente, y le construyeron un refugio detrás de las tropas. Fue Abu Bakr quien se ofreció como voluntario para proteger a su Profeta. Nadie más estaba dispuesto a hacerlo, posiblemente porque querían estar en medio de la batalla. Sin embargo, Abu Bakr entendió que la vida del Profeta Muhammad era de la mayor importancia. Mientras el Profeta Muhammad estaba en el refugio, se podía ver a Abu Bakr caminando de un lado a otro, con su espada desenvainada, listo para defender a su compañero. Más adelante en la batalla, el Profeta Muhammad lideró el batallón central y Abu Bakr el flanco derecho.
· En 630 E.C. el Profeta Muhammad decidió dirigir una expedición a Tabuk en la frontera con Siria. Se necesitaba una gran cantidad de ganado y equipo para la expedición, por lo que el Profeta Muhammad invitó a los seguidores a hacer contribuciones y donaciones. En la Sunnah se dice que Abu Bakr entregó toda su riqueza para financiar esta batalla. Cuando el Profeta Muhammad le preguntó cuánto había donado, Abu Bakr le dijo: “He traído todo lo que tenía. He dejado a Allah y a Su Profeta para mí y mi familia”[2].
Abu Bakr, el Califa
· Abu Bakr dirigió a los musulmanes durante la época más intensa y difícil que había enfrentado la Ummah. El Profeta Muhammad había fallecido y varias tribus se rebelaron al negarse a pagar el Zakat. Al mismo tiempo, hubo impostores que reclamaron la profecía y comenzaron a rebelarse. Bajo estas circunstancias, muchos le aconsejaron a Abu Bakr que hiciera concesiones, pero él no estuvo de acuerdo, insistiendo en que no había distinción entre ninguno de los pilares del Islam, en especial comparando el Zakat con la oración. Él insistió en que cualquier concesión erosionaría los cimientos del Islam. Las tribus rebeldes atacaron, pero los musulmanes estaban preparados y su defensa fue liderada con éxito por el propio califa, Abu Bakr. Él también obligó a los falsos aspirantes a la profecía a retractarse de sus reclamos, y la mayoría de ellos se sometieron a la voluntad de Allah al volverse a unir a la Ummah.
Abu Bakr murió en agosto de 634 a la edad de sesenta y tres. Fue enterrado al lado de su querido amigo y líder, el Profeta Muhammad. En su breve califato de veintisiete meses, fortaleció a la Ummah musulmana contra los peligros que amenazaban su existencia.
El amor y la devoción de Abu Bakr por el Profeta Muhammad fueron recordados con cariño incluso después de su muerte. El cuarto califa bien guiado, Ali Ibn Abi Talib, habló durante el funeral de Abu Bakr y emocionó a los dolientes con historias de su valentía. "Lo apoyaste (al Profeta Muhammad) cuando otros lo habían abandonado, y te mantuviste firme para ayudarlo en las desgracias, cuando otros le habían retirado su apoyo. Tenías la voz más baja, pero la distinción más alta. Tu conversación fue muy ejemplar y tu razonamiento el más justo; tu silencio el de mayor duración y tu discurso el más elocuente. Valiente entre los hombres y bien informado sobre los asuntos, tu conducta fue digna.”