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Términos árabes





·       Rakah: Unidad de oración.





·       Surah: Capítulo del Corán.





·       Hadiz (plural: ahadiz): Es un relato o una historia. En el Islam se refiere a un registro narrativo de los dichos y acciones del Profeta Muhammad y sus compañeros.





El Corán consiste de 114 capítulos o suras de diferentes longitudes. La sura Al Fatiha es la primera en el Corán y es recitada en cada rakah de cada oración, ya que el Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él), declaró:





“No hay oración (válida) sin el capítulo de apertura del Libro” (Sahih Al Bujari. Sahih Muslim).





Le fue revelada al Profeta en La Meca. De todos los versículos del Corán, Allah eligió esta sura para que la recitemos en cada oración, por alguna sabiduría divina. Casi todos los musulmanes del mundo entero la han memorizado. Cuando una persona acepta el Islam, lo primero que memoriza es este capítulo de apertura: Al Fatiha. Esto es para que pueda realizar las oraciones prescritas. Su significado debe aprenderse y contemplarse cada vez que ofrecemos la oración ritual. Cuando una persona recita Surah Al Fatiha en su salah, el Señor de los cielos y la Tierra responde a cada aleya (versículo) que pronuncia.





Texto de la sura Al Fatiha


بِسْمِ اللهِ الرَّحْمنِ الرَّحِيمِِ


1. En el nombre de Dios, el Compasivo con toda la creación, el especialmente Misericordioso [con los creyentes].





الْحَمْدُ للّهِ رَبِّ الْعَالَمِينَ


2. Todas las alabanzas son para Dios, Señor de todo cuanto existe, 





الرَّحْمـنِ الرَّحِيمِ


3. el Compasivo, el especialmente Misericordioso [con los creyentes].





مَالِكِ يَوْمِ الدِّينِ


4. Soberano absoluto del Día del Juicio Final.





إِيَّاكَ نَعْبُدُ وإِيَّاكَ نَسْتَعِينُ


5. Solo a Ti te adoramos y solo de Ti imploramos ayuda.





اهدِنَــــا الصِّرَاطَ المُستَقِيمَ


6. ¡Guíanos por el camino recto!





صِرَاطَ الَّذِينَ أَنعَمتَ عَلَيهِمْ غَيرِ المَغضُوبِ عَلَيهِمْ وَلاَ الضَّالِّينَ


7. El camino de los que has colmado con Tus favores, no el de los que cayeron en Tu ira, ni el de los que se extraviaron.





 


Nombres de la sura Al Fatiha y su significado


Esta sura tiene otros nombres como "La Apertura"[1], "la Esencia del Corán"[2], "las siete aleyas repetidas frecuentemente"[3], y "el Recital Glorioso"[4].





De hecho, esta sura contiene la esencia del Corán, sus fundamentos y temas principales. Incorpora, de manera resumida, todos los principios fundamentales establecidos en el Corán: el principio de la Unidad y la Unicidad de Dios, de que Él es el Creador del universo y la fuente de toda gracia que da vida, Aquel ante Quien el ser humano es finalmente responsable, el único poder que puede guiar y ayudar; el principio de la vida después de la muerte y de las consecuencias del comportamiento del hombre; el principio de la guía a través de los portadores del mensaje de Dios y, de ahí, el principio de continuidad de todas las religiones verdaderas (implícito en la alusión a la gente que ha vivido, y errado, en el pasado); y, finalmente, la necesidad de rendirse ante la voluntad del Ser Supremo y, por lo tanto, de adorarlo solo a Él. Es por esta razón que esta sura ha sido formulada como oración, para ser repetida y reflejada constantemente por el creyente.





También se la llama "La Oración", como en el hadiz qudsi[5]:





“He dividido La Oración (es decir, Surah Al Fatiha) en dos partes, una para Mí y otra para Mi siervo, y Mi siervo tendrá lo que pida. Cuando el siervo dice: Todas las alabanzas son para Dios, Señor de todo cuanto existe, Yo digo: ‘Mi siervo Me ha alabado’. Cuando él dice: El Compasivo, el Misericordioso; Yo digo: ‘Mi siervo Me ha exaltado’. Cuando él dice: Soberano absoluto del Día del Juicio Final; Yo digo: ‘Mi siervo Me ha glorificado’ o ‘Mi siervo se ha sometido a Mí’. Cuando él dice: Solo a Ti te adoramos y solo de Ti imploramos ayuda; Yo digo: ‘Esto es entre Mi siervo y Yo, y Mi siervo obtendrá lo que pida’. Cuando él dice: ¡Guíanos por el camino recto! El camino de los que has colmado con Tus favores, no el de los que cayeron en Tu ira, ni el de los que se extraviaron; Yo digo: ‘Esto es para Mi siervo, y Mi siervo tendrá lo que pida’” (Sahih Muslim).





Una razón por la que es llamada "La Oración", es porque esta sura es en parte recuerdo y en parte súplica. "Guíanos por el camino recto" es una súplica por el mejor regalo que uno puede pedirle a Allah: la guía divina.





1.      En el nombre de Allah, el Compasivo con toda la creación, el Misericordioso con los creyentes.


La sura comienza con una invocación del nombre propio de Dios: Allah, iniciando con el nombre sagrado de Dios de acuerdo con la primera revelación de Allah enviada a Su Profeta:





“¡Lee! [¡oh Muhammad!] En el nombre de tu Señor” (Corán 96:1).





Esto se ajusta a la cosmovisión islámica:





“Él es el Primero y el Último, el Manifiesto y el Oculto” (Corán 57:3).





Tres de los nombres de Dios aparecen en esta invocación:





·       Allah.





·       Ar-Rahman (el Compasivo con toda la creación)





·       Ar-Rahim (el Misericordioso con los creyentes)





"Allah" es considerado el nombre personal de Dios, que no es compartido con nadie más. Nadie ha recibido este nombre. No tiene plural en la lengua árabe. No podemos poner este nombre a nuestros hijos.





Tiene tres significados.





Primero, un significado implícito en el nombre "Allah" es que los corazones anhelan lo divino y desean conocerlo, encontrarlo y verlo, y se consuelan al recordarlo; Allah es el único objeto de su adoración y devoción. Los corazones se dirigen hacia Allah hasta que la lengua se mueva para repetir las palabras del Profeta de Dios:





“Te pido el placer de contemplar Tu noble rostro por el deseo de reunirme contigo…”.





Segundo, otro significado contenido en la palabra "Allah" es Su inescrutabilidad inherente. Las mentes no pueden captarlo porque, de hecho, el Señor es misterioso, excepto por lo que Él elige revelarnos de Sí Mismo a través de la escritura, es decir, del Corán, o a través de Su Profeta.





“Ellos nunca podrán comprenderlo con su conocimiento” (Corán 20:110).





Tercero, "Al-lah" es “El Dios”, la deidad que tiene derechos exclusivos de ser adorada. Es por esto que es mencionado en el testimonio de fe, "la ilaha il-la Allah". Hay muchas otras cosas tomadas como deidades, pero son todas falsas:





“Dios es la Verdad, y aquello que [los idólatras] invocan en vez de Él es falso” (Corán 22:62).





En cuanto a los dos epítetos, Ar-Rahman y Ar-Rahim, que son parte de Bismillah, se derivan del sustantivo rahma, que significa “misericordia”, “compasión”, “ternura amorosa” y, de forma más amplia, “gracia”. ¿Cuál es el tono exacto de significado que diferencia los dos términos? Quizás la mejor explicación es que el término Rahman circunscribe la cualidad de la abundante gracia inherente en el inseparable del concepto del Ser de Dios, mientras que Rahim expresa un aspecto de Su actividad. Ambos nombres ayudan a definir la relación divina con la creación… una relación basada en la compasión, la misericordia y la ternura amorosa. El hecho se expresa maravillosamente en el siguiente hadiz qudsi donde Allah dice:





“En efecto, Mi misericordia supera Mi castigo” (Sahih Al Bujari, Sahih Muslim).





En otro hadiz auténtico, el Mensajero de Allah (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“La misericordia de Allah tiene cien partes, y solo una de ellas la envió para ser compartida por los seres humanos, los yinn y todas las especies animales. Con esta parte de misericordia, ellos pueden mostrar afecto y misericordia unos a otros, y con ello, una bestia salvaje puede mostrarles afecto a sus crías. Allah ha reservado las otras noventa y nueve partes para Sus siervos en el Día de la Resurrección” (Sahih Muslim).





Es por esto que una persona nunca debe perder las esperanzas en la misericordia de Allah, sin importar cuán grandes sean sus pecados. Allah, el Exaltado, dice:





“Di: '¡Oh, siervos míos que están sumidos en el pecado [perjudicándose a sí mismos]! No desesperen de la misericordia de Dios. Dios tiene poder para perdonar todos los pecados. Él es el Perdonador, el Misericordioso" (Corán 39:53).





Finalmente, Ar-Rahman es un nombre exclusivo de Allah. No se le puede dar este nombre a nadie ni describirlo por esta característica, a diferencia de Rahim.





2.      Todas las alabanzas son para Dios, Señor de todo cuanto existe.


Al Hamd, traducido como alabanza, consiste, más precisamente, en alabanza y gratitud. "Todas las alabanzas y los agradecimientos son para Allah". La pregunta es: ¿por qué? Así como Allah es alabado por Su perfección, majestad, compasión, amor, grandeza y belleza, Él también es agradecido por todas las bendiciones físicas y espirituales. El corazón de los creyentes salta para alabar a Allah ante la mera mención de Su nombre, porque el corazón debe su existencia al Señor. En todo momento, en cada respiración y con cada latido del corazón, las bendiciones de Dios se multiplican. Toda la creación está sumergida en bendiciones divinas, en especial el ser humano. Toda alabanza Le pertenece a Allah al principio y al final:





“Él es Allah, no hay más divinidad que Él. A Dios pertenecen las alabanzas en esta vida y en la otra” (Corán 28:70).





Aquí también aprendemos otro nombre de Allah: Ar-Rabb (el Señor, el Sustentador). La expresión árabe Ar-Rabb abarca un amplio complejo de significados que no se pueden expresar fácilmente con un solo término de otro idioma. Comprende las ideas de tener el derecho a reclamar la posesión de cualquier cosa y, en consecuencia, tener autoridad sobre ella, así como la idea de criar, sostener y fomentar cualquier cosa desde su inicio hasta su finalización. Se aplica a Allah como el único promotor y sustentador de toda la creación y, por lo tanto, la fuente última de toda autoridad.





Allah es el Señor de los mundos. Para explicarlo, Allah es el Señor de absolutamente todo lo que no es Él, y Él sostiene la existencia en todas sus formas.





3.      El Compasivo, el Misericordioso.


Allah repite Sus nombres de misericordia: Ar-Rahman y Ar-Rahim. En caso de que la gente se sienta intimidada por la descripción de "Señor de los mundos", se le recuerda con cuidado que Él no es como los reyes de este mundo. Allah no es un tirano que muestre control opresivo de coerción sobre Sus súbditos, sino que Él nos cuida con Su tierna misericordia. Cuando estábamos en el vientre de nuestra madre, Ar-Rahman nos cuidó. Cuando necesitábamos comida o bebida, cada vez que en nuestras vidas Lo hemos necesitado y hemos invocado Su nombre, Ar-Rahim ha estado ahí para respondernos.





4.      Soberano absoluto del Día del Juicio Final.


Después de explicarles a Sus siervos por qué debe ser alabado ―Él fomenta y nutre, se ocupa de todas nuestras necesidades―, nos dice que Él es Al Malik, el Soberano y el Rey. Él es Poderoso y tiene la capacidad de llevar a cabo Su voluntad en el reino. Venimos del Dueño, nosotros no poseemos nada, sino que somos Su posesión. Él cambia nuestra atención hacia el Día en que Él será el Único Juez presidiendo, y todos nos pararemos humildemente ante Él. Él juzgará con justicia, así que no olvides que tu regreso es hacia Él. No pienses que todo terminará con la muerte. Recuerda, serás juzgado por el Único Rey conforme a tu conducta terrenal, y nadie más compartirá ese juicio.





5.      Solo a Ti te adoramos y solo de Ti imploramos ayuda.


Esta aleya lleva la esencia del Islam: El Tawhid. Todos los profetas, desde Adán hasta Moisés, Jesús y Muhammad, fueron enviados para transmitir este mensaje central: adorar únicamente a Allah, Quien no tiene hijo ni socio. Este es el significado del primer testimonio de fe: La ilaha il-la Allah. Es el propósito singular de la creación. El Tawhid es salvación y debemos transmitir este mensaje a nuestros amigos y familiares. Ningún ser humano se acerca tanto a Allah como para convertirse en Su asociado y cambiar Sus decisiones. La desviación en este tema es fatal para el bienestar espiritual.





¿Cuál es la "adoración" que Le estamos prometiendo solo a Dios?


Es una palabra amplia que incluye nuestro trato con Allah en la forma de actos rituales devocionales, como las cinco oraciones diarias o el ayuno, así como las relaciones con otros seres humanos, como familiares y amigos. Los actos físicos simples realizados por nuestros miembros, como sonreír, y las emociones intensas como el amor, la esperanza y el temor, también entran en este ámbito. Dios es adorado obedeciendo Sus mandamientos y absteniéndonos de lo que Él ha prohibido. La adoración es toda expresión y acción, aparente y oculta, que Allah ama. De forma sencilla, todo acto que complace a Dios es un acto de adoración en el Islam. Allah tiene derecho a la adoración por parte del cuerpo, el alma y el corazón, y esta es incompleta a menos que se haga por respeto y temor a Allah, el amor y la adoración divinos, la esperanza en la recompensa divina, y la humildad extrema. Darle a alguien más (profetas, ángeles, Jesús, María, ídolos o la naturaleza) una porción de la adoración debida a Allah se llama shirk y es el pecado más grave en el Islam.





La humildad es un ingrediente esencial de la adoración y no hay mejor manera de acercarse al Señor de los mundos que a través de la humildad. Una persona que presuma de su devoción personal, bloquea su propio camino hacia el Señor Todopoderoso. La adoración nos hace más humildes. El Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) ha enseñado a admitir la deficiencia, la fragilidad y la iniquidad frente al Señor Magnífico, al decir:





“¡Oh Allah!, He perjudicado mucho mi propia alma y nadie perdona los pecados excepto Tú, así que concédeme Tu perdón y ten piedad de mí. En verdad, eres el Perdonador, el Misericordioso”.





En otra súplica, él solía decir:





“¡Oh Allah!, Tú eres mi Señor. No existe dios sino solo Tú. Tú me creaste y yo soy Tu siervo, estoy comprometido por Tu pacto y Tu promesa tanto como puedo. Busco refugio en Ti del mal que hago. Regreso a Ti por Tu gracia sobre mí, y regreso a Ti con mis pecados. Así que perdóname, porque nadie perdona los pecados sino solo Tú”.





Necesitamos la ayuda de Allah incluso para adorarlo. Así que Le pedimos que nos ayude. Además, Allah es el Único en Quien se debe buscar ayuda. Esto no significa que no podamos pedirle a alguien que nos ayude a mudarnos a una nueva casa, la "ayuda" en esta aleya significa ayuda sobrenatural. Para que quede más claro, cuando llevas a tu hijo enfermo a una sala de emergencias, solo a Allah debes pedirle que ayude a tu hijo, no a un santo fallecido ni a un ángel guardián.





6.      ¡Guíanos por el camino recto!


Los seres humanos, por naturaleza, carecemos de firmeza. Hoy estamos cerca de Allah y mañana nos distanciamos. En esta súplica, un musulmán Le ruega a Allah que lo mantenga fuerte, que lo guíe por el camino recto. Un musulmán repite esta petición en cada salah (oración ritual). Siempre hay quienes son mejores que nosotros en la escala espiritual. Un musulmán debe esforzarse continuamente para ascender en esta escala y acercarse al Señor Todopoderoso, aumentando la paciencia, los buenos modales y la práctica del Islam. En especial, para alguien nuevo en el Islam, es realmente necesaria esta oración en su viaje. Un musulmán debe aprender y descubrir lo que Dios quiere de él en cada giro de la vida, y llevarlo a cabo con una intención pura.





7.      El camino de los que has colmado con Tus favores, no el de los que cayeron en Tu ira, ni el de los que se extraviaron.


Esta aleya es la continuación de la anterior. Responde a la pregunta: "¿Exactamente a quién debo seguir?". Mis padres, parientes, amigos, compatriotas... ¿a quién?





La respuesta es: a aquellos que fueron tocados por la gracia divina. ¿Quiénes son esos? Son identificados en otro pasaje del Corán:





“Los que obedezcan a Dios y al Mensajero estarán con los bienaventurados: los profetas, los veraces, los que murieron dando testimonio [de su fe] y los justos. ¡Qué excelentes compañeros!” (Corán 4:69).





El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“Los judíos son los que se han ganado la ira de Allah, y los cristianos son los que están extraviados”[1].





Esas son las personas que, sabiendo la verdad, la abandonaron, incluyendo a los judíos[2] y otros. Esto no debe tomarse como una licencia para el antisemitismo.





Primero, la ira de Allah no está limitada a los judíos. Por ejemplo, Allah dice acerca de tomar la vida de un inocente:





“Quien asesine a un creyente con premeditación será condenado a permanecer eternamente en el Infierno, además caerá en la ira de Dios, y recibirá Su maldición y un castigo terrible” [Corán 4:93].





Segundo, la ira divina es para aquellos que no fueron guiados hacia el camino recto, no por falta de conocimiento, sino por sus deseos vanos que les bloquearon el camino recto. Como sabe cualquier estudiante del Antiguo Testamento, los rabinos judíos poseían conocimiento, pero no actuaron en consecuencia y tuvieron gran influencia en alterar la religión mosaica. De forma similar, un erudito musulmán, o para el caso, cualquier musulmán que tenga conocimiento, pero no actúe acorde a ello, también se parece a los judíos en ese aspecto. Parte de ser "guiado" es tener una firme resolución de hacer lo correcto y abandonar lo que está mal. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:





“Un hombre será traído en el Día de la Resurrección y arrojado al Infierno. Sus caderas se derramarán en el fuego y él lo rodeará como un burro alrededor de un molino. Los habitantes del Infierno se reunirán a su alrededor y dirán: '¿Qué es lo que te pasa? ¿No solías imponernos lo que estaba bien y prohibirnos lo que estaba mal?'. Él contestará: 'Yo solía imponerles lo que estaba bien, pero yo no lo practicaba; y solía prohibirles lo que hacían mal, pero luego yo participaba de ello'”[3].





Este hombre tenía conocimiento, sabía lo correcto y lo incorrecto, y además imponía lo que era correcto y prohibía lo que era incorrecto, pero no actuaba según ese conocimiento, por ello se ganó el castigo.





Tercero, ilustraré este punto con un ejemplo. Tomemos algo básico: los Diez Mandamientos son la piedra angular del judaísmo. Respetar el Sabbath es el ritual más importante a observar el en judaísmo, el único instituido en los Diez Mandamientos. Según la propia Biblia, los judíos fueron amenazados, castigados[4], y se ganaron la ira divina[5] por violarlo. En el Islam, el viernes es el día más sagrado de la semana, y en ese día se celebra una oración especial para marcarlo. La santidad del viernes, establecida por Allah, es bien conocida entre los musulmanes. Cambiarlo por otro día, por cualquier razón, sería análogo a los judíos que violan el Sabbath. Sería corromper, a sabiendas, una observancia ritual divinamente establecida.





“… ni el de los que se extraviaron”.





Estas son las personas que abandonan la verdad por ignorancia, como los cristianos y otros. Los cristianos se extravían por ignorancia. Esto no significa que la obstinación no se haya desarrollado posteriormente dentro de ellos después de que algunos superaron la marca de su ignorancia. Esta es la gente que adora, pero sin conocimiento. Un musulmán que adore a Dios con base en la ignorancia, sin la autoridad textual, se asemeja a los cristianos, por así decirlo. Por ejemplo, la adoración en el catolicismo se ofrece incluso a objetos inanimados, como las reliquias de un mártir, la cruz del Cristo, la corona de espinas, o incluso una estatua o una pintura de un santo. Otros cristianos utilizan bandas musicales y cánticos como adoración. Muy por el contrario, Jesús jamás adoró a Dios con música, cantando himnos ni venerando la cruz. Una "imitación" análoga por parte de un musulmán, sin importar qué tan bien intencionada sea, sería usar música y cánticos devocionales como adoración, ya que el Profeta final jamás adoró a Allah de este modo. El Profeta Muhammad expuso claramente cómo se debe adorar a Dios, y no está permitido desviarse de ello en lo más mínimo.





Le pedimos a Allah que nos guíe hacia el camino recto, el camino de los profetas y de sus seguidores justos, y oramos para no seguir los pasos del primer grupo que no actuó según su conocimiento, ni como el segundo grupo que no adquirió el conocimiento.



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