érminos árabes:
· Nuh: El nombre en árabe del Profeta Noé.
El nombre de Noé es familiar para las tres religiones monoteístas prevalentes en el mundo de hoy: el judaísmo, el cristianismo y el Islam. La historia del Profeta Noé en el Islam es muy similar a la que encontramos en la Biblia, sin embargo, en el Corán se encuentran más detalles. Cuando se combina además con las historias contadas en las tradiciones del Profeta Muhammad podemos tener una mejor idea de la vida del Profeta Noé y aprender algunas lecciones importantes que son tan relevantes hoy como lo fueron en aquellos tiempos.
El Profeta Noé vivió en un tiempo muy parecido al nuestro. El pecado y la degradación parecían absorber completamente a la gente. La gente guiada era poca y la gente que seguía la religión de su ancestro Adam era débil y a menudo era oprimida. Suena un poco como la situación que vivimos hoy en día donde aquellos que profesan su creencia son ridiculizados y subestimados, y en cambio cometer pecados es considerado como divertido.
El Profeta Noé era un orador carismático y cautivaba a la gente con historias de la creación y los misterios del universo. Sin embargo, cuando trataba de advertir a la gente sobre un castigo justo, pero aun así terrible, se enojaban y se resentían. Esta fue la primera gente que se desvío de la verdadera religión; cuando el Profeta Noé trataba de advertirles sobre el castigo de Allah, sus palabras llegaban a oídos sordos. A pesar de la vergüenza y la burla, el Profeta Noé continuó por un periodo de 950 años llamando a su gente a que volvieran a la adoración del único Dios verdadero.
Lección 1
No se rinda.
No abandone ni se aleje de sus familiares y amigos por el hecho de su incredulidad, porque solo Allah sabe en qué momento sus palabras o acciones podrían prender el interruptor que les muestre el camino de la salvación.
Todos conocemos la historia del diluvio, fue contada en toda civilización antigua y, como ya lo mencionamos, forma parte de las religiones judía, cristiana e islámica. Allah ordenó al Profeta Noé construir un arca y juzgó a los incrédulos con la inundación. Es una historia que frecuentemente es contada como un cuento para niños, pero tiene muchas enseñanzas y es importante para los adultos. Allah, Glorificado sea, dice:
“Construye el arca bajo Mi observancia y según Mi inspiración, y no Me hables a favor de quienes obraron injustamente, porque estarán entre los que se ahoguen” (Corán 11:37).
Cuando el agua empezó a caer del cielo y fluir de la tierra, pues no era una tormenta ordinaria, Allah ordenó a Noé entrar al arca con su familia, los creyentes y un par de cada tipo de animal, pájaro o insecto conocido. Los incrédulos observaron con escepticismo, aun burlándose y saboteando, pero las palabras se atascaron en sus gargantas cuando el agua comenzó a subir, subir y subir.
Lección 2
No hay poder ni fuerza sino solo en Allah. Él es el Todopoderoso. Si Él decreta algo, nada puede evitar que ocurra.
Mientras que el poder mundanal, la fuerza y el respeto puedan parecer de importancia, la realidad es que somos débiles y necesitados, tenemos muy poco control sobre nuestro mundo y nuestros asuntos palidecen en comparación con poder y majestad de Allah.
La esposa de Noé no estaba con él en el arca, pues nunca creyó en el mensaje que Él predicó por tanto tiempo. Tampoco estuvo con él su hijo mayor, un adorador de ídolos quien prefirió escalar la montaña más alta que pudo encontrar, pero el agua no paraba de subir. El profeta Noé pudo ver como las olas alcanzaban a su hijo, y lo llamó para que entrara en el arca. Pero su hijo rechazó y se ahogó.
“[El arca] navegó con ellos a bordo entre olas altas como montañas. Noé llamó a su hijo que se encontraba en un lugar apartado: '¡Oh, hijito mío! Sube al arca con nosotros y no te cuentes entre los que se niegan a creer'. [Su hijo dijo]: 'Me refugiaré en una montaña que me protegerá de las aguas'. Dijo [Noé]: 'Hoy no habrá nada que pueda protegerlos del mandato de Dios, y solo se salvará aquel a quien Dios le tenga misericordia'; entonces las olas se interpusieron entre ambos, y [su hijo] se contó entre los ahogados” (Corán 11:42-43).
El ejemplo de las interacciones de Noé con su hijo idólatra y su esposa incrédula confirma la lección anterior y añade una tercera lección.
Lección 3
Escogemos lo que queremos creer y cómo queremos actuar.
A pesar de que indudablemente nacemos con una necesidad innata de conectarnos con Allah, nuestra identidad espiritual no es una conclusión inevitable, Todos alcanzamos una edad en la que podemos escoger en qué creer y no importa la religión en la que hayamos nacido. Una vez escogemos, vivimos con las consecuencias de dicha decisión.
En su lecho de muerte, Noé llamó a sus demás hijos a su lado y los aconsejó:
"Ciertamente les daré un consejo de mucho alcance. Les encargo creer que no hay dios sino Allah y que si los siete cielos y las siete tierras fuesen puestos en un lado de la balanza y las palabras "no hay dios sino Allah" fuesen puestas en el otro, esto último pesaría más que lo primero. Les advierto de no asociar a otros con Allah y les advierto en contra de la arrogancia”[1].
La gran mayoría de la gente de Noé rechazó su mensaje, pero el mensaje sobrevivió en los corazones y mentes de los musulmanes hasta hoy. Las palabras de aliento y la esperanza de salvación que Noé dio a sus hijos en su lecho de muerte permanecen como parte del credo musulmán y confirman su actitud en cuanto a Allah. El Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones sean sobre él) también nos dijo que Allah toma un compromiso con los creyentes: que si no adoramos a otro dios sino a Allah, entonces Él no nos negará el Paraíso"[2].