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 damos de comer sólo para agradar a Dios:





Recuerdo que, durante los dos primeros años de nuestra estadía en Lagos, Nigeria, vivimos en aparthotel, esto nos facilitaba la búsqueda de una casa adecuada que estuviera cerca de las escuelas de nuestros hijos.





Por lo general, cada vez que regresaba de un viaje, estaba ansiosa por entregar los regalos sencillos que llevaba para todos los conserjes y los trabajadores, y por compartir con ellos comida y bebidas. En ese entonces, difundir la palabra del Islam (da’wa) no estaba en mi mente en absoluto; mi intención era solo acercarme a Dios dando regalos. Cuando decidimos dejar ese lugar para trasladarnos a la nueva casa, ¡nos sorprendió que todos en el lugar lloraron! El chofer, nos comentó: “Ellos dicen que nunca habían conocido a una familia musulmana de tan buenos modales que contagiaran el espíritu de amor y fraternidad, y que querían recompensarnos”. Después de escuchar las palabras del conductor, llegaron a mi mente dos preguntas: “¿Debería sentirme bien por, realmente, haber llevado felicidad a sus corazones? ¿O debería sentirme triste por la situación en la que se encuentran los musulmanes hoy en día? ¡La condición que dio a los habitantes de ese país, una impresión tan mala sobre los musulmanes en general!





Le dije al conductor que ya habíamos recibido nuestra recompensa, al ver la felicidad de esta gente. En este momento recorde el versículo:





“¡Os damos de comer sólo por amor a Dios: no queremos de vosotros recompensa ni gratitud”[1]





Así que me sentí aliviada.





La misericordia de Dios abarca todas las cosas:





Recuerdo la historia de una profesora de francés. Ella era africana originaria de un país llamado Benín, que se ubica al oeste de Lagos, donde vivíamos. Un día después de clase, le dije que necesitaba una empleada doméstica que pudiera hablar francés, para que me ayudara con el cuidado de mis hijos y con la que yo pudiera practicar el idioma francés. Me sorprendió cuando me respondió: “¡Estoy lista para trabajar para ti!”.





Le dije: “¡Eres mi maestra y tienes todo mi respeto!”.





Ella dijo: “Eres muy amable, pero realmente necesito este trabajo”. “Sabes que vengo de Benín, y aunque está cerca de esta ciudad no puedo ir y venir cada día, y necesito un lugar donde quedarme aquí”. “Limpiaré la casa por la mañana y trabajaré en el centro por la noche. Además, he observado que eres muy amigable a pesar de que lees tu libro sagrado (Corán) que, hasta donde yo sé, nunca habla sobre el amor, ni siquiera sobre el amor del Creador hacia Sus siervos”. “¿Cómo puede amarlos mientras los pone a prueba y restringe su provisión?”





Yo le respondí: “En cuanto al lugar que necesitas para quedarte, eres bienvenida en esta casa, sin costo alguno para ti y sin necesidad de que trabajes para mí”. “Ya tenemos un anexo para los trabajadores y puedes compartir los dormitorios con ellos”. “Con respecto a lo que ha dicho sobre el Corán, ¿alguna vez lo has leído?”





Ella respondió: “No, pero he oído hablar de eso”.





Le dije: “Si lees el Corán, verás lo que se menciona en él, sobre la misericordia y el amor que Dios tiene por sus siervos. Pero el amor de Dios por sus siervos es diferente del amor que los humanos tienen entre sí, porque el amor para ellos es una necesidad que la persona que ama busca y encuentra en el ser amado, pero Dios no necesita a los humanos. Por lo tanto, su amor por nosotros proviene de la generosidad, la bondad y la misericordia. Es la clase de amor que los poderosos ofrecen a los impotentes; el amor que proviene de los que no tienen necesidad para los necesitados, el amor que el Competente y Poderoso regala al desamparado, el amor que el Más Grande da a los humildes, el amor que se entrega con sagacidad y sabiduría”.





Ella preguntó: “¿Cómo es eso?”.





Le respondí: “Si tuvieras la necesidad de llevar a tu hijo al hospital y fuera necesario que se le realizara una cirugía para curarlo, ¿No aceptarías con cariño la incisión del abdomen de tu hijo? ¿No confiarías plenamente en la habilidad del médico, en su conocimiento, su amor por tu bebé y en su cuidado para salvarlo de la enfermedad?”.





Ella respondió con otra pregunta: “¿Cómo es que Él ama sus criaturas y al mismo tiempo limita su libertad y no les permite hacer lo que les gusta hacer?”. “¿Nunca has oído hablar del individualismo? ¿Alguna vez ha oído hablar de este concepto desarrollado?”. “Esto significa que las decisiones del individuo deben basarse en sus propios beneficios y placeres. El individuo es el centro de atención, por lo que los intereses personales del individuo deben estar por encima de los intereses de la nación, así como por encima de los efectos de la sociedad y la religión. Además, no se debe prohibir a las personas la transición de género; deben poder hacer lo que quieran, por ejemplo, vestirse y comportarse en público de la manera que quieran, ya que la calle es para libre para hacer de todo”.





Le pregunte: “¿Permitirías que tus hijos hicieran lo que quisieran porque los amas, pero aun sabiendo que no es bueno para ellos? ¿Permitirías que tu pequeño hijo saltara por la ventana o que jugara con un cable eléctrico?”.





También le dije: “Tu declaración en la que dijiste que la calle es para todo es correcta, pero tu interpretación de ella es incorrecta. Por ejemplo, si vivieras con un grupo de personas en la misma casa, ¿Alguna vez aceptarías que uno de los miembros de la casa orinara en el pasillo, aplicando el mismo concepto de que la casa es para todo? ¿Aceptarías alguna vez vivir en esta casa sin tener reglas que mantengan el orden?”.





“Un individuo que tiene total libertad se convierte en un ser vil, ya que está probado indiscutiblemente que el hombre es incapaz de manejar este tipo de libertad. El individualismo nunca puede reemplazar al colectivismo, independientemente del poder o de la influencia que tenga el individuo. Cada miembro de una comunidad desempeña una actividad especifica que contribuye al desarrollo y el funcionamiento de la sociedad.  Estas actividades interactúan entre sí y nunca pueden ser independientes, como es el caso de los soldados, los médicos, las enfermeras y los jueces. ¿Cómo puede alguno de ellos anteponer sus beneficios e intereses personales sin tomar en cuenta a los demás para lograr su propia felicidad y ser el principal centro de atención?”.





Ella preguntó: “¿Cómo podemos entonces alcanzar la felicidad?”.





Respondí: “La felicidad en el individualismo significa victoria, dominación y posesión de la tecnología para un solo individuo. Pero en el Islam, la verdadera felicidad es tener un corazón contento, un matrimonio exitoso, una casa espaciosa, un buen vecino y un vehículo cómodo, y esto es posible por la interacción y la cooperación que existe entre las personas”.





“A pesar de que la civilización islámica estaba compuesta de una mezcla de diferentes pueblos y tribus, estableció los sistemas de responsabilidad y recompensa, que implicaban deberes y derechos. La persona era castigada por sus delitos, pero en algunos casos, también era recompensada por sus buenas obras. El Islam ha liberado al individuo de sus prejuicios previos y lo ha llevado a encontrar su esencia pura para poder vivir como un ser civil, social y honesto que forma parte de una comunidad, que respeta sus leyes y que valora su propio potencial intelectual junto con su capacidad para convivir en armonía con otras personas. Una nación, que aspira al progreso y se fija grandes objetivos, surge del concepto de tener una identidad única. Todos sus habitantes poseen ideas y capacidades propias, pero la aplicación de estas ideas requiere de trabajo en equipo y, por lo tanto, al mostrarlas, todos ellos están en igualdad de condiciones. Por consiguiente, el Islam ha mostrado la relación perfecta que hay entre el individuo y su sociedad”.





Continué: “El individuo es solamente una pequeña parte de la sociedad y ocupa un lugar específico en cada uno de los estratos que la conforman. Cuando cada habitante cumple con su función adecuadamente se logra tener sociedad pacífica y segura, porque de lo contrario, se perturbaría el equilibrio entre las clases, surgirían conflictos y esto llevaría a tener una sociedad insatisfecha”. “El dinero ya no es el estándar más alto que distingue a una persona, ni tampoco determina el poder o el liderazgo de un país”.





El líder del gobierno islámico no es evaluado por la cantidad de dinero que ha obtenido, sino por el conocimiento, la moral y la justicia que posee, y estas son las cualidades que le han permitido avanzar y lograr una victoria tras otra.





El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo:





“El ejemplo de los creyentes en cuanto al amor mutuo, al afecto, al sentimiento de compañerismo consiste de un solo cuerpo; Cuando le duele alguna extremidad, le duele todo el cuerpo, debido al insomnio y a la fiebre”.[2]





Ella dijo: “La individualidad está directamente relacionada con la homosexualidad, entonces, ¿por qué no te gustan los homosexuales?” “¿Es por sus preferencias?”. Hasta donde yo sé, este es un problema genético natural y debemos respetarlo”.





Le dije: “¿Respetarías la atracción que algunos ladrones sienten hacia el robo? También es una inclinación, pero en ambos casos es una propensión anormal que va en contra el instinto humano y también se considera una agresión contra la naturaleza; debería rectificarse”.





Dios creó al hombre y lo guio por el camino correcto. También le dio libre albedrío para elegir entre el camino de la justicia y el camino del mal.





¿Y le hemos mostrado los dos caminos [del bien y el mal]?[3]





Entonces, encontramos que la homosexualidad rara vez se encuentra en las sociedades que la prohíben, mientras que el porcentaje de homosexuales es alto en el ambiente que permite y fomenta tal comportamiento. El ambiente y las enseñanzas circundantes determinan la probabilidad de que uno sea homosexual.





Dios, gloria a Él, dijo acerca del pueblo del profeta Lot, la paz sea con él:





“Y [recordad] a Lot, cuando dijo a su pueblo: “¿Os entregáis a una abominación que nadie en el mundo ha cometido antes? Veis a los hombres con deseo, en vez de a las mujeres: ¡sois, realmente, una gente desaforada!”. [4]





Este versículo asegura que la homosexualidad no se hereda ni se relaciona con la composición del código genético, muestra que la gente del Profeta Lot fue la primera en idear tal obscenidad. Este fragmento del Corán está sustentado por un eminente estudio científico que manifiesta que la homosexualidad no tiene nada que ver con la genética.





La personalidad de un ser humano cambia constantemente debido a la influencia que el medio que lo rodea ejerce sobre él. Por ejemplo, puede cambiar, por lo que ve en los programas de televisión, por las tecnologías que utiliza, por el gusto por un equipo de fútbol o con las redes sociales que promueven la comunicación y la información casi inmediata desde cualquier parte del mundo.





Hoy en día, un traidor se describe como alguien que argumenta que su deslealtad es justificable. A su vez, un homosexual es considerado como una persona que, aunque sus preferencias son diferentes, disfruta plenamente de los derechos legales que le han permitido participar en debates públicos. Además, tenemos que defenderlo y convivir con él.





En nuestros días, la supremacía la tiene quien es el poseedor de la tecnología. Por lo tanto, si un homosexual tuviera la oportunidad de adquirirla, seguramente utilizaría esta oportunidad para difundir sus convicciones. Esto provocaría un deterioro en la relación del ser humano, con su sociedad y con el Creador.





Por la correlación que existe entre el individualismo y la homosexualidad, el concepto original de la naturaleza humana se disipa y se abandona el concepto de formar una familia tradicional.





Por lo tanto, los occidentales comenzaron a establecer acuerdos para deshacerse del individualismo. La razón detrás de esto es que mantener esta percepción sobre la homosexualidad ciertamente causa la pérdida de los logros alcanzados por el hombre moderno y, de la misma manera, la pérdida del concepto original de la composición de la Familia, es decir, padre, madre e hijos.





Como consecuencia, en la actualidad, los occidentales están experimentando una disminución de su población, lo que ha llevado a ver a los inmigrantes como una opción atractiva.





De hecho, creer en Dios, respetar las leyes divinas que Él creó para nosotros, tener la determinación de seguir Sus instrucciones y evitar las malas acciones, son el camino para lograr la felicidad tanto en la vida terrenal como en el más allá.





Los dones de tu Sustentador no están limitados:





Mi maestra terminó su conversación diciéndome: ¿Cómo es que los países religiosos se desarrollan y los países no religiosos se estancan a pesar de que Dios ama a los religiosos?”.





Le pregunte: “¿El director de una escuela recompensaría a su hijo, que estudia en la misma escuela donde él trabaja y que reprobó el ciclo escolar, con un diploma de aprovechamiento solo porque es su hijo?”. “Sin embargo, el no otorgarle el diploma, no afectaría el hecho de que el director ama a su hijo más que a nadie”. “De hecho, él (el hijo) es quien lleva su nombre y será su único heredero”. “Hay reglas y normas que deben seguirse, y en base a ellas, definimos quién tiene éxito y quién fracasa”.





También le dije: “El universo es como una escuela; tiene sus propias leyes y normas. Los incrédulos han logrado el progreso material y tecnológico porque han aplicado las leyes universales y las normas Divinas para poder establecer sistemas políticos, educativos y pedagógicos solidos de alto nivel. Este progreso materialista es solo para aquellos que aplican las normas Divinas y las leyes universales. Esto prueba que el éxito terrenal no depende del color de la piel.  La “justicia” es uno de los nombres de Dios y la injusticia es uno de los peores actos que Dios advirtió que cometeríamos los humanos. Pero un incrédulo, aun cuando alcance el éxito en esta vida, no recibirá la recompensa del Más Allá, porque ésta es solo para los siervos y amantes de Dios”.





El Mensajero de Dios que la paz sea con él dijo:





“Dios no hace mal a un creyente con una buena acción, ya que recibe una bendición por ello en este mundo y será recompensado por ello en el Más Allá. Pero al incrédulo se le da en el mundo la recompensa por las buenas obras que ha realizado y cuando llega al Más Allá, no hay buenas obras por las que pueda ser recompensado”.[5]





Dios Todopoderoso les da lo que merecen en este mundo considerando lo que tienen de bondad y lo que ejercen de justicia.





Dios, gloria a Él, puede dar la victoria a una nación de incrédulos en lugar de a una nación musulmana como castigo por sus pecados, tal como sucedió en la batalla de Uhud.





“Y, ciertamente, Dios cumplió Su promesa con vosotros cuando, con Su venia, estabais a punto de derrotar a vuestros enemigos, pero entonces os faltó firmeza y fuisteis en contra de la orden [del Profeta], y desobedecisteis cuando Él os había dejado ya entrever la [victoria] que anhelabais. Había entre vosotros quienes deseaban [sólo] esta vida y también había entre vosotros quienes deseaban la Otra Vida: y entonces, para probaros, os impidió derrotar a vuestros enemigos. Ahora ya os ha perdonado: pues Dios honra con Su favor a los creyentes”.[6]





 El Mensajero de Dios dijo:





“Dios Todopoderoso compartió su carácter entre ustedes al dividir la provisión entre ustedes. Dios Todopoderoso otorga riquezas a quienes ama y a quienes no ama. Solo da fe a los que ama”.[7]





Ella respondió: “Bueno, sí creo en Él ahora mismo, ¿Me hará rica y me dará una casa?”.





Le dije: “Si tu propio padre no te hiciera rica ni te diera una casa, ¿negarías su existencia?”.





Dios nos está esperando:





Hay una hermosa historia sobre un grupo de ateos chinos que tenían dudas acerca de la misericordia de Dios. Uno de ellos preguntó: “¿Cómo es que el Creador nos da instintos y luego nos pide que no los usemos? ¿Cómo es que nos da dinero y luego nos pide que lo perdamos dándolo a organizaciones benéficas? ¿Cómo es que nos da tiempo y luego nos pide que lo desperdiciemos en la adoración? ¿No es eso una prueba de su crueldad?”.





Le respondí: “Esto significa que crees en Él, pero te preguntas si Él es misericordioso o no”.





Él dijo: “No, no creo en Él porque es cruel”.





Dije entonces: “Tu suposición de que Él es cruel es, en sí misma, una evidencia de que Él existe”. “Lo siento, pero te estás contradiciendo. Dios está por encima de ser injusto o cruel. Él es el Misericordioso y Compasivo; Su misericordia es absoluta. De cualquier forma, la crueldad que asumes no es una evidencia que niega la existencia de Dios, sino que pone en duda si Él es misericordioso o no”.





También le dije: “Cuando liberas tus instintos, tiendes a ser esclavo de ellos. Sin embargo, Dios quiere que seas una persona razonable y sabía que tengas control sobre ellos. No se trata de restringir tus instintos sino de manejarlos de tal forma que ayuden a mejorar tu comportamiento y enaltecerte a ti mismo”.





Le pregunté: “¿Tienes hijos?”.





Él respondió: “Sí”.





Le dije: “¿Consideras que el obligar a tus hijos a dedicar cada día un tiempo para estudiar, con el propósito de que en el futuro tengan un nivel de educación respetable, aun sabiendo que el deseo de los niños es solo jugar, te convierte en un padre opresivo?”.





Estaba profundamente asombrada al ver al grupo expresar su gran entusiasmo por mi respuesta. Entonces, uno de ellos me preguntó: “¿Qué podemos hacer ahora, considerando que nos hemos alejado tanto de Dios? ¿Nos perdonará si nos acercamos a Él de nuevo? Lo hemos ofendido mucho”.





Le dije: simplemente se ofendieron. Dios el Todopoderoso no nos necesita, pero nosotros lo necesitamos. De todos modos, ¿qué harías si tu hijo desobediente se mantuviera alejado de ti? ¿Lo harías sentir avergonzado? ¿Le pedirías que se dispare?





Él respondió: “Seguiría esperando a que regresara y lo perdonaría si viniera”.





Le dije: “Dios te está esperando ahora”.





Se emocionó y cantó en voz alta repetidas veces: “Dios nos está esperando”. “Entonces todos se unieron para decir al mismo tiempo: Dios nos está esperando”.





El mensajero de Dios, Muhammad, la paz sea con él dijo:





“Dios está más complacido con el arrepentimiento de Su siervo que cualquiera de ustedes que pierde a su bestia cargada en una tierra estéril, que llevaba su comida y bebida; desesperado por encontrarla alguna vez, así que se acerca a un árbol y se tumba a su sombra, habiendo perdido toda esperanza de encontrar a su bestia cargada; luego, mientras está allí así, de repente lo ve de pie cerca de él, por lo que toma sus riendas y debido a su gran alegría dice: ‘¡Oh Dios, tú eres mi esclavo y yo soy tu Señor!’ -, se equivoca debido a su gran alegría”.[8]





También recuerdo una experiencia personal que experimente con un famoso actor indio, que se ha convertido al hinduismo hace poco, y su equipo. Tuvimos una discusión sobre la misericordia de Dios y Su afecto hacia Sus siervos.





Uno de ellos preguntó: “¿Cómo es que Dios a veces se describe a Sí mismo como el Indulgente y el Misericordioso y, en otras ocasiones, se convierte en el Castigador Severo?”.





Respondí: “Dios es indulgente y misericordioso con aquellos cuyos pecados se cometen sin premeditación y solo se deben a su débil carácter humano”. “También perdona los pecados que no tienen la intención de desafiar al Creador (Allah). De hecho, el Todopoderoso destruye al que lo desafía, al que niega Su existencia y también al que lo materializa en forma de ídolo o de animal. Entonces el actor me interrumpió inapropiadamente.





Él dijo: “Estos son problemas menores que a Dios no le importan”.





Le dije: “Si insultas a un animal, nadie puede reclamarte, pero si insultas a tus padres, te recriminarán severamente”.





No mires cuán pequeño es el pecado, mira la grandeza de aquel a quien desobedeciste.





Entonces si me sigues, Dios te amará:





Una de las experiencias más difíciles que he tenido, sucedió con una mujer y su hermano, que eran sudafricanos cristianos, y la esposa de él que era una tailandesa budista. Los sudafricanos eran blancos y notablemente altos y gruesos, mientras que la tailandesa era bajita y delgada. Al principio estaba confundida por las diferencias tan evidentes de la estructura corporal y las creencias de los visitantes.





Se suponía que debía comenzar mi conversación con ellos con una breve presentación sobre el Islam y sin embargo, la mujer sudafricana me sorprendió cuando empezó a hablar sin parar; apenas dándome la oportunidad de pronunciar una palabra. Ella continuaba diciendo: “”Dios es amor. Dios te ama. Dios murió por ti “.





Luego me levanté y le dije: “Está bien. Estoy lista para abrazar el cristianismo si respondes a mis preguntas. La visitante se animó y fue a traer a su cuñada para que escuchara nuestra conversación; ella estaba en otra área de la mezquita tomando fotografías. Comprendí que la dama sudafricana había estado tratando de convencer a su cuñada budista de que se convirtiera al cristianismo desde hace mucho tiempo, y pensó que, si yo aceptaba convertirme al cristianismo, sería un motivo suficiente para que su cuñada hiciera lo mismo.





La visitante, en presencia de su cuñada, me dijo: “Bueno, estoy lista, dime tus preguntas”.                 





Le dije: “Mencionaste que Dios me ama y que murió por mí para perdonar mis pecados”.





Ella dijo: “Sí, eso es correcto”.





Yo pregunté:





“¿El amor que le tengo a mi hijo me llevaría a quitarme la vida para que, con este sacrificio mío, él logre el perdón de sus pecados?”.


“¿Es Dios, a pesar de todo el amor que siente por mí, incapaz de perdonarme si me arrepiento y me vuelvo a Él?”.


“¿Puede el amor que Dios tiene por mí permitir que Él me castigue y yo pague por un pecado que ha cometido otra persona (el pecado de Adán) y luego concederme la salvación solo por creer en la muerte de una persona en la cruz y no por mis propias buenas acciones?”.


“¿Fue Dios, a pesar de todo su amor por Jesús, incapaz de librarlo del calvario y la crucifixión?”.


“¿Cómo es posible que se diga que Dios muere cuando sabemos que Él vive eternamente y en tu credo se afirma que no muere? ¿No es esto una contradicción?”.


“De acuerdo a tus creencias, cuando Dios murió durante tres días, ¿Quién se estaba haciendo cargo del universo en Su supuesta ausencia? ¿Quién suministró las provisiones? ¿Quién concedió la vida y causó la muerte? ¿Quién lo resucitó?”.


Dios es Omnipotente, ¿Está de acuerdo Su Majestad en estar clavado a una viga de madera? ¿Ser torturado hasta la muerte y que se le considere como un ser despreciable, de acuerdo a lo que se afirma en su libro?”.[9]


¿En qué capítulo de sus escrituras dijo Jesús que él es Dios?”.


Cuando Jesús lloró y oró a Dios pidiendo ayuda cuando querían crucificarlo, ¿Suplicó a sí mismo?”.


Exaltado sea Dios. Dios Todopoderoso con su gran sublimidad está muy por encima de lo que se dice.               





Mientras hacía mis preguntas, noté su confusión, inquietud y las miradas furtivas hacia su cuñada, y sentí que se preocupó por el impacto que mi charla estaba provocando sobre su cuñada. Entonces me dijo que tiene prisa, y sin responder a ninguna de mis preguntas me dijo: “Me gustó tanto tu vestido, y sin más, me abrazó tan fuerte que me asusté”. “Después tomó a su cuñada de la mano y salieron de la mezquita de inmediato”.





También recuerdo haber enfrentado una situación similar con un cristiano francés devoto.





Me dijo: “Dios te ama, murió por ti”.





Le pregunté: “¿Quién te dijo eso? ¿Dios mismo o Jesús?”.





Él respondió: “San Pablo lo hizo. Era un hombre inteligente y educado. Su nivel educativo era el mismo que el de una persona que tiene tres doctorados en nuestro tiempo”.





Dije: “¿Cuál es la relación entre el nivel educativo de Pablo y la Revelación Divina?”.





Me respondió: “Pablo tuvo una visión en donde alguien le decía que Dios Todopoderoso murió por nosotros”.





Le dije: “La Revelación Divina proviene de Dios, incluyendo la revelación que desciende con los Mensajes Divinos. Pero, por otro lado, existe la revelación diabólica que llega en forma de sueños a los humanos”. Se río de mi respuesta.





Proseguí: “El conocimiento es el producto de experiencias creativas que están sujetas al error y a la corrección. Incluye logros científicos y la inspiración o literaria, y no tiene nada que ver con la Revelación Divina”.





Finalmente le dije: “No tengo mucha información al respecto, pero me sorprende mucho que una persona se aleje del verdadero mensaje del Mesías que es una Revelación Divina, y se deje llevar por una visión. Esto es totalmente insensato y por todos los medios se opone tanto al instinto natural como al razonamiento, para una persona que nunca conoció al Mesías durante su vida, como Pablo, ¡y eso es solo porque era educado! Pablo fue uno de los peores enemigos del Mesías que trató de destruir su religión, de matarlo y de atormentar a sus seguidores.





Continué: “Yo, que soy una persona que ama al Mesías, tengo que creer en su mensaje”.





El Mesías dijo: “Dios es un Dios[10] único”. 





Pablo dijo: “Tres personas constituyen al único Dios.”[11]





El Mesías dijo: “Subo a mi Padre, y a vuestro Padre, a mi Dios, y a vuestro Dios.”[12]





Pablo dijo: “El Mesías es el unigénito hijo de Dios.”[13]





El Mesías dijo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo”.[14]





Pablo dijo: “Jesús es omnipotente.”[15]





El Mesías dijo: “Mi Padre es superior a mí.”[16]





Pablo dijo: “Para que Dios sea glorificado en todas las cosas por medio de Jesucristo”.[17]





Entonces, por favor, dime, “¿En quién creeré ahora en el Mesías o en Pablo?”.





El visitante francés dijo: “¡¡Usted sabe todo eso y afirmó que no tiene información!!” “¿Me permitirías tomar algunas fotos antes de marcharme?, porque tengo que asistir a una cita importante”.





Le dije: “¡Por favor, adelante!”.





¿Por qué iba Dios a castigaros si sois agradecidos?





Existe la historia más maravillosa que he presenciado en mi vida, que trata sobre un estadounidense y un japonés. Estaba tan agotada después de un día ajetreado. Me habían informado que dos visitantes, un estadounidense y un japonés, me estaban esperando. Dudé que fueran amigos, pero luego me sorprendió el saber que no se conocían. Se conocieron en la sala de espera del centro. Los invité a entrar. A pesar de mi cansancio, aprobé la visita.





El estadounidense hacia preguntas constantemente, una tras otra. El japonés hablaba inglés con fluidez, pero solo escuchaba con atención y no nos interrumpió. Sin embargo, el estadounidense no dejaba de hacer preguntas, lo que me pareció extraño, y me hizo pensar que realmente quería atacar el Islam y tampoco pareció beneficiarse con la información. Durante las tres horas que duró la visita, me hizo muchas preguntas.





De repente me comento que quería, en ese momento, aprender y memorizar el capítulo número (1) del Corán (la Apertura), y lo memorizó. También, quiso aprender el capítulo número (112) (Sinceridad) y la oración, todo durante su visita. Eso le llevó alrededor de tres horas. Aunque yo estaba exhausta, Dios me dio paciencia. Por las preguntas que me hizo, me di cuenta de que el estadounidense era ateo y que no tenía religión. Cabe señalar que los cristianos no atacan a Dios.





Una de las preguntas que hizo fue: “¿Por qué Dios no admite la versión de que Jesús es Su hijo? ¿Tiene celos de él?”.





Le respondí: “Por ejemplo, si yo presento a la comunidad el cartero, que me entrega la correspondencia que tú frecuentemente me envías y con el que no tienes parentesco alguno, como tu hijo, ¿Lo aceptarías?”.





Él dijo: “No”.





Dije: “¿Es porque te sientes celoso de él?”.





Dijo: “No, simplemente porque no es mi hijo”.





Dije: “Entonces, aceptas algo que se atribuye a tu Creador pero que tu no lo aceptas para ti mismo”.





Preguntó: “¿Por qué Dios castiga con el fuego del infierno?”.





Le pregunte: “¿Esperas que Dios deje entrar al Paraíso a los que obran mal, como aquellos que torturaron niños con armas químicas?





Continué: O como aquel que repudió, humilló y echó a la calle a sus padres sin compasión alguna. ¿Qué te sientes por este hombre?





Dijo: “Siento una ira enorme”.





Le dije: “Si te dijera que yo lo dejaría entrar en mi casa, lo alimentaría, y lo alabaría por esta acción reprobable, ¿Valorarías mi proceder? ¿Lo aceptarías?”.





Él respondió: “No”.





Lo cuestioné: “¿Cómo esperas que Dios reaccione ante el individuo que niega la existencia de su Creador y no cree en Él?”.





Quien está siendo castigado en el Infierno se encuentra en el lugar adecuado para él, es como haberlo regresado a su punto de origen. El fuego eterno es la sentencia justa para todo aquel que ha desdeñado la paz mientras estaba en la Tierra.  





Incluso, si estos seres fueran enviados de regreso a la vida terrenal, incurrirían de nuevo en lo prohibido.





Esto significa que su pecado no está limitado por el tiempo, sino que es un atributo eterno.





El día en que Dios los resucite por completo, le harán juramentos y le dirán mentiras, así como lo hicieron con sus semejantes cuando estaban vivos, pensando que están con alguien igual a ellos. Se enfrentan a Dios con juramentos falsos en el Día del Juicio.





“Pero los que niegan Nuestros versos y son arrogantes ante ellos, esos son los compañeros del Fuego; permanecerán en él eternamente”.





El mal proviene de personas envidiosas y celosas. Por ende, el fuego es la justa recompensa que hace frente a su naturaleza malvada.





El atributo de justicia de Dios, lo hace parecer que es vengativo y misericordioso al mismo tiempo, dependiendo del concepto que se tiene en cada religión. Por ejemplo, en el Cristianismo Dios es solo amor y en el Judaísmo, es rabia. En el Islam, Él es Justo y Misericordioso, y posee todos los nombres ideales, que son cualidades de belleza y gracia.





Agregué: “Prácticamente, en la vida, usamos el fuego para aislar las impurezas de una sustancia purificada como la plata y el oro. Por esta razón, Dios el Todopoderoso, el Ideal, usa el Infierno para purificar a Sus siervos de los pecados y males, y finalmente, aquellos que tienen un átomo de fe son liberados de él (el Infierno) por la Misericordia de Dios”.





Dijo: “Quiero ver una manifestación tangible que pruebe la existencia de Dios”.





Le dije: “Estás pidiendo la prueba más débil. Vemos el arco iris y el espejismo, y creemos que existen, ¡pero no son tangibles! Además, creemos en la existencia de la ley de la gravedad sin verla porque la ciencia lo ha demostrado.





“Ninguna visión humana puede abarcarle, mientras que Él abarca toda visión humana: pues Él es inescrutable, consciente de todo”. [18]





“Simplemente, pensar que tienes la capacidad de percibir la totalidad del poder de Dios, es un síntoma de tu ignorancia. Por ejemplo, el coche puede llevarte hasta la orilla del mar, pero no puedes sumergirte al agua con él.  También, si se te preguntara cuantos litros de agua hay en el océano y respondes cualquier número, se te considerará como un ignorante. Si respondieras diciendo: “No sé”, serías un omnisciente. El único camino para conocer a Dios son Sus señales en el mundo y Sus versículos en Su libro, El Corán”.





Preguntó: “¿Por qué no crees que hay otros dioses que suministran provisiones y curan enfermedades?”.





Respondí con una pregunta: “¿Alguien más que Dios ha proclamado ser el sustentador o el sanador para que, de alguna manera, podamos corroborar la validez o invalidez de sus afirmaciones?





Incluso puedes observar que todas las personas se dirigen a una única Verdad y suplican a un único Dios cuando enfrentan problemas. La ciencia ha demostrado que todo el universo está constituido de materia, y también ha probado el sistema de creación del universo, mediante el estudio de los aspectos y fenómenos universales, así como de la similitud y simetría en el universo.





Por ejemplo, en las familias, cuando el padre y la madre discuten y toman una decisión que afecte su vida familiar, pueden perder a sus hijos y destruir su futuro. Entonces, ¿te imaginas lo que sucedería si dos o más dioses controlaran el universo?”.





“Si hubieran existido en el cielo o en la tierra otras deidades, además de Dios, sin duda ambos [reinos] habrían caído en el caos. Pero ¡Dios es infinito en Su gloria, entronizado en Su omnipotencia [muy] por encima de cuanto los hombres puedan ser capaces de definirlo! “. [19]





Preguntó: “¿Puede ese Creador resucitar un cadáver aquí ante mis ojos?”





Le respondí: “Sorprendentemente, ustedes los ateos repiten las mismas preguntas como si todos se hubieran puesto de acuerdo previamente, aunque creo que están seguros de que éstas son irracionales e ilógicas”.





Agregué: “Si Dios da vida a los muertos ante tus ojos, de cualquier manera, no te convencerás, tal como sucedió en la historia de Moisés la paz sea con él, y como en los milagros de los otros profetas que concedieron a su pueblo”. “¡Su gente solo los acusaba de que eran magos!”





“[Pero] así es: Jamás vino un enviado a los que vivieron antes que ellos que no dijeran: “¡[¡Es] un hechicero, o un loco!” ¿Es que se han legado unos a otros esta [forma de pensar] ?¡No, –son gente de una arrogancia desmedida![20]”.





“Y aún si les enviáramos ángeles y les hablaran los muertos, y [aún si] reuniéramos ante ellos, cara a cara, todas las cosas [que pueden demostrar la verdad], no creerían a no ser que Dios así lo decretara. Pero la mayoría de ellos ignora [esto] completamente [21]”.





El estadounidense agregó: “¿Cómo es posible que el Creador castigue a sus siervos con torturas sin fin por algunos pecados que cometieron en un corto período de vida?”.





Le dije: “En la mayoría de los delitos graves se obtiene un veredicto de cadena perpetua. Entonces, ¿Hay alguien que argumente que esta condena es injusta solo porque el criminal cometió su crimen en pocos minutos? ¿Es injusta una sentencia de diez años porque el delincuente saqueó dinero durante solo un año? De ahí que las sanciones legales no estén relacionadas con la cantidad de tiempo en la que se perpetró el delito, sino que, dependen de la magnitud y la crueldad del crimen.





Luego preguntó: ¿Por qué Dios (Allah) nos advierte repetidamente sobre la existencia del infierno? ¿No indica eso su crueldad y su odio hacia nosotros?”.





Le contesté: “Cada vez que mis hijos viajan o van a trabajar les recuerdo que tienen que cuidarse durante el trayecto su oficina o de regreso a la casa, ¿Me considerarías una madre dura por preocuparme por el bienestar de mis hijos? Si tu respuesta es sí entonces estás convirtiendo la misericordia en dureza y entonces, las señales de alerta y las advertencias de Dios (Allah) que envía a sus adoradores significarían una muestra de su crueldad hacia ellos. Él los guía hacia el camino de la salvación y les prometió cambiar sus malas acciones por buenas cuando busquen el perdón”.





“…. a quien haya creído en Dios y haya obrado con rectitud, Él le borrará sus malas acciones, y le hará entrar en jardines por los que corren arroyos, en los que morará más allá del cómputo del tiempo: ¡ese será un magnífico triunfo! [22]”.





De hecho, Dios es el Misericordioso:





El americano continuó diciendo: “Entonces, ¿por qué Dios le ordenó a Abraham que matara a su hijo, no es eso crueldad?”.





Le respondí: “¿Dios te ordenó hacer esto? Si existiera una persona que afirma ser la persona más inteligente del mundo, debería ser sometida a las pruebas más duras para probar que su afirmación es correcta. Abraham la paz sea con él, fue un Profeta y Mensajero que recibió la revelación de Dios, y declaró que su amor por Dios estaba por encima de su amor por cualquier otra cosa, por lo que Dios lo probó para demostrar el amor que el Profeta Abraham afirmó tenerle. Ten en cuenta que ese hecho sucedió en la época de Abraham cuando era común la costumbre de que los padres ofrecieran la vida de sus hijos como sacrificio a Dios. Por eso, Dios se propuso acabar con ese viejo hábito y reemplazarlo con sacrificar animales en lugar de humanos.





Él preguntó: ¿Por qué Dios repetidamente menciona en el Corán que ama a los creyentes piadosos pero que no le agradan los incrédulos? ¿No son todos Sus siervos?”.





Le dije: “Dios guía a todos Sus siervos por el camino de la salvación, y enfatiza su desaprobación a la incredulidad de Sus siervos. A Dios no le gusta el comportamiento erróneo que, como resultado de su incredulidad y actos de corrupción en la Tierra,  el humano ha adoptado ante Él”.





“Si sois ingratos –ciertamente, Dios no necesita de vosotros; aun así, no aprueba la ingratitud en Sus siervos: pero, si os mostráis agradecidos, Le agrada por vosotros. Y nadie habrá de cargar con la carga de otro. En su momento, habréis de retornar todos a vuestro Sustentador, y entonces Él os hará entender [realmente] todo lo que hacíais [en vida]: pues, en verdad, Él conoce bien lo que hay en los corazones [de los hombres]”. [23]





Agregué: “Si escucharas a un padre decir repetidamente a sus hijos: “Estoy orgulloso de todos ustedes chicos, no importa si roban, asesinan o son corruptos, para mí ustedes son como cualquier otro hijo piadoso y devoto”. “¿Qué opinarías de él?”. Simplemente, la opinión más adecuada sobre el padre es que actúa como un diablo que insta a sus hijos a cometer malas acciones”.





Él preguntó: “Pero ¿por qué Dios nos recuerda constantemente en el Corán que él es quien nos ha dado las bendiciones que tenemos, cuando esas bendiciones no son nada en comparación con lo que él realmente posee? ¿Qué tiene esto de especial?”.





Respondí: “Dios menciona las bendiciones que nos concede para protegernos de nosotros mismos; de lo contrario, mostraríamos nuestra gratitud a alguien más que a él. De hecho, los humanos si no veneráramos a Dios, adoraríamos a otra persona. Por ejemplo, cuando obtengo ganancias, o cuando siento la euforia del éxito y me siento orgulloso de mis logros, me agradezco a mí mismo sin querer. Es como si atribuyera mis logros a mis propias habilidades que me fueron otorgadas por Dios”.





En ese mismo momento, abrí el Corán para leer el versículo que dice: “Y mi éxito no es sino a través de Dios”, para reafirmar lo que acababa de explicarle, dando gracias a Dios.





Agregué: “Si alguien te diera un regalo, ¿te sentirías feliz por el regalo en sí o por que representa el amor de esa persona por ti?”





De hecho, la grandeza del regalo proviene de su fuente/de quien lo da. Si te diera 100 dinares y el rey te regalara un dinar, estarías más feliz por el dinar que el rey te dio que por los 100 dinares que yo te di, y difundirías la noticia en las redes sociales.





El japonés escuchó sin interferir durante las tres horas.





El estadounidense volvió a preguntar: “¿No se considera una dureza cuando Dios (Allah) nos da cuenta de las cosas que originalmente escribió para nosotros?”





Le respondí: “Les daré un ejemplo. Supongamos que quieres comprar algo en la tienda y decides enviar específicamente a tu primer hijo a comprarlo. Definitivamente es porque previamente sabes que tu primer hijo es sabio, que inmediatamente irá y comprará exactamente lo que tú quieres, al mismo tiempo piensas que si enviaras a tu hijo más pequeño se quedaría a jugar con sus amigos y podría perder el dinero. Tu decisión sobre cuál de tus dos hijos enviar, se basó en esta suposición”.





Continué: “La predestinación no se contradice con la libertad de elección, ya que Dios nos predestina en base a Su completo conocimiento de cuáles serán nuestras elecciones e intenciones”.





Nuestras obras son conocidas de antemano por Dios y las tiene en Su Registro, pero no se nos imponen contra de nuestra voluntad. Solo están predeterminadas en Su Presciencia. De la misma manera podemos prever, conociendo los caracteres de nuestros hijos, que tomarán una decisión equivocada antes de que realmente la tomen. No les imponemos una elección en contra de su voluntad, aunque es posible que esperáramos que escogieran la opción que nosotros esperábamos. Dios ordena las intenciones a los hombres, pero, si sus corazones malos, el hombre llegará al mal; si son buenos, bueno será su destino.





También le dije: “El hombre, haciendo uso de su libertad, puede actuar en contra de lo que satisface a Dios, pero no puede hacer nada en contra de Su Voluntad. Dios nos concedió la libertad de poder transgredir sus deseos, pero no le dio a nadie la libertad de ir contra Su Voluntad”.





Él dijo: “Entonces, ¿por qué Dios permite el incumplimiento de sus órdenes?”.





Le dije: “A veces mi hijo, por ejemplo, insiste en tocar el fuego y yo le digo que no lo toque, pero en cierto punto, cuando se pone necio, dejo que lo toque para que experimente y aprenda. Sé por la personalidad de mi hijo que no entenderá a menos que lo intente. Dios es el Omnisciente. Él conoce la naturaleza de sus criaturas y sabe que no aprenderán la lección a menos que lo intenten. De ahí que, Dios permite que las personas, de acuerdo a su condición, experimenten situaciones simples o difíciles.  Puesto que nadie volverá a Dios sin haber pasado por estas pruebas y aflicciones. Por supuesto, esto se basa en el conocimiento de Dios.





Preguntó: “¿Por qué Dios nos obliga a creer?”.





Le respondí: “¿Dios te ha obligado a creer en él?”. “Aquí estás parado frente a mí diciendo que no crees en Él. Nuestra experiencia y la libertad que tenemos confirman que es imposible obligar al corazón a aceptar algo que no quiere. Podemos obligar a alguien mediante amenazas a quedarse con nosotros, pero de ninguna manera podemos forzarlo a que nos ame. Dios ha protegido nuestros corazones de toda forma de compulsión y coacción. Por eso Dios juzga según lo que hay en el corazón y recompensa según la intención, esto no es visible para nadie más que para Él”.





Hubo una sorpresa al final de la visita; el estadounidense me comentó que tomaría unas fotografías dentro de la mezquita. Mientras tanto, el japonés se me acercó y me dijo: “¡Me gusta esta religión, qué gran religión es! Quiero abrazar esta religión”.





Fue una sorpresa realmente inesperada para mí, porque él no mostró ninguna reacción durante el tiempo que duro la conversación anterior. ¡Estuvo escuchando durante toda la visita! El japones testificó frente al estadounidense que no hay más dios que Dios y que Mahoma es el Mensajero de Dios. El estadounidense lo felicitó y el japones me pidió más detalles sobre la práctica de esta religión. Le di el número de teléfono del Centro Islámico de Tokio y me prometió que seguiría por ese camino.





Dios los sustituirá por otros a quienes amará y ellos Lo amarán:





“Los que llevan [en sí el conocimiento de] el trono de la omnipotencia [de Dios], y también todos los que están cerca de él, proclaman la infinita gloria y alabanza de su Sustentador, y tienen fe en Él, y piden perdón por todos los [demás] que han llegado a creer: “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Tú abarcas todas las cosas en [Tu] misericordia y conocimiento: perdona, pues, sus pecados a aquellos que se arrepienten y siguen Tu camino, ¡y líbrales del castigo del fuego abrasador! [24]”.





Dios manifiesta Su amor y misericordia a sus siervos al crearlos, honrarlos y guiarlos por el camino correcto.





Y ciertamente, [Oh gentes,] os hemos asignado una [excelente] posición en la tierra y os hemos puesto medios de subsistencia en ella: sin embargo, ¡que raras veces sois agradecidos! (10) Y, ciertamente, os hemos creado y luego os dimos forma; y luego dijimos a los ángeles: “¡Postraos ante Adán!” –y se postraron [todos] excepto Iblis (diablo), que no fue de los que se postraron. [25]





Uno de los mejores detalles del Corán es que Dios expresó Su amor a Sus siervos antes de mencionar el amor de los siervos hacía él, y eso se debe a Su gran sutileza y Su inmensa misericordia con ellos.





“…Dios hará surgir [en vuestro lugar] a una gente a la que Él ama y que Le aman…”.  [26]





Además, uno de los aspectos sutiles del noble Corán es que la misericordia de Dios se manifiesta incluso cuando los seres humanos padecen los sufrimientos que conllevan las pruebas”.





“¿Voy acaso a adorar [otras] deidades en vez de a Él [cuando,] si el Más Misericordioso dispusiera para mí algún daño, su intercesión no me serviría de nada, ni podrían salvarme?”. [27]





Si “el más Misericordioso” ocasionara en mí algún daño, éste invariablemente me llevaría a tener la misericordia y bondad de Dios. Por ende, lo que parecía ser dañino, de hecho, resulta ser benéfico para el creyente porque “el Misericordioso” solo emana misericordia, bondad y justicia.





“.….. Es posible que les disguste algo y sea un bien para ustedes, y es posible que amen algo y sea un mal para ustedes. Dios conoce [todo] pero ustedes no”. [28]





Por Su misericordia Dios distribuyó los medios de vida entre los seres humanos y creo las necesidades que cada individuo escoge y resuelve de tal manera que puedan lograr la cooperación mutua que beneficie a todos. Si uno de ellos prescindiera de los otros, los intereses de todos ellos se verían afectados.





Fue por Su misericordia que hizo entre ellos ricos y pobres, honrados y serviles, indefensos y capaces, y mantuvo abierta la puerta del don y la virtud divina para competir y estar siempre apegados a ella.





“¿Acaso son ellos los encargados de repartir la misericordia de su Señor? Soy Yo Quien concedo el sustento en la vida mundanal y elevo en grados a algunas personas sobre otras, para que así se sirvan y beneficien unos a otros. Sepan que la misericordia de su Señor es mejor que lo que pudieran acaparar [de bienes materiales en esta vida]”. [29]





La misericordia de Dios también se manifiesta en Sus leyes y mandamientos, que reflejan su bondad y misericordia hacia sus criaturas para guiarlos por el buen camino y para continuar con la preservación de su religión. Además, para que ellos mismos sepan proteger sus cuerpos, sus mentes y pensamientos, su honradez y parentesco, su descendencia, y también su dinero y propiedades. Todas las leyes y reglas relacionadas con los cinco elementos esenciales mencionados anteriormente se enviaron simplemente como un acto de misericordia a las personas para salvaguardarlas y protegerlas de la corrupción y de la agresión, para que se conozcan, para mantenerlos alejados de las penurias y las dificultades, y para preservar los derechos de todos para poder vivir en una sociedad / entorno favorable, seguro y feliz, ya que el derecho a tener una sociedad saludable es uno de los pilares del derecho a la vida.





“Pero cuando se alejan [de ti] van por la Tierra corrompiéndola, destruyendo [todos los frutos del trabajo humano, como] las siembras y los ganados, pero [sepan] que Dios no ama la corrupción”. [30]





Ibn Al-Qayyim dijo: “Dios inspiró al Profeta David que la paz sea con él diciendo: “Oh David, si tan sólo las personas que se desvían de mí supieran cuánto espero que regresen a mí, qué amable soy con ellos, y cuánto anhelo que renuncien a sus pecados. Si supieran todo eso, morirían de amor por mí. Oh David, si esta es mi voluntad para los que se apartan de mí, ¿Qué pasaría con los que vienen hacia mí?”. [31]





por faten sabri 



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