Pensemos en una aspirina por un momento; inmediatamente les vendrá a la mente la marca que lleva en el medio. Esta marca es diseñada para los que queramos tomar media dosis. Cada producto que vemos alrededor nuestro posee un cierto diseño, aunque no es tan simple como la aspirina. Cada cosa, desde los vehículos que usamos para ir a trabajar, hasta los controles remotos de la TV.
“Diseño”, brevemente, significa un montado armonioso de varias partes de una manera ordenada para un fin determinado. Teniendo en cuenta esta definición, no tendríamos ninguna dificultad en adivinar que un auto es diseñado. Esto es debido a cierta meta, que es transportar personas y carga. Para la realización de esta meta, varias partes como el motor, ruedas y cubículo son planeados y montados en una planta.
Sin embargo, ¿Qué hay de las criaturas vivientes? ¿Puede un ave y el mecanismo de su vuelo ser también diseñado? antes de responder, repitamos la evaluación del ejemplo del auto. La meta, en este caso, es volar. Para este propósito existen huesos huecos, fuertes músculos que mueven estos huesos utilizados junto a plumas capaces de ser suspendidas en el aire. Las alas se forman aerodinámicamente, y el metabolismo se afina de acuerdo a las necesidades del ave para los altos niveles de energía. Es obvio que el ave es producto de cierto diseño.
Si uno explora otras criaturas, alcanzará conclusiones similares. Hay ejemplos de diseños meticulosos en cada criatura. Si uno va mas allá en la investigación, descubrirá que las personas también forman parte de este diseño. Tus manos que sostienen estas páginas son funcionales como nunca lo serán las manos de un robot. Tus ojos que leen estas líneas hacen que la visión sea posible con tal foco que ni la mejor cámara puede imitar.
De este modo, se llega a esta importante conclusión; todas las criaturas en la naturaleza, incluyéndonos a nosotros mismos, somos diseñados. Esto, muestra la existencia del Creador, Quien diseña todas las criaturas a su voluntad, sostiene la naturaleza con poder y sabiduría absolutos.
Sin embargo, esta verdad es rechazada por la teoría de la evolución que fue formulada a mediados del Siglo 19. La teoría que se encuentra en el libro de Carlos Darwin “El Origen de la Especies” afirma que todas las criaturas provienen de una cadena de coincidencias y mutaciones aleatorias.
De acuerdo a la afirmación fundamental de esta teoría todas las cosas vivientes pasan por cambios casuales. Si estos cambios casuales ayudan a la criatura entonces esta se encuentra en ventaja por sobre las otras de su especie, que continúan en generaciones siguientes.
Este escenario se ha esparcido como una realidad científica por 140 años. Al ser examinado bajo un microscopio más agudo y al ser comparado con los ejemplos de los Diseños en las criaturas, se concluye algo muy diferente a la teoría de Darwin, porque la explicación Darwinista de la creación es nada menos que un círculo vicioso y conflictivo.
Enfoquémonos primero en los “cambios casuales”. Darwin no pudo proveer una definición comprensiva acerca de este concepto debido a la falta de conocimiento genealógico de su época. Los evolucionistas que lo siguieron proponen el concepto de “mutación” en este tema. La mutación son desconexiones o cambios en los genes de los seres vivientes. El punto más importante es que no hay ni una sola mutación en la historia que haya demostrado el perfeccionamiento de la condición de la información genética de una criatura. Los casos conocidos de mutaciones inutilizan o lastiman estas criaturas y otras tienen resultados neutrales. Por lo tanto, pensar que una criatura puede mejorar a través de la mutación es lo mismo que disparar a una multitud esperando que los daños consecuentes resulten en individuos mejores y más sanos. Esto claramente no tiene sentido.
Tan importante, contrario a todos los datos específicos, es que si uno asume que cierta mutación puede realmente mejorar la condición de un ser, el Darwinismo todavía no puede ser liberado del inevitable colapso debido al concepto llamado “complejidad irreducible”.
La implicancia de este concepto es que la mayoría de los sistemas y órganos en los seres vivientes funcionan como resultado de varias partes independientes trabajando conjuntamente. La eliminación o malfuncionamiento de una sola de ellas sería suficiente para desarticular el sistema u órgano por completo.
Por ejemplo, el oído percibe sonidos solo a través de una cadena de reacciones de una serie de minúsculos órganos. Sacar o deformar uno de ellos, significa que no habrá audición. Para que un oído perciba, una variedad de componentes como los huesos meatos, martillo, yunque o estribo, la membrana del tímpano, la cóclea y fluido, células sensoriales, extensiones de vibración del sensor de estas células y la red de nervios que conectan al cerebro y centro de escucha en el cerebro tienen que trabajar en conjunto sin excepciones.
El sistema no puede desarrollarse en segmentos porque ninguno de los segmentos puede funcionar por si sólo.
De este modo, el concepto de complejidad irreducible derriba la teoría de evolución desde sus fundamentos. Lo que es realmente interesante es el hecho de que Darwin también se preocupó por esto. Él escribió en El Origen de las Especies:
“Si alguna vez se prueba la imposibilidad de la formación de un órgano complejo a través de una serie de pequeños cambios, esto hace que mi teoría colapse. Sin embargo, no pude encontrar cierto órgano…” (Carlos Darwin, El Origen de las Especies: Fascículo de la Primera Edición, Harvard University Press, 1964, p. 189.)
Darwin no puedo encontrar tal órgano en los niveles prematuros de la ciencia del siglo 19. Sin embargo, la ciencia del siglo 21 si estudió la naturaleza en detalle y probó que la mayoría de las estructuras vivientes llevan complejidad irreducible. Por lo tanto, la Teoría de Darwin ha “ciertamente colapsado” como él temía.
Al examinar los seres vivientes no solo veremos el inmenso error del Darwinismo, sino también seremos testigos de la sabiduría detrás de la creación de estos sistemas. Estos mecanismos se encuentran en todos, desde las alas de un ave hasta en el cráneo de un murciélago. De este modo veremos la indisputable evidencia de la creación de Dios sin errores. Asimismo, el poder y facultad de Dios para crear sin ningún error se expresa en el siguiente versículo del Corán:
“Él es Dios, Creador, Iniciador y Formador. Suyos son los nombres [y atributos] más sublimes. Todo cuanto existe en los cielos y en la Tierra Le glorifica. Él es Poderoso, Sabio.” (Corán 59:24)
Una pregunta muy popular entre los ateos es: ‘Concediendo que la existencia de las cosas temporales necesita de la existencia de una causa eterna, ¿por qué tiene que ser esa causa el Dios de la religión? ¿Por qué no puede ser la materia eterna y no necesitar, por tanto, de un creador eterno? Voy a defender sobre una base islámica, pero al mismo tiempo sobre una base racional, que el atributo de eternidad implica otros atributos, que la materia no tiene ni puede tener y, por tanto, no puede, a la luz de ello, jugar el papel de la causa original y última de las cosas temporales. Los teólogos musulmanes dicen que la eternidad de la existencia implica lógicamente perdurabilidad. Esto es cierto porque, si algo es eterno, entonces no depende para su existencia de nada fuera de sí. Si esto es así, entonces nunca puede caducar, puesto que sólo caducan aquellas cosas que pierden algunas de las causas externas de las que dependían para su existencia. Si la causa última de las cosas temporales es eterna y perdurable, tiene la necesidad de ser autosuficiente, o qaium y gani (en árabe).
¿Puede haber más de un Creador? El Corán nos dice que eso es imposible:
“Dios no ha tenido un hijo, ni existe otra divinidad salvo Él. Si así fuera, cada divinidad acapararía su propia creación, y entonces pretenderían predominar unas sobre otras”. (Corán 23:91)
Este argumento coránico fue parafraseado por algunos teólogos musulmanes en una forma similar a la siguiente:
La suposición de que hay dioses junto al único Dios verdadero, conduce a consecuencias falsas y, por lo tanto, debe ser falsa. Si hay más de un dios, entonces:
(a) si todos los detalles de todo en el mundo fue el resultado de la acción de uno de los dioses, no puede ser al mismo tiempo el resultado de la acción de otro dios. Pero si…
(b) algunas cosas en el mundo fueron creadas por algunos dioses, y otras por otros, entonces cada dios gobierna de forma independiente sobre lo que ha creado, lo que significa que nada en este mundo puede, ni siquiera en principio, ser influenciado por nada fuera de sí. Pero esto contradice la unidad observada y la interdependencia del mundo. Y si esto es imposible, entonces…
(c) algunos dioses superarían a otros, pero si eso sucede entonces los que son vencidos no pueden ser dioses verdaderos. No puede, por tanto, haber más que un Creador.
¿Cómo crea este Creador? Puesto que Él es autosuficiente, no puede decirse que dependa de nada fuera de Él en ningún acto, y no puede tampoco decirse que produce sus efectos en la forma en que lo hacen las causas naturales. Pero si Él no es una causa natural, Él debe ser un agente volitivo. Y ya que la intención implica conocimiento, y el conocimiento y la intención implican vida, él debe ser un ser viviente. Dado que es un ser eterno y perdurable, todos Sus atributos deben reflejar esta cualidad, por lo que Él no sólo debe saber, sino que debe saberlo todo; no sólo debe tener poder, sino que debe ser todopoderoso, etc.
Ya que la materia no puede responder a estos atributos en forma alguna, y ya que todos estos atributos están implícitos en los dos atributos de eternidad y perennidad, ninguna forma de materia puede ser eterna o perdurable y, por tanto, ninguna materia de ninguna forma puede jugar el papel de ser la causa última. El hecho de los atributos que un creador eterno y perdurable debe tener es suficiente, a mi juicio, para mostrar que no puede ser la materia.
Pero esta conclusión puede ser confirmada por lo que la ciencia moderna nos dice acerca de la naturaleza de la materia.
¿Por qué Él habría de ser el Dios del Islam?
Algunos podrían decir: “Asumiendo que este dios es un Dios personal y viviente, y que Él tiene los atributos que se han mencionado, ¿por qué Él es el Dios del Islam y no el de los cristianos o el de los judíos, por ejemplo?” El Dios del Islam es el Dios de todos los profetas verdaderos desde Adán, pasando por Moisés y Jesús, hasta Muhammad. Pero es una afirmación básica de la religión con la que vino Muhammad, que las religiones previas (incluyendo el cristianismo y el judaísmo) no se han conservado en su forma prístina que los profetas defendieron, sino que han sido manipuladas y distorsionadas. La única religión cuyo libro ha sido preservado de todas esas distorsiones es la religión del último de los profetas, a saber, Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él. Esto no significa que todo en las demás religiones sea falso o malo. ¡No! Hay mucho en ellas que es bueno y verdadero, sólo son aquellos elementos en ellas que contradicen al Islam los que son falsos o malos. Pero incluso si esas religiones fueran purgadas de todo lo que no está en consonancia con el Islam, aún serían menos perfectas de lo que es el Islam, en especial en sus concepciones de Dios, por lo que no serían apropiadas para ser religiones universales.
Habiendo dicho esto, permítanme dar un ejemplo de una creencia religiosa no islámica a la que el Corán considera una blasfemia terrible contra Dios: la creencia de que Él tiene hijos. En la época del Profeta, algunos árabes creían que los ángeles eran hijas de Dios, mientras que algunos cristianos creían que Jesús era el hijo de Dios, y algunos judíos creían que Ezra era el hijo de Dios. Así como el Corán tiene argumentos sobre la imposibilidad de que existan otros dioses además del Único Dios Verdadero, también nos ofrece argumentos elaborados para mostrar la imposibilidad de que Él tenga descendencia, sea masculina o femenina. Si el Creador es Uno y autosuficiente, entonces Él también es Único:
“No hay nada ni nadie semejante a Dios”. (Corán 42:11)
Pero si es así, entonces:
“No engendró, ni fue engendrado”. (Corán 112:3)
“¿Cómo podría tener un hijo si no tiene compañera y Él es Quien ha creado todo?” (Corán 6:101)
El Corán está diciendo aquí que declarar que Dios tiene hijos contradice los hechos (reconocidos por aquellos que afirman esto) de que Él es el Creador de todo, que Él es autosuficiente y que Él no tiene esposa. Ahora, si Él es el Creador de todo, esto necesariamente incluye a aquel que reclame ser Su hijo. Pero si este es creado por Él, no puede ser Su hijo, tiene que ser una de Sus creaciones. Uno no crea a su propio hijo, uno lo engendra. Si se insiste en que el niño en realidad es engendrado y no creado por Dios, esto da lugar a las siguientes consecuencias falsas:
El niño engendrado debe ser de la misma naturaleza de su padre, en cuyo caso Dios no sería Uno ni Único.
Dios no sería el Creador de todo.
Dios tendría que tener una esposa, quien debería ser de la misma naturaleza que Él, de lo contrario, no podría engendrar nada.
Pero en ese caso el número de seres con la misma naturaleza de Dios se eleva a tres.
Si el niño es engendrado, entonces no puede ser eterno, es decir, no puede ser de la misma naturaleza del padre.
Por lo tanto debe ser temporal, pero en este caso tiene que tener un creador. Pero si el Dios que es su padre no puede ser al mismo tiempo su creador, entonces debe existir otro creador además de Dios el padre, pero en este caso, este otro creador sería el creador verdadero, puesto que fue a través de su poder que el primero pudo engendrar a su hijo. Esto incrementa el número de dioses a cuatro.
No es de sorprender que el Corán diga sobre aquellos que afirman que Dios tiene un hijo:
“Por cierto que han dicho algo terrible; estuvieron los cielos a punto de hendirse, la Tierra de abrirse, y las montañas de caer derrumbadas, porque Le atribuyeron un hijo al Clemente”. (Corán 19:89-91)