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TRAGARSE EL ORGULLO POR UN MOMENTO ES MÁS DIFÍCIL QUE REZAR TODA LA NOCHE


Escrito por Imam Omar Suleiman, traducido por Cinthia N. Mascarell





Iblis no era un adorador ordinario. Él adoró a Allah por miles de años con miles de oraciones. Ascendió entre las filas hasta que acompañó a los ángeles con su notable adoración. Realizar buenas obras no era problema para él. Agradeció a Allah con sus oraciones, y Allah lo recompensó con una estación elevada en el Paraíso. Pero cuando Adán fue creado y se le dio la estación en la que él estaba, de repente Iblis fue vencido por el orgullo. No podía soportar ver a esta nueva creación ocupar el mismo lugar que él. Y cuando se le ordenó postrarse ante él, su orgullo lo vencería y lo condenaría por la eternidad. Por desgracia, tragarse su orgullo por una postración de respeto hacia Adán fue más difícil para él que miles de postraciones de adoración a Allah.





En eso hay una lección de precaución para nosotros, especialmente en momentos de adoración intensa. Cuando nos esforzamos en la adoración, eventualmente comenzamos a disfrutarla y a buscar la paz en ella. Pero a veces nos engañamos con esa adoración. Podemos definir nuestra religiosidad exclusivamente de acuerdo con ella, llegar a ser justos como resultado de ella y abusar de las personas que consideramos menos en nombre de ella. El peor de los casos es el que mencionó el Profeta (la paz sea con él) sobre alguien que llega el Día del Juicio con todas sus oraciones, ayuno y caridad solo para que todo se lo quiten debido a una lengua abusiva.





Pero, ¿qué hace que la lucha de Iblis sea tan relevante para la nuestra? El objetivo de la adoración es hacerte humilde ante tu Creador y arreglar tus asuntos con Su creación de acuerdo con esa humildad. El Profeta (la paz sea con él) dijo que quien tenga el orgullo del tamaño de un átomo en su corazón no entrará en el Paraíso. La manifestación más obvia de ese orgullo es rechazar la verdad y menospreciar a alguien más. Pero otras manifestaciones sutiles de ese orgullo incluyen la negativa a dejar de discutir, abandonar rencores y ser humildes ante la creación en busca de la complacencia del Creador.





Por lo tanto, una persona preferiría pasar varios Ramadanes observando las últimas 10 noches en oración intensa buscando el perdón de Allah por sus pecados, en lugar de humillarse por un momento ante uno de los siervos de Allah buscando el perdón por sus transgresiones contra él, incluso si él también tiene algo que reclamarle.





El Yumuah es nuestro Eid semanal, y los lunes y jueves son el equivalente semanal del Ramadán, ya que el Profeta (PyB) solía ayunarlos porque nuestras acciones se presentan a Allah en esos días. Él dijo acerca de ellos: “Las puertas del cielo se abren todos los lunes y jueves, y Allah perdona en estos días a cada siervo que no sea politeísta, excepto aquellos que tienen enemistad entre ellos; Allah dice: ‘Los retraso hasta que se reconcilien entre sí'».





En Ramadán, las puertas del cielo se abren durante todo el mes y las obras ascienden a Allah. Pero imagina que cada día que tu ayuno, la recitación del Corán, etc., se presentan a Allah este mes, Él responde a los ángeles para retrasar tu perdón hasta que te reconcilies con tu hermano. El Ramadán es la mejor oportunidad para escribir ese correo electrónico o mensaje de texto a ese familiar o amigo perdido y decir «no vale la pena perder el perdón de Allah por esto» y «LO SIENTO».





Compara estas dos declaraciones:





El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: «El que no hable a su hermano durante más de tres días y muera durante este período será de la gente del fuego del infierno».





Él también dijo:





«Le garantizo una casa en el Paraíso a alguien que deja las discusiones incluso si tiene razón».





Tragar tu orgullo es amargo, mientras que la oración es dulce. Tu ego es más precioso para ti que tu sueño. Pero, sobre todo, la complacencia de Allah es más precioso que todo.





7 RAZONES POR LAS QUE LOS CORAZONES SE CIERRAN AL CORÁN


Escrito por el Dr. Ali Al-Halawani, traducido por Cinthia N. Mascarell





Entre los mejores actos de adoración está el ocuparse del Corán, ya sea recitando sus versos o contemplando sus significados.





En su calidad de fuente principal del Islam, el Corán abarca todas las reglas, parábolas ilustrativas, sabiduría, admoniciones, eventos históricos, señales científicas y cósmicas, que ayudan a los creyentes a llevar sus vidas de acuerdo con las leyes establecidas por el Creador, Allah Todopoderoso.





Entonces, el Corán no deja ninguno de los asuntos de fe o del mundo material sin una explicación adecuada.





{Te he revelado el Libro que contiene todas las explicaciones, el cual es guía, misericordia y albricias para los musulmanes que se someten a Dios} (An-Nahl 16:89)





Razones por las que los corazones se cierran a la reflexión sobre el Corán





1. ACTOS PECAMINOSOS DEL CORAZÓN.


Como representan uno de los obstáculos más poderosos contra el Corán, los actos pecaminosos del corazón evitan que sea atendido o tocado por el Corán. En presencia de tal obstáculo, se vuelve improbable encontrar placer o satisfacción con el Corán.





Hudhaifah (que Allah esté complacido con él) narró que el Mensajero de Allah (paz y bendiciones sobre él) dijo:





“Las tentaciones se presentarán en los corazones de los hombres como una estera de caña que es tejida palo por palo. Cualquier corazón que quede marcado por ellas tendrá una marca negra. Cualquier corazón que las rechace tendrá una marca blanca.





El resultado es que habrá dos tipos de corazones: uno blanco como una piedra blanca que no se verá perjudicado por ninguna agitación o tentación, mientras los cielos y la tierra perduren; y el otro, negro y de color polvo, y será como un recipiente puesto al revés, no reconoce lo que es bueno ni rechaza lo que es abominable, sino que es impregnado por sus deseos bajos». (Muslim)





2. HECHOS PECAMINOSOS DE LOS MIEMBROS DEL CUERPO.


Los creyentes pueden experimentar privación en su capacidad de memorizar el Corán porque dañan a otros o no bajan la mirada. Del mismo modo, pueden ser privados de reflexionar sobre sus versos debido a hechos pecaminosos.





Abdullah ibn Amr bin Al-As (que Allah esté complacido con ellos) informó: El Profeta (paz y bendiciones sobre él) dijo:





“Un musulmán es aquel de cuya lengua y manos los musulmanes están a salvo; y un Muhajir (emigrante) es el que se abstiene de lo que Allah ha prohibido». (Al-Bujari y Muslim)





3. ABANDONAR LOS LIBROS DE TAFSIR (EXPLICACIÓN DEL CORÁN)


Quien no hace ningún esfuerzo por estudiar los significados de los versos coránicos y su contexto histórico no puede reflexionar sobre el Corán de manera adecuada y apropiada. Tal persona nunca podrá obtener el significado correcto de los versos o su interpretación.





{¿Acaso no reflexionan en el Corán y sus significados? Si no procediera de Dios encontrarían en él numerosas contradicciones.} (An-Nisa 4:82)





4. PENSAR QUE LAS HISTORIAS DEL CORÁN NO NOS CONCIERNEN


Algunas personas pueden pensar que las historias relatadas en el Corán no tienen nada que ver con nosotros. ¿Por qué deberíamos preocuparnos por las generaciones de los Profetas Musa, Isa, Hud (la paz sea con ellos)? ¿Por qué deberíamos preocuparnos por las naciones «perecidas»?





Principalmente, Allah el Todopoderoso nos envió el Corán para que lo recitemos, contemplemos sobre su contenido y aprendamos de las parábolas e historias que contiene. De hecho, el Corán no es simplemente un registro histórico como algunos pueden pensar, sino que es una guía para la humanidad hacia el camino correcto a través de la aplicación de diversas herramientas. La historia coránica en sí misma es una de esas herramientas.





{En las historias [de los Profetas] hay un motivo de enseñanza para la gente que reflexiona. [El Corán] no es un relato inventado, sino que es una confirmación de lo ya revelado anteriormente, así como una explicación detallada de todas las cosas, una guía y misericordia para los creyentes.} (Yusuf 12: 111)





5. PREOCUPACIÓN POR RECITAR SOLAMENTE


A menudo, un creyente puede estar ocupado con la recitación del Corán sin preocuparse por comprender el significado real.





La pasión de un creyente por leer el Corán no debe llevar al abandono de reflexionar sobre sus significados y lecciones. Por lo tanto, no se recomienda terminar la recitación de todo el Corán en menos de tres días; esto evita que uno contemple sobre sus versos.





6. EXCESIVO AMOR POR ESTA VIDA MUNDANA.


Todos nosotros amamos a nuestros hijos, la riqueza, los adornos y el disfrute de la vida mundana. Sin embargo, este amor debe ser moderado y equilibrado, y no debe competir con el amor por el Corán y la espiritualidad.





{Se encuentra en el corazón de las personas la inclinación por los placeres: las mujeres, los hijos, la acumulación de riquezas en oro y plata, los caballos de raza, los ganados y los campos de cultivo. Ese es el breve goce de esta vida, pero lo más hermoso se encuentra junto a Dios.} (Aal Imran 3:14)





7. LEER EL CORÁN MIENTRAS UNO NO ESTÁ ATENTO


Una de las señales de que un creyente no se beneficia de la recitación del Corán es recitarlo con un corazón desatento. Del mismo modo, la oración realizada por una persona con un corazón despreocupado y distraído no será aceptada.





{Cuando el Corán sea leído, escúchenlo con atención y guarden silencio para que se les tenga misericordia.} (Al-Araf 7: 204)


 



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