La primera revelación que le llegó al Mensajero de Dios

Pregunta

Hola, ¿sabe ud. la historia de cómo comenzó el Islam? Cuando él estaba en la caverna y no podía leer… si puede, por favor ayúdeme. Si puede por favor respóndame…

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

Se ha reportado en as-Sahihain, de ‘Urwah ibn az-Zubair, que ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella), la esposa del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: 

“El comienzo de la Revelación que le llegó al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fueron buenos sueños; él nunca había visto un sueño que se hiciera realidad como la claridad del día. Luego, la reclusión se le hizo querida para él, y solía ir a la cueva del monte Hirá’, y adorar a Dios allí, lo que significa que él iba a consagrarse a la adoración por varias noches antes de volver con su familia a recolectar más provisiones, y luego volvía allí. Luego volvía con Jadiyah y buscaba más provisiones. Esto siguió hasta que la verdad llegó a él repentinamente, cuando estaba en la cueva de Hirá’. Un ángel llegó y le dijo: “¡Lee!”. El Mensajero de Dios dijo: “Yo no sé leer”. El Profeta contó “Luego me tomó y me apretó, hasta que no aguantaba más, y me soltó y me dijo: “¡Lee!”. Y yo le dije: “Yo no sé leer”. Me tomó y me apretó una segunda vez, hasta que no podía soportarlo, luego me soltó y me dijo nuevamente: “¡Lee!”. Yo le respondí: “No sé leer”. Me tomó y me apretó una tercera vez, hasta que no lo soportaba, y luego me soltó y me dijo: 

“1. ¡Lee! [¡Oh, Muhámmad!] En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas.

2. Creó al hombre de un cigoto.

3. ¡Lee! Que tu Señor es el más Generoso.

4. Enseñó [la escritura] con el cálamo.

5. Y le enseñó al hombre lo que no sabía” (al-‘Álaq, 96:1-5). 

Luego el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) volvió a su casa, y su corazón latía salvajemente, hasta que se encontró con Jadiyah y le dijo: “¡Tápame, tápame!”. Ella lo cubrió (con una manta) hasta que su temor se disipó. Entonces le dijo a Jadiyah: “Oh, Jadiyah, tengo miedo por mí”, y le relató lo sucedido. Jadiyah dijo: “No, alégrate, porque por Dios, que Él jamás te defraudará. Tú mantienes los lazos de parentesco, hablas siempre la verdad, ayudas al pobre y al necesitado, sirves generosamente a tus huéspedes y asistes a los que son golpeados por una calamidad”. 

Entonces Jadiyah lo llevó con Wáraqah ibn Nawfal, el hijo de su tío paterno. Él era un hombre que se había convertido al cristianismo durante la época preislámica, y solía escribir en árabe, y traducía los Evangelios al árabe tanto como Dios le permitía. Era un hombre anciano que se había vuelto ciego. Jadiyah le dijo: “Oh, hijo de mi tío, escucha lo que mi esposo tiene para decir”. Él le respondió: “Oh, prima, ¿qué ha visto él?”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le relató lo que vio. Wáraqah le dijo: Este es el Espíritu (Gabriel) que descendió sobre Moisés. Ojalá hubiera sido yo joven y viviera hasta el tiempo en que tu gente te expulse”.

El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Realmente me expulsarán?”. Wáraqah dijo: “Sí. Nunca ha llegado un hombre con lo que tú has traído, sin que fuera perseguido. Si yo viviera para ver ese día, te ayudaría encarecidamente”. Pero unos pocos días después, Waraqah falleció, y la Revelación cesó por un tiempo, hasta que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se llenó de congoja”. 

Muhámmad ibn Shiháb dijo: “Abu Salamah ibn ‘Abd er-Rahmán me dijo que Yábir ibn ‘Abd Allah al-Ansari dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo, hablando del período en que cesó la revelación: “Mientras estaba hablando, oía una voz del cielo. Miré arriba y vi al ángel que había visto en Hirá’, sentado en una silla entre los cielos y la tierra. Tuve miedo de él, entonces volví a mi casa y le dije a mi esposa: “¡Cúbreme, cúbreme”. Entonces Dios reveló las palabras: 

“1. ¡Oh, tú [Muhammad] que te envuelves en el manto!

2. Levántate y advierte [a los hombres].

3. Proclama la grandeza de tu Señor,

4. Purifica tus vestimentas,

5. Apártate de la idolatría” (al-Muddázir, 74:1-5). 

Abu Salamah dijo: “Ar-Ruyz eran los ídolos que la gente de la ignorancia preislámica solía adorar. Luego la revelación llegaba frecuentemente después de eso”. Narrado por al-Bujari, 4572; Muslim, 231. As-Sîrah (biografía del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)).

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